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La lucha popular en las calles de Colombia

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El control de la sociedad colombiana por las redes de empresarios ha terminado provocando un enfrentamiento masivo desde el año 2019 contra los resultados económicos sociales en que viven millones de personas.

La pobreza alcanza a 21 millones de personas, 42 % del país, la pandemia acumula más de 76.000 muertes y casi 3 millones de contagios.

Los desplazados por despojos violentos aumentaron de 7,2 millones el 2016 a casi 8 millones en beneficio de la explotación minera, energética y agroindustrial en territorios en conflicto.

Una política que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) consideró “ejemplo de éxito”.




Desde el poder operan  alianzas criminales entre paramilitares, políticos, servidores públicos, élites locales económicas y empresariales, y narcotraficantes. Su asesinato de exguerrilleros y líderes sociales es sistemático y es la continuidad del asesinato anterior de más de 4.000 miembros de la izquierdista Unión Patriótica (UP) y la política de ‘falsos positivos’, que permitió que civiles fueran presentados por el Ejército como «bajas en combate», disfrazándolos de guerrilleros para ganar recompensas.

En ese contexto el poder propuso una reforma tributaria que pretendía recaudar 6.400 millones de dólares y se anunciaba la posible compra de aviones y armamento por 4.000 millones de dólares, casi el 60 %.

Afectaría especialmente a los más pobres   fue el detonante. La lucha ha unido a las comunidades más vulnerables del país: jóvenes, indígenas, comunidades negras, campesinos. Nazareth Balbás (*)

La represión desatada sigue las prácticas históricas de los magnates regionales. Hay 37 asesinados.

La Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Colombia presentó junto a 26 organizaciones de derechos humanos un reporte en el que documentaron la desaparición de 471 personas en el marco de las protestas contra el Gobierno colombiano. Por el momento, 379 individuos siguen desaparecidos. RFI

No se sabe con certeza cuántos son ni en dónde están. Lo que sí es un hecho es que las represiones policiales durante las protestas sociales en Colombia están dejando una estela de personas desaparecidas en un país que arrastra una larga historia en torno a un delito que está considerado de lesa humanidad. Las personas que ya han sido ubicadas denuncian detenciones arbitrarias; en otros casos se han producido torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes. RT

No hay una condena del bloque occidental al poder colombiano que es colaborador del asedio a Venezuela.

El Gobierno de los Estados Unidos llamó al diálogo en Colombia, durante las intensas represiones represivas del Gobierno de Iván Duque, mientras intensifica medidas unilaterales coercitivas contra Venezuela, a los fines de una salida violenta del Gobierno de Nicolás Maduro. En Venezuela cuestionan la posición «tibia» la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y el Gobierno de EE.UU. sobre la represión policial y militar en Colombia.  El Ciudadano

El gobierno ha retirado el proyecto tributario y llamado al diálogo. En algunos medios progresistas se ha vislumbrado la posibilidad de un cambio en Colombia pero no parece haber una fuerza política que lidere una política contra el dominio de los oligarcas. En la última elección el partido de los exfarc no tuvo votos.

Lo más cercano a lograr serían reformas desde un gobierno subordinado a esos grupos. Repetir en Colombia lo sucedido en Chile, Brasil, Bolivia, Ecuador, donde los grandes empresarios mantienen una situación estructuralmente sin cambios.

En Brasil bajo los gobiernos de Lula y Dilma crecieron las milicias de derecha en Río de Janeiro. El asesino que mató a la concejala y activista Marielle Franco el 14 de marzo de 2018 se encuentra entre estas fuerzas que se nutren de expolicías, bomberos, suboficiales de las fuerzas armadas, lúmpenes para todo servicio y hasta dealers. Hispantv

En Bolivia el empresariado dirigió un golpe con apoyo de militares y policías

En Ecuador el correísmo mantuvo la fuerza económica, política, de los propietarios tradicionales que regresaron a la presidencia.

En Chile el empresariado controla todo con el apoyo de una neoderecha antes socialista.

Las fuerzas militares cubanas y venezolanas no dependen de las potencias occidentales ni de los negociantes nacionales y esa situación no se produce en los cambios reformistas.

Por el momento la fuerza la tienen las familias colombianas de la gran propiedad y la ejercen a través de sus funcionarios de gobierno, militares, periodistas, analistas, religiosos.

Cuando en el planeta se necesita un cambio en el uso de los recursos, la producción, el consumo, la solidaridad global, creer que se haga manteniendo las redes de poder familiares oligárquicas es conservar el trato al planeta y a los pueblos del mismo modo existente.

 

Por Rómulo Pardo Silva

Referencia

(*) https://actualidad.rt.com/actualidad/391396-excusa-guerra-conflicto-postergado-colombia-raices

Por una civilización sostenible solidaria

Mientras no haya partidos y movimientos civilizatorios todos ellos como sus masas son conservadores.



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