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Están de visita las viejas damas

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A raíz de los últimos acontecimientos en la Araucanía, las viejas damas se trasladan a la zona. En la obra de teatro “El regreso de la vieja dama” de Friedrich Dürrenmatt, una  vieja dama, convertida en millonaria, retorna un día al pueblo del cual se vio obligada a marcharse. Han transcurrido cuarenta años. Regresa para vengarse de un hombre que, en su juventud, la abandonó junto a una hija y las condenó a la miseria. Esta historia, frecuente en nuestra sociedad, es similar a las visitas a distintos lugares de Chile, que realizan los ministros del régimen de los tiempos mejores. Como estas Viejas Damas criollas nada hacen de provecho y enredan los temas, ahora es el jefe quien visita la zona donde calienta el sol, aunque esté lloviendo.

“Siempre actuamos, para demostrar que servimos para algo” dijo un escritor, cuyo nombre olvidé. En este asunto, donde hay un abanico de actores, actrices, coristas y apuntadores, surgió la voz de quien siempre está hablando. La verborrea es una incontinencia patológica. Felipe Kast, senador de Evópoli (Necrópolis) por La Araucanía, planteó en la semana, la situación que se vive en esa región y el llamado hecho por Sebastián Piñera, a un acuerdo nacional. Advirtió que es insuficiente la figura del actual coordinador de la Macro zona Sur, para abordar el problema e insistió en la figura de un ministro encargado. Recomienda aplicar el estado de sitio, donde un general de ejército al mando de un batallón, incluidos helicópteros artillados, obuses y tanques, debería copar la región y la convierta en campo de batalla. La presencia o la imagen de la Vieja Dama, aunque vieja y vengativa, bien podría aquietar la zona por unos meses. Después, volverían en gloria y majestad, los tiempos mejores. Sin embargo, por ahora, debido a repentinos cambios de la caprichosa atmósfera, se han trasformado en una desgracia. Lluvias inesperadas, sequías, incendios y cambios de clima, han convertido el territorio de Chile, en una suerte de infinita desgracia.

Como la causa de la Araucanía suscita un desmesurado interés político y empresarial, Joaquín Lavín, el candidato de las eternas derrotas y detrás de las máscaras de sucesivos carnavales, hace proposiciones para zanjar el tema. Plantea imitar a Australia, Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda, países que lograron resolver la situación de los pueblos originarios. Lavín se refiere a un nuevo trato. ¿Y ahora recién se le ocurrió? Desesperado por figurar, cambiar el ropaje de monaguillo y amor sacrosanto al dictador, a diario diseña fórmulas y entuertos, destinados a blanquearse. Como no es del medio pelo, ni patipelado, busca el apoyo de estos grupos, incluidos los borregos, seguros soportes para llegar a la presidencia. Olvidado de las antorchas, ahora apagadas y mustias, las cuales escondió en un baúl, se las ingenia para seguir vigente. Así, la imagen de la Vieja Dama, endulza sus noches de insomnio.

Otros de su entorno, también remozados y camuflados, se esfuerzan por actuar como la Vieja Dama. La política, debería ser el único oficio, hasta ahora conocido, donde cambiarse de ropaje, hacerse una y otra vez la cirugía estética, enchularse, amar lo que se odiaba o viceversa, conduce a la gloria. Es así cómo, la Vieja Dama suscita toda suerte de admiración y quienes la emulan, hablan ahora, de la urgencia de imponer el toque de queda en La Araucanía. ¿Por tiempo indefinido? El toque de queda, como solución, es el último recurso que utilizan los gobiernos, cuando ignoran cómo resolver los problemas.

¿Y dónde están quienes hace algunos años enarbolaban banderas rojas llamando a la revolución, a enterrar al corrupto estado burgués? Bueno. Convertidos al presente en Viejas Damas contemplan el devenir, mientras succionan la teta del poder. Ha sido su estrategia, quedarse a la mitad del camino, mientras observan a quien servir. Ahora, nadie detendrá el incendio de la Araucanía.

Por Walter Garib

 

 

Escritor

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  1. En su soledad como líderes políticos , los /las «viejos estandartes» recurren a frases ingeniosas ó comentarios soeces que los transformarán en los corchos
    que flotan , no importa la situación , por lo que evitan ahogarse.Lamentable , los «nuevos estandartes» parece que nacen flotando.

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