Crónicas de un país anormal

El sectarismo de la izquierda favorece las aspiraciones de la derecha fascista

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La estupidez de los dirigentes de la llamada “centro-izquierda” lo único que hace es regalar el poder a la derecha más recalcitrante.

Es evidente que el sistema electoral vigente, sumado a la división de distritos, (mapa electoral), cede a las combinaciones mayoritarias muchos más representantes a los partidos políticos que obtienen la más alta mayoría, que se logra con la conformación de una sola lista y, consecuentemente, lleva a la derrota a quienes se balcanizan en múltiples listas.

A la derecha la mueven los intereses mientras que, a la izquierda, la ética de la convicción. Si revisamos la historia mundial de la izquierda, podemos constatar que, cada vez que el sectarismo se ha impuesto, se ha regalado el poder a la derecha: la política de clase contra clase, propia de los bolcheviques de la III Internacional, radicalizada por Stalin, por ejemplo, prefirió combatir la socialdemocracia, (estúpidamente la llamaban “social-fascismo”), que hacerlo contra la derecha, que incluía el fascismo y el nazismo, así como también a sectores monárquicos.

Para lograr un cambio en el sectarismo  fue necesario pasar por el incendio del Parlamento alemán y la aplicación de leyes especiales, por el entonces Canciller nazi, Adolf Hitler, para que el V Congreso de la III Internacional comunista acordara la estrategia de los Frentes Populares, los cuales sostenían la necesidad de la unión de los sindicatos comunistas y socialistas y, posteriormente, la creación de un frente común, que incluía a los partidos burgueses e, incluso involucrar a los cristianos, (famoso es el discurso del Secretario General del Partido Comunista Francés, Maurice Thorez, “de la mano tendida a los cristianos”).

El 4 de febrero de 1934, la derecha francesa, que había sido poderosa contra los republicanos, sobre todo, en el “asunto Dreyfus”, ese día los distintos grupos de fascistas y monárquicos, todos unidos por el antisemitismo, habían decidido ocupar la sede de la Asamblea Nacional, cuyo palacio, hasta hoy, se ha  encontrado en la otra ribera del Sena, frente a la Plaza de la Concordia; sólo gracias a la negativa de cruces de fuego de la fracción dirigida por el coronel La Roque, se pudo evitar que incendiaran dicho recinto.

El triunfo de los fascistas y, luego, el de los nazis, se extendía a la derecha francesa, pero gracias a una marcha de la unión de la izquierda comunista y socialista, los sindicatos obreros se tomaron las fábricas, dando paso al Frente Popular Francés, dirigido por Leon Blum, de la SFIO, organización predecesora del actual Partido Socialista Francés. Pero más tarde se dividió la izquierda, dando paso al radical Dalager, que incluyó en su gabinete a Philippe Pétain, conduciendo a Francia, después de la derrota sufrida frente al ejército de Hitler, a la colaboración con los nazis, y el gobierno fascista de Vichi.

En España, el caso de la división de la izquierda, la masacre de Casas Viejas llevó al quiebre del gobierno de Manuel Azaña, dando paso a un gobierno de derecha que intentó incluir a la Confederación de derechas autónomas españolas (CEDA), dirigida por José María Gil Robles, y aprendiendo la lección, la izquierda volvió a unirse, incluyendo, esta vez, a los anarquistas que, por sus principios, practican la acracia. Es difícil establecer el grado de responsabilidad en la toma de Barcelona por parte de los fascistas, pero no cabe duda de que el sectarismo siempre abre camino a la derecha: los sectarios no se eximen de culpa del derrumbe de la poderosa izquierda española, debido a las pugnas sectarias entre comunistas estalinistas, anarquistas y trotskistas.

En Chile la candidatura de Gustavo Ross Santamaría ya anunciaba la necesidad de instalar una dictadura fascista en Chile. Comunistas, socialistas y radicales, (estos últimos liderados por el jefe de la fracción de derecha, Pedro Aguirre Cerda), decidieron formar un Frente Popular, (semejante al francés y al español). El Presidente Alessandri, (1938), sorprendido por un golpe de Estado del partido Naci chileno, (más bien autoritario portaliano que nazista alemán, así no escasearan en el sur de Chile), ordenó la matanza del Seguro Obrero, que posibilitó el triunfo, en octubre de 1938, de don Pedro Aguirre Cerda.

La izquierda chilena se había caracterizado por las profundas diferencias entre comunistas y socialistas, aun cuando los segundos no formaban parte de la II Internacional socialdemócrata. Los socialistas tenían algo de militaristas a causa de la pertenencia a la Fuerzas Armadas de su fundador, Marmaduke Grove, y en 1952, eligieron la opción de apoyar la candidatura de Carlos Ibáñez del Campo, con la alianza de los agrarios-laboristas y los llamados ´socialistas populares´, entre quienes se contaban Clodomiro Almeyda, Carlos Altamirano y Raúl Ampuero. Salvador Allende fue, en ese entonces, el candidato del Partido Socialista de Chile, y hay que reconocer que, a partir de 1931, Allende fue un gran opositor a la intervención de los militares en política.

La izquierda ya estaba acostumbrándose a perder en las elecciones, y había sufrido cismas entre aquellos que postulaban la vía electoral, y no pocos que estaban tentados por vía armada y foquismo guevarista, (en esa época nació el MIR, en Concepción).

En 1970 nació la idea de la Unidad Popular, que agrupaba a comunistas, socialistas, radicales de izquierda, Mapu y la Alianza Popular Independiente, (API), de Rafael Tarud. La búsqueda de un candidato único fue muy difícil, incluso, los socialistas, por 11 abstenciones y 10 a favor, eligieron a Salvador Allende frente al otro candidato, Aniceto Rodríguez. Salvador usó una frase feliz, con su sentido del humor que lo caracterizaba: “yo soy más conocido que la Coca Cola”, haciendo ver que podría ganar, pues había recorrido todo durante las distintas campañas eleccionarias.

La ultraizquierda, que tiene mucho más de moralista que de política, durante su mandato hizo la vida imposible a Salvador Allende. Como puristas que son, quisieron tocar el cielo con las manos, con sólo haber leído algunas obras de Marx, y seguido a algunos intelectuales de la izquierda francesa, entre ellos a Goerge Lefebvre, Louis Althusser y, el muy oportunista Regis Debray.

Los personajes, que hoy encabezan el Frente Amplio, son herederos del purismo de la ultraizquierda, que viene desde el triunfo de Fidel Castro, (1959). Con razón, tiene más verborrea que capacidad de lucha, y una especie de personalismo que los ha impregnado de neoliberalismo, propio de su medio social.

Los Jesuitas tienen bastante razón al presentar como cristianos radicalizados a este tipo de neo-marxistas. (En la época en que formé parte de la Unidad Popular me sentía allendista, y encontraba mucho más cuerdas las propuestas del Partido Comunistas que la llamada “izquierda radicalizada”, con su adolescente slogan “avanzar sin transar”, y me entusiasmaban los escritos de Joan Garcés, y la originalidad de la “vía chilena al socialismo).

El quiebre de la actual centro-izquierda puede tener algunas razones explicativas: por ejemplo, que la Concertación de Partidos por la Democracia, de tanto realismo, prudencia y transacción terminó identificándose con la derecha, y que, por otro lado, el Frente Amplio, haciendo gala de purismo acabó destruyéndose a sí mismo. Por otro lado, la Democracia Cristiana dejó de lado su vocación nacional y popular para adoptar el camino propio, que conduce directamente a la derecha. Nunca antes los fundadores de la Falange fueron anticomunistas como lo son hoy. No olvidemos que fue el veto de la Democracia Cristiana al Partido Comunista, el que inició la ruptura actual.

Como la izquierda hoy carece de la ética de la responsabilidad, quienes terminarán pagando su infantilismo son los pobres del campo y la ciudad.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

12/01/2021

Nota El partido comunista no ha participado en ningún golpe de Estado. Los demócratas cristianos y los socialistas no pueden decir lo mismo.

Nota pasar del radicalismo de izquierda a la derecha es el camino del purismo ver muchos MAPUS   de un partido Marxista para gente bien a lobistas de Ponce Lerou

Nota Los que hablen de que no hay izquierdas y derecha son de Derecha. Los  demócratas Cristianos del camino propio

 

Historiador y cronista

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  1. leopoldo letelier says:

    Concuerdo plenamente con el título del texto de Rafael Gumucio
    Son buenos retazos de extractos de historia de la vida política de Chile y muy débil y/o falta de rigurosidad en sus apreciaciones, digo apreciaciones ya que sus argumentos de calificación hacia sectores políticos no cuentan con fuentes algunas que además existen en gran cantidad. Seguramente lo nubla un algo de amnesia con respecto al período y su propia participación.
    – Sería bueno que declarase que su apreciación la hace desde su historia como militante de la Izquierda Crisitiana en esa época. Organización que se integra al gobierno de Chile una vez elegido Allende y de un fraccionamiento del Partido Demócrata Cristiano.
    – Su cálida apreciación al PC expuesta en el texto no fue parte de la IC en la época. Contrariamente se le recuerda como una «radicalización de cristianos».
    – Es importante aclarar que MIR no fue parte de corrientes simpatizante de Althuser como si lo fueron dirigentes del MAPU (primer fraccionamiento del PDC) y sectores del PS.
    – Si que MIR fue la expresión de una corriente que nace al calor e inspiración de la revolución cubana, inspiración que importantes dirigentes de la Izquierda Cristiana adhirieron como Badilla y su Secretario General.
    Esto marcó una diferencia fundamental con el MAPU y particularmente después con MAPU-Gazmuri; fracción que sí fue adherente al planteamiento político del Partido Comunista de Chile.
    – MIR – Izquierda Cristiana, MAPU-Garretón y un sector del PS conformaron la Asamblea de Concepción meses antes del golpe.

    Las diferencias políticas de la UP con MIR son ampliamente conocidas, fundamentalmente con el PC como también la relación privilegiada de Salvador Allende con MIR, ampliamente difundidas con grabaciones y registros testificatorios .

  2. Gino Vallega says:

    Desde mi punto de vista , las mayorías parlamentarias de la concerta y nueva mayoría ,nunca mostraron unidad suficiente para dar sustento a los gobiernos de turno con presidentes/presidenta de posiciones politicamente débiles y con gran tendencias neoliberal en lo económico , que no permitía un buen desarrollo social.El FA es el triunfo del caudillismo , del personalismo y del ideario «romántico» de una izquierda patriarcal y «buenista» que no me sorprendería se «asombraran» del hacinamiento en que viven en las pobla…….como Piñera/Mañalich.El PC ,siendo el más regular , no es popular en Chile.

  3. Felipe Portales says:

    Rafael Luis olvida en este artículo que, en rigor, en Chile hemos sido cogobernados en los últimos 30 años POR DOS DERECHAS: la tradicional y la concertacionista. TODAS las reformas constitucionales y las leyes aprobadas desde 1990 lo han sido en conjunto, independientemente de que durante muchos años, a partir de 2000, los gobiernos de Lagos y de Bachelet dispusieron de mayorías parlamentarias concertacionistas o nuevomayoritarias propias, con las que simplemente NO QUISIERON (¡no es que no pudieron!) aprobar profundas reformas destinadas a sustituir el modelo neoliberal heredado de la dictadura. Es más, en 2005 procedieron a aprobar conjuntamente la actual Constitución (suscrita por Lagos y todos sus ministros) definida exultantemente por Lagos en su discurso de inauguración (el 17 de Septiembre) como «una Constitución democrática que ya no divide a los chilenos». Y ahora, han procedido a establecer en conjunto este fraudulento «proceso constituyente» en que la triste «Convención Constitucional» (¡NO CONSTITUYENTE!) estará impedida de aprobar democráticamente (esto es, por mayoría de sus miembros) una nueva Constitución.

    • No. Debes mirar hacia 1986, Mar del Plata, Argentina.
      Fue en ese «chanchullo ideologico» que fue tramado por la Social democracia europea y encabezada por el entonces Presidente de España, ese merecumbe que se llama Felipe Gonzalez; ahi se dijo: «La dictadura se terminara a travez de un proceso politico SIN el Partido Comunista.»
      Y así fue, el Partido Socialista de Chile se declara «No marxista no leninista», El PR: feliz pues; los DC como locas sin riendas; y otros grupusculos.
      Tienes en parte de razon en las falsas llegadas de todos los Gobiernos de la Concerta y la Nueva Mayoria, y por que? Porque aquellos Conservacionistas están en el negocio de la Educación, en la Salud, en la Produccion Agricola, en las AFP, y no quieren soltar la teta.

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