Éxitos y fracasos de los procesos constituyentes latinoamericanos: lecciones urgentes para Chile
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SESIÓN # 2
COLOMBIA: 1991, ÉXITO Y FRACASO DE UN CAMBIO CONSTITUCIONAL
Seminario realizado entre el 26 de agosto y el 16 de septiembre de 2020, organizado por CIPPSAL y OTEC San Martín & Brown, bajo la dirección y coordinación de Juan Carlos Gómez Leyton. El Seminario contó con la participación de cuatro especialistas latinoamericanos, que analizaron los casos de Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Sesión N°2 del Seminario, expone el constitucionalista colombiano Dr. Juan Montaña, quien analiza detalladamente el caso colombiano, el proceso que da lugar a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, las distintas estrategias políticas de los diferentes actores sociales y políticos involucrados en el cambio constitucional, destacándose la estrategia de la extrema derecha-paramilitar de Álvaro Uribe Vélez para copar los espacios políticos locales con el objeto de obtener el poder municipal y luego el presidencial. Y, desde allí impulsar la política de la Seguridad Democrática que tuvo como consecuencia el desmantelamiento de la Constitución Política de 1991 y el incremento de la violencia política. En palabras de Juan Montaña, la ANC redactó una «linda constitución» pero no dio solución a los problemas de Colombia, fundamentalmente, por que la correlación fuerzas al interior de la misma estuvo del lado de los sectores conservadores y liberales.
De allí que concluya que lo más progresista hoy en Colombia, a pesar de su carácter eminentemente liberal, es volver a la Constitución Política de 1991 originaria. La clase del profesor Montaña, nos permite visualizar que el movimiento social y político por una AC, o por el cambio constitucional, tiene tres momentos, a) la demanda por AC, b) la realización de la AC y c) la implementación de la nueva CP. En su opinión las fuerzas pro-cambio constitucional profundo, deben impulsar estrategias políticas, o sea, de poder, para los tres momentos. El error de las fuerzas progresistas colombianas estuvo en no desarrollar a una adecuada y pertinente estrategia de poder, para disputar la conducción del proceso constitucional, a los sectores más conservadores. Esto obedeció, al hecho, que el movimiento constitucional fue liderado e impulsado por los grupos medios liberales, tanto estudiantiles como sociales, con lo cual la potencia transformadora del proceso fue reducida.
La carencia de una estrategia popular de participación en el proceso también fue un elemento que explica el carácter liberal de la CP 1991, como también la no resolución de los problemas estructurales de la sociedad colombiana. Además, la CP de 1991, abrió la ruta para la instalación de la forma de acumulación neoliberal en Colombia. El caso colombiano muestra y deja como lección urgente para Chile, los límites políticos, ideológicos y sociales de los procesos de cambio constitucionales cuando estos son dirigidos por los sectores liberales y de las capas medias (burguesía y pequeña burguesía) al servicio de la gran burguesía. Y asumen una postura anti-popular. Esta es la gran diferencia del proceso colombiano de cambio constitucional en relación al caso venezolano y boliviano. No deje escuchar a Juan Montaña, pues su exposición nos permite a las, les y los ciudadanos percibir como el fetichismo constitucional en vez de potenciar el cambio político e histórico puede convertirse en un obstáculo para las fuerzas y actores políticos y sociales que buscan la transformación real y efectiva de la sociedad capitalista.