Reconocimiento público del poder de veto de la Derecha
Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 14 segundos
Notablemente, el destacado líder histórico de la Concertación, Ignacio Walker (ex presidente del PDC, senador y ministro), ha reconocido, en definitiva, en el artículo “Sobre los 2/3 y la Nueva Constitución” (“El Clarín”; 10-10-2020) que la mayoría popular de centro-izquierda tradicional en Chile, que naturalmente se expresará en la mayoría de los convencionales a elegir -luego del evidente triunfo del “Apruebo” que tendrá lugar el próximo 25 de octubre- no tendrá la posibilidad de aprobar una Constitución que represente su voluntad. Salvo que lograse una muy improbable inmensa mayoría de más de dos tercios, de lo que ha estado muy lejos en todas las elecciones desde 1990, con o sin sistema electoral binominal. Por lo tanto, todo indica que su voluntad tendrá que subordinarla a las exigencias de la derecha minoritaria en la idea de obtener un “nuevo” texto constitucional. Y si no se somete a las virtuales exigencias que ella le haga, tendrá que conformarse con seguir con la Constitución actual, impuesta por Pinochet en 1980 y asumida (con algunas reformas) por Lagos en 2005.
En efecto, Walker ha señalado que el quórum de los dos tercios para aprobar el reglamento y las normas de una nueva Constitución se aplica al conjunto del texto y no simplemente a artículos puntuales: “Si no hay dos tercios de los votos no hay texto constitucional. Así se resume, en la parte pertinente, el texto expreso del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución del 15 de noviembre y la Reforma Constitucional de diciembre: ‘La Convención deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas, por un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio’ (artículo 133, inciso tercero). Lo de ‘el reglamento’ está en singular y no deja lugar a dudas, debe ser votado como un solo todo por dos tercios de los miembros de la Convención. Lo de ‘las normas’ está escrito en plural y su interpretación también es inequívoca: se refiere a todas y cada una de las normas. Solo así puede y debe interpretarse la referencia a ‘las normas’, salvo que se quiera torcer deliberadamente la letra y el espíritu del acuerdo de noviembre y la reforma constitucional de diciembre”.
Sin embargo, “sesudos” constitucionalistas de “izquierda”, dándose cuenta de que esto significa la evidente imposibilidad de que se apruebe una nueva Constitución que siente las bases de una construcción de un nuevo modelo de sociedad que sustituya el neoliberalismo impuesto por la dictadura y consolidado por la Concertación; han planteado voluntaristamente que el quórum de los dos tercios se aplica solo a cada uno de los artículos a aprobarse para una nueva Constitución, de tal manera ¡que lo que no se apruebe por dos tercios, pasa a ser materia posterior de ley de un futuro Congreso requiriendo su aprobación de mayoría simple!
Esta peregrina interpretación conduce al absurdo de revertir casi completamente lo que sostiene el acuerdo del 15 de noviembre y la reforma constitucional consiguiente. Esto es, que la mayoría –sin necesidad de tener dos tercios- podría aprobar casi toda la Constitución posteriormente por simple mayoría, contentándose con consensuar unos pocos artículos de aquella por más de dos tercios en la Convención constituyente propiamente tal. Evidentemente un engaño o auto-engaño tan burdo no tiene destino alguno.
Quien sí ha sido capaz de efectuar un engaño del conjunto de la sociedad chilena tremendamente eficaz -¡y desde hace 30 años!- ha sido el liderazgo de la Concertación quien ha disfrazado un profundo vuelco ideológico derechista, como lo reconoció descarnadamente el principal ideólogo de la “transición”, Edgardo Boeninger, en un libro escrito en 1997 (“Democracia en Chile. Lecciones para la gobernabilidad”; Edit. Andrés Bello). En dicho libro –que no fue desmentido por nadie- señaló que a fines de los 80 su liderazgo experimentó un proceso de “convergencia” con el pensamiento económico de la derecha, “convergencia que políticamente el conglomerado opositor no estaba en condiciones de reconocer” (p. 369); y que “la incorporación de concepciones económicas más liberales a las propuestas de la Concertación se vio facilitada por la naturaleza del proceso político en dicho período, de carácter notoriamente cupular; limitado a núcleos pequeños de dirigentes que actuaban con considerable libertad en un entorno de fuerte respaldo de adherentes y simpatizantes” (pp. 369-70).
Y esta derechización, que no se reconoce públicamente aún, explica un conjunto de procesos y fenómenos aparentemente absurdos y que condujeron todos a la misma dirección: a la legitimación y consolidación durante muchos años del modelo de sociedad impuesto por la dictadura (y que contó en su momento con la frontal oposición de la centro-izquierda) con su Plan Laboral, AFP, Isapres, ley minera, LOCE-LGE, universidades privadas con fines de lucro, sistema tributario que permite la “elusión” de las grandes fortunas, desnacionalización efectiva de más del 70% de la gran minería del cobre; consolidación y aumento de las privatizaciones de empresas y servicios públicos, mantención de un esmirriado poder sindical; suscripción de tratados bilaterales de libre comercio que acentúan nuestro perfil de país exportador de materias primas; etc. etc.
Y para hacer todo esto “digerible” se procedió a uno de los ardides políticos más maquiavélicos imaginables: Esto es, haber concordado con Pinochet una Reforma Constitucional en 1989, por la que el liderazgo de la Concertación aceptó solapadamente (todo se hizo entre cuatro paredes; y luego plebiscitando todas las reformas “en paquete”, sin especificarlas) regalarle la segura mayoría parlamentaria que tendría Aylwin a la futura oposición, cambiando los quórums legislativos en su beneficio. De tal forma que, especialmente en los 90, se les decía convincentemente a las bases concertacionistas que no se podían hacer las reformas prometidas porque no se tenían las mayorías para ello, pero manteniéndoles completamente oculto -¡hasta el día de hoy!- que ello era así porque se las habían regalado a la derecha…
Luego se procedió a algo también muy tenebroso y que no debe tener precedentes en la historia: Esto es, que los sucesivos gobiernos concertacionistas -proclamadamente centroizquierdistas- provocaron la desaparición del conjunto de los medios de comunicación escritos de esa orientación, a través del bloqueo de apoyos financieros externos y de la mantención de la discriminación del avisaje estatal que les hizo la dictadura. De esta forma, uno a uno, fueron quebrando los diarios y revistas de centro o de izquierda que habían surgido en los 80 o que se crearon después: “La Época”, “Fortín Mapocho”, Análisis”, “Apsi”, “Hoy”, “Página Abierta”, “Rocinante”, “Siete”, “Siete + Siete”, “Plan B”, etc.; ¡quedando la derecha, hasta el día de hoy, con una concentración de medios de comunicación muy superior a la década de los 80 de la dictadura!…
El caso Clarín
Posteriormente, cuando por fin durante Lagos y Bachelet, la Concertación obtuvo finalmente mayoría parlamentaria ¡se continuaron aprobando TODAS las leyes por consenso con la derecha! Ya era una práctica permanente, y no quedaban medios “molestos” que pudiesen recordárselo a las tan bien engañadas bases concertacionistas.
Además, se hicieron muchas otras acciones completamente impropias de una coalición de centro-izquierda, como las defensas gubernativas de las críticas que suscitaban en el exterior los viajes de Pinochet a comprar armas o de vacaciones; las que culminaron con la defensa y “salvación” de Pinochet de la condena por sus crímenes en Europa una vez que fue detenido en Londres. O como el envío de diplomáticos, de agregados militares, o de oficiales a misiones de la ONU que habían estado gravemente involucrados en violaciones de derechos humanos durante la dictadura. O los envíos –felizmente frustrados- de numerosos proyectos de leyes destinados a convalidar la autoamnistía de 1978 o a disminuir sustantivamente las penas de los violadores de DD. HH. posteriores a esa fecha. O la tenaz y sistemática negativa a devolverle los bienes confiscados por la dictadura a Víctor Pey para impedirle que pudiese relanzar “Clarín” y terminar así con el duopolio “El Mercurio-COPESA”; etc. etc.
Y la culminación de todo ello fue el hacer suya en 2005 la Constitución de Pinochet, con algunos cambios de importancia pero que no alteraban su esencia autoritaria y neoliberal. De este modo, obviamente en conjunto con la derecha, se aprobó lo que se quiso llamar la Constitución de 2005 (no se pudo, porque hasta los engaños concertacionistas tienen su límite…); pero que fue suscrita por Lagos y todos sus ministros (incluyendo Ignacio Walker…); y en una ceremonia donde Lagos resaltó exultante que “este es un día muy grande para Chile. Tenemos hoy por fin una Constitución democrática, acorde con el espíritu de Chile (…) Esto es un logro de todos los chilenos (…) Chile cuenta con una Constitución que ya no nos divide, sino que es un piso institucional compartido desde el cual podemos continuar avanzando por el camino del perfeccionamiento de nuestra democracia” (“El Mercurio”; 18-9-2005).
Por tanto, es evidente que el nuevo regalo del quórum de los dos tercios efectuado por el liderazgo de la ex Concertación a la derecha a través del acuerdo del 15 de noviembre pasado y ratificado por la Reforma Constitucional de diciembre –y cuyo alcance reconoce tan claramente Ignacio Walker- es para consensuar nuevamente “un piso institucional compartido” con la derecha; y no para satisfacer las demandas ciudadanas de un profundo cambio del “modelo chileno” expresadas por la rebelión social de hace un año.
Felipe Portales
Felipe Portales says:
Respecto de los sistemas electorales, es cosa de establecer un sistema que combine la igualdad efectiva del voto de cada ciudadano, la representación regional, y el estricto respeto de los porcentajes electorales de los partidos con el porcentaje de electos en las cámaras. Entiendo que hay países europeos en que ello se aplica. Es un sistema de elaboración compleja pero perfectamente obtenible.
Germán Westphal says:
Según recuerdo, hasta el año 1973, se elegía un diputado por cada cierto número de habitantes en cada distrito electoral. Dicho número de habitantes era el mismo para todo el país de modo que no se daba la aberrante desproporcionalidad representativa que hoy distorsiona la esencia misma de la representación democrática, algo que hasta donde entiendo, todo el mundo lo acepta como si fuera perfectamente normal, ya sea porque no sabe, no se entera, no entiende, o simplemente le importa un bledo. Y así es como se elige a los diputados y se elegirá próximamente a los delegados a la Convención Constitucional encargada de elaborar la Nueva Constitución!
Felipe Portales says:
Sin duda que el problema de la representación política es siempre muy complejo. Pero no sólo el político. Toda organización lleva en su seno una tendencia a la creación de una oligarquía. Es lo que el sociólogo alemán Robert Michels llegó a definir como «la ley de hierro de la oligarquía», luego de estudiar a fondo las estructuras de poder del partido supuestamente más democrático de principios del siglo XX: el Partido Social-Demócrata alemán. Creo que exageró su alcance, pero sin duda que dicha tendencia existe. Pero, OJO, no solo en los partidos sino en TODA ORGANIZACIÓN: Sindicatos, gremios, federaciones de estudiantes, colegios profesionales, etc.
En el Chile actual ello se agrava por la exitosa colusión virtualmente dictatorial de 30 años entre los partidos de «derecha» y de «izquierda»; por la extrema desmoralización de la sociedad chilena dejada por la dictadura y la post-dictadura; y por nuestro atávico autoritarismo de una sociedad creada a través de siglos de guerra permanente. Y en la post-dictadura se ha demostrado que también nuestros líderes independientes de partidos han demostrado, por lo general, un profundo autoritarismo y narcisismo.
Germán Westphal says:
Lo he visto por años en el mundo académico, el que no es excepción por mucho que así se crea.
Máximo Kinast says:
Estimado Ramón Román. Lo apoyo. Usted tiene la razón. Para Felipe y Germán, dos buenos amigos y compañeros en muchas luchas estamos jodidos y el Genocida Vitalicio dejó todo ‘atado y bien atado’ y hagamos lo que hagamos no tenemos oportunidad. Con esa posición, muy bien documentada y justificada, es mejor que abandonen la lucha, porque introducen un sentimiento de derrota, muy perjudicial.
Soy optimista y lo he demostrado metiéndome en muchas peleas -la mayoría perdidas de antemano- pero como iquiqueño y chileno y allendista di la pelea y algunas veces, muy pocas tuve éxito.
Ahora le toca al pueblo, sin líderes, sin dirigentes, sin partidos políticos, con escasa información, pero conscientes de haber sido engañados por la Concertación y por todos los traidores a la Patria que nos han gobernado, con inmensas ganas de cambiar el nefasto y perverso sistema que nos han impuesto desde hace hoy 48 años, 10 meses y 22 días, es decir que nos están metiendo el dedo en la boca desde hace 17.203 días y el pueblo de Chile hace un año, que se cumple mañana, ha dicho: ¡Basta ya!
Esperemos a mañana. 40 mil carabineros no podrán detener al pueblo chileno que marcha pacíficamente para abrir esas grandes alamedas y suceda lo que suceda arrasaremos con más de dos tercios en las urnas.
Felipe Portales says:
Germán: Si bien es cierto que no directamente, al ser «La Ley de leyes» la Constitución tiene un efecto decisivo en todo el ordenamiento jurídico y social. Además que ,por ejemplo, si modifica los quórums para la leyes orgánicas constitucionales (¡o simplemente termina con dicha tipología!) permitiría que todas ellas se modifiquen democráticamente como cualquier otra ley. Es cierto también que muchas instituciones creadas por una Constitución requieren de leyes complementarias para que tengan vigencia efectiva. Así por ejemplo, hubo tres instituciones o disposiciones tremendamente importantes de la Constitución de 1925 que NUNCA tuvieron vigencia porque ningún gobierno, parlamento, partido político o entidad social (¡la indolencia chilena!) se preocupó de ello en casi 50 años: Las Asambleas Provinciales que habrían tenido importantes atribuciones para una descentralización del poder en nuestro país; los tribunales contencioso-administrativos que habrían permitido que los ciudadanos hubiesen disminuido significativamente los errores, injusticias o discriminaciones sufridas como víctimas de un mal funcionamiento del aparato del Estado; y la disposición que permitía acceder a reparaciones e indemnizaciones en casos de detenciones legales pero que finalmente se demostraren injustas, cuya vigencia es clave para compatibilizar un correcto funcionamiento del Estado con un efectivo respeto de los derechos humanos de los ciudadanos.
Germán Westphal says:
Absolutamente cierto, Felipe, pero la cuestión que persiste es la noción de «democracia» que mencionas y que tiene distintas versiones, algunas tan engañosas como la chilena no sólo por la normativa legal que la ha regido post-dictadura y la que actualmente rige, sino que también porque en general, la ciudadanía ha sido renuente a organizarse políticamente y a generar sus propios representantes de base. Esto es también observable en el caso de las movilizaciones sociales a partir del 18-O, con la excepción de algunos focos vecinales pre-pandemia abocados a discutir cuestiones relativas a una eventual AC, una opción descartada en el proceso constitucional —valga la redundancia— constitucionalmente aprobado y delimitado en su estructura, funcionamiento y competencias, a saber:
(1) El sistema de elección de los delegados constitucionales que privilegia la representación de los partidos políticos por encima de los representantes independientes de la ciudadanía.
(2) El sistema de distritos electorales que genera una aberrante desproporcionalidad entre el número de electores y representantes a elegir en los distintos distritos del país.
(3) El quórum de 2/3 requerido para la aprobación de todos los acuerdos de la Convención Constitucional, sea cual sea su formato.
(4) La intangibilidad de los tratados internacionales, incluidos —por definición— los tal llamados «Tratados de Libre Comercio», piedras angulares del sistema neoliberal.
________________
N.B. Por cierto, el concepto de democracia que definió Lincoln en su frase «el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo» permanece como un ideal nunca realizado, ni siquiera en la Atenas del siglo V a.C. Tal vez la única excepción sean los 60 días de La Comuna de Paris, pero esto es tema de otra conversación.
Germán Westphal says:
Tal vez a algunos lectores les sorprenda el punto (2) en mi comentario anterior, pero el hecho es que «los miembros de la Convención Constituyente (sic) se escogerán con el mismo sistema que existe para elegir la Cámara de Diputados, se reproducirán las mismas fallas de diseño en la composición de la Convención Constituyente (sic). El distrito 8 de la Región Metropolitana, que incluye las comunas de Maipú, Estación Central, Cerrillos, Pudahuel, Colina, Lampa, Quilicura y Til Til escogerá 8 miembros, por lo que cada escaño representará a 182 mil habitantes. En cambio, el Distrito 4, compuesto por Copiapó y todas las comunas de la Región De Atacama, escogerá 5 escaños, por lo que cada uno representará a 57 mil habitantes. Esta marcada desproporcionalidad en la representación se reproduce a lo largo del país. […].» (Patricio Navia, «El financiamiento de la campaña del plebiscito», El Líbero, 21/VIII/2020)
Felipe Portales says:
¡Está en lo cierto! ¡Nos han estado engañando durante 30 años! Unos haciendo como que gobiernan desde la centroizquierda; y los otros haciendo como si fueran opositores a políticas que, en definitiva, son de derecha. Así han conseguido hasta la fecha Y NI USTED NI NADIE PUEDE DESMENTIRLO, que en nuestra sociedad sigan vigentes virtualmente TODAS las instituciones impuestas por la dictadura: Plan Laboral, AFP, Isapres, LOCE-LGE, universidades privadas con fines de lucro, ley minera, ley de pesca, privatizaciones o concesiones de servicios públicos, sistema tributario favorable a las grandes empresas, creciente monopolización de actividades económicas, creciente poder de pocos grandes grupos económicos, impotencia de sindicatos y juntas de vecinos, virtual desmantelamiento del movimiento cooperativo, altísimos precios de productos esenciales, particularmente medicinas, etc. etc.
¿No se da cuenta que el pueblo chileno ha sido completamente engañado, al menos en las cinco ocasiones en que ha elegido presidentes de «centro-izquierda» que han seguido políticas de derecha? Lo realmente escandaloso es que haya sido precisamente engañado por quienes dicen ser de centroizquierda. ¡Y que pretenden seguir engañándolo con esta grotesca farsa «constituyente».
Germán Westphal says:
«TODAS las instituciones impuestas por la dictadura» que menciona Felipe Portales, no las va a modificar ninguna Nueva Constitución pues son materia de ley o de ley orgánica constitucional (en el actual ordenamiento jurídico); es decir, cuestiones de políticas públicas. También cabe destacar que desde 1989-1990 ya van 30 años en que la ciudadanía ha participado en 7 elecciones presidenciales y otras tantas parlamentarias ratificando una y otra vez en el ejercicio del poder a los representantes de la clase política. Lo mismo ha ocurrido en el caso de las municipales. Por supuesto, todo ello sujeto a las reglas impuestas por la clase política, la misma clase política que ha diseñado las reglas de la Convención Constitucional —reglas que la ciudadanía ratificará alegremente con su voto el domingo 25 de octubre al pronunciarse a favor de la Convención mixta o la 100% electa pues forman parte del paquete, a menos que vote mayoritariamente por la opción RECHAZO, algo altamente improbable pero no del todo imposible. De hecho, bien sabemos que en la historia electoral chilena se ha visto al diablo vendiendo cruces e incluso vistiendo santas y santos que han terminado en el alta mayor sin que se los pueda bajar a pesar de que en verdad están impúdicamente desnudos.
Felipe Portales says:
Señor Román, su voluntarismo extremo no le permite reconocer la nueva farsa ideada por las dos derechas, PRECISAMENTE para intentar frustrar la revuelta social de hace un año. ¡Ellos, en septiembre del año pasado, estaban felices (¡y están!) con la Constitución Lagos-Pinochet; y con el modelo neoliberal que impuso la dictadura y que legitimó, consolidó y perfeccionó la Concertación en sus ¡20 años ininterrumpidos de gobierno!, varios de los cuales los tuvo con mayoría parlamentaria (en los 90 no, porque la regalaron solapadamente a través de la Reforma Constitucional de 1989). Entonces, el acuerdo FRAUDULENTO del 15 de noviembre !no es precisamente para permitir que el movimiento de protesta pueda cambiar realmente la Constitución y el «modelo chileno»! SINO PARA TODO LO CONTRARIO: para impedir su modificación, buscando una engañosa y astuta nueva forma de legitimación. Ese es el sentido que tiene el antidemocrático e inmodificable quórum de los dos tercios que impedirá una real nueva Constitución. El grave riesgo adicional de todo esto es que mientras más logren entusiasmar engañosamente a la mayoría de la población (¡no a usted ni a mí, ni a quienes leen «El Clarín»!), más desanimada puede quedar dicha mayoría cuando se desengañe con el «nuevo» texto constitucional concordado por «las dos derechas». Ese es el gran peligro de este nuevo fraude «binominal».
ramon roman says:
Sr Portales, como ya lo expresé, deseo, quiero polemizar, que es la única forma dialéctica de llegar a cierto consenso, pero que saco con polemizar con usted si ya, para usted, está casi todo perdido. Puedo ser un voluntarista, pero no soy pesimista, soy excéptico y es por eso que apoyo a este movimiento aúnque esté destinado al fracaso, según ustedes, pero es la única forma que la mayoría de los chilenos ha emprendido para tratar de salir de este modelito económico o al menos reformarlo. Voy a terminar con una opinion burlesca, si se quiere, pero que yo noto entre las opiniones pesimistas de ustedes: » La derecha, las dos, le expresan al pueblo lo siguiente, les concedemos y somos partes de este movimiento que está tratando de cambiar nuestra constitución, pero, no lo van a conseguir, ya que ustedes respetan las condiciones politicas tomadas por sus representantes elegidos por ustedes mismos en elecciones libres y democráticas, pero, NO LO VAN A CONSEGUIR, YA QUE TENEMOS LA SARTEN POR EL MANGO CON ESTO DE LOS DOS TERCIOS, ASI QUE ‘ HUICHIPIRICHI»‘. Con todo respeto, sr Portales.
ramon roman says:
Me doy cuenta y creo que los que escribimos nuestras opiniones en este espacio que nos dá este diario, que tiene una historia de lucha por el pueblo chileno y cuyos integrantes han sufrido las mismas penurias que el pueblo chileno sufrió durante la dictadura, que nos une un deseo común: ver a este Chile y a los chilenos eligiendo y viviendo en un sistema politico y social igualitario, donde todos tengamos las mismas oportunidades de desarrollarnos para ser fructiferos para nuestros grupos familiares y para el país. A través de la historia de nuestro Chile, es verdad que la mayoría de los chilenos solamente se dedicaban a formar sus grupos familiares y a mantener estos con los trabajos que se podían obtener con los precarios conocimientos que nos proporcionaban las clases gobernantes , a través de un sistema educacional que solamente era efectivo para un sector minoritario de nuestra sociedad, que al mismo tiempo era el dueño de la casta politica y de los medios de producción. Para ser breve, nunca se había visto en Chile un levantamiento popular como lo que ocurrió el Octubre del año pasado, Y EXPRESAR QUE TODO ESTE MOVIMIENTO FUÉ MOVILIZADO POR «LA IGNORANCIA DE LOS CHILENOS», como algunos tratan de explicar, diciendo que los chilenos no están al tanto de los pactos secretos de la casta política, es colocar a este movimiento como algo espontáneo y sin base. Lo ultimo que escribe don Leopoldo Lavín Mujica, comprueba esto que escribo, cuando escribe «QUE NO DIGAN, ‘ NO SABÍAMOS'». Me gustaría saber, don Leopoldo, quienes son las comparsas de la comedia que hoy hacen mutis por el foro, ya que este movimiento popular fué y es un movimiento sin COMPARSAS INSPIRADAS POR IDEOLOGÍAS POLITICAS. por lo menos, eso es lo que se ha demostrado para todos los que quieran ver y analizar este gran movimiento popular en contra de un modelito economico impuesto a sangre y fuego y mantenido por los politicos tradicionales y otros creados para llenar el vacío que va dejando este modelito, pero que al final de cuentas son los mismos politicos tradicionales pero con diferentes nombres en sus partidos escogidos.
Leopoldo Lavín Mujica says:
Felicitaciones Felipe por llamar las cosas por su nombre. El trabajo necesario del historiador lo dejas bien puesto en estos tiempos confusos. La acción democrática solo puede reposar en antecedentes reales, objetivos. La trama de esta realidad, construida puntada tras puntada por la casta política para que el pueblo siga siendo espectador y no actor, la has puesto bien al desnudo. Que no digan «no sabíamos», los que comparsas de la comedia hoy hacen mutis por el foro ante otro engaño programado.
Germán Westphal says:
Lo que queda claro de estos intercambios es que hay personas que confunden lo que es un análisis político con lo que ellas querrían que fuera el caso.
ramon roman says:
Don German, un análisis politico es un anaísis de las condiciones reales que un país enfrenta en su conducción democrática. Ahora, lo que todos queremos que fuera esta conducción, no es solamente un deseo, ya que un deseo es algo que posiblemente no tenga asidero real, pero en este caso de Chile, este deseo si tiene asidero real y esto fué dado y comenzado el Octubre del año pasado. En el caso de Chile en estos momentos hay dos asideros reales para el deseo de como quisieramos que fuera Chile: un asidero REAL es la forma como la derecha y la seudo izquierda han y siguen gobernando nuestro país en desmedro de la mayoría de los chilenos y desean fervientemente que esto continue igula; el otro asidero real ya lo mostró el pueblo cuando se levantó el Octubre del año pasado y exigió y exige que sea la mayoría del pueblo el que elija el camino que Chile debiera tomar de aquí en adelante.
Germán Westphal says:
Gracias por ilustrarme, don Ramón! Se lo agradezco muy sinceramente. Personas como Ud. deberían estar definitivamente en la Convención Constitucional para romper con las «reglitas» o cerrojos que le ha impuesto la clase política dominante. Le sugiero que considera seriamente su candidatura pues lleva toda la razón y de seguro que resulta electo con lo votos mayoritarios del pueblo. Saludos y la mejor de las suertes en su campaña!
ramon roman says:
Don Herman, putas que valora poco la inteligencia del pueblo, don, ya que para usted una opinión de un chileno como yo, para usted es la opinión de alguien dotado de cualidades que el promedio de los chilenos no tiene y que estos al leer a este superdotado lo van a elevar a la categoría de politico intocable y con un sueldo más allá de cualquier trabajador lo van a elevar al cielo de los dioses, el estado chileno actual. Me doy cuenta de la forma como usa su discurso, su sarcasm, pero al mismo tiempo esto implica que derechamente usted cree que esto es la realidad del chileno actual, por eso lo usa en su «EJEMPLITO». Todo esto se lo escribo, don Herman, con todo respeto. addendum: DAR UNA OPINIÓN, NO ES HACER CAMPAÑA POLITICA, DON HERMAN, y esto indica la forma simplistica de su pensamiento.
Germán Westphal says:
Ningún sarcasmo, don Ramón! Honestamente creo que Ud. sería un gran delegado a la Convención Constitucional.
ramon roman says:
Don German, si por esas cosas que se dan en mi chilito, alguien propusiera mi nombre como delegado, yo estoy seguro que sería rechazado por los que me designaron simplemente porque mi posición política y social es por conseguir para mi Patria el Socialismo. Luché por él y me pasaron un montón de cosas, como a algunos familiares y amigos muy queridos, por lo tanto, en ese sentido, soy dogmático y por eso, debido a que en estos momentos nuestra sociedad está inmersa en un sistema consumista increible, este movimiento de la mayoría de los chilenos es algo que yo apoyo totalmente, un despertar, pero que no puedo ir en contra de lo que la mayoría quiere dejar plasmada en una Nueva Constitución, y que no es el Socialismo, sino cambios que piden una mayor distribución de nuestras riquezas, una prevision justa y estatal y un sistema de salud y educacional igualitario, pagado por los impuestos, es decir, no privado, pero en ninguna de las expresiones de este movimiento he visto que la gente pida nuevamente una soberanía sobre nuestras riquezas naturales y la eliminación del capital privado. Yo creo en la soberanía total de nuestras riquezas y que nosotros, los chilenos, podamos crear a través de nuestro estado, las empresas que puedan satisfacer nuestras necesidades, traer los avances tecnológicos para nuestro placer y crear empresas que puedan satisfacer las necesidades de otros países en el mundo, es decir, crear los técnicos que puedan sacar adelante esta visión, no para satisfacer a una minoría , sino para que todo un pueblo pueda gozar de las riquezas creadas por ese pueblo, SIN INTERMEDIARIOS. Espero que haya quedado clara mi posición.
Germán Westphal says:
Nunca he dudado de su buena fe y buenas intenciones. El cambio de tono de su última respuesta es ciertamente reconfortante. Es de desear que también lo mantenga en sus interacciones con otros en este espacio.
Felipe Portales says:
Señor Román: ¿Tampoco se da cuenta que NADIE está hablando en TV, radios y diarios del carácter fraudulento del proceso con el quórum de los dos tercios. TODO lo que escuchamos los chilenos TODO el día en TODO ESTE AÑO es que el «plebiscito» del 25 de octubre «es una gran oportunidad histórica» para finalmente elaborar y aprobar democráticamente una nueva Constitución. Pareciese que no solo está viviendo en la Luna, sino que cree que usted ES EL PUEBLO. Evidentemente que la rebelión de octubre pasado demuestra que hay un hartazgo de la gran mayoría del pueblo con este modelo; pero el control total de la información (sobre todo cuando hasta el PC y los partidos del FA ¡ni siquiera mencionan el carácter fraudulento de este proceso!) obviamente que mantendrá con grandes expectativas a la gran mayoría en el «plebiscito» próximo y en las elecciones de convencionales de abril próximo. Ahora, evidentemente que cuando la gente pueda darse cuenta de los efectos del fraude de los dos tercios (cuando se apruebe finalmente una «nueva» Constitución maquillada) será tarde para reencauzar este proceso. ¡¡Por eso, para que el desánimo no sea tan gigantesco hay que contribuir a no darle más expectativas ilusorias con este proceso fraudulento!!
ramon roman says:
Sr Portales, es mi ánimo polemizar, pero cuando un lado de la polémica dá por sentado el resultado final de lo que se está polemizando, luego, ¿para que polemizar si mis argumentos no tienen valor real para usted? En mi humilde opinion y tomando en cuenta su opinion y lo que yo creo «que debiera pasar» en caso que haya un fraude intellectual con la nueva Constitución, y que usted deja entrever que el pueblo es tan ingenuo que no se va a dar cuenta de este fraude hasta cuando ya sea demasiado tarde, luego, olvidemos todos los sacrificios hechos por el pueblo y esperemos el próximo levantamiento, el cual tambien tendrá este mismo final, ya que seguiríamos con el mismo modelito y con los mismos politicos y con las mismas reglitas y a lo mejor con reglitas mucho más mejoradas por los politicos de la mismos colores, pero con distintos nombres en sus partidos y asi sucesivamente seguirá pasando ya que el pueblo siempre será tan ingenuo e ignorante como lo pintan algunos analistas politicos. Todo esto se lo escribe, sr Portales, con mucho respeto.
ramon roman says:
Sr Felipe Portales, ¿qué pretende usted? ¿que el pueblo mayoritario, si es que gana el apruebo, reconozca reglas que precisamente llevaron al pueblo a levantarse? ¿ Usted expresa que el pueblo debe agachar la cabeza ante reglas emanadas por la derecha y la seuda izquierda? Por la cresta, sr Portales, ¿usted cree que los sacrificios de un pueblo por cambiar la constitución lo va a ser detener por REGLAS HECHAS PARA QUE EL PUEBLO NUNCA GANE? Sr Portales, usted escribe desde la posición de un escriba que todavía cree y está seguro que el pueblo chileno está juganndo en este momentos a encumbrar volantines? Con todo respeto, sr Portales y póngase en este momento por un segundo en la posición de este pueblo en su mayoría y deje de elucubrar con sus reglitas que un pueblo en una normalidad democtática las aceptaría, pero pareciera que usted todavía no se da cuenta en su magnitud lo que la mayoría del pueblo ESTÁ EXIGIENDO DE ESTE SISTEMA Y SUS REGLITAS, QUE USTED TANTO CUIDA Y RESPETA.
Felipe Portales says:
Señor Vallega; perdone que se lo diga pero usted parece vivir en la Luna. ¿No se da cuenta que NADIE en TV se refiere ni por asomo al quórum de los dos tercios que falsifican todo el proceso? Ni en los noticiarios, ni en los programas periodísticos, ni en los debates políticos «permitidos»; y ¡ni siquiera en la franja del Apruebo! Es decir, podríamos decir que un 99% de los chilenos ni siquiera sabe cuales son las reglas fundamentales que impedirán que la mayoría pueda establecer la Constitución que quiera. Si ni siquiera los partidos que no suscribieron el funesto acuerdo del 15 de noviembre ¡están denunciando el cerrojo de los dos tercios, sin perjuicio de que llamen a votar! Esto es como si en un partido de fútbol se partiera con el marcador en contra 4-0; ¡¡y en que además la gran mayoría de los hinchas del equipo que parte perdiendo van desinformadamente entusiasmados a gritar por su equipo creyendo que se comienza 0-0!! Lo menos que se puede hacer éticamente es informarles previamente que sepan que parten perdiendo 4-0; y que si de todos modos quieren ir al Estadio como hinchas, bueno, que vayan…
Germán Westphal says:
A todo lo que explica Felipe Portales, en lo político hay que agregar “La Oficina” y sus tenebrosas operaciones destinadas a eliminar, a neutralizar y a cooptar toda disidencia que desde la izquierda cuestionara las políticas concertacionistas, una operación que comenzó a implementarse conjuntamente con la destrucción de los medios de comunicación potencialmente críticos al concertacionismo, algo que detalla brevemente el artículo en comento. Para mayor colmo y vergüenza, “La Oficina” operó desde el centro mismo del poder político, el Palacio de La Moneda, a cargo de quien fuera posteriormente dedo-designado Diputado de la República en remplazo del fallecido Juan Bustos, una afrenta a su memoria, integridad y honra política sin tacha.
Más recientemente y en la misma línea ideológica de “La Oficina», los partidos políticos de la ex Concertación han concurrido con su voto —más los de algunos “arrepentidos” de similar calaña— a la aprobación de prácticamente toda la legislación represiva propuesta por el gobierno a fin de desbaratar los movimientos sociales que espontáneamente desafían al estatus quo en la calle. Es decir, el ex-concertacionismo no tiene empacho ni vergüenza alguna en defender y proteger —con cuanta ley represiva la sea posible— su obra de profundización y afianzamiento del modelo neoliberal que inició hace 30 años, en cuanto las FF.AA. le transfirieron el poder político.
La respuesta a la pregunta de qué hacer en cuanto a todo esto y lo que explica Felipe Portales, sólo la puede dar la ciudadanía. Lo que sí sabemos es que “Ya no basta con marchar” tal como escribiera y argumentara el historiador Sergio Grez hace ya 5 años.
http://cctt.cl/2018/05/01/chile-desde-abajo-ya-no-basta-con-marchar/
Gino Vallega says:
Aparte de caer en depresión e inmovilidad por sus informaciones catastróficas , que se podría hacer , Sr. Felipe Portales ? tiene usted alguna sugerencia ?
Clonazepam ?Está claro que el nuevo pueblo de Chile se ha formado bajo la égida del fascismo derechista-milico y la deslealtad de principios de la DC y otros elementos políticos «renovados» que pululan entre la F (fascismo) y el P (pueblo) cuando necesitan votos ; en tales circunstancias , hay que recordarles a los votantes rebeldes que si no se logra un triunfo por PALIZA , no habrá nueva constitución o será «la copia feliz de la de Guzmán» , por tanto , deben hablar con los demás y recordarles esta situación ,deben «hacer calle» , no desfiles con destrozos (marchábamos un millón en tiempos del compañero Allende y no había ni una baldosa destrozada), uno por uno , con fe , para demostrar que somos muchos y si hay que exigir cambiar las reglas, hay que hacerlo si hay la fuerza suficiente. Mucho cuidado con el 18-O 2020 , porque la fachería está anhelante de provocar el holocausto de la chilenidad y tal vez suspender el plebiscito e imponer la dictadura siglo XXI.Buena suerte y con alegría trabajemos por el bienestar de Chile.