Crónicas de un país anormal

Sebastián Piñera: un pésimo Presidente que sabe vacunar

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Es innegable que el Presidente Sebastián Piñera es bueno para los negocios y si son personales y familiares mejor , y si le sobra dinero, colabora con otros países más pobres de América Latina en la donación de dosis de vacunas contra el Covid-19, (claro está, con el dinero de todos los chilenos).

El antiguo catecismo decía que la caridad era muy bien pagada en este mundo y, sobre todo, en el del más allá, (por si acaso, pregúntenle al samaritano del camino y al buen ladrón en la cruz, por ejemplo). En Chile, don Arturo Alessandri lanzaba a la chusma el abrigo del patero que estaba sentado a su diestra, y así, es fácil llegar muy alto en el poder cuando lo regalado es de otro. Los empresarios-Presidentes de América Latina, cuando les quedan chicos sus países de origen, realizan negocios con sus vecinos, como “buenos cosmopolitas”, pues el dinero no tiene patria; Mariano Ignacio Prado, Presidente de Perú, se robó la plata recaudada para costear la guerra contra Chile, además, ya poseía minas y Bancos en Chile, quizás más rentables que en su país, (incluso se hizo a un alto cargo en el ejército chileno, y mientras los soldados se mataban, los Presidentes se enriquecían y, lo peor, el imperio británico se aprovechaba “guardándolo el dinero en sus Bancos).

Sebastián Piñera  repite las hazañas de sus predecesores: en cualquier capital de América Latina se puede comprar en las mismas tiendas existentes en Chile, (Falabella, Almacenes París, Ripley, Home Center, y otros), de las cuales los Piñera – incluidos sus hijos y hasta sus nietos – ministros y amigos, son socios mayoritarios).

“Dios ama a los ricos porque son más pillos que los pobres”, y valoran los negocios por sobre la posibilidad de desarrollo intelectual: qué importa que no haya leído ni un libro, pero dominan los trucos de las Bolsas de Comercio.

No quiero ser malpensado, pero se me ocurre que las vacunas solidarias, enviadas a Paraguay y Ecuador, y el oxígeno a Perú, además de demostrar que el Presidente Piñera y su esposa, Cecilia Morel, son personas sensibles, esta pareja no es tonta, y sabe que lo único importante es la plata: ecuatorianos y paraguayos que, tal vez, van a salvar su vida, estarán mucho más agradecidos del gran Presidente chileno, Sebastián Piñera, que de los ciudadanos chilenos que, gustosos, hubieran donado las vacunas, pues el negocio se da entre Presidentes y no entre ciudadanos comunes. Otro beneficio muy ansiado por el Presidente Piñera es convertirse en líder del Pacífico Sudamericano, (honor que no pudo lograr en Cúcuta, cuando pedía la cabeza de Maduro), así, Piñera que estudia para Dios, estaría cerca de recibir el galvano y la presidencia de el Monte Pelerín, la fundación-eje de neoliberalismo.

Entre las virtudes teologales, la más importante y también “rentable” es la caridad pues, aun cuando se disimule ayudar al prójimo, y derramar lágrimas de cocodrilo por la muerte de miles de niños a causa del hambre, especialmente en África y Asia, los empresarios que dicen practicarla, (los Piñera, por ejemplo), reciben el ciento por uno del cariño de sus pares y del reconocimiento de las personas beneficiadas, (sobre todo “la mano derecha sabe lo que hace la mano izquierda”, gracias a los Canales y a la Radio, comprados por los empresarios, cuyos suches periodistas están a merced del libreto escrito por su dueño, (véase Canal13).

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

10/03/2021

Historiador y cronista

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