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Oposición pide la renuncia de Mario Rozas por violencia policial contra adolescente en Plaza Dignidad

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El Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile anunció que oficiará al cuerpo de Carabineros para «aclarar las circunstancias» del hecho contra el menor de edad.

Ante los hechos registrados el viernes, en las que un efectivo de Carabineros arrojó a un manifestante de 16 años de edad al río Mapocho, en medio de las medidas represivas en Santiago, capital del país sectores políticos de izquierda solicitaron la renuncia del general director Mario Rozas del cuerpo de seguridad.

Los incidentes de este viernes, volvieron a poner en tela de juicio a Rozas, que lleva casi un año envuelto en polémica por su gestión durante las protestas que han tenido lugar en Chile desde el 18 de octubre de 2019, con señalamientos por presuntas violaciones a los derechos humanos por parte de organismos como la ONU.

A través de un mensaje en Twitter el Partido socialista exigió la renuncia del director de Carabineros y la baja de los agentes involucrados en los hechos del viernes.

La senadora socialista Isabel Allende demandó justicia y exigió una investigación de los hechos “De ser así inmediata renuncia del director general como lo demandamos antes por graves violaciones a los derechos humanos».

Para el líder del Partido Radical, Carlos Maldonado, los hechos contra el joven de 16 años demuestran la «imperiosa necesidad de profunda reforma de Carabineros y exhaustiva formación en prácticas y protocolos de control del orden público, sin violar DDHH».

«Nunca, y menos en Democracia, puede ocurrir esto», enfatizó el dirigente radical, pidiendo «responsabilidad institucional y sanciones por este inaceptable caso».

 

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  1. El actuar de los carabineros no puede entenderse sino en un arreglo «plutocrasia-oligarquía» gobernante (todos los poderes) con los mandos uniformados
    (todos ellos) en un sistema de auto golpe para mantener la continuidad dictatorial de privilegios elitistas que dejan al 90% de la población afuera. No se necesita un documento escrito y firmado para mantener esta situación , es un sobre entendido natural entre aquellos que están encerrados tras rejas inviolables para escapar de la plebe (que trabajan para mantener el país andando) , a la cual temen y reprimen para mantenerla asustada : Terrorismo de Estado. La justicia y los estamentos de poder actuarán «en la medida de lo posible» para mantener un halo de responsabilidad y decoro , pero no castigarán «en forma» tal sedición. el cambio de un par de «cabezas» no van a solucionar el problema y en momentos como éste , un gobierno democrático debería abrirse al pueblo y ofrecerle «paz y dignidad» en vez de mutilaciones y balas. Con Piñera y sus Chicago boys no hay esperanza.

  2. Germán Westphal says:

    Nada sorprendente! Chile es un Estado policial. Después del 18-O, la clase política —incluido el FA y por supuesto el conjunto de la oposición que hoy pone el grito en el cielo— se armó hasta los dientes con leyes represivas nunca imaginadas siquiera por propia dictadura. Esto tiene efectos ideológicos en términos de carta blanca para las fuerzas represivas. No es sólo cuestion de los «pacos q», el Rozas o el Piñera. Se trata de todo un andamiaje ideológico-institucional montado por el conjunto de la clase política para protegerse y reprimir la protesta social bajo la eslogan “ley y orden» que siempre se vende y ha vendido con gran facilidad —»ley y orden» para los otros, por supuesto!

    En cuanto a esto, es interesante recordar que durante las protestas de los 1980, la dictadura nunca aprobó un decreto antibarricadas que las criminalizara ni supimos que carabineros saliera a disparar perdigones o a lanzar lacrimóganas a los rostros de los manifestantes.

    También hay que considerar que para que alguien pueda agarrar a alguien y lanzarlo por sobre el borde de un puente a un río, por poco caudaloso que éste sea, a plena luz del día y vista pública, tiene que sentirse protegido y blindado por un manto de impunidad. Su motivación no puede ser otra que un odio visceral al otro, ese que es distinto, como parte de una cultura en que la maldad no tiene límites. Ésta es la cuestión que está detrás de la brutalidad de la represión policial en los apaleos, los disparos y lacrimógenas al rostro para destruir ojos y desfigurar, los atropellos con vehículos policiales para aplastar al enemigo, «los civiles» como los llama despectivamente la oficialidad.

    Después de todo, al igual que la clase política con sus privilegios, Carabineros de Chile también son clase privilegiada, aunque bastante mas rasca y muy por debajo de la pseudo aristocrática marina o el ejército socialmente arribista. Carabineros de Chile tiene sus propias prebendas y privilegios que sus efectivos tienen que defender y proteger… sistema previsional y de salud propio y hospitales exclusivos. Si hasta monumentos e iglesias propias tienen! No, señor! Carabineros de Chile no son ningún cualquiera que se puede arrojar por sobre la baranda de un puente como si fuera basura!

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