Joe Biden y su programa migratorio; cumple primer mes en la presidencia
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Pocos ciudadanos apostaban a que el Presidente actual de Estados Unidos cumpliera lo prometido en su campaña presidencial, pues se le calificaba como “un político a la antigua” y que, a veces, “arrastraba los pies”, pero en su primer mes de gobierno, especialmente en el plano migratorio e internacional ya ha dado prueba de aplicación de políticas contrarias a las de Trump: ha reincorporado al país al Tratado de París y a la OMS. En política nacional ha firmado 17 decretos y órdenes ejecutivas sobre inmigración, corrigiendo las absurdas políticas de su antecesor:
En primer lugar, la unificación familiar, (ya no se verán niños dentro de jaulas y lejos de sus padres); en segundo lugar, el cese en la construcción del muro, en la frontera sur de Estados Unidos, (que era pagado con parte del presupuesto militar); en tercer lugar, la otorgación de residencia a los dreamers, por un largo lapso; en cuarto lugar, la profundización del programa DACA; en quinto lugar, la ampliación de la cuota de refugiados; en quinto lugar, el fin de la espera de los candidatos a refugiados en un tercer país; en sexto lugar, se optaría a la calidad de residente-inmigrante con 10 años de permanencia en el país, y con 3 años más se tendría la nacionalidad, (cumpliendo ciertas condiciones adicionales).
El programa de Biden abarcaría a 11 millones de inmigrantes ilegales y, para lograr su aprobación requeriría el voto de mayoría en ambas Cámaras, (en el Senado, los demócratas cuentan con mayoría, gracias al voto de Kamala Harris y, necesariamente, debiera llegar a los 60 senadores, por consiguiente, tendría que llegarse a un acuerdo bipartidista).
Un Acuerdo migratorio – como el propuesto por Biden – sería muy ventajoso para Estados Unidos: aportaría 197 millones de US en 10 años, sumado a un crecimiento del PIB del 3,4% en 5 años, y 5,4% en 10 años.
Actualmente, Estados Unidos está a la cabeza de todos los países del mundo en cuanto a los infectados y muertos a causa del Covid-19, y a esta crisis se agrega la cesantía, que ha significado un gran gasto a fin de proteger a sus ciudadanos, (600 dólares por persona, que podría aumentar a 2.000 dólares). Una de las consecuencias de la impresión ilimitada de dólares por parte de la FED ha permitido que las monedas a nivel latinoamericano aumenten su valor, con la consecuente época de dinero dulce.
El número de desempleados en ese país es de 18 millones de personas y, para paliar esta situación el gobierno ha prohibido los desalojos y, además, durante 100 días se han suspendido las expulsiones de inmigrantes.
Por otra parte, el gobierno de Biden continuaría con el programa de inversión en el triángulo norte de Centroamérica, (el problema surge a raíz de la apropiación de esos recursos por parte de los inescrupulosos, ladrones y corruptos gobernantes y sus secuaces de estos tres países, por consiguiente, las condiciones de calidad de vida de sus habitantes más pobres no mejorarán, al menos, por ahora).
El futuro de los primeros 100 días de gobierno de Biden se ven complicados y, además, es incierto en lo sucesivo si Estados Unidos pretende políticamente dividirse en tres partidos, en el caso de que los republicanos decidan crear un nuevo partido con Donald Trump a la cabeza y, en tal caso, es difícil que se vuelva a la famosa política del bipartidismo norteamericano.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
20/02/2021