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Félix Huerta Corvalán (1945-2021): una vida entregada a los grandes ideales

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 29 segundos

Félix Huerta Corvalán es un revolucionario que representa al “hombre nuevo” al que arengaba el Che Guevara y su vida es un ejemplo de consecuente entrega a sus ideales. De sus 75 años, pasó 51 de ellos postrado en una silla de ruedas por una bala que le destrozó la médula espinal.

Su nutrida trayectoria hace muy difícil resumir su vida. Nació en un hogar de maestros católicos en La Serena, se formó en la educación pública en los liceos Manuel de Salas e Internado Nacional Barros Arana (INBA), donde tuvo su despertar político.

Estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile junto a Carlos Lorca Tobar, de quien fue gran amigo, e ingresó a la Federación Juvenil Socialista en los años previos a la Reforma Universitaria, en la que se destacó como vocal FECH. Además, estudió Filosofía y leyó todo tipo de clásicos, de literatura, poesía, política, sicología, educación, insurgencia y otros.

Recorrió las poblaciones callampas brindando servicio público de salud, y en los campos del sur, donde creó sindicatos campesinos y entregó formación política. Como el “Ché”, hizo un viaje por América Latina, palpando de cerca la penuria indígena.




Con esa visión de pobreza e injusticia pegadas en su retina, tras siete años de estudios abandonó medicina en 1968 y aceptó la invitación de Elmo Catalán y Arnoldo Camú para incorporase a la guerrilla en Bolivia, siendo parte del grupo que rescató a los sobrevivientes del “Guerrillero Heroico”, asesinado en Octubre de 1967 en la escuelita de Higueras, en Camiri.

En su preparación para seguir la lucha en Bolivia con Inti Peredo, recibió un impacto de bala que lo postró físicamente.

Esto no le impidió ser actor de hechos históricos trascendentes para Chile: contribuyó en la campaña que eligió al Compañero Salvador Allende, junto a jóvenes dirigentes socialistas, y fue uno de los seis brillantes cuadros políticos del PS y PC que formaron en La Moneda el Centro de Estudios Nacionales de Opinión Pública (CENOP), que asesoró al presidente mártir hasta su muerte.

Luego del golpe, la represión fascista hace desaparecer a sus más cercanos amigos, como su querido hermano Enrique Huerta; a Ricardo Pincheira, Jefe de Inteligencia del PS; Claudio Jimeno y Jorge Klein, integrantes del CENOP de turno en La Moneda el fatídico 11 de Septiembre; a los integrantes de la primera Dirección Nacional Clandestina del PS, encabezada por Ezequiel Ponce Vivencio; por su amigo, el médico, diputado y Secretario General de la JS, Carlos Lorca; Ricardo Lagos Salinas y Víctor Zerega, todos ellos detenidos desaparecidos, y por Arnoldo Camú, ejecutado por Armada Nacional.

Postrado como estaba, fue detenido en su casa por el SIM. Pese a la vigilancia y a la represión que ejercen sobre él y su familia los servicios represivos, Félix se las ingenia para colaborar con la Dirección Clandestina. Participa activamente en la elaboración del Documento de Marzo y mantiene contacto y apoyo epistolar con múltiples camaradas, entre éstas Beatriz Allende, “Tati”, cuyo suicidio en Cuba le impacta profundamente.

Se niega a abandonar Chile y desde su silla de ruedas se reincorpora a la resistencia desde el frente de la defensa de los DD.HH, ligándose en particular la causa de salvar el futuro de los más pequeños, en actividades sabatinas iniciadas en la casa del Obispo Jorge Hourton con los/as hijos/as de compañeros/as detenidos/as-desaparecidos/as, lo que lo vinculó a su compromiso educacional.

Tras un largo y difícil proceso no exento de reveses fundó el Colegio Rubén Darío, que tomó el nombre del poeta nicaragüense tras el triunfo de la Revolución Sandinista, en el cual se forman niños y jóvenes de ambos sexos. Este desafió lo llevó a estudiar variados métodos pedagógicos y a titularse de profesor de Biología para dictar clases. Luego, a titularse de abogado a los 60 años, para enfrentar las complejidades administrativas y legales del colegio exigidas por el Ministerio de Educación de entonces.

Hasta su partida, Félix fue un activo observador y analista del nuevo ciclo político iniciado por las movilizaciones estudiantiles en 2011, de los cambios impulsados por la explosión social de Octubre de 2019, con la exigencia de una nueva Constitución, y participó activamente en análisis de la situación organizados por zoom por el Centro de Formación Memoria y Futuro, que hoy despide a su más lúcido y consecuente integrante.

11/Mar/2021

Centro de Formación Memoria y Futuro

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  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Felix Huerta tuvo una vida terrible y ejemplar. Le llamaban familiarmente «El Tieso» y para todo se le consultaba, durante la Unidad Popular y después. Por un accidente quedó inválido y no se amilanó. Siguió siendo un consejero querido y respetado por todos y fundó un colegio extraordinario, que no sé si subsiste sin él, pero ojalá sea así. Honor y gloria a nuestro querido compañero Félix Huerta.

  2. ramon roman says:

    ¿Que más se puede agregar a la vida de este verdadero revolucionario? Joyas humanas como este compañero no son encuentran todo el tiempo. Descansa en paz, compañero.

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