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El papa Francisco en Irak: una jugada estratégica

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Los Papas antecesores de Francisco intentaron visitar ese país, pero Sadam Husein, por ejemplo, se negó a recibir a Juan Pablo II. La situación política del Medio Oriente está cambiando en la actualidad: el centro de la política del anterior mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, tenía su eje en empoderar a Israel y a Arabia Saudita, así, el enemigo principal de Estados Unidos, Irán, aislado se limitaba al apoyo de China y Rusia.(sufriendo sanciones muy severas de USA)

Durante el corto tiempo que lleva el gobierno de Joe Biden ha introducido en su agenda el complejo tema del Medio Oriente: ya decidió ordenar el bombardeo de localidades de la frontera entre Irán y Siria y, a su vez, ejercer presión sobre Arabia Saudita para lograr el cese del fuego en la guerra de Yemen.

En este escenario, la política vaticana, (que había fracasado en América Latina a causa, especialmente de las conductas aberrantes de algunos clérigos, y la incapacidad de los Nuncios Apostólicos para contralar el flagelo, que perjudicaba a las iglesias católicas en favor del protestantismo) eligió, luego del confinamiento de varios meses debido a la pandemia del Covid-19, la reapertura del diálogo, empezando por Irak, de mayoría chiita.

Nada más adecuado que la visita del Papa católico a la llanura de Ur, de Caldea, patria de Abraham, fundador de las tres religiones monoteístas.

La preparación y planificación, y hasta el mismo viaje, no eran fáciles, pues Irak había sido invadido por los norteamericanos, luego ocupado por el grupo armado “Estado Islámico” y, más tarde, balcanizado por el reconocimiento del Kurdistán, al norte del país, cuya población está diseminada distintos países, (norte de Siria, ahora atacado por los turcos, Turquía misma e Irak), pueblo simultáneamente atacado por los turcos en Siria, en la misma Turquía y, ahora, en Irak, donde existe una región independiente.

Las iglesias cristianas en Oriente son las de más antigüedad en la historia de esta religión, (San Pablo el fundador era sirio), y en las iglesias de Irak – como en las de Siria – en las oraciones se emplea el arameo, legua que se hablaba en la época de Jesús.

Antes de la invasión norteamericana, (durante el gobierno de George W. Bush), los cristianos eran 1 millón quinientos mil fieles, el 10% de los iraquíes; aniquilados por el grupo Estado Islámico, hoy sólo restan 300 mil cristianos, (el 1% de la población). La Catedral de Bagdad e iglesias de otras ciudades fueron destruidas por los integrantes del Estado Islámico.

Las religiones saben usar muy bien el simbolismo, por consiguiente, el viaje del Papa a Irak, aunque no redunde en los mejores resultados en política internacional (el vaticano esta desprestigiado por la corrupción económica y sexual de cardenales y sacerdotes) sin embargo el mismo encuentro del Papa con el líder máximo de los chiitas de Irak, el Ayatola Ali Sistani, tendrá una enorme importancia para el encuentro entre chiitas y cristianos.

Las ciudades elegidas para la visita del Pontífice tienen un enorme valor histórico y cultural, empezando por Ur, de Caldea (nacimiento y vida de Abraham), seguida por Mosul y   como también en el norte, donde visitará la capital de la región del Kurdistán Arbil.

En el plano geopolítico, Irak – la antigua Mesopotamia y el delta del Tigris y el Éufrates, además de ser lugares de gran antigüedad y valiosa cultura para la humanidad – tiene una enorme importancia en la génesis de las religiones monoteístas, ´judía, cristiana y musulmana´ – y, a su vez, Irak, aun cuando ahora devastado por las guerras e invasiones, tiene la enorme importancia en la disputa entre Estados Unidos e Irán que, lejos de amainar con el cambio de gobierno en Norteamérica, ha recrudecido, mostrando un gobierno de los Demócratas, bastante interesado en continuar el imperio tecnócrata militar. Los integrantes del Partido Demócrata saben muy bien que todos los segundos gobiernos de cuatro años logran la reelección cuando están embarcados en conflictos bélicos, (buen negocio para el imperio); por el contrario, los gobernantes que sólo han durado un solo período, en general, han perdido la reelección por ausencia de guerras, (Carter Y Trump).

Una vez concluida la visita del Papa a Irak, este país tendrá que enfrentarse a unas elecciones muy disputadas que, perfectamente, puede revivir los conflictos locales e, incluso, la guerra civil, considerando que Irak es uno de los ejes de los conflictos del Medio Oriente. Hay que considerar que tanto en Irak como en Irán hay un predominio de los chiitas sobre los sunitas, favoreciendo la alianza Irak-Irán contra las potencias sunitas, (Egipto y Arabia Saudita), siempre en esta apreciación teniendo el cuidado de que los factores religiosos estén supeditados a lo político y económico.

El Papa Francisco, ya antes de la pandemia, había mantenido conversaciones con los sunitas, a fin de tratar de que las religiones monoteístas pudieran jugar un papel fundamental en las disputas de hegemonía y búsqueda de acuerdos de paz en Medio Oriente.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

06/03/2021

Historiador y cronista

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