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Crónica histórica sobre Garpu, grupo de apoyo a la resistencia y al pueblo chileno en Milán

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Dentro de las formas orgánicas de funcionamiento y las tarea realizadas por el MIR en el exterior después del 11 de Septiembre de 1973 estuvo la de conformar Grupos de Apoyo al Movimiento de Izquierda Revolucionaria, conocidos como “GAM”. Estas organizaciones eran pequeños colectivos o grupos de compañeros y compañeras que habiendo sido militantes en Chile “perdían su calidad de tal” al llegar al exilio, y para realizar el trabajo político se organizaban en estos grupos, puesto que la política definida por el MIR era quedarse resistiendo en la clandestinidad a la dictadura y no asilarse. También se formaron GAM, como es el caso de esta crónica, constituidos por compañeros y compañeras que sin haber sido militantes se identificaban con los planteamientos políticos del MIR y realizaban tareas de discusión política, apoyo y difusión de la línea partidaria, como también participaban en las campañas de financiamiento partidario y de solidaridad con la Resistencia Popular al interior de Chile.

 

En relación con las características con las que fueron inicialmente creadas estas orgánicas denominadas GAM, Carlos, militante del MIR, quien después de haber estado en prisión en Chile fue expulsado al exilio el año 1975, me relata su experiencia al respecto en Noruega, manifestando:

“En rigor, nosotros con mi compañera éramos los primeros que veníamos llegando a Noruega expulsados, no como habían llegado anteriormente otros compañeros que se habían asilado. Allá estaban organizados en un GAM, que tenía traductores, contactos con la prensa, funcionaban en el Chile Comité y ellos tenían la representación dl MIR. Como éramos los primeros en llegar desde la cárcel me llevaron a distintos diarios para contar la represión sufrida en los recintos de detención y tortura.

El trabajo de denuncia y solidaridad que hacían estos grupos  era muy importante. Me recuerdo que llegué a fines de Julio y pasado el 15 de Agosto se hizo un acto en Oslo por el aniversario del MIR.




Estuvieron hartos años funcionando los GAM, que eran Grupos de Apoyo al MIR, y mucho tiempo después, como fueron llegando muchos compañeros dirigentes que habían estado en prisión, se comenzó nuevamente a entregar militancia.

Había GAM en distintos países, existía una coordinación escandinava y nos juntábamos en Estocolmo con la gente de Suecia, con la de Finlandia y los de Dinamarca. Nos juntábamos  un representante de cada país en esta reunión de coordinación por donde constantemente estaban pasando distintos dirigentes. Me recuerdo que  el partido  sacó el “Correo de la Resistencia” y nosotros allá en Noruega hacíamos copias para enviarlas a otros países.

Se hizo un trabajo muy bueno organizando por el GAM desde antes que yo llegara. Los GAM eran la representación del MIR afuera, además como en aquel tiempo decíamos “el MIR no se asila” no se consideraba la militancia a los que se habían asilado y estaban afuera. Después cuando empezó a llegar mucha gente que venía de las cárceles, incluso miembros del Comité Central, por ejemplo a Noruega llegó el Agustín, la Mirta, el gringo Frodden que fue Jefe del Regional Valparaíso, empezaron a darle otro cariz, entonces se empezó a hablar de militantes, ya que habían pasado por las cárceles y no había cuestionamientos con ellos. Empezó a haber una coexistencia entre el partido por un lado y el GAM por otro.

Lo que rescato de todo el trabajo que se hizo es el trabajo de denuncia, solidaridad, campañas de financiamiento, lograr apoyo para salvar la vida de compañeros. Nunca descansamos en ese trabajo y fue una pega muy importante que se hizo.”

En el libro “Mujeres en Rojo y Negro”, de Tamara Vidaurrázaga Aránguiz, donde recoge lo testimonios de Arinda Ojeda, Soledad Aránguiz y Cristina Chacaltana, tres mujeres militantes miristas, aparecen algunas pinceladas respecto a los Grupos de Apoyo al MIR, que como se plantea también acá, se crearon en el exilio con los compañeros y compañeras miristas que llegaban desde Chile, puesto que el Movimiento de Izquierda Revolucionaria había definido considerar como militantes solo a quienes permanecían al interior del país.

En lo que se refiere a la militancia en el exilio la autora del libro anteriormente citado expresa: “En el exilio europeo se encontraron entonces militantes del MIR asilados, expulsados luego de la prisión y unos pocos autorizados a salir por ese partido. En un primer momento no se les permitió trabajar políticamente a quienes se habían asilado, por lo que se formaron grupos de apoyo (Grupos de Apoyo al MIR, GAM) para estos/as chilenos/as…”

En el testimonio entregado por Arinda Ojeda, quien estuvo exiliada en Brescia, Italia, respecto a los GAM manifiesta: ”Después llegaron los primeros compañeros chilenos que salieron de las cárceles y tomaron la dirección del partido y formaron los grupos de apoyo. Se empezó a trabajar orgánicamente con reuniones locales, regionales y nacionales. Cuando pasamos al GAM se acaba ese grupo latinoamericano, porque lo que nos unía a los argentinos y uruguayos era el afán de hacer cosas, pero no había mucho más en común. Y los chilenos que habíamos en la ciudad éramos del partido, entonces en la medida que nos incorporamos al GAM no tenía vigencia ese grupo latinoamericano…” Soledad Aránguiz, quien llegó exiliada a Bruselas, Bélgica, expresa respecto a los GAM: “Allá no había partido, sino GAM (grupo de Apoyo al MIR), porque no había MIR fuera de Chile…”

El caso específico al que me referiré en esta crónica tiene que ver con el  GAM que se constituyó en la ciudad de Milán, Italia, en otro momento, en período posterior, formado por compañeros y compañeras que no habían sido militantes del MIR. Estuvo formado por una compañera y un compañero italiano, una compañera peruana, dos compañeros y una compañera chilena.                     A este Grupo de Apoyo al MIR (GAM) sus integrantes decidieron llamarlo “GARPU”, Grupo de Apoyo a la Resistencia y al Pueblo Chileno.

Este GAM se formó  a principio de los años 80 y funcionó hasta fines del año 1983. La relación con el MIR se establecía a través de un compañero encargado del grupo, militante del MIR designado por el partido quien proveía el material necesario para conocer, discutir y difundir la política del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Este nexo nos permitía asimismo insertarnos en las campañas de denuncia, solidaridad  que se desarrollaban en Italia. A manera de ejemplo una de las campañas que recuerdo se relacionó con el apoyo a Radio Liberación.

 

 

Dentro de nuestro plan de trabajo como grupo definimos implementar un Boletín de elaboración propia, que fuera más allá de los documentos entregados por el Partido, para dar a conocer la realidad chilena, la represión ejercida en contra del pueblo  y los avances de la Resistencia Popular a la dictadura.

Este Boletín se elaboraba una vez al mes, en un formato tamaño oficio, el cual era posteriormente  fotocopiado para elaborar un centenar de ejemplares que se distribuían principalmente a las organizaciones sindicales, sociales y políticas italianas. Se editó en forma permanente durante alrededor de un año y medio. El nombre que se le dio fue “Unitá e Lotta” (Unidad y Lucha) y en la editorial de su primer número, al que se l colocó el N° 0, de Noviembre de 1982, se manifestaba lo siguiente:

“Somos un grupo de compañeras y compañeros italianos y latinoamericanos que nos hemos reunido orgánicamente en el Grupo de Apoyo a la Resistencia y al Pueblo Chileno (GARPU); nuestro objetivo es activar y canalizar la solidaridad italiana hacia la Resistencia Popular y las organizaciones de base al interior de Chile.

Como referencia en el extranjero nos remitimos a la COSECH (Coordinación de la Solidaridad Europea con Chile). Al interior del país, en cambio, con los diferentes grupos y organizaciones populares (de presos políticos, de pobladores, de mujeres, de estudiantes, sindicales, de desocupados, etcétera) que tienen su expresión orgánica y coordinada en el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), y al mismo tiempo en la Resistencia Popular, articulada en los diferentes frentes de propaganda, defensa y lucha ofensiva en contra de la dictadura.

 Nuestra posición política está de acuerdo por lo establecido en líneas generales por el movimiento popular chileno, en la búsqueda de la UNIDAD de todos los sectores populares, la DEFENSA de los derechos del pueblo y la LUCHA – en todas sus expresiones- para la derrota de régimen de contrainsurgencia que lleva adelante la dictadura militar- financiera a cuya cabeza está Pinochet.

Estamos de acuerdo con lo establecido por los representantes de los diferentes partidos de la izquierda chilena en la Declaración Unitaria de México, emitida en el mes de Septiembre de 1981 y Mayo de 1982.

Esta línea política amplia y ofensiva busca constituir una real alternativa a la dictadura, con la concreción de un Gobierno Democrático y Popular que reúna a todas las fuerzas y sectores que participan activamente en la derrota de la dictadura, como el paso previo a la construcción de una sociedad socialista.”

 

 

 

El Boletín tenía diversas secciones como la sindical, de derechos humanos, resistencia popular  y solidaridad internacional. En el primer número se incluyó un documento de la Coordinadora Nacional Sindical (CNS) enviada a la Organización Internacional del Trabajo (OIT); un artículo sobre la represión a los estudiantes universitarios; acciones de resistencia realizadas en Concepción para el 11 de Septiembre y un documento del CODEPU llamando a la solidaridad internacional con la resistencia y la lucha por los derechos del pueblo.

Dentro del material de difusión elaborado por el GARPU se realizaron pequeños libros denominados “Dossier”, que reunía una serie de documentos y análisis sobre la realidad política, social, económica, cultural y represiva en Chile, compilaciones que fueron realizadas por la compañera Mariella Moresco.

 

 

En el Dossier N°2, publicado en Agosto de1983, se realizó un extenso análisis de la Constitución del 80, el modelo contrainsurgente y económico allí definido, como asimismo los nefastos efectos sobre los derechos del pueblo contenidas en ella; un análisis sobre la organización y rearticulación del movimiento popular y sus luchas, incluyendo  la formación del CODEPU en Noviembre del año 81 en Santiago; y una breve descripción de las Jornadas de Protesta iniciadas en Mayo del 83.

Fue precisamente al interior del GARPU que conocimos de la formación del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) en Chile y a través de nuestras publicaciones difundimos este hecho, ya que lo consideramos muy importante en la lucha del pueblo chileno en contra de la dictadura cívico-militar.

La participación en el GAM nos permitió obtener una serie de herramientas y conocimientos que contribuyeron de manera significativa en nuestra formación política.

 

 

En el caso del GAM de Milán, creado después de los años 80, ninguno de sus integrantes había sido militante del MIR, pero se identificaban con las políticas implementadas por dicho partido y esa fue la razón que los motivó a incorporarse y formar este grupo, con características distintas a las consideradas inicialmente en la creación de los GAM, como se expone en los testimonios entregados anteriormente.

El objetivo de esta crónica es aportar un pequeño trozo más al rompecabezas de la memoria histórica popular.

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 23 Marzo 2021

 



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