La Convención Constitucional deberá ser el espacio para los grandes cambios que el pueblo demanda
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El período actual de lucha política está caracterizado por la oportunidad de cambios que ha abierto el resultado de la elección de convencionales. Oportunidad dada por la derrota parcial de la Derecha y ex-Concertación a manos de una buena parte del Pueblo y organizaciones anti neo-liberales que se tomaron calles y foros populares para reclamar el fin del sistema de explotación. Oportunidad de cambios que puede o no convertirse en realidad.
Si la Derecha sumara a los suyos algunos votos de independientes, algunas de cuyas propuestas hasta ahora conocidas nos van mostrando su fragilidad ideológica, junto con algunos votos de militantes PS, cuyos diputados y senadores siguen a diario votando a favor de los ricos, puede perfectamente impedir los cambios. Quienes están contra el neo-liberalismo no han todavía ganado nada. Mucho menos aún los que se declaran por terminar con el Capitalismo, una minoría entre los 155. Las probabilidades de cambio pueden darse si las fuerzas anti neo-liberales consiguen unirse y aprobar un texto constitucional libre de neo-liberalismo. Argumentando, educando y convenciendo a una mayoría que los cambios son necesarios e impostergables. El objetivo mínimo es producir cambios que diseñen la línea gruesa de una sociedad justa, popular, feminista, democrática y plurinacional.
Profundizar la democracia y/o cambiarla es tarea de quienes quieren no solo mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores chilenos sino de aquellas(os) que han tomado conciencia de la clase social a la que pertenecen y están dispuestas(os) también a luchar por el Socialismo. Agitar la lucha ideológica al interior de la Convención, unido a una permanente e indispensable movilización popular y combativa fuera de esta, aumenta las probabilidades de que efectivamente se ganen cosas importantes y que en ese proceso aparezcan un programa y un núcleo de dirección política que se propongan cambiar el sistema capitalista. Siendo indispensable una teoría que define el horizonte posible, es en el proceso de la acción práctica de lucha que pueden aparecen los líderes naturales del movimiento y generarse las ideas para un programa revolucionario.
Para conseguir los cambios habrá que inexorablemente unir fuerzas de la mayoría que está derechamente contra el neo-liberalismo. La pelea será artículo por artículo. La Derecha y sus peones menores estará allí para impedir los cambios necesarios. El Mercurio ya alienta a los boicoteadores. La astucia política, el poder de convicción, el sentido de unidad anti-neoliberal y la firmeza de principios están por eso a la orden del día.
Discusión en la Convención: juicio al Neoliberalismo creado por el Capitalismo
Hay que desmontar la argumentación de que el sistema capitalista neo-liberal que defiende la Derecha es la mejor forma de organizar la sociedad. Además, si se está de acuerdo en que es el Capitalismo quien ha generado el neo-liberalismo, entonces igualmente es preciso terminar con el sistema que lo produjo aunque la correlación de fuerzas al interior de los 155 no es favorable al Socialismo. El enemigo principal aquí son los defensores del neo-liberalismo y sus acólitos en la Convención. La derrota de ese modelo de capitalismo es absolutamente necesaria y urgente. Sería sin duda un avance necesario aunque no suficiente en la lucha por una verdadera democracia socialista. El avance final hacia este último objetivo estratégico no vendrá sin embargo desde la Convención. Solo puede venir del Pueblo organizado.
La socialdemocracia no es la solución: el caso de Portugal
Hemos comentado anteriormente que la socialdemocracia no resuelve los problemas esenciales del Capitalismo[i]. Aquellos que hablan de los países europeos como modelos a seguir pareciera que no conocen la realidad de lo que allí ocurre. En Chile algunos hablan de Portugal como si allí existiera ese “buen vivir para todos” del que nos hablan los defensores de este otro modelo de Capitalismo -su versión menos salvaje – que es la Socialdemocracia. El salario mínimo bruto, que afecta alrededor de ¼ del total de trabajadores en el país es de 665 euros en 2021 y de 825 entre los trabajadores de la empresa privada donde el 22.1% de ellos recibe salario mínimo[ii]. Si en 2001 el 4% de los trabajadores en el sector privado recibían el salario mínimo, esa cifra era de 22.1% en 2018[iii], el desempleo es de 6.9% y de 24% en los menores de 25 años. El salario medio es de 1266 euros (alrededor de $1.050.000[iv]) El arriendo de un departamento de uno o dos dormitorios cuesta entre 400-800 euros/mes dependiendo del lugar. Hoy abundan las organizaciones de caridad que dan comida diariamente a cientos de portugueses, donde una canasta básica significa el 15.5% del salario mínimo[v][vi]. La Salud ha sido privatizada hace tiempo. La salud pública está desfinanciada y por lo tanto es de mala calidad, con grandes listas de espera. Muchos portugueses tienen por eso seguros privados de salud para ser atendidos en innumerables hospitales privados carísimos. Los medicamentos son caros y no existe un programa de medicamentos gratuitos para personas con enfermedades graves atendidas en el sistema público. Las universidades públicas cobran en 2021 un valor mínimo de matrícula de 495 euros y 2500 euros una post-licenciatura. En las privadas suben de 3000 euros[vii]. Las guarderías igualmente caras y muy difíciles de obtener un cupo: hay menos públicas y muchas privadas. Los precios varian entre 150 y 300 euros como base(unos $270.000) mensuales, existiendo para los más pobres en las públicas compartimentación del Estado. Las autopistas están todas entregadas a la administación de empresas privadas y por lo tanto los peajes son caros. Y todo esto, nótese, en un país que recibe anualmente una ayuda de fondos de muchos miles de millones de euros de la Unión Europea que cada año distribuye caridad entre los países más pobres de su ámbito. Este es uno de los países que algunos en Chile gustarían de tener.
Por esto, es necesario también convencer y derrotar ideológicamente no solo a la Derecha sino también a quienes pretenden apenas limitar los excesos de la explotación de los trabajadores por condiciones más “decentes” de esa misma explotación demostrándoles que están profundamente engañados. Durante 30 años el discurso de la Concertación, dominada ideológicamente por la Derecha, se convenció de la “teoría del chorreo”, que menores impuestos a las empresas era mejor para la economía, de la competencia individual a cualquier costo para triunfar en la vida, así como de las virtudes de la meritocracia. De que los sindicatos son inservibles en la disputa entre empresarios y trabajadores, así como de los beneficios que se obtendrían entregando todos nuestros recursos naturales al capital foráneo con la falsa promesa de que la inversión extranjera, libre casi de impuestos y no importando la destrucción del ambiente traería riqueza al país. De que una educación, salud y pensiones privadas eran mejores para Chile. De que los bienes nacionales de uso público debían quedar en manos de unos pocos, algunos regalados por el Estado, y muchos dados a perpetuidad. En suma, de que un país formado por individuos donde cada uno está por su cuenta, no necesitaba del Estado. Todas esas ideas han demostrado ser falsas. En las únicas áreas que hubo progreso relativo en Chile, fue cuando se hizo a contracorriente de los postulados neo-liberales. El resultado hoy es que somos un país para el que la OCDE pronostica 6% de crecimiento económico y que tiene al mismo tiempo casi 30.000 muertos. Ese es el costo que han pagado las y los trabajadores para permitir las ganancias triplicadas de los más ricos en este modelo de explotación.
Eliminar el principio de subsidariedad del Estado en primerísimo lugar de la discusión.
El primer punto de la tabla de discusión constitucional debe ser para eliminar de raíz el corazón del neo liberalismo, el principio de subsidariedad del Estado que impregna el actual texto constitucional: el Estado no se debe meter en la economía allí donde lo puede hacer la empresa privada obteniendo beneficios. Solo para entender la importancia de este principio ni las AFP ni las Isapres por ejemplo pueden ser tocadas sin eliminar la subsidariedad del Estado. De allí la necesidad que este tema sea resuelto inmediatamente. El es el marco rector de la Constitución. Si no se consigue eliminar dicho principio, todo estará perdido y el modelo neoliberal continuará inexorablemente llevándonos a la catástrofe.
Como habrá poco tiempo para la discusión en la Convención, todas las materias que tipifican el modelo neoliberal en la Constitución deben ser discutidas y aprobadas en primera instancia de los trabajos. No pueden ser dejadas para después, con el dilatorio argumento que los puntos donde no hay acuerdo se dejen para el final. Acabado el tiempo de discusión, simplemente no se discutirán, un objetivo permanente que buscará la Derecha.
La propiedad social y la propiedad privada
A la subsidariedad le debe seguir la discusión sobre la propiedad. La propiedad social y la privada. Clarificar por ejemplo la diferencia entre bienes nacionales de uso público que ya considera la Constitución: el agua, las minas, el mar, las redes eléctricas, puertos, autopistas, etc. , distinta de la propiedad de bienes privados muebles e inmuebles: casa, auto, animales, tienda, restaurant, etc.
Los ricos temen, producto de la campaña del terror ya iniciada que les van a quitar sus casas. Seguramente no tienen ese temor los 500.000 chilenos y chilenas que no tienen casa propia[viii]. Y mucho menos se preocupan aquellos cientos de miles donde 4 personas viven en 45 metros cuadrados o menos. El neo-liberalismo grita que se les quiere quitar la propiedad. Pero de que están hablando si esto ya lo han hecho ellos!. Unas cuantas centenas de personas son propietarias del 90% de todos los medios de producción en Chile. Desde las empresas sociales del Estado traspasadas a precio de saldos ( y a veces ni eso siquiera como SQM) durante la Dictadura, a las que se sumó la atribución de practicamente todos los recursos naturales propiedad de todos los chilenos entregados a la voracidad de empresas chilenas y extranjeras, en derechos a perpetuidad sin cobro alguno por esa utilización o arriendos de largo plazo con bajísimos aranceles y royalties en otros casos Algunos de ellos concedidos gratuitamente como los derechos de agua, en cuyo caso el “mercado” en su infinita sabiduría se encargó de que hoy tengamos más derechos de agua que agua y que se anden a rematar ríos como la cosa más natural del mundo.
Argumentos de peso no faltan para demostrar los efectos del modelo neoliberal. Entre muchos otros véase este muy reciente. A propósito de la discusión de un salario temporal mínimo, según el Gobierno habría casi 8 millones de familias y 15 millones de personas cubiertos por el Registro Social de Hogares, o sea, aquellos certificadamente más pobres, que serían quienes reciben este dinero. Lo que quiere decir que el propio Gobierno reconoce públicamente que la abrumadora mayoría de los chilenos son pobres, al punto de pertenenecer a aquellos que necesitan de la ayuda del Estado para sobrevivir. Donde está entonces el mejoramiento y progreso en las condiciones de vida de chilenas y chilenos que toda la casta política, Derecha, Socialdemócratas y Socialcristianos juntos nos dicen que ocurrió en el país? En este contexto hablar de querer eliminar la propiedad privada está demás. Ya fue expropiada hace rato por los ricos.
Convención Constitucional y elecciones presidenciales y legislativas
Simultaneamente este año con la instalación de la Convención, tendremos elecciones presidenciales y legislativas en Noviembre y en estos días elecciones de segunda vuelta para Gobernadores. La Derecha pretende seguir dándonos más de lo mismo. Todos sus candidatos presidenciales y parlamentarios sin excepción defienden los pilares del capitalismo neoliberal chileno. Considerando que casi todos estos temas son otras tantas reivindicaciones de los convencionales que se reclaman contra el neoliberalismo, resulta evidente la relación íntima entre estos dos procesos. Sin embargo, la lucha por la Constitución tiene a nuestro juicio mayor importancia que la elección presidencial y parlamentaria. Los amarres y trabas que deje una Constitución que no cambie gran cosa respecto de la actual Constitución Pinochet-Lagos perdurarán en principio varias décadas. La Presidencia del país por otra parte, independientemente de quien ocupe el cargo no podría hacer mucho si no cambia la Constitución. Claro que la lucha por la Presidencia, el Parlamento y las gobernaciones en menor grado también importan y deben preocupar a todas(os). Un Presidente y Parlamento de Derecha durante la discusión constitucional estarían utilizando todo su poder para torpedear cualquier intento de cambios. Y de allí que en esta lucha también se debe intentar derrotar a la Derecha. Deben ser derrotados a comenzar ahora mismo para que la candidata de Convergencia Social Karina Olivos derrote al viejo político democristiano Claudio Orrego en la muy simbólica Región Metropolitana. Debemos luchar por una Presidencia, un Parlamento y una Convención Constitucional que hablen el mismo idioma: el idioma de los cambios profundos.
No nos perdamos entonces en los tiempos y las prioridades. Convencer a una mayoría de convencionales a eliminar el principio subsidario en la Constitución equivale a derrotar a muchos Lavines del futuro. Definir un Estado donde la salud, la educación y la vivienda sean su responsabilidad y este sea señor de nuestros recursos naturales impulsando un desarrollo económico que deje atrás el caduco modelo exportador de materias primas, traza el camino de políticas públicas a cumplir por cualquier Presidente sobretodo, si los poderes de este quedan restringidos en la nueva Constitución en una estructura de gobernación general democrática, popular y descentralizada.
Movilización y lucha permanente desarrollando las organizaciones de base
La movilización activa y la organización del conjunto de chilenas y chilenos que no participamos directamente de la Convención es también fundamental. Por todo el país se debe agitar la discusión constitucional. Que no quede ningún joven al margen de lo que será su futuro como adulto. Es esta fuerza de lucha popular por los cambios lo que obligó a la casta política al Acuerdo por La Paz y que obligada al Plebiscito – que no le pasaba por la cabeza – corrió a ponerle un candado que impidiese los cambios. Esta fuerza debe trabajar en este período apoyando, asesorando, educando, convenciendo a todas y todos sobre la necesidad del cambio. Debe luchar por participar en la discusión que el esquema de organización de la Convención puede y debe acordar. Fortalecer y masificar las organizaciones de base es fundamental. Esta tarea no tiene que esperar los resultados de la Convención y ya está en marcha. Es en estas organizaciones donde está el germen de una nueva democracia, que no puede seguir siendo ciertamente la democracia representativa que tenemos.
El necesario apoyo de mapuches y el grupo del PS
El pueblo mapuche, a pesar de su baja participación electoral, demostrando que su lucha corre en otros escenarios, tiene aquí también la responsabilidad de saber conducir sus representantes no solo en la defensa de sus intereses sino sobre el conjunto del articulado de la nueva Constitución. Solo cambios substanciales en la actual Constitución pueden ayudarlo en su lucha emancipatoria. La mantención de la actual Constitución o una apenas maquillada solo mantendría la discriminación, represión y expolio para este pueblo que hace parte esencial de lo que somos. Por otra parte el grupo del PS en la Convención tiene aquí la posibilidad de contradecir su dirigencia tal como ya lo hacen hoy sus bases, la que aparece cada día en el Parlamento vendida a la Derecha, donde las votaciones sobre royalty minero, defensa de los glaciales y pesca de arrastre de la merluza son sus últimas demostraciones de que lado se pone una y otra vez.
Desmistificar la idea que la Constitución es un asunto para “expertos”
Entre los miembros de los 155 convencionales hay una gran proporción de abogados además de ingenieros, economistas y profesores. Algunos abogados son especializados en Derecho Constitucional. El resto de los convencionales no deben dejarse intimidar o confundir por el lenguaje legal o técnico de los expertos. Cualquiera sabe que el agua, escogiendo un tema caro a muchos convencionales, no puede seguir perteneciendo a unos cuantos cientos de personas que deciden de su uso a su entera voluntad[ix]. No es necesario ser abogado ni ingeniero hidráulico para dejar eso por escrito. Decir que el agua – que ya se reconoce como de propiedad de todos – debe ser administrada, manejada, definidas sus prioridades de uso y mejorado su acopio y distribución por organismos regionales dependientes de algún ministerio y sin cualquier fin de lucro no requiere de experto alguno. Ponga todo eso ordenadamente en lenguaje florido y técnico y tiene un artículo de la nueva Constitución. Lo que queremos decir con esto, es que de la misma manera que cualquier persona con el corazón bien puesto y hablando del presupuesto sabe que es mejor gastar dinero en hospitales que en comprar submarimos, de la misma manera cualquier convencional que represente verdaderamente al pueblo sabe grosso modo lo que hay que cambiar en la Constitución. Por ejemplo que nuestros recursos naturales, no solo el agua, deben servir a las y los chilenos. Que eso se diga en lenguaje “técnico” es un detalle de forma que se deja en manos precisamente de quienes se reclaman con esa calidad.
Cuidado con los tiempos utilizados en la elaboración del Reglamento
El tiempo será escaso para que 155 personas se pongan de acuerdo en un documento como la Constitución. El Reglamento de la Convención es el primer escollo. Dependiendo de como se haga puede ayudar a frustrar los cambios deseados. La Derecha puede sistemáticamente torpedear esa indispensable tarea previa al inicio de la discusión del articulado de la nueva Constitución haciendo gastar un tiempo enorme en ello. Las fuerzas anti-neoliberales tendrán aquí su primera batalla y la experiencia de juntar fuerzas para aprobar un reglamento simple, breve, eficiente y eficaz lo más rapidamente posible, que de garantias democráticas a todos. No olvidar tampoco que las disputas reglamentarias u otras irán a parar a la Corte Suprema, que como se sabe es la suprema defensa del sistema. Habrá que evitar llegar a eso a todo precio.
Como se vé, un año fundamental de luchas muy intensas que pueden abrir el camino o no de las grandes alamedas.
Por Patricio Serendero
[i] Ver “La Propuesta constitucional de la Convergencia Progresista es poco progresista”, Clarín, 15/12/20
[ii] Fuente: Pordata, 2021
[iii] Fuente: idem. Pordata 2021
[iv] Según el Instituto Nacional de Estadística de Portugal
[v] Estudio de empresa Picodi en 2017 en 54 países. En Inglaterra se gasta el 7% de un salario mínimo en alimentación
[vi] Recomiendo leer “Os donos de Portugal”, de J. Costa para ver la estructura del poder económico que defiende la socialdemocracia
[vii] Fuente: Publicación Ekonomista, del 3/6/2021
[viii] Estimación a partir de los datos del Censo de Población de 2017
[ix] Icluyendo por lo menos 11 miembros de la propia convención constitucional como el ex-presidente de la DC Fuad Chain.
Felipe Portales says:
En todo caso, un rumor digno de ser recordado un 4 de junio…
Felipe Portales says:
A propósito de que la gigantesca concentración de la propiedad privada en pocos grandes grupos económicos ha destruido -entre otras cosas- la propiedad privada de miles de pequeños empresarios; y de que con ello se generaban las condiciones de que bastaría la expropiación de unas 30 personas para instalar las bases de un sistema socialista; se generó hace tiempo un rumor de que el PS seguía siendo marxista-leninista y que solo estaba cambiando sus tácticas para hacer la revolución. ¿Será cierto?…