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A no dejarse engañar el domingo. Votemos todas y todos por el Apruebo

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Independientemente del resultado del Plebiscito se engañan los defensores de que nada cambie – la Derecha y sus asistentes políticos de la “centro-izquierda” – si piensan que después de este domingo tendrán un respiro de paz social. Y esto, independientemente de los resultados, que interpretarán como se les dé la gana. Se engañan también si sacan cuentas alegres sobre la eleccion de las y los constituyentes en abril próximo donde esperan obtener una cantidad significativa que torpedee el funcionamiento de la comisión, cual carabinero infiltrado haciendo daño a los pobladores. Se engañan si después de dos largos años de trabajo para elaborar la nueva Constitución consiguien anularla en sus aspectos esenciales utilizando la carta del ⅓ que se han reservado para esta eventualidad, siguen creyendo que tendremos nuevamente paz social. Y se engañan por último si piensan que en esa altura como ya habrán pasado dos años desde el 18-O la gente se habrá olvidado y todo volverá a “la normalidad”. Su normalidad. Esa del desprecio más absoluto a los pobres en su pobreza, de la justicia de clase con sus perdonazos inaceptables a los más ricos entre los ricos, de la represión sistemática y violenta al pueblo cuando este se permite reclamar, de la continuación del saqueo a nuestros recursos naturales, de la apropiación del agua por unos pocos, de la corrupción rampante en todas las instituciones del Estado, de la destrucción acelerada del ambiente. Se engañan rotundamente si creen que el Pueblo seguirá aceptando todo eso.

 

Todas y cada una de las causas que han originado el despertar enfurecido del pueblo continuan ahí presentes hoy día, agudizadas por la militarización de la vida civil, la represión policial desenfrenada que ha causado muerte y ceguera contra todos aquellos que levantan su voz para reclamar así como la mantención de todos los mecanismos existentes para robar al pueblo: AFPs, Isapres, Impuestos, colusiones, monopolios y un largo etcetera. La propuesta de 6000 pesos de aumento salarial  hecha recientemente por el Ministro Briones refleja exactamente lo que piensan los dueños de Chile del resto de la población: “esto es todo lo que estamos dispuestos a darles y si siguen reclamando, aumentaremos la represión contra los violentos y criminales” como ha llamado a los pobladores en estos días el muy reaccionario y pinochetista Ministro del Interior.

Podrán mantener todo el tiempo que quieran a las FFAA en las calles. Todo el tiempo que quieran, que puedan pagarles las “horas extra” de trabajo, o hasta que estos desistan de no hacer nada excepto cumplir la indigna tarea de amedrentar a la población. Veremos quien se cansa primero. El Pueblo que grita justicia en todos los rincones de Chile o sus represores de turno.

Puede ser que la fuerza de los movimientos sociales sea desordenada, con poca coordinación y sobretodo hasta aquí sin un proyecto político de fondo para cambiar la sociedad neoliberal. Puede ser que no se constituyan en partido político para ir a imponer su fuerza en el Parlamento. Lo que no será posible nunca más es callar la voz del Pueblo y su justo reclamo. Su fuerza continua a ser lo esencial del funcionamiento del capitalismo: la existencia de una Clase Trabajadora que produce toda la riqueza de la cual la mayor parte se la apropia el dueño del medio de producción. Sin esa fuerza, el capitalismo está muerto. De ahí el miedo que sufren los ricos cada vez que los trabajadores efectúan una huelga general paralizando todo como aconteció en Noviembre pasado. Esa fuerza es un recurso que los ricos no pueden comprar ni vender en el mercado, única filosofia que tienen para ganar, conservar y perpetuar su poder sobre el resto de la sociedad.




El próximo Domingo demostremos que somos una gran mayoría que quiere cambios profundos. No nos dejemos engañar por los falsos profetas que incitan a no votar o marcar el voto con cualquier garabato porque al final todo esto está cocinado. Con esa actitud por parte de la gente cuentan los ricos como siempre. Que la gente decida no participar anulando su voto de alguna manera. Esa es la fuerza política de la Derecha en elecciones. No caigamos en esa trampa nuevamente. Suponiendo que todo está cocinado, ganémosles la mano en su propia trampa con una abrumadora mayoría por el Apruebo, porque siguen apostando a que nos engañan otra vez. Repitamos lo mismo en Abril próximo con la elección de una gran mayoría de constituyentes que permita redactar una constitución que recoja la esencia de nuestros anhelos de justicia social y económica. Después veremos que hacen con su ⅓. Ahí veremos si se atreven contra esta gran mayoría que los derrotará para mantener “su normalidad”, normalidad que ya no tendrán nunca más.

A votar todas y todos el Domingo por el Apruebo!

 

Por Patricio Serendero



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  1. Felipe Portales says:

    ¡Dios quiera tuvieses razón Máximo! Pero todo el diseño del «proceso constituyente» ha sido un fraude destinado a neutralizar la rebelión popular de hace un año; el que ha sido cohonestado hasta la fecha por todos los grandes medios de comunicación (particularmente la TV), todos los partidos políticos; todas las organizaciones gremiales, sindicales y de colegios profesionales; y todas las instituciones relevantes de la sociedad chilena. Por cierto, más tarde o más temprano este fraude será superado, y Chile establecerá una Constitución democrática.

  2. Máximo Kinast says:

    Totalmente de acuerdo con el artículo de Patricio Serendero.
    La derecha -los mismos momios de siempre- están tratando de pitorrearse al pueblo de Chile, que irá a votar con la esperanza de que lo hayan escuchado y de que se abra una puerta a sus esperanzas. Será burlado, pero ahí se caen los momios, porque el cabreo general no lo van a curar con leguleyadas. La revuelta está empezada y terminará cuando los momios «agarren el barco o el tren, el barco / el tren o el avión y arranquen», como dijo Guillén.
    Esta vez el Pueblo de Chile abrirá las grandes alamedas.

  3. Felipe Portales says:

    Así es Germán. Y en definitiva, efectivamente el funesto acuerdo del 15 de noviembre fue un resultado de la rebelión de octubre PERO NO PARA CANALIZARLA, SINO PARA FRUSTRARLA. Recordemos que para la dirigencia de la ex Concertación LA ACTUAL CONSTITUCIÓN DE 2005 ES IMPECABLEMENTE DEMOCRÁTICA. No sólo porque está suscrita por Lagos y todos sus ministros (entre ellos, Vidal, Walker, Eyzaguirre y Bitar); sino además por el verdadero panegírico que ella les produjo. Como tenemos tan mala memoria es bueno recordar las palabras de Lagos al respecto: «Hoy, 17 de septiembre de 2005, firmamos solemnemente la Constitución Democrática de Chile (…) Este es un día muy grande para Chile. Tenemos hoy por fin una Constitución democrática acorde con el espíritu de Chile (…) Este es un logro de todos los chilenos, de los gobiernos que hemos tenido, de sus legisladores, de los partidos de Gobierno y de oposición, de los trabajadores y de los emprendedores, de la mujer chilena, de periodistas fieles a su ética de informar, de las instituciones civiles y armadas, de las fuerzas morales, religiosas, académicas y creativas de Chile entero (…) Chile cuenta con una Constitución que ya no nos divide, sino que es un piso institucional compartido, desde el cual podemos continuar avanzando por el camino del perfeccionamiento de nuestra democracia» («El Mercurio»; 18-9-2005).

    ¡¡Y ahora nos quieren seguir engañando, yendo como corderos a «votar» en un proceso nuevamente fraudulento!! ¡¡Y además arriesgando nuestra salud!! ¡¡Hay que ser muy patudos!!

  4. Felipe Portales says:

    El diseño del 15 de noviembre es un gran engaño. El fraude de los dos tercios, por el que 34 valdrá lo mismo que 66 en la Convención, impedirá una real Constitución democrática. Y respecto de quienes votarán por el «Apruebo», de acuerdo a las encuestas, estarán cerca de la mitad de los votantes de Piñera. Y, según lo que han dicho públicamente, votarán también por el «Apruebo» Lavín, Longueira, Felipe Kast, Manuel José Ossandón, Ximena Ossandón, Desbordes, Ubilla, Marcela Sabat, Codina, Delgado y Felipe Alessandri, entre otros líderes de la derecha…

    • Germán Westphal says:

      El problema no es sólo de los 2/3, Estimado Felipe, sino que de los 4/4 que siguen:

      (1) El sistema de elección de los delegados constitucionales privilegia la representación de los partidos políticos por sobre los representantes independientes de la ciudadanía. Esta es una consecuencia del método D’Hondt que se usa para la elección de diputados y que se usará para elegir a los delegados constitucionales.

      (2) El sistema de distritos electorales para la elección de diputados que también se usará para la elección de los delegados constitucioales genera una aberrante desproporcionalidad entre el número de electores y representantes a elegir. Así, por ejemplo, según ha destacado Patricio Navia, el Distrito 8 (Comunas de Maipú, Estación Central, Cerrillos, Pudahuel, Colina, Lampa, Quilicura y Til Til) escogerá 8 escaños, por lo que cada delegado representará a 182 mil habitantes pero el Distrito 4 (Copiapó y todas las comunas de la Región De Atacama) escogerá 5 escaños, por lo que cada delegado representará a 57 mil habitantes. Esta desproporcionalidad se repite en todo el país y distorsiona gravemente la representación ciudadana.

      (3) El quórum de 2/3 requerido para la aprobación de todos los acuerdos de la Convención Constitucional, sea cual sea su formato —una garantía de la política de los “grandes consensos” entre las dos derechas que dominan y controlan el quehacer político nacional.

      (4) La intangibilidad de los tratados internacionales, incluidos —por definición— los tal llamados “Tratados de Libre Comercio”, piedras angulares para la mantención del sistema neoliberal.

      Estas son las principales trampas del proceso constitucional en cuestión que son o deberían ser bien conocidas pues están implícita o explícitamente especificadas en el tal llamado “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” y la Reforma Constitucional y leyes que lo implementan.

      La gran pregunta es cómo es que la ciudadanía que presuntamente votará «bien informada» en el plebiscito del domingo 25 las desconoce o no se da cuenta de la importancia, implicaciones y consecuencias que tienen.

      Por lo visto, estamos ante a una de las más sofisticadas realizaciones del Problema de Orwell —la capacidad de los sistemas totalitarios y de propaganda para inculcar en la población creencias que son firmemente sostenidas a pesar de que carecen de todo fundamento pero que tienen por función la mantención del sistema, una cuestión examinada en detalle por Noam Chomsky en «El conocimiento del lenguaje, su naturaleza, origen y uso» (Alianza Editorial, 1989) y por Edward Hermann y Noam Chomsky en «Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media” (Pantheon, 2002).

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