Los dos primeros intentos de golpe: el “gambito” y el de fiestas patrias
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Después de la elección presidencial se inicia un período donde el hito mayor es el voto del Congreso entre Allende y Alessandri, el 24 de octubre. Durante aquellos 60 días habrá tres intentos de impedir la presidencia de Allende por la fuerza. En este artículo presentamos los dos primeros.
La victoria de Allende con 36,6% deja estupefacta a buena parte de muchos derechistas. Unos cuantos habían comprado acciones para venderlas a mejor precio después de la victoria de “don Jorge”. Ahora se precipitan a los bancos para retirar depósitos, mientras en la bolsa faltan pizarras para anunciar títulos en baja. En realidad, la corrida bancaria dura sólo unos tres días, pero la fuga de capitales al extranjero es considerable. Otros connotados derechistas parten precipitadamente a Venezuela, Estados Unidos, y también al Paraguay de Stroessner, a la España franquista, o a Argentina bajo dictadura militar.
Centro organizativo para bloquear Allende
Casi inmediatamente después de los comicios comienza a operar un centro organizativo cuya finalidad es impedir que Allende asuma la presidencia. Un problema para la historia es que sus participantes buscan permanecer en la penumbra pues conspiran ilegalmente. Pero hoy existen fuentes que permiten establecer su existencia y saber algo de sus actuaciones.
Como veremos, lo componen el Presidente Eduardo Frei, asistido por Pérez Zújovic. Julio Durán se encarga de las relaciones con los militares y con la derecha representada por Francisco Bulnes. Sergio Ossa y Raúl Sáez, actúan como nexo con la embajada estadounidense. También aparecen de Tomás Pablo, Andrés Záldivar y Carlos Figueroa, los dos últimos hombres de confianza del embajador estadounidense Edward Korry, quien coordina y suministra “el nervio de la guerra” (el dinero). Entre otros.
Su primera decisión es lanzar una nueva versión de “el Gambito”, maniobra que, como vimos, había sido concebida antes de la elección por Korry, Frei y su entorno. Los senadores Julio Durán y Francisco Bulnes coordinados con Frei,[1] consiguen que Alessandri firme la declaración que le da inicio.
El miércoles 9, los dirigentes alessandristas Pinto Lagarrigue y Enrique Ortúzar dan una conferencia de prensa: niegan a Allende la calidad de presidente electo y, en flagrante contradicción con su postura de que gana quien obtiene la primera mayoría, afirman que “el proceso electoral no ha terminado” e instan a las “fuerzas democráticas que son la inmensa mayoría a unirse”. Luego dan lectura a la declaración de Alessandri: siempre afirmó que necesitaba una amplia mayoría que no obtuvo, por tanto, de ser electo por el Congreso, renunciaría al cargo y no participaría por motivo alguno en la próxima elección.
El anuncio da una perspectiva a la desorientada derecha y consigue apoyos iniciales. Korry informa al Departamento de Estado entusiasmado que “La declaración de Alessandri en la que he trabajado desde antes de las elecciones y que se realizó hace unas horas ha provocado una tormenta política […] todavía hay una remota posibilidad de que funcione”.[2] El día 10 añade que un diputado dc le aseguró que Frei está dispuesto a conducir al Partido hacia el voto por Alessandri, pero también que Leighton dijo que él no participará en tal jugada, aun cuando ella permitiera que Frei se convirtiera en presidente.[3]
Al día siguiente nace Patria y Libertad como un nuevo actor para que Chile pueda “optar entre la democracia o el totalitarismo” y el jurista Alejandro Silva Bascuñán, presidente del Colegio de Abogados y fundador de la dc, llama a los parlamentarios a “auscultar el deseo de la nación”.
El Mercurio su editorial del 11 inicia una campaña de presiones sobre la dc: “la división del electorado democrático –dice– ocasionó la débil mayoría relativa y dejó al país a las puertas de un régimen comunista”. Pero los parlamentarios tienen los instrumentos legales para defender la libertad: “la verdadera decisión está entre un régimen de auténtica avanzada y un régimen totalitario”. Y afirma que la caída de las ventas tiene “su origen en la perspectiva de los cambios contemplados en el programa de la Unidad Popular”. El domingo 13, Enrique Ortúzar agrega que el Parlamento deberá “determinar si Chile y su pueblo seguirán viviendo como nación soberana y libre, o si pasarán a integrar la órbita de los países sojuzgados por el comunismo”.
Grupos de mujeres enarbolando banderas recorren el centro de Santiago explicando que las mujeres llevaron a Frei al gobierno en 1964 y que ahora le piden que “nos devuelva un régimen democrático y no marxista”. Otras manifiestan frente a la casa de Frei para pedirle que “salve a Chile del comunismo”. Y otras, encabezadas por una anciana en silla de ruedas, gritan Chile sí, Cuba no. Fueron acosadas por jóvenes comunistas con “frases soeces”, afirma El Mercurio.
Pero el gambito fue imaginado suponiendo que Alessandri sería primero, por poco. Con Allende primero, el llamado a votar por Alessandri para provocar una nueva elección, tiene demasiado sabor a una artimaña destinada a arrebatar el triunfo a Allende.
A la importante movilización de la Unidad Popular en defensa del triunfo, se suma la decisión de la Directiva de la dc de rechazar la maniobra y de convocar una Junta Nacional para decidir cómo votar en el Congreso y pide que Allende garantice subsistencia de la democracia y las libertades. Lo up responde que son parte de su programa. La perspectiva de un entendimiento de la dc con la up disminuye tensiones, retiros de fondos y fraudes al dólar. Aunque continúan.
La up replica que su triunfo es inobjetable, destaca el reconocimiento de Tomic, y recuerda cómo, en 1958, Allende reconoció la misma noche la victoria de Alessandri cuando la diferencia en votos era menor. Cobra la promesa de Alessandri de aceptar “la primera mayoría” y denuncia el gambito como “un miserable recurso para arrebatar con malas artes el limpio triunfo del pueblo”.[4] Para Volodia Teitelboim, se trata de “una treta indigna, para llevar al país al caos y la tembladera, y a una posible guerra civil”.
Tres visitantes
La noche del viernes 11, Korry recibe en su domicilio, por separado, a tres personajes de la dc involucrados los planes para impedir la presidencia de Allende: Sergio Ossa, ministro de Defensa; Tomás Pablo, presidente del Senado; y Raúl Sáez, ex ministro de Hacienda. Los dos primeros le indican que Sáez será el enlace entre la embajada y los dc que obran “para lograr el voto anti-Allende” y acuerdan que las próximas reuniones las harán en “condiciones de seguridad cuidadosas”.
Ossa informa a Korry que Frei está con “la fórmula” (el gambito), respaldado por su gabinete, salvo los ministros de Educación y de Justicia, Máximo Pacheco y Gustavo Lagos; que en la Cámara hay funciona un comité de diputados dc anti Allende animado por Carlos Sivorí y Arturo Frei, y son claves Jorge Santibáñez y Emilio Lorenzini.
Luego el ministro de Defensa formula impresionantes pedidos al embajador, que revelan el plan golpista. Que: 1) si esto falla, la embajada ayude a salir de Chile a los más comprometidos; 2) le proporcione informaciones ya que no confía de las que provienen de las ffaa pues estas pueden llegar “a un acuerdo con Allende”; 3) ayude a salir de Chile a Carey Tagle; 4) le ayude a establecer una lista y la ubicación de las personas claves del campo marxista cuya ausencia de Chile sería deseable, ya que podrían incitar una reacción violenta contra una decisión del Congreso contraria a Allende; 5) “informar” de intimidaciones marxistas y del pánico financiero a través de medios extranjeros para influenciar la futura Junta de la dc; 6) que verifique el rumor de que barcos cubanos cargados de armas navegan hacia Chile. El embajador se compromete a ayudarlo, salvo en las listas, y se muestra escéptico sobre los barcos cubanos, pero se informará.
Tomás Pablo le cuenta que Tomic ha dicho que la asistencia estadounidense no se cortará bajo Allende; “cantos de sirena” escuchados por algunos dc, y que recibió una llamada del Departamento de Estado (busca que Korry identifique al interlocutor de Tomic). Los tres, Ossa, Pablo, y Sáez, piensan que el Gobierno de los Estados Unidos debe permanecer en segundo plano para evitar reacciones de nacionalistas (79, 12/9).
La misma noche, Korry despacha un informe sobre los pro y contra de un golpe militar, pedido por el Comité 40. Los militares chilenos, dice, no actuarán para impedir la ascensión de Allende “a menos que exista una situación improbable de caos nacional y violencia generalizada”. En cambio, el gambito podría funcionar si arrecian las presiones sobre la dc, desintegrando la situación económica y extendiendo el miedo al comunismo. La compra de los votos de parlamentarios es por el momento impracticable, pero tiene sentido si la Junta de la dc decretase libertad de acción. Informa que Frei cree tener 38 de los 75 parlamentarios dc; 17 votarían Allende y hay 19 indecisos (77-78, 11/9).
Mensaje a Nixon
El sábado 12, se concreta en la residencia del Cerro Castillo la reunión que Frei había solicitado con John Richardson, secretario de Estado Adjunto para asuntos educacionales, quien asiste a una Asamblea del Consejo Interamericano de la Educación, en Viña del Mar. Korry actúa como interprete.
En su informe al Departamento de Estado, el embajador dice que Frei considera a 98% que Chile se transformará en un país comunista, pero que Estados Unidos “no debía hacer nada, que debía ser lo más correcto posible”. Korry informa a Frei que Washington podría difundir información negativa sobre Allende para crear una opinión internacional desfavorable a un posible gobierno de la up, en los medios más importantes de Europa, Estados Unidos y América Latina. Propone tres temáticas: 1) Una presunta campaña de hostigamiento, por parte de la Unidad Popular, a los medios de prensa ajenos a ella; “estupendo”, responde Frei. 2) Destacar la negativa situación económica que se está incubando en Chile; “estupendo”, reitera el Presidente. 3) Destacar las consecuencias desfavorables que podría tener para las ffaa el daño que sufriría la economía durante un eventual gobierno de Allende y los peligros que esta situación supone para el país considerando el vecindario hostil. “Estupendo” repite Frei por tercera vez (81, 12/9).
Veintiséis años más tarde, Korry precisa que Frei pregunta a Richardson si puede llevar un mensaje a Nixon. Acepta. El mensaje: “Las probabilidades son de cincuenta a uno de que la presidencia de Allende significará en Chile un gobierno como el que hay en Cuba”. Una clara incitación a activar un golpe. Korry inquiere: “¿quiere usted que Estados Unidos haga algo específico?”, después de una pausa Frei responde: “no, nada, excepto propaganda”.
El mensaje de Frei tendrá consecuencias: “la Casa Blanca y Kissinger decidieron usar a la cia y proseguir con una intriga de tipo caribeña”, explica Korry[5] quien afirma haber enviado por cable una opinión contraria. Frei “quería que nosotros hiciéramos el trabajo sucio […] yo estaba ciento por ciento en contra de ello”. Efectivamente, Korry envió esta opinión a la Casa Blanca, pero sólo 13 días más tarde (120, 25/9). El lapso no es casual: está contra el golpe sólo después del fracaso de las dos primeros intentos, concebidos por él.
En su informe al Comité 40, Korry afirma que Frei había puesto al corriente al general Camilo Valenzuela y al director general de Carabineros Vicente Huerta, que tiene intenciones de renunciar después del feriado de fiestas patrias dejando como presidente interino a Tomás Pablo. Éste nombrará un gabinete militar que espera “neutralizar” al pc, manteniendo a los ministros Carlos Figueroa y Andrés Zaldívar. Luego habría elecciones y Frei aceptaría ser candidato (85, 14/9).
En resumen, ese fin de semana Frei y sus próximos esbozan un plan: difundir falsas informaciones que fabriquen un clima de caos para conseguir que los congresistas dc voten por Alessandri, y luego reprimir a los líderes de izquierda que resistan. E incita a Nixon a “hacer el trabajo sucio”.
A primera vista, el gambito se mantiene en la legalidad. Lo que es dudoso. Incluye el nombramiento de un gobierno interino, con un gabinete militar para “neutralizar” al pc. Mientras Ossa prepara la lista, el general Valenzuela afirma que los ministros militares “neutralizarán” a izquierdistas, lo que implica una sangrienta represión. En realidad, es un intento de golpe.
Pero esos días, Frei y Korry comprenden que la artimaña es demasiado burda y no conseguirán el apoyo de 56 de los 75 parlamentarios dc. Frei se deslinda públicamente y declara que entregará el mando al que elija el Congreso y que los ofrecimientos de que siga gobernando a través de una nueva elección son “cantos de sirena” y “yo no tengo hechuras de Ulises”.[6]
Nixon, después de conocer el mensaje de Frei y el informe de Agustín Edwards, quien acaba de llegar a Washington, no se contenta con el gambito: el martes 15 ordena a la cia organizar un golpe de Estado en Chile.
El intento de fiestas patrias
Después de este fracaso, Korry diseña un nuevo golpe, ahora sin apariencias de legalidad. El plan es expuesto en el reporte que envía a Kissinger el viernes 17, una pieza extraordinaria. El gambito se ha descartado, dice, “es el Ejército o nada”. “Si algo va a suceder para detener la Presidencia de Allende, ocurrirá este fin de semana o nunca.” Y desarrolla un impresionante script:
“A. Una declaración pública difundida en todos los medios del ministro de Finanzas y/o el ministro de Economía, informando al país que la situación económica es desesperada.
- La renuncia de los dos ministros esta noche o mañana, seguida de la renuncia de otros ministros.
- El nombramiento de militares para llenar las carteras de Interior, Defensa, Salud y Trabajo. (Las dos carteras económicas no están claras porque los militares consideran que ese sector está más allá de su competencia, pero confío en que puedan ser persuadidos para que utilicen asesores).
- La renuncia del Presidente Frei y su designación, según lo permita la Constitución, de un presidente interino que sería uno de los comandantes en Jefe de las ffaa.
- Una declaración de la junta de que desea asegurarle al país una elección democrática de su sistema y de su próximo presidente.
- Hay varios puntos débiles en este script, todos llamados Frei”.
El embajador informa que “presioné a Ossa, –lo que significa Frei–, para obtener la declaración del ministro de Finanzas. Espero que llegue pronto. Dado que Frei insistió en una justificación moral para cualquier acción, pienso que sólo la situación económica la proporcionaba”. Los ministros de Finanzas y de Economía (Andrés Zaldívar y Carlos Figueroa), continúa,
“están decididos a renunciar; están convencidos porque quieren provocar la crisis y presionar a los militares y Frei a la acción. Ambos son buenos amigos; son de hecho los únicos dos ministros en los que tengo absoluta confianza y con los que he mantenido las amistades más especiales. Pero me he mantenido totalmente alejado de ellos, prefiriendo tratar con los contactos mínimos, en este caso, Ossa y Sáez.”
Korry afirma que “Frei cree que la combinación de una declaración Viaux y las declaraciones económicas serán suficientes para provocar la toma del poder por parte del Ejército”. De acuerdo con esto, he persuadido a Ossa “para que deje de bloquear la declaración de Viaux sobre la que yo había dado luz verde a Raúl Sáez”. Tal declaración es necesaria (102, 17/9). Lo que revela contactos entre Ossa, Sáez, Frei y Viaux.
Pero el embajador desconfía de los militares: “Son una unión de soldados de juguete que necesitan una orden para moverse y esa orden solo puede venir de Frei.” También es despectivo con Ossa. Al comparar la situación con la de Checoslovaquia en 1948 (que cubrió como periodista/agente), concluye: “Frei es [Edvard] Benes y personas como el ministro de Defensa Ossa pueden ser el futuro [Jan] Masaryk, aunque no tengan la misma calidad intelectual” (96, 16/9).
Concluye que lo que haga Frei es decisivo. “No tiene dudas de que Allende significa comunismo, pero está congelado por la indecisión, por la autocompasión, por la falta de voluntad de arriesgar todo por la democracia. Él quiere una excusa para la acción y la certeza del éxito.” Las ffaa “sólo están dispuestas a apoyar los procesos constitucionales. Frei no les dará ninguna orden de actuar y no tomará ninguna acción para provocar su acción” (99, 16/9).
La Estación de la cia en Santiago informa lo mismo: las ffaa pueden hacerse cargo del Gobierno si tienen el visto bueno de Frei; los ministros Zaldívar y Figueroa plantean renunciar. Precisa que el rol central lo está desempeñando el general Camilo Valenzuela, quien está en contacto con Viaux. Se encargará de arrestar a unas 200 personas claves de la up. Frei dijo al director de El Mercurio, Silva Espejo, que Zaldívar hará una declaración que causará una gran conmoción. Pero, durante todo el curso de la conversación, Frei nunca dio ninguna indicación de comprometerse de ninguna manera (105, 19/9).
La cia instruye a sus agentes en Chile: “El propósito es evitar que Allende asuma el poder. La prestidigitación parlamentaria ha sido descartada. La solución militar es objetiva”. Pero prefieren que Frei actúe constitucionalmente, no a causa “de un delicado sentido de la legalidad”, sino porque si no viola la Constitución tendrá mejores posibilidades de reelección (107, 21/9). Efectivamente, la “línea roja” de Frei es no aparecer como golpista, pero incita a otros a perpetrarlo.
Como Korry lo había dispuesto, Viaux hace una declaración ese fin de semana y envía un mensaje a Schneider que “quiere sumarse a la acción de los mandos”. Schneider opta por no responder. El 17, el embajador informa que la declaración de Viaux ha sido difundida por El Mercurio y Canal 7, y que podría estimular a los comandantes en Jefe a emitir también una declaración. Que Zaldívar, con “el pretexto de la supuesta ruptura de reglas por parte de Vuskovic” fue entrevistado por tvn donde “enfatizó inteligentemente el deterioro de la situación económica” (101, 17/9). Pero el 18 se inquieta porque los ministros de Finanzas y de Economía “no hablaron ni renunciaron” y “la primera regla de los golpes exitosos se ha roto, demasiados civiles conocen el escenario (103, 18/9).
Efectivamente, algo va mal. El lunes, el general Schneider informa que se han descubierto reuniones clandestinas entre oficiales subalternos de Temuco y Lautaro, y que es evidente que hay políticos intentando “mover” las ffaa a través de Viaux.[7]
Korry: “neutralizar a Schneider”
Durante los festejos del 18 de septiembre, Korry intercambia breves palabras con Frei en el Teatro Municipal, quien le pide que se reúna rápidamente con Ossa. Se encuentran el 20. El ministro le confirma que el general Schneider tiene una fuerte influencia entre los oficiales, y le dijo que, si hay ministerios vacantes, asumiría su responsabilidad de llenarlos, pero siempre respetando la Constitución. Korry concluye: “Schneider, por lo tanto, continuaría siendo un problema, tanto en su posición actual como en calidad de ministro del Interior”. E insiste que “si Frei decide continuar desempeñando un papel autocompasivo e inactivo, la historia está obligada a juzgarlo con dureza (y no a Allende o Tomic) como principal responsable de la pérdida de Chile al comunismo.”
Ossa pregunta a Korry si puede decir a los militares que no obtendrán ni un tornillo de Estados Unidos si Allende es presidente. Korry asiente y añade que los chilenos serán condenados a privación y pobreza:
“Frei debe saber que no se permitirá llegar a Chile, bajo Allende, ni una tuerca ni un tornillo (y que estas recomendaciones, el embajador está seguro, recibirán el apoyo del presidente de los Estados Unidos). Una vez que Allende llegue al poder, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para condenar a Chile y a los chilenos a la mayor privación y pobreza; se trata de una política diseñada durante mucho tiempo para acrecentar las características duras de una sociedad comunista chilena.”
El embajador termina informando que “Ossa expresó un acuerdo total con su plan y prometió transferirlo a Frei.” También aceptó seguir activamente su sugerencia “que se persuadiera a Frei para que se vaya del país o invitara a los militares a participar en el gabinete” y “de ser necesario, el general Schneider tendría que ser neutralizado (would have to be neutralized), por desplazamiento si fuera necesario” (108, 21/9/1970).[8] Aunque el embajador no lo dice, es evidente que su plan, aceptado por Ossa, costaría a Chile muchos cadáveres y sufrimientos indescriptibles.
El discurso alarmista
Andrés Záldivar interviene tres veces en los medios pintando una situación económica dramática, especialmente en el discurso por cadena nacional el miércoles 23. Sin embargo, no consigue provocar suficiente revuelo ni conmoción. Los ministros implicados, sin perspectivas claras ni instrucciones de Frei, y temerosos de la reacción popular los tildaría de golpistas, no renuncian. Los militares involucrados no osan lanzarse en una aventura incierta.
El efecto de los discursos es disminuido por tres posicionamientos previos que expresan el sentir mayoritario. La Juventud dc rechaza todo entendimiento con la derecha; la Iglesia se refiere favorablemente a los cambios en curso, pidiendo garantizar las libertades; y la dc anuncia que decidirá si apoya Allende en el Congreso en una Junta Nacional el 3 y 4 de octubre, en función de la respuesta a las “garantías”. Los economistas de la up, por su parte, rebaten con buenos argumentos las dramatizaciones de Zaldívar.
El segundo intento de golpe también fracasa. Primero, a causa de la presión popular por respetar el resultado de la elección, y porque falla la pieza clave: Frei elude las presiones del embajador de “arriesgar todo” llamando a los militares a no entregar el mando a Allende. Si hubiese hecho algo así, habría actuado contra las estructuras democráticas no en las sombras, sino abiertamente, destrozando su imagen de demócrata, vital para su futuro político.
Pero inmediatamente se inicia el tercer intento…
[1] Así lo relata Onofre Jarpa a Augusto Olivares, Punto Final, 12/10/1971
[2] https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1969-76v21/d75 (En adelante, las referencias al sitio del Departamento de Estado figuran en el texto baja la forma: número de documento y fecha, en este caso: 75, 7/9)
[3] Hurtado Sebastián, 2013, El golpe que no fue, Estudios Públicos
[4] El Mercurio, 11/9/70
[5] Korry, 1997, entrevista en el cep, 96
[6] Ercilla, 23/9/1970
[7] Prats Carlos, 1985, Testimonio de un soldado, 171
[8] Korry, 1996, entrevista en el CEP, 97
hugo randier says:
Gran » aporte» a la cultura socialista que nadie conoce mejor que èl.
Un gran esfuerzo dinámico de su prodigioso cerebro sabio. Los admirados
10 o 20 lectores quedarán plenos con este grandioso relato vivido
en noches de insomnio por este «historiador» prodigioso… Oh, lalá ..?