Bellolio es un ministro sin ética ni principios; como el gobierno que representa
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El ministro Bellolio olvidó que fue diputado.
A mediados del año 2019 el entonces diputado Jaime Bellolio (UDI), invitó a líderes de las manifestaciones en Hong Kong, entre ellos a Joshua Wong, para que los partidos y los chilenos conozcan la profunda voluntad democrática de estos jóvenes.
Como era de esperar el embajador chino en Chile respondió manifestando que estos líderes eran delincuentes encubiertos que pretendían debilitar la presencia de los chinos en Hong Kong.
Posiblemente el actual ministro de Piñera pretendía que el segmento político tan desprestigiado, lo seguirían en su cruzada antichina y también por supuesto anticomunista. No pasó nada. El mundo empresarial está más preocupado de hacer ganancia y de coludirse para reventar los bolsillos de los chilenos.
Jaime Bellolio se alineó con los manifestantes, los llamó luchadores incansables y consecuentes, condenó la represión ejercida en contra de los miles de jóvenes que copaban las calles de Hong Kong, y pidió voz en cuello que se le otorgue a los ciudadanos derechos fundamentales que el gobierno de China les niega.
Acusó a China de violar de forma sistemática los derechos humanos y lo comparó con Chile, donde, manifestó, sí existe estado de derecho y los ciudadanos pueden estar seguros que es la justicia la que interviene cuando sucede alguna agresión en contra de los que se manifiestan de manera pacífica en las calles del país.
El conocido activista hongkonés Joshua Wong fue condenado a trece meses de cárcel junto a Agnes Chow e Iván Lam por el tribunal de West Kowloon.
Jaime Bellolio ya no es diputado, Piñera lo llamó para que ocupe un cargo de ministro y eso alteró su profunda convicción democrática. Ya no es el rebelde derechista que alguna vez levantó la voz ante la JCR en esos tiempos de elecciones.
Se volvió un personajillo que abandonó en la mitad del camino a los líderes de Hong Kong que los trajo para que visitaran Chile. Guarda silencio y eso lo hace justamente un cómplice pasivo. Una precariedad total.
No resulta extraño la miserable actitud del actual ministro Bellolio ni la de todo el cortejo ministerial/político piñeirano. Se puede hacer un poco de memoria.
Durante la campaña de Lenin Moreno, el actual presidente de Ecuador, Piñera apoyó abiertamente al candidato y aplaudió el modelo económico que se iniciaría, dejando atrás lo que con fuerza y voluntad y apoyo de los sectores populares había iniciado Rafael Correa. Piñera con un evidente desparpajo, condenó a los paraísos fiscales exponiendo que eran elementos de impedían el desarrollo de los pueblos.
Piñera corrió para estar al lado de Macri en su campaña presidencial, pero cuando se le preguntó por la precaria situación en la que encontraba el mandatario argentino, simplemente se despachó un “no puedo entrometerme en asuntos de otros países”. Todo un patán
Todos saben que el domicilio del actual 13% que habita la casa de los presidentes, está justamente en la Islas Vírgenes Británicas. Un descarado.
Chile tiene un gobierno de segunda y cobarde.
La derecha en su conjuntó y también algunos sectores de la actual oposición han golpeado insistentemente a Venezuela y para hacer política. Cobran peaje pidiendo que le condene sin tapujo y de forma categórica, en tanto sigue Piñera alabando como un salvador a Guaidó,
Piñera no condenó el intento de golpe militar en Venezuela amparado por los EE.UU, y que terminó en un rotundo fracaso. La derecha chilena no es en su esencia democrática. Tiene en su ADN la herencia de la dictadura de la cual todos ellos fueron fieles feligreses y aduladores.
Jaime Bellolio, ministro y Sebastián Piñera con el 13%, han agachado la cerviz y silencio frente a la condena a los líderes de la revuelta en Hong Kong. No se atreven a manifestar su desacuerdo porque China es el principal inversor en Chile
Chile con su actual desgobierno, no condenara lo que sucede en el Tibet y Hong Kong. No hay duda que serían ahora los empresarios los que se opondrían a una condena aunque fuera por las violaciones a los derechos humanos.
Cual es el problema que una empresa china sea dueña de la distribución eléctrica en el país, ninguno.
La intervención en el mercado de la energía de State Grid International Development Limited (SGID), alteró algunas pasiones entre los grandes empresarios nacionales que están en el mercado energético al quedar este en manos del Estado chino.
Entonces el dilema para Bellolio es sacar de su chistera la defensa de los jóvenes condenados en Hong Kong o alinearse con los chinos para que inviertan tranquilamente en Chile sin colocarle cortapisas y hablar de los derechos humanos, menos de la libertad. El Vaticano acaba de aceptar que las autoridades eclesiásticas en China serán elegidas conjuntamente con el partido comunista.
Chile, en este rincón del mundo administrado por corruptos con pasado delictual, guardará silencio, no sólo frente a lo que sucede en ese rincón del planeta. Nada dijo tampoco el ministro de relaciones exteriores ante el juego post elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Entre las tantas tareas que se deberán iniciar una vez pasado el gobierno piñeirano, será volver a instalar a Chile en el concierto mundial como un país justo y amigable.
Los empresarios deben saber que hasta 1970 Chile no tenía relaciones diplomáticas con la República Popular China, y fue justamente el gobierno de la Unidad Popular quien lo realizó y apoyó su ingreso a Naciones Unidas.
Jaime Bellolio, el ministro que se olvidó que fue ternero.
Por Pablo Varas