La derecha chilena y el régimen chino
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No causa asombro que el piñerismo guarde silencio frente a las declaraciones del actual embajador de China en Chile sobre asuntos de Derechos Humanos.
Cualquier presidente medianamente inteligente debe comprender que el respeto al hombre y sus derechos son asuntos que están más allá de las fronteras, es un asunto universal. De la misma forma y manera en que se establecen las relaciones entre los pueblos, el respeto y la no interferencia en sus asuntos internos.
En algunas situaciones la derecha chilena y especialmente Piñera y sus bufones disfrazados de ministros salen a dar clases de diplomacia, cuando la verdad es que la precariedad está hasta en las esquinas de las oficinas de La Moneda
Un hombre en Africa o en cualquiera esquina del mundo nace arropado con una legalidad que le asegura que su paso por la vida sea digno y respetado. El derecho internacional no sólo se redactó para resolver asuntos de fronteras o de mercados.
Nadie cuestiona la Declaración Universal de los Derechos Humanos, fue justamente aquel instrumento que validó la lucha por la democracia y los generosos intentos para el derrocamiento de la dictadura militar.
Debemos necesariamente recordar que la detención del dictador Pinochet en Londres es consecuencia de que la justicia puede llegar más allá donde están instaladas las fronteras. Otra cosa es recordar a los mendicantes de la concertación pidiendo que le entreguen a su dictador que les dejó instalado un modelo para que lo administren.
En Chile desde hace muchos decenios ha sido la izquierda que ha instalado los derechos de todos los chilenos. La masacre de la Escuela Santa María es sin duda el primer gran ejemplo de como el pueblo golpeado y llevado a la condición de esclavos logra construir un pliego de peticiones que tiene como sentido único la dignidad del hombre y la vida.
¿Aceptaríamos en los tiempos actuales que se le pagara a los trabajadores o funcionarios públicos con fichas? Evidentemente que no. Entonces esos hombres y mujeres que bajaron desde las salitreras hicieron lo justo, lo que se debe hacer siempre cuando los derechos son conculcados.
No es la derecha que recuerda las masacres obreras en Chile, sencillamente porque ellos a su manera son los herederos de aquellos crímenes y los que sostienen la impunidad.
Chile bajo los gobiernos de la concertación y del piñerismo, se han pasado por alto asuntos muy importantes para otros pueblos.
Cuando se firmó el TLC con Turquía nadie recordó el genocidio Armenio. Dos millones de Armenios asesinados por los turcos a los que les robaron sus casas, sus dineros y hasta sus iglesias, es que el mercado no tiene color, olor ni sabor, es sencillamente el mercado. En Francia actualmente se condena con cárcel a todo ciudadano que asuma una posición de negación sobre estos violentos sucesos que acontecieron entre 1915-1917.
La precariedad histórica de la derecha es miserable.
China, el país al cual le vendemos cobre y después le compramos alambre de cobre, es de conocimiento mundial un lugar donde los Derechos Humanos son violentados de forma cotidiana, donde el respeto por el hombre está supeditado al modelo que impone el comité central del pc y su secretario general.
Piñera sostiene que en el caso de China hay que separar los asuntos. Una cosa son las relaciones económicas y los aspectos comerciales, y otra el respeto a la vida. Ni la CPC ni la Sofofa ni los exportadores de frutas conocen el nombre del chino aquel que se paró frente a un tanque en la Plaza de Tiananmen con una bolsa de plástico en la mano. Mientras los grupos económicos obtengan beneficios no tiene importancia hacer mención a los Derechos Humanos.
Los empresarios actúan de la misma forma en Chile. La CPC y la Sofofa condenan la violencia, pero callan cuando Piñera manda a mutilar a los que salen a protestar.
Inaceptable constituye que el actual ministro Bellolio creo que se llama, haya invitado a dos jóvenes líderes de las manifestaciones en Hong Kong y el día que fueron condenados a once años de prisión no dijera nada, guardara ese silencio de cómplice. Realmente un miserable, un pusilánime, un espanta pájaro sin ojos. Hay ocasiones en que se debe preguntar como sucedió para que llegáramos a estos niveles de mediocridad y pobredumbre en la forma de gobernar.
No hay duda que para la derecha los asuntos de Derechos Humanos no tienen absolutamente ningún valor. Para ellos el hombre es mano de obra a la cual se le debe pagar por su trabajo, y lo hace de forma mezquina.
Resulta también insultante que la actual oposición guarde silencio cómplice. Que nada diga cuando el embajador de China asiste al Congreso y sostiene que cada país es diferente y que el respeto a los derechos fundamentales son asuntos de cada país. Los únicos maoístas actualmente están en la CPC y la SOFOFA, ninguno de ellos han leído la tesis filosóficas de Mao, no es necesario. Las exportaciones colocan los asuntos en el buen nivel.
Es que China es excitante, si hasta los hijos de Piñera viajaron con su padre para hacer negocios.
La expansión de China en Chile causa asombro, en energía, importaciones y la minería, nadie discute la soberanía cuando los precios en el mercado siempre marcan números azules, ese ese el negocio.
Esta derecha chilena amoral se ensaña con países agredidos por el imperialismo yanqui. No habla cuando existe el embargo de fondos venezolanos en bancos de Europa que no pueden retirados sencillamente porque los EEUU así lo exige.
Piñera, es realmente un mequetrefe.
Por Pablo Varas