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Bienvenida, Convención Constitucional

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Ustedes, convencionales,  son nuestra última esperanza de tránsito pacífico a una nación con igualdad de derechos y deberes.

Por eso les damos la bienvenida, ustedes son nuestros hermanos. Cuenten con nosotros.

El conservadurismo -de derechas e “izquierdas”- les impidió usar el nombre de Asamblea Constituyente. Pero éso es lo que ustedes verdaderamente son. Una Asamblea del pueblo que dictará la nueva norma magna que regirá leyes, decretos  y reglamentos de una república diferente. Por eso lo primero de lo primero es recuperar la identidad. Ustedes son una Asamblea Constituyente, la primera de nuestra historia. Dotada de todos los poderes para escribir una nueva Constitución Política. En definitiva será el pueblo, en referéndum, el que aprobará o rechazará vuestra propuesta. Por eso, la primera definición que les espera es decidir si asumirán la plenitud de sus poderes, rechazando toda sumisión a un orden que es necesario cambiar en sus raíces. Confiamos en ustedes.

La nueva Constitución Política de la República de Chile tiene que colocarse, sin ambages, de lado de los pobres del campo y la ciudad. De los que sufren discriminación social, racial y de género en salud, educación, vivienda, trabajo, salarios,  pensiones, etc. Necesitamos que todo chileno que lo merezca, sin perjuicio de su origen, pueda ser juez de la Corte Suprema, comandante en jefe del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, diputado o Presidente de la República. Igualdad de derechos y deberes, es la medida democrática de la nueva Constitución que esperamos los chilenos.

Recuperado su carácter de Asamblea Constituyente, la “Convención” tiene que tomar partido por los pobres, por los que fingen ser “clase media” por un salario de 400 mil pesos y un auto usado. Ellos son la mayoría de nuestro país. Y hay los extremadamente pobres, los miserables de esta sociedad: las 81 mil familias que sobreviven en 969 campamentos de tablas, cartones y plástico, sin agua potable ni baño, los esperpentos de niños y ancianos vagabundos del barro y la desesperanza.

¿Cómo tolerar una Constitución que admite que en tiempo de pandemia y aumento de la pobreza, un puñado -entre ellos el presidente de la República- hayan aumentado sus riquezas en miles de millones de dólares?

Ustedes, constituyentes, tienen el deber de poner fin a la injusticia social desechando el modelo neoliberal que nos estrangula. Ustedes pueden escribir el mandato supremo que obligue a leyes e instituciones a ceñirse a una época de cambios. La nueva Constitución permitirá al pueblo demandar, sin obstrucciones leguleyas, los derechos que les son negados. Las instituciones civiles y militares, hoy en crisis profunda, tendrán que adaptarse a las nuevas reglas.

La Constitución -esperamos- consultará el mecanismo antigolpista que permita remover, mediante plebiscito, los gobiernos corruptos que traicionan sus promesas. Del mismo modo, la Constitución democrática seguramente abrirá paso a la iniciativa popular en materia de leyes y desbrozará el camino legislativo eliminando el Senado y el Tribunal Constitucional, que hoy enmarañan y facilitan el cohecho y prevaricación de las instituciones.

Una Asamblea Nacional con diputados que reciban salario similar al de un trabajador, y una Corte Suprema con magistrados de confiable probidad, deberían ser la vía de tránsito de las nuevas leyes de la República. Una amplia mayoría ciudadana espera que la nueva Constitución reconozca la autonomía de los pueblos originarios y el orgulloso mestizaje del pueblo chileno.

El derecho a manifestarse pacíficamente, a disentir y expresar opiniones críticas al gobierno y a la Asamblea Nacional, a formar sindicatos y partidos políticos, a profesar y practicar la religión que cada cual desee, el aborto libre, el derecho a formar familia por matrimonios del mismo sexo, etc., serán sin duda derechos que incluirá la nueva Constitución.

Asimismo, hay un derecho que, sin duda, será motivo -como lo es hoy- de profunda discusión. La libertad de expresión. Esta, sin dudas, debe ser amplia en todos los terrenos. El rango y amplitud de la libertad de expresión, debe ser sometido a escrutinio en la Convención. El derecho a informar y opinar, cuyo hermano gemelo es el derecho a estar informado, debe ceñirse a ciertas reglas para ser auténticamente democrático.

La información cumple una función social. Por lo tanto -como la salud o la educación- no puede ser un negocio privado.  La propiedad de los medios televisivos, radiales, escritos y digitales no puede estar en manos de emperadores de la opinión pública. Tiene que ser la propiedad plebeya de cooperativas, organizaciones sociales, partidos políticos, municipalidades, congregaciones religiosas, etc., apoyados por el Estado si se ven excluidos de publicidad privada. Los periodistas, que obedecen normas de ética profesional, tienen que ser los que dirijan los medios, no los gerentes y agencias de publicidad como ahora. La información crea corrientes de opinión política y esa noble función, repetimos, no puede ser un negocio más en el abanico de intereses de grandes empresarios. El pluralismo informativo y de opinión es absolutamente necesario en esta época de cambio social y político. Pero los magnates de la prensa deben ser relevados de una tarea que es de responsabilidad colectiva si queremos avanzar resueltamente hacia el futuro.

Compatriotas constituyentes:

¡Rompan las cadenas que intenta imponerles el sistema!

¡Cumplan un deber de lealtad con la heroica lucha del pueblo chileno para llegar a este umbral de libertad!

 

MANUEL CABIESES DONOSO

29 de junio 2021

Fundador de revista Punto Final

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  1. Felipe Portales says:

    ¡Impactante los datos sobre Elisa Loncón! Sin duda, las dos derechas harán todo lo posible por impedir que de la Convención salga una efectiva nueva Constitución. Tratarán de seguir manteniendo el «modelo chileno», como lo hicieron en estrecho consenso los últimos treinta años. Los ilusos (¿o cooptados?) como Boric, que no se dan cuenta de aquello y que siguen apoyando el quórum de los dos tercios y la supervisión de la Corte Suprema sobre la Convención, le harán más fácil el camino, pese a la grave y sorprendente derrota de Mayo. ¡¡Ahora sí que los necesitan!! Para el 15 de noviembre les sirvieron de relleno, ya que tenían holgadamente los dos tercios del Congreso para aprobar la Reforma Constitucional que consagró dicho funesto acuerdo. Pero hoy están con muy pocos votos propios en la Convención. En efecto, las dos derechas disponen hoy teóricamente (porque al menos varios PS pueden volver a la izquierda) de poco más de un tercio…

  2. Convención Constitucional presidida por el PPD vía Elisa Loncón, el partido de más representativo de los últimos 30 anhos….:

    «¿Es un problema que el hermano y asesor principal de una constituyente sea encargado de asuntos indígenas del PPD y haya sido uno de los principales operadores de la Concertación en materia de políticas indígenas?

    Su hermano y asesor, Lautaro Loncon, es militante y Secretario Nacional Indígena del Partido Por la Democracia (PPD)

    En octubre de 2014 comunidades mapuche interpusieron un recurso de protección en contra de Lautaro Loncon, en aquella fecha del Ministerio de Desarrollo Social; y en contra de Manuel Salas, entonces alcalde de Nueva Imperial.

    El Decreto Supremo Nº66 ha sido motivo de controversia y rechazo por parte de los pueblos originarios, que lo conciben como un instrumento, que por un lado anula la eficacia del Convenio 169 de la OIT, y que además por su naturaleza y aplicación está destinado a servir a los intereses económicos del sector empresarial que operan el ancestral territorio Mapuche o Wallmapuche.

    Previo a las elecciones de los Consejeros/as de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígenas (Conadi) de marzo de 2016, Aucán Huilcamán recordó que varios de los consejeros y representantes indígenas que rechazaban y condenaban al primer gobierno Piñera por la adopción del Decreto Supremo N.-66, durante la administración Michelle Bachelet decidieron trabajar en su implementación.
    A través de una declaración pública, se refirió en especial los consejeros del PPD, entre ellos Domingo Namuncura Serrano y Juan Lautaro Loncón Antileo, quienes habían impugnadon administrativamente el D.S. N.° 66 en el pasado y que luego decidieron trabajar en las reparticiones públicas para aplicar e implementar dicho decreto.

    Huilcamán destacó que ante la ausencia de control de los mapuche militantes de partidos políticos, la comunidad Autónoma de Temucuicui quiso aplicar el “Derecho y la Justicia Mapuche” con Lautaro Loncón , y éste optó por recurrir a los carabineros de la comuna de Ercilla y calificar de delitos los actos del “Derecho y la Justicia Mapuche”.

    No obstante, es necesario saber que, en el desarrollo de su campaña a la Convención, Elisa Loncón tuvo como asesor principal a su hermano Juan Lautaro Loncón Antileo, Secretario Nacional de Asuntos Indígenas del PPD y exfuncionario en el Gobierno de Michelle Bachelet.

    Elisa confió en Lautaro Loncón responsabilidades principales de su campaña, entre ella la capacitación de apoderados para la elección de escaños reservados, además de acompañarla en numerosas actividades relacionadas con esta elección, como se constata en sus redes sociales.

    El 13 de mayo Lautaro Loncón posteo en Instagram: “Últimos días de campaña para constituyentes. Si eres mapuche vota por Elisa Loncón (…) Lo mejor de nuestra gente”.

    Incluso, los días de elecciones (15 y de mayo pasados) se hicieron presentes, juntos, en centros de votación y hablaron con vocales de mesa para continuar su “capacitación” como se puede apreciar en sus cuentas de Instragram.

    Elisa Loncón levantó para su campaña una organización cuyo nombre, Vocería Plurinacional, sugería que contaba con una gran representación de las naciones originarias. No obstante, en los hechos, ésta fue una orgánica compuesta por su hermano Lautaro, una sobrina y el académico Claudio Alvarado Lincopi y que existió sólo en función de su campaña.

    Por lo demás, de obtener la victoria Elisa Loncon podría perfectamente ocurrir la paradoja que el PPD, que obtuvo pésimos resultados en la elección de constituyentes (sólo 3 escaños, incluyendo a Felipe Harboe), podría obtener una influencia desmesurada sobre el curso de la convención a través de la asesoría a su eventual presidenta»
    (Elisa Loncón – Los estrechos vínculos que unen a la candidata para presidir la Convención Constitucional y el PPD, elciudadano, 27 junio)

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