Nuestra Región Latinoamericana

Resolución final aprobada por el Grupo de Trabajo del Foro de São Paulo

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Los partidos y movimientos políticos del Foro de São Paulo realizaron el sábado  30 de enero de 2021, una reunión por videoconferencia en la que hemos debatido la coyuntura política y social de NuestrAmérica y la situación mundial debido a la pandemia del coronavirus.

Hace un año nos llegaban las noticias sobre una nueva enfermedad respiratoria que acometía a las poblaciones de los países de Asia Oriental, principalmente China. Pronto se identificó el agente causador, un nuevo tipo de coronavirus, llamado Sars-CoV-2, y a la enfermedad se denominó COVID-19.

Tenía inicio una pandemia de alcance mundial, como no se veía desde la gripe de 1918, y que ha paralizado la economía de todos los países, poniendo al desnudo los problemas sociales creados por el capitalismo y su forma de desarrollo desigual y parásito.

En América Latina y el Caribe, la propagación de la Covid-19 ha profundizado las desigualdades en la región más desigual del planeta, donde el 30% de la población no tiene acceso a atención médica por razones económicas. Datos preliminares indican  que casi 215 millones de personas, cerca del 35% de la población, quedarían en situación de pobreza en 2020, resultado de décadas fallidas de políticas neoliberales. Se estima una tasa de desempleo en la región superior al 10%, sin precedentes, a consecuencia de la pandemia, que disparó a 30 millones la pérdida de empleos el pasado año.




Hemos visto la incapacidad de las empresas de operar durante ese periodo sin la ayuda de sus gobiernos y de los gobiernos neoliberales de atender las necesidades sanitarias de sus ciudadanos. Igualmente, una gran parte de la población se encontró alejada de sus ingresos por empleo formal, trabajo autónomo o informal, no teniendo otra forma de sustento que la ayuda gubernamental, también inestable e insuficiente para garantizar la protección social que demanda la situación de pandemia. Aún más, los sistemas de salud pública, que en la mayoría de los países se deterioraban por el avance de las políticas neoliberales, se encontraron sobrecargados debido al alto número de personas enfermas.

No sin razón, los países que presentaron los mayores éxitos en el combate a la pandemia fueron los que tenían un sistema sanitario público fuerte y un gobierno preparado para ayudar económicamente a su población. Por otro lado, los países donde el neoliberalismo más había avanzado han padecido con los mayores índices de infección y muertes, además de las graves consecuencias económicas.

A lo largo del primer semestre del 2020, hemos visto los gobiernos en una lucha constante para evitar el agravamiento del escenario en sus respectivos países. Vimos también algunos gobiernos buscando enemigos externos para justificar la situación, ocultando su propia incapacidad.

La búsqueda de enemigos externos llevó al gobierno de Estados Unidos de América, bajo la administración de Donald Trump, a seguir recrudeciendo los bloqueos y medidas económicas coercitivas unilaterales a diversas naciones, obstaculizando su desarrollo económico e impidiendo sus accesos a materiales básicos para combatir la pandemia. En Latinoamérica y el Caribe, son los casos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, el blanco de los bloqueos y agresiones económicas impuestos por el imperialismo estadounidense.

En su contra, recordamos nuestra exitosa campaña mundial “BloqueoNoSolidaridadSí”, en la que demandamos el levantamiento de los bloqueos y demás agresiones contra los diversos países por cuestiones humanitarias, para que pudieran adquirir los materiales sanitarios y alimentos para ayudar a su población en ese momento singular de nuestra historia.

Durante el segundo semestre, las pesquisas para la vacuna contra la COVID-19 fueron el centro de las atenciones mundiales. En ningún momento histórico anterior vimos un compromiso científico y económico tan obstinado por un desarrollo sanitario en carácter global. La llegada de las primeras vacunas al final del 2020 levantó alguna esperanza para el año que entraba, con promesas iniciales de una recuperación económica y social. Destacamos especialmente el desarrollo de la vacuna Soberana 02 de la hermana República de Cuba, que ya anunció su capacidad de producción de cerca de 100 millones de dosis para este año.

Sin embargo, el 2021 se inicia con el resurgimiento de la pandemia a nivel mundial, pero especialmente en países europeos, Norteamérica y Latinoamérica, principalmente en Brasil. La economía mundial atraviesa una profunda crisis; se agota el modelo neoliberal, que comanda la financiarización de la economía. El neoliberalismo sigue atacando los derechos sociales y realizando privatizaciones, pero se ha mostrado incapaz de responder a esta crisis, agravada por la COVID-19.

En todo el mundo, la necesidad de abordar la pandemia volvió a poner en la agenda del 2020 la cuestión del papel del Estado, propagado por los neoliberales como una entidad que obstaculiza el desarrollo económico de los países. Innúmeros gobiernos, incluidos los de perfil neoliberal, adoptaron medidas para fortalecer el Estado, llegando incluso al anuncio del presidente electo de EUA, Joe Biden, de que utilizará una ley militar de la época de la Guerra de Corea para definir las prioridades de producción de la industria de insumos, en términos de qué producir y en qué cantidades, para garantizar la inmunización de la población estadounidense contra la COVID-19.

Hay profundos cambios geopolíticos en el escenario internacional. Desde la relativa caída de la hegemonía estadounidense en el escenario mundial (que aún tiene un inmenso poder económico y militar), agravada por la postura aislacionista y unilateralista de la administración Trump, hasta el ascenso de China como país que luchó con éxito contra la pandemia y rápidamente retomó sus perspectivas de crecimiento económico, además de iniciativas multilaterales como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP por sus siglas en inglés), que incluye a 15 países asiáticos y parte de Oceanía, a partir de noviembre de 2020, y el Acuerdo de Inversión con la Unión Europea, en diciembre de 2020, que dará a las empresas europeas un mayor acceso a los mercados chinos, entre otros.

Para nuestros partidos, el escenario latinoamericano y caribeño demanda aún más atención. Esta es la región del mundo donde, a pesar de la brutal contraofensiva conservadora y neoliberal que derrotó a gobiernos y líderes populares -con golpes parlamentarios, judiciales, mediáticos e incluso militares-, la resistencia al neoliberalismo es muy fuerte y se mantiene firme.

Tuvimos importantes victorias electorales en México (2017) y Argentina (2018), seguidas de una estupenda y popular victoria electoral en Bolivia en el 2020. Este febrero de 2021, en Ecuador, son cada vez más reales las posibilidades de una victoria electoral de la Revolución Ciudadana, movimiento heredero del expresidente Rafael Correa, que exitosamente gobernó el país años atrás. Se consolidan diversos levantamientos y movilizaciones populares, como en Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú. La República Bolivariana de Venezuela, con todo el cerco económico, mediático y militar del imperialismo, sigue su resistencia y en diciembre de 2020 logró realizar elecciones parlamentarias, que comienzan a dar frutos con las perspectivas de diálogo y concertación a través de la instalación en la nueva Asamblea Nacional de una “Comisión Especial de Diálogo, Reconciliación y Paz” para todos los venezolanos y venezolanas.

Cuba, nuestra querida Isla revolucionaria, a pesar de la intensificación del bloqueo, las medidas coercitivas unilaterales y la escalada de la hostilidad del imperialismo norteamericano contra la isla, presenta uno de los mejores desempeños de la región en el combate contra la COVID-19, con avances en el desarrollo científico y tecnológico reflejados en la producción de los candidatos vacunales Soberana 01, Soberana 02, Mambisa y Abdala; además de medicamentos que ayudan a tratar la enfermedad -como el interferón alfa-2b, producido en la fábrica chino-cubana Chang-Heber-, y también envía sus brigadas médicas del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” a todo el mundo para ayudar con la atención a los pacientes con coronavirus.

Por cierto, no se puede dejar de mencionar y saludar con mucho énfasis la postura solidaria y humanista de Cuba y Venezuela hacia países y pueblos en relación a la lucha contra la COVID-19. El ejemplo más reciente es el envío de una carga de oxígeno desde el gobierno de Nicolás Maduro para la población del estado brasileño de Amazonas, que sufre y se asfixia en los hospitales locales, además de 107 médicos egresados ​​de la Escuela Latinoamericana de Medicina en Caracas, que se pusieron a disposición del gobierno de ese estado. El internacionalismo de la Revolución Cubana ha llegado a 40 países y territorios, donde 56 Brigadas del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve”,  integradas por 4450 profesionales cubanos, han prestado su ayuda en el enfrentamiento a la pandemia. Este esfuerzo se sumó a los de más de 28 mil colaboradores de la salud de la isla que ya prestaban servicios en 58 países.

La pandemia expuso también los problemas generados por la continuidad del colonialismo en nuestra región, al dejar sin asistencia a los diversos territorios caribeños que siguen colonizados y no tuvieron acceso a ningún tipo de ayuda por parte de las naciones colonizadoras.

Debemos avanzar en nuestras acciones y demandas por la independencia de todas las naciones americanas que aún se encuentran bajo un poder externo. Solamente con la soberanía plena de todas estas naciones lograremos construir una América Latina y el Caribe unidos y con un objetivo común de paz y solidaridad. Se hace cada vez más necesaria nuestra unión para rechazar estas políticas neocolonialistas y colonialistas y avanzar en la construcción de una región latinoamericana y caribeña verdaderamente libre y soberana.

El Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo expresa su apoyo a los gobiernos conducidos por fuerzas populares y progresistas, comprometidas con el bienestar de los pueblos, en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, México y Argentina.

Condenamos el bloqueo económico que durante seis décadas y de manera arbitraria, contra la voluntad expresa de la comunidad internacional, impone EUA a Cuba casi desde el triunfo de la Revolución en ese país, a pesar de lo cual la Revolución Cubana se sigue consolidando y Cuba se ha venido desarrollando con su modelo de bienestar social y poder popular que es ejemplo ante el mundo, además de brindar su ejemplar solidaridad a muchos otros pueblos. Asimismo, repudiamos la inaudita inclusión de Cuba por parte de EUA, en la lista de países promotores del terrorismo, cuando es Cuba precisamente uno de los países que han sido víctimas de las acciones terroristas impulsadas por diferentes administraciones en EUA, país que es verdaderamente el gran terrorista mundial, mientras Cuba lleva a los pueblos amor, salud, educación, razón por la que el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” ha sido nominado para el Premio Nóbel de la Paz, iniciativa que respaldamos firmemente.

Condenamos la guerra económica impuesta por EUA a Venezuela, país donde la Revolución Bolivariana impulsa desde inicios de este siglo, un proceso de transformaciones sociales que ha reivindicado los derechos del pueblo y que, a pesar del asedio imperial, continúa avanzando.

Condenamos las agresiones económicas que de manera sistemática ha venido poniendo en práctica EUA contra Nicaragua, donde se desarrolla un modelo de justicia social en beneficio de las grandes mayorías, que tuvo sus inicios con el derrocamiento de la dictadura somocista en 1979, viéndose interrumpido diez años después, con casi dos décadas de gobiernos neoliberales, y retomando finalmente su rumbo con el regreso del sandinismo al poder desde 2007, restituyéndose desde entonces los derechos conquistados por el pueblo con la Revolución Popular Sandinista, que continúa en pie y consolidándose cada vez más.

Condenamos los asesinatos de líderes , lideresas y excombatientes de Colombia, todos los atentados contra la paz, y exigimos la salida de las tropas de EUA del territorio colombiano y la desmilitarización de América Latina y el Caribe.

Condenamos la escalada neofascista de Nayib Bukele, presidente del El Salvador, marcada por la toma militar de la Asamblea Legislativa el 9 de febrero del 2020, la represión en medio del COVID, la corrupción en medio de la pandemia con las compras de suministros para combatirla, las violaciones de la Constitución al emitir decretos que sobrepasan sus atribuciones ejecutivas, el uso de la Fuerza Armada y la PNC para uso en su beneficio en el proceso electoral actual y su ambición desmedida del poder total, buscando el control de la Asamblea Legislativa en las elecciones del 28 de febrero.

Recordamos que en El Salvador continúa la persecución política disfrazada de procesos judiciales, por lo que nos solidarizamos con el FMLN y el pueblo salvadoreño ante esta situación. Condenamos las acusaciones del presidente salvadoreño sobre fraude en las próximas elecciones, sabedor que el sistema electoral de país está diseñado para que ningún partido político pueda lograr un control total de la Asamblea Legislativa, adelantando su objetivo de mantener su posición de que hubo fraude y por esa razón no logra el control total.

El Grupo de Trabajo del Foro São Paulo expresa su solidaridad con el pueblo haitiano en su lucha permanente contra la intervención de fuerzas externas, por justicia social y por democracia popular. Apoyamos las reparaciones al pueblo haitiano por las Naciones Unidas por la pérdida de vidas y otras formas de devastación causadas por el brote de cólera en Haití. Exigimos que el régimen de Moïse y del imperialismo estadounidense respete la constitución haitiana al convocar elecciones libres y consistentes con la Ley Mayor.

Apoyamos a las fuerzas populares que en el ámbito político electoral darán la batalla este año por obtener mayores espacios desde los cuales impulsar las grandes transformaciones sociales que demandan nuestros pueblos, a través de elecciones generales en Ecuador, Perú, Nicaragua, Honduras y Chile, país este último en el que también se elegirán autoridades locales y los delegados de la Convención Constitucional; elecciones locales en Bolivia; y elecciones legislativas en El Salvador, México y Argentina. Del triunfo de las fuerzas de izquierda en estos procesos dependerá la continuidad de los gobiernos favorables a los intereses populares en eses países, donde por otra parte, confiamos plenamente en el triunfo de las fuerzas populares gobernantes.

En todos los casos, consideramos que es fundamental la unidad de las fuerzas populares y progresistas, comprometidas con las grandes transformaciones sociales que impulsamos, y la construcción de alianzas que hagan posible generar consensos alrededor de los aspectos más importantes vinculados con la mejoría en las condiciones de vida de nuestros pueblos, en el marco de procesos que conduzcan hacia mayores y crecientes espacios de protagonismo popular en el ejercicio del poder político y económico. En este sentido, se puede dejar de mencionar y saludar con mucha  alegría los 50 Años de fundación del partido Frente Amplio de Uruguay que se cumplen ese 2021. La unidad como valor estratégico de todos los partidos del Foro de São Paulo encuentra en Frente Amplio de Uruguay una de las más  fuertes inspiraciones en esta jornada.

Proclamamos que, en la actual coyuntura, el Foro de Sao Paulo se constituye en una herramienta fundamental para la reflexión política, la generación de opinión y el desarrollo de acciones para el fin de la pandemia,con sentido de amplitud y una profunda visión de justicia social, respetando nuestros orígenes diversos, nuestras identidades ideológicas, nuestros valores fundacionales y nuestros métodos de lucha bajo la concepción de que la unidad antiimperialista es la táctica y la estrategia de la victoria.

Reiteramos las consideraciones emanadas por el Grupo de Trabajo en mayo de 2020:

– Que la COVID-19 constituye un desafío mundial, que no distingue fronteras, ideologías o niveles de desarrollo;

– Que para enfrentar la dimensión de la crisis actual es necesaria la solidaridad, la integración y la cooperación internacional, por encima de las diferencias políticas;

– Que se debe priorizar la vida y la salud de las personas, por encima del mercado, y, por tanto, es imprescindible definir políticas nacionales para garantizar la soberanía y seguridad alimentaria de nuestros pueblos;

– Que se confirma la necesidad de priorizar permanentemente la inversión en la salud pública, asumiendo este servicio como un derecho de los seres humanos y no una mercancía;

– Que los efectos de la pandemia por el nuevo coronavirus han sido especialmente crueles para las mujeres, que en AL&C son la mayoría de los trabajadores de salud, encabezan una gran parte de los hogares en Nuestra América, y representan el 60% de la fuerza laboral del sector informal y autónomo; sin olvidar de la situación de violencia doméstica, que es una realidad en cuarentenas en todo el mundo y puede ser aún más grave en América Latina;

– Que el neoliberalismo ha demostrado, una vez más, su fracaso como modelo social y que es imprescindible el desempeño protagónico y eficaz del Estado en función de los intereses nacionales y la protección de los más vulnerables;

– Que la defensa de América Latina como Zona de Paz es garantía de la estabilidad de la región y condición esencial para las acciones mancomunadas en el enfrentamiento a la pandemia.

Grupo de Trabajo
Foro de São Paulo

30 de enero de 2021



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