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Informe de la ONU revela constantes denuncias de tortura de detenidos en Afganistán

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Casi un tercio de las personas detenidas por delitos de seguridad o relacionados con el terrorismo en Afganistán han sido sometidas a tortura u otras formas de malos tratos, según un informe de la ONU publicado el miércoles.

El informe, publicado conjuntamente por la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, abarca el período comprendido entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de marzo de 2020. * Se basa en 656 entrevistas con hombres, mujeres y niños sospechosos acusados ​​o condenados por delitos relacionados con la seguridad o el terrorismo recluidos en 63 centros de detención en todo Afganistán.

Si bien el porcentaje de detenidos que afirman haber sido torturados ha disminuido ligeramente en comparación con el período de seguimiento anterior (2017-2018), la cifra sigue siendo alarmante, con un 30,3% de los entrevistados que afirman haber sido sometidos a dicho trato.

La tortura está prohibida tanto por el derecho internacional como por el derecho afgano y nunca puede permitirse o justificarse bajo ninguna circunstancia, dice el informe.




El informe también destaca que raras veces se siguen las garantías procesales para los detenidos. En casi ningún caso, los detenidos fueron informados de sus derechos o pudieron acceder a un abogado antes del interrogatorio. Pocos recibieron un examen médico o pudieron contactar a su familia en los primeros días de su detención. De manera alarmante, a casi la mitad se les pidió que firmaran o pusieran su huella digital en un documento sin conocer su contenido, lo que cuestiona la validez del proceso judicial.

El informe destaca que la falta de implementación de estas garantías procesales ha dado lugar a la recurrencia de la práctica de la detención en régimen de aislamiento e incomunicación en la Dirección Nacional de Seguridad.

La implementación efectiva de las garantías procesales contribuiría a reducir los casos de tortura, enfatiza el informe. También aumentaría la confianza de la gente en las instituciones públicas, especialmente en la aplicación de la ley, y en el estado de derecho en general.

También son motivo de preocupación los continuos informes de desapariciones forzadas presuntamente vinculadas a la Policía Nacional Afgana en Kandahar. Estos necesitan una investigación adecuada y los responsables deben rendir cuentas.

Si bien reconoce las medidas adoptadas por el Gobierno de Afganistán para prevenir la tortura en los lugares de detención, el informe destaca que es necesario hacer más mediante una serie de recomendaciones. Estos incluyen medidas para aumentar la capacidad, los recursos y la capacitación de los organismos encargados de hacer cumplir la ley.

 

Afganistán, ocupación estadounidense y acuerdos con los talibanes.

Estados Unidos sigue manteniendo 8.600 soldados en Afganistán aún después del acuerdo de paz que ha negociado con los talibanes para poner fin a 18 años de guerra.

Estados Unidos envió tropas por primera vez a Afganistán luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 llevados a cabo por Al Qaeda contra el World Trade Center en Nueva York.

«Vamos a reducir a 8.600 (soldados) y luego evaluaremos a partir de ahí», dijo Trump en una entrevista con la radio de Fox News hace ya un año. Sin embargo, había aclarado bien que Estados Unidos va «a tener siempre una presencia» en el país y realizar labores de «alta inteligencia«. Eso, como muchas otras cosas, es muy difícil que cambie con la nueva presidencia.

En todo caso, esta “presencia” sigue siendo inconcluyente por ese país que sufre tremendas represiones y torturas sobre todo después de la ocupación estadounidense.

 

Elena Rusca, Ginebra

 



Corresponsal en Ginebra

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