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Los chilenos fueron claros el 25 de octubre: Apruebo a Cambios

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El  plebiscito aprobó con el 78% de los votos redactar una nueva constitución y rechazó con el 79% la presencia de parlamentarios en la convención constitucional.

Votaron 7.562.173 de personas de un padrón de casi a 15 millones de electores.

La lucha social sostenida en la calle desde el 18 de octubre de 2019 logró que los partidos en el congreso y el gobierno, atemorizados, abrieran el 15 de noviembre un mecanismo para que los ciudadanos decidieran sobre un cambio constitucional.

El acuerdo puso como limitaciones a los convencionales la aprobación de los nuevos textos por un mínimo de dos tercios y la prohibición de modificar tratados internacionales. Además que la elección de convencionales se haga con la ley electoral favorable a los partidos  y desventajosa para los independientes sociales.

 

Esa lucha debió vencer una dura represión. Se contabilizan 411 víctimas con lesiones oculares y otros 615 casos con traumatismos graves.

La Fiscalía Nacional informó que desde octubre de 2019 hasta el 1º de abril de 2020, se computaron 8 mil 510 víctimas de violaciones de derechos humanos, se han interpuesto 5 mil 645 denuncias por violencia policial, existen 664 casos de violencia sexual, 258 desnudamientos, 67 abusos diversos, 12 violaciones y 27 amenazas de tocamientos.

Todos, perpetrados por las fuerzas armadas y carabineros, siendo 466 de sus miembros identificados como autores materiales de alguno de ellos.

Activistas destruyeron entre otros bienes casi 60 estaciones del Metro.

A partir de ese 15 de noviembre los parlamentarios han ido trabajando el control de la convención y pese al enorme rechazo ciudadano a que intervengan en el proceso lo siguen haciendo.

Los partidos de gobierno y oposición preparan alianzas y listas de militantes y de independientes afines para que incorporen sus intereses políticos o hagan fracasar los contrarios con sus votos.

La idea dominante en esos círculos es alcanzar consensos de reformas. La constitución vigente se redactó de esa manera.

La cúpula del poder real hasta el momento también es cauta.

Presidente de la Sofofa: “Los empresarios debemos ser protagonistas en el debate de los contenidos constitucionales”. El Mostrador

Bloomberg señaló que muchos inversionistas «temen que Chile eliminará las leyes pro-mercado que han creado una de las economías más estables de América Latina». También destacan que se «niciarán casi dos años de debate e incertidumbre antes del voto final para ratificar la nueva Carta Magna». Radio Biobío, El Mostrador

La posibilidad de hacer cambios profundos tiene en contra el acuerdo capitalista de los dos bloques que alternativamente han gobernado con civiles los últimos 30 años. Los que rechazaron cambiar la constitución y quienes aprobaron redactar otra coinciden en proteger los intereses y el poder de los grandes privados.

Sectores comprometidos en la lucha contra el  ordenamiento actual han manifestado su preocupación de que el proceso sirva solo para realizar reforma conservando la realidad político-social armada desde 1973 por la cúpula empresarial, los militares y el gobierno estadounidense.

Podríamos asistir a un maquillaje político en el cual la nueva redacción sea una visión edulcorada del neoliberalismo, avalada por unos constituyentes espurios. Marcos Roitman, El Viejo Topo

Lo que se ha logrado en esta instancia está lejos de representar una conquista que asegure la posibilidad de desmantelar el estado subsidiario, neoliberal y antidemocrático de la institucionalidad vigente. Marcos Uribe Andrade, El Clarín de Chile

En general los partidos que dicen estar por una nueva constitución no dicen para qué cambios.

El presidente del Partido Comunista valoró el triunfo y aseguró que «todos nos damos cuenta de que el pueblo soberano ha dicho su voz de forma rotunda. Los resultados hablan de un 70% o más para el Apruebo y eso se acerca casi a los dos tercios». A su juicio «lo ideal es tener ahí puestas las materias que el pueblo está demandando en las calles. Eso es absolutamente necesario y creo que tendrá que verse la forma de que el pueblo siga participando. Una cosa es que esté en las calles, en las poblaciones o en las plazas manifestándose, otra es que se le abra la oportunidad para trabajar». «Espero que con este resultado estemos cerca de conseguir los dos tercios, porque si no los logramos, se complica la situación y puede que se vea burlada esta amplia mayoría que hoy se ha manifestado por una nueva Constitución para Chile». Emol

Voces individuales han expresado qué cambios debe hacer en el país un  nuevo texto.

La Nueva Constitución renacionalizará el cobre y otros minerales, el agua, y las otras riquezas estratégicas… Sin esta medida esencial, los discursos acerca de cambios de fondo en la sociedad y economía son mera palabrería. La renacionalización… será la base del giro hacia una nueva estrategia de “desarrollo económico hacia adentro de América Latina (Jaques Chonchol)”, la única realista y posible en el mundo del siglo XXI. Por cierto respetuosa del medio ambiente, sin lo cual la vida misma no es posible. Manuel Riesco, Crónica Digital

Requerimos un país donde haya una transformación cultural, económica, que dé satisfacción global a nuestras necesidades. Donde exista un cambio a fondo en ese estado subsidiario que se impuso en Chile, desde que se plasmó la constitución del año 1980. Pablo Jofré Leal

Nadie hasta ahora parece demandar normas constitucionales que integren en la mayoría social a los funcionarios armados del estado a pesar de su conducta desde el golpe de 1973.

El resultado del plebiscito demuestra un fuerte descontento de la población con la situación actual pero su fuerza se debilita en peticiones que no constituyen un conjunto coherente de cambio.

Ningún partido ni movimiento social tiene fuerza ni discurso programático para orientar el país hacia una salida del sistema. No se ha hecho un trabajo de ideas y de organización para un proceso de cambio del modelo capitalista.

Hay motivos para estar contentos…  Pero quienes votaron el apruebo no es un grupo homogéneo. Baste considerar los partidos firmantes del Acuerdo por la paz social y una nueva Constitución (15/11/19). Una mayoría se opone a reconocer derechos al pueblo mapuche (Estado pluriétnico); otros rechazan un rol protagónico del sector público en la elaboración de las políticas sociales en materia de salud, educación, vivienda, trabajo, pensiones o desoyen el compromiso con el medio ambiente. En definitiva, no todo lo que votó apruebo se inscribe en un proyecto transformador que camine hacia una democrática participativa y menos rupturista con el orden patriarcal. Marcos Roitman

China ha trazado el rumbo del desarrollo para los próximos 15 años. Para crecer destaca los papeles de la innovación, la economía real, un mercado interno fuerte, la vigorización de las zonas rurales y el desarrollo verde. Xinhua

No se trata solo  de demandar y resistir sino de tener voluntad de poder para dirigir el país. Debe haber un proyecto de discurso y de coalición electoral. Álvaro García Linera, exvicepresidente de Bolivia

Por el momento en Chile esas condiciones no se dan.

Algunas agrupaciones pensando en las dificultades que habrá hacia adelante creen que es necesario mantenerse en la calle. Se oyen  propuestas de desconocer las limitaciones impuestas a los constituyentes por los partidos.

No entiendo el porqué les preocupa tanto el alto quórum fijado, ese de los dos tercios. Hubo una respuesta categórica…  De modo que, constituyéndose como tal la Convención o Asamblea decidirán si les parece, confeccionar un reglamento sobre la forma en que desarrollarán su trabajo, o le darán vida a un reglamento, que un poder incompetente, a priori, mediante una ley les ordena  hacer. René Dintrans Alarcón, El Clarín de Chile

 

 

Por Rómulo Pardo Silva

Por una civilización sostenible solidaria

Mientras no haya partidos y movimientos civilizatorios todos ellos como sus masas son conservadores

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  1. Felipe Portales says:

    Sí, pero también la gente votó -¡porque aunque no lo quisiese o supiese votó!- para que se establezca una «Convención Constitucional» sin facultades para aprobar democráticamente un nuevo texto constitucional. Esa es nuestra cruda realidad y no sacamos nada con desconocerla. Sería como tratar de tapar el sol con un dedo…

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