El rey está desnudo (y el sistema de AFP también)
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El sistema de AFP no es más que un ahorro obligatorio que, luego, instituciones privadas y con fines de lucro invierten en organismos financieros. Los Grupos privilegiados son los Luksic, los Saieh, los Matte, los Piñera, y otros, quienes reciben préstamos de las AFP a muy bajos intereses y, posteriormente, hacen lo mismo con los clientes, pero con intereses usureros.
El “milagro chileno” no era otra cosa que poner en práctica la “genial idea” de José Piñera, hermano del actual Presidente de la República. La inversión del dinero ahorrado por los cotizantes en el sistema de AFP en favor de los dueños de las grandes empresas chilenas y extranjeras hace que el monto del capital de las empresas involucradas sea pantagruélico.
Se supone que el capital de las empresas pertenece a los cotizantes de las AFP, que son sus legítimos propietarios, pero la mayoría de los cotizantes ignora que es accionista del banco al cual le solicita crédito, o bien, de la empresa que le presta un servicio.
Si los cotizantes de las AFP retiraran sus fondos, parcial o totalmente, las empresas que se transan en la Bolsa, o para los Bonos en el mercado secundario, se arruinarían, y el “tigre chileno” no sería más que un macilento gato indefenso.
El Presidente Piñera es bastante ignorante en casi todas las ramas del saber, pero sí sabe muy bien hacer negocios, sobre todo cuando dice relación con él, su familia y sus amigos cercanos. Este negociado se disimula con pensiones de hambre, que se pagan a los pocos ahorrantes que han logrado reunir dinero para su jubilación. Piñera es el Presidente de las AFP y de las grandes empresas, y que los chilenos se hayan convertido en “faquires”, poco le importa. (En una ocasión, hace algunos años, Joaquín Lavín sostuvo que cuatro personas de una familia podrían alimentarse diariamente con la suma de $2.000; tal vez podríamos enviar a estos especímenes a una feria de rarezas).
A la dupla Piñera-Briones no les importa el hambre que padece actualmente la mayoría de los chilenos, por consiguiente, se niega – como ocurre en los países desarrollados – a aportar del dinero fiscal en ayuda a familias en situación de miseria. Incluso Donald Trump ha enviado a los ciudadanos norteamericanos sendos cheques, (pretendía que llevaran su firma en vez de la del presidente de la FED).
Ignoro cuáles son los asesores legales de Piñera, pero por los hechos, no deben ser muy letrados, pues el Congreso tiene el perfecto derecho de iniciar una reforma constitucional al llegar al quórum de 3/5 y 2/3; sería una torpeza, por ignorancia o por intereses creados, poner en cuestión el derecho del Congreso para reformar la pétrea Constitución de 1980.
No es necesario ser perito en economía para entender que, al motivar la demanda, la gente compraría, invertiría y ahorraría, y así activaría el mercado, (ocurrió con el retiro del primer 10% de las AFP).
El segundo retiro del 10% ha tenido más adhesión ciudadana que el anterior, y esta vez en el Congreso, ni tontos ni perezosos un importante número de “honorables”, se declaró a favor del proyecto, presentado por Karin Bianchi, René Saffirio y Pamela Jiles.
Destrucción de la derecha
Mientras Sebastián Piñera permanezca en silencio y prácticamente no gobierne, al menos, el país está un poco más tranquilo, pero apenas saca su “yo narcisista”, y empieza a exigir a sus ministros, comienza el caos. Incluso al senador Alejandro Guillier se le ocurre la brillante idea de proponer el adelanto de elecciones presidenciales para el mes de abril. (Personalmente, pienso que no es tan buena idea, pues mientras Piñera siga en La Moneda, así sea en forma decorativa, más se destruye la derecha).
Ignoro cuáles son los asesores legales de Piñera, pero por los hechos, no deben ser muy letrados, pues el Congreso tiene el perfecto derecho de iniciar una reforma constitucional al llegar al quórum de 3/5 y 2/3; sería una torpeza, por ignorancia o por intereses creados, poner en cuestión el derecho del Congreso para reformar la pétrea Constitución de 1980. En la Cámara de Diputados, el proyecto del segundo retiro del 10% de los fondos cotizados en las AFP, alcanzó 130 votos a favor, lo que significa mucho más que los 2/3, que serían 103 votos.
Al trío Piñera-Briones-Zaldívar no se ocurrió nada mejor que cobrar impuestos a los que deseen retirar otro 10% de sus propios ahorros, a quienes cotizaran más de dos millones y medio mensuales y, a su vez, obligar a quienes retiren los fondos, los devuelvan a la AFP respectiva, es decir, al mercado financiero, a fin de que este sistema vuelva a prestárselos con mayores intereses. Afortunadamente, no ha llegado a tal extremo de pretender el veto al proyecto de retiro de los fondos a personas con enfermedades terminales, pues si eso ocurriera, mostraría “al desnudo la crueldad del rey”, a quien lo único que le interesa, – con mínimos rasgos de humanidad – es la plata.
Si el Presidente está tan preocupado por recaudar dinero para el fisco, ¿por qué no propone discusión inmediata para un impuesto a las transacciones financieras, y otro patrimonial a las grandes fortunas?
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
24/11/2020
Felipe Portales says:
A propósito de las AFP y el neoliberalismo, nunca está demás recordar los elogios a la «obra» de Pinochet del ministro de Hacienda de Aylwin, senador y presidente del PDC, y canciller de Bachelet, Alejandro Foxley: «Pinochet realizó una transformación, sobre todo en la economía chilena, la más importante que ha habido en este siglo. Tuvo el mérito de anticiparse al proceso de globalización que ocurrió una década después, al cual están tratando de encaramarse todos los países del mundo. Hay que reconocer su capacidad visionaria y la del equipo de economistas que entró a ese gobierno el año 73, con Sergio de Castro a la cabeza (…) de que había que abrir la economía al mundo, descentralizar, desregular, etc. Esa es una contribución histórica que va perdurar por muchas décadas en Chile y que, quienes fuimos críticos de algunos aspectos de ese proceso en su momento, hoy lo reconocemos como un proceso de importancia histórica para Chile, que ha terminado siendo aceptado prácticamente por todos los sectores. Además, ha pasado el test de lo que significa hacer historia, pues terminó cambiando el modo de vida de todos los chilenos, para bien, no para mal. Eso es lo que yo creo, y eso sitúa a Pinochet en la historia de Chile en un alto lugar. Su drama personal es que, por las crueldades que se cometieron en materia de derechos humanos en ese período, esa contribución a la historia ha estado permanentemente ensombrecida» («Cosas»; 5-5-2000).