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Cesare Battisti: las venas abiertas italianas de los años de plomo siguen sangrando

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Cesare Battisti, delincuente común, politizado en prisión, es hijo de ese período histórico, los Años del Plomo, aún no reconocido oficialmente por el Estado italiano. Como lo hace el Estado chileno con sus presos políticos, también el italiano niega reconocer los derechos a estos presos. Por eso que Battisti se encuentra en huelga de hambre desde este 2 de junio.

 

Apelación a la justicia de Cesare Battisti

“Tras el rechazo de la solicitud de transferencia no. 52822, hago un llamamiento a familiares, defensores legales, órganos competentes y a todos aquellos que hasta ahora me han apoyado para garantizarme un régimen penitenciario digno.

La solicitud de traslado desde la prisión de Rossano fue rechazada, en esencia, por las siguientes razones:

  1. a) la asignación en AS2[1] estaba reservada al sujeto por razones de seguridad debido al tipo de delito
  2. b) la asignación en AS2 no «previene» el tratamiento ordinario; la ausencia del artículo 4 bis (impedimento) no impide la asignación a AS2
  3. c) AS2 no «previene» un proceso de tratamiento, dirigido a la reeducación y reintegración del delincuente.

Además de no tomar en cuenta el gran malestar por la excesiva distancia que separa al condenado de sus seres queridos, los motivos del rechazo son engañosos. La obstinación del DAP (Departamento de Administración Penitenciaria) en considerar peligroso al infrascrito sujeto, 42 años después de los hechos y sin hacer nuevos elementos en su contra, no se confirma en los tribunales. Por el contrario, el fiscal antiterrorista de Milán, Dr. Alberto Nobili, tuvo que declarar públicamente que «Cesare Battisti ya no representa ningún peligro para la sociedad». La DAP estaría, pues, ante un caso en el que la sanción ya no tiene carácter recuperatorio, como prevé la Constitución, exclusivamente sancionadora.

Pasé 40 años en el exilio llevando una vida de contribuyente, perfectamente integrado con la sociedad civil a costa de la incesante actividad profesional, la participación pacífica en iniciativas culturales y el voluntariado, dondequiera que me ofrecieran refugio. También he recibido elogios internacionales.

Argumentar, como se muestra en el rechazo del traslado, que el departamento AS2 de la Casa Penitenciaria de Rossano es un lugar dignamente adecuado para cumplir con los dictados previstos en el Derecho Penitenciario, en la Constitución y en las Instancias Internacionales, es nada menos que arriesgado. El departamento de AS2 en Rossano es una tumba, todo el mundo lo sabe. Aquí no entra nada y nadie sale por ningún motivo, salvo para llegar a la sala de videollamadas semanalmente. Este es el único departamento en Rossano, sin siquiera azulejos y baños decentes; donde ningún trabajador social pone un pie. La infame puerta de la “cueva de ISIS” es un tabú incluso para el capellán, que hasta ahora ha ignorado regularmente mis solicitudes de entrevista.

Aquí, contrariamente a lo que afirma el DAP, no existe una actividad común orientada a la reinserción social o reeducación real. Aquí todo está diseñado para mantener a raya a los fervientes musulmanes, a quienes, aunque en condiciones execrables, se les ha concedido el derecho a rezar juntos. Por poner un ejemplo, el andar de este AS2 no es más que un palomar obsceno, donde raras veces penetra un rayo de sol; mientras todo lo demás se derrama en ruinas.

Además de las deficiencias generales endémicas, el DAP parece ignorar que en este pabellón no hay nada preparado para los reclusos que no comparten las costumbres y tradiciones musulmanas; o que tengan vivas incompatibilidades de convivencia con esta categoría de presos.

En cambio, sería vital tener esto en cuenta. Dado que, precisamente en mi caso, el único detenido aquí no vinculado al «terrorismo islámico», esto significó un aislamiento total de más de 27 meses, de los cuales los últimos 8 meses sin exponerse nunca a la luz solar directa.

Si no lo ignora deliberadamente, la DAP parece interpretar de manera singular la sentencia del Tribunal de lo Penal de Milán, confirmada en la Casación, en noviembre de 2019, que establece que el abajo firmante debe cumplir la pena en una prisión con régimen ordinario. En ningún caso, el departamento AS2 de Rossano podría garantizar un trato ordinario, ya que esta no es su función.

Había depositado mi esperanza en esta última solicitud de traslado, imaginando que, después de más de dos años en condiciones extremas, las autoridades no se enfurecerían más, considerando también la edad y el precario estado de salud. Pero también y sobre todo por haber mostrado una gran voluntad de reconciliación con aquellos sectores de la sociedad que más sufrieron las consecuencias de la lucha armada de los años setenta, con especial referencia a los familiares de todas las víctimas.

Las cosas nunca son lo que parecen ser según los medios. El reciente problema de los refugiados en Francia es una farsa. Así como la intención del Estado de negarme los derechos establecidos hasta el final es real. Italia mintió, garantizando trato humano e indulgencia. Qué mejor prueba para ver las condiciones del encarcelamiento de Battisti. Lo que los refugiados de Francia que llegan a Italia realmente deberían esperar es lo contrario.

Lamento tener que traer otro dolor a todos los que han estado cerca de mí. Voy a anunciarle que, a partir del 2 de junio, recurriré a la huelga de hambre y a la terapia. Con la esperanza de que la justicia abra una brecha en el muro de los condenados, y que Cesare Battisti también tenga el derecho a la integridad personal que todo condenado debe garantizar. Solo pido que el DAP aplique las disposiciones del Tribunal de lo Penal de Milán”.

Estas son las palabras de Cesare Battisti, en un llamado a la justicia que tanto tiene pena a llegar, a él, como a la mayoría de los presos políticos en todo el mundo.

 

La historia de Cesare Battisti y los Años de plomo

Huyendo de Italia tras su fuga el 4 de octubre de 1981, Cesare Battisti, un ex miembro de Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), ha vivido como fugitivo durante casi 40 años.

En 2018, el presidente Jair Bolsonaro emite una orden de arresto y Battisti vuelve a estar prófugo hasta su arresto final el 12 de enero de 2019 en Bolivia, cuando informa que fue “secuestrado” por la policía italiana y extraditado a Roma.

Battisti es parte de un pasado del Estado italiano que su gobierno intenta de esconder desesperadamente.

Hoy abordar este tema no es fácil, en Italia en esa época se vivía nominalmente en una democracia burguesa, pero siempre se trataba de democracia y aún más nacida de la resistencia a los nazis. Los que lucharon violentamente durante esos años ahora se llaman “terroristas”. Lo que ganó fue el estado burgués y, como es sabido, la historia, la escribe los ganadores.

Calificar lo que en Italia llaman “Años de Plomo”, título de una película de la directora alemana Margarethe von Trotta, que recorre el período histórico entre los años 1970 y finales de los 1980, no es fácil, es un trabajo muy complejo, implica historia política, historia jurídica y por muchas razones es una herida que permanece abierta.

Escuchar las demandas de Battisti llevaría el Estado italiano a reabrir capítulos incompletos de su historia… ¿Tal vez que sería la hora de completarlos, haciéndolo públicos?

[1] Carcél de maxima seguridad.

 

Por Elena Rusca

Ginebra

Corresponsal

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