En el Frente Amplio, de lo mismo siempre
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Afirma Pepe Mujica que todo lo fundamental consiste en ser capaz de levantar una idea, sostenerla de manera consecuente y tratar de hacerla llegar al puerto justo socialmente.
Mirar la foto del actual estado de la oposición al paupérrimo gobierno de la derecha es realmente patética, precaria y extremadamente egoísta.
Cuando hace algunos pocos años apareció el Frente Amplio, una parte de la vieja izquierda, esa que carga con su mochila la experiencia y recorrido tantas veces en las calles entre sindicatos y pliegos de peticiones, se alegró. Supuestamente había un molino al que llevar el agua que siempre está fresca
Se pensó que esos que llegaron avarientos después de 1990 para administrar las migajas que les entregó la dictadura serían superados por propuestas nuevas; finalmente a esos nuevos la calle los había formado. Por decir de alguna manera poética fueron recorriendo los pasos de tantos y de tanta historia.
No es responsabilidad del modelo, este ya estaba y se trataba sencillamente de colocar en el primer punto de la tabla la necesaria urgencia de iniciar el proceso al actual modelo neoliberal. Entregar las armas para combatir la desigualdad y hacer de los pobres hombres dignos.
A los nuevos llegados al parlamento se los ganó la comodidad.
De nada valió aquello de que nunca se sentarían en la mesa con los corruptos, que era la época de hacer una nueva forma de política. Todo eso estaba bien, pero la realidad en estos días de calendarios se puso añeja y se volvieron para recorrer los mismos caminos ya conocidos.
Hay como una nube que cubre el esfuerzo de tantos que llegaron ese día de la insurrección del 18-0.
Los que fueron asesinados por carabineros, los cientos de mutilados, los ciegos, los presos políticos no pedían el 10% exigían un nuevo sistema de pensiones. Un sistema de educación de calidad y gratuito. Esos cientos de miles no están hoy en ninguna papeleta.
Chile actual se debate entre la pandemia y listas de candidatos, algunos nuevos y otros añejos con olor a naftalina sacados del arcón de los recuerdos. Fotos viejas, palabras ya conocidas que cuando fueron gobierno no hicieron nada, unos verdaderos pusilánimes sin espejo.
El asunto fundamental es reconocer los pasos para dar en un camino que construyó una generación, que aunque derrotada deja las tareas a concretar para los que siguen que hay que hacerlo, y tristemente vemos que la descomposición del FA era casi como una comedia griega, todos conocíamos el final y ellos nada hicieron para detenerla.
Tiene razón Pepe Mujica cuando sostiene que se puede caer y fracasar en muchos asuntos, pero que existe la convicción de superarse.
La vieja izquierda no nació vieja, también fue a insultar y a gritar frente a la embajada de los Estados Unidos en esos años de la guerra de Vietnam y discutió con el actual ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, cuando era dirigente secundario. Ese actual pobre hombre que está convertido en un espantapájaros barato y mal vestido para asustar.
Nadie puede sostener que en el Frente Amplio no existan ideas y propuestas nuevas, pero no se le han conocido.
Frontal debe ser el combate contra el sistema neoliberal. No basta mencionar que la desigualdad es el apellido paterno y materno de millones de familias en Chile. Alterar su perverso camino es lo determinante.
La vieja izquierda lo conoció, por eso levantó instrumentos y proyectos y con esos fundamentos se lanzó para dar las batallas, que iban desde las justas necesidades de una reforma educacional hasta exigir la restitución de las tierras de nuestros pueblos originarios.
En la memoria está Moisés Huentelaf en los tiempos del MCR.
De tarde en tarde se espera que algo suceda en la política con la llegada de nuevos actores, un poco más rebeldes y desordenados. La dura realidad deja nuevamente en el abandono esas necesarias tareas que están quedando en el camino para que sean sostenidas por los que se esfuerzan para confirmar por que se encuentra en aquellos sacrosantos lugares parlamentarios.
La consecuencia reclama más seriedad, los que no tienen voz la exigen, los pobres la necesitan. Es que la urgencia de volver a la casa de los presidentes es tarea pendiente, no es asunto pasional, se trata de un asunto de vida sencillamente para ser feliz.
Amargo es el sentimiento de la foto donde está la nueva generación que irrumpía para colocarle las piedras al camino de la derecha y terminan salvando a Piñera que tiene el número 806 en el listado de los millonarios del mundo.
Nadie puede negar que las alianzas han existido siempre, pero se firman con un poco de dignidad y también con la justa historia por la que se habla y se batalla cotidianamente.
Vergüenza da cuando 20 militantes de RD designan a un diputado para el parlamento. Habría sido más digno un maestro de escuela primaria o una mujer que trabaja puertas afuera. Así se hace y se construye una manera de hacer política de forma diferente.
Por Pablo Varas
Felipe Portales says:
Así es. Incluso el Frente Amplio-¡y también el PC!- se farreó totalmente la oportunidad histórica de haber tratado de interpretar a la gran mayoría ciudadana que protestó en octubre de 2019. ¡La tuvo en bandeja dicha oportunidad!, aunque no tuviese nada que ver en sus orígenes; ya que fue el producto de la saturación del descontento social. Pero de manera vergonzosa, el FA (su gran mayoría) de modo explícito y el PC de manera implícita, se subordinaron a las dos derechas que maquiavélicamente idearon e impusieron el gran fraude constituyente el 15 de noviembre de ese año. Ahora están perfectamente integrados a dicho engaño; y, lo que es peor, le están concediendo plena legitimidad convocando a votar en la farsa del 11 de abril, sin siquiera cuestionar el carácter antidemocrático que tendrá la «Convención Constitucional» debido al quórum de los dos tercios que igualará 34 a 66…