Plebiscito entre el temor, la esperanza y la movilización social
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El 18 de octubre, la ciudadanía en la calle dijo, “basta de abusos” y, para intentar lograr el apaciguamiento social, el gobierno declaró la guerra a la ciudadanía, para posteriormente ofrecer cambiar la constitución en un plebiscito.
Plebiscito, en periodo de ilegitimidad de las instituciones, coronavirus, confinamiento, cuarentena, restricciones, e intentos de acallar la protesta social que exige justicia y verdad, para los más de 5 mil violentados, entre ellos y ellas mutilados y mutiladas de los ojos, por fuerzas de Estado.
En varias comunas, hay asambleas sociales territoriales, para organizarnos y denunciar las violaciones a los Derechos Humanos, solidarizar con la lucha del pueblo mapuche y contra las desigualdades, el endeudamiento y los abusos, además de organizar y apoyar las ollas comunes. Enfrentar la política de atemorizamiento en lo sanitario, económico y social.
El gobierno,nos trata como infantes, pretende endosarle a la gente, la responsabilidad de superar la pandemia. Descalificaron el retiro del 10% de las pensiones de la AFP, en su afán de defender a los grandes consorcios económicos.
Participar del Apruebo y en la segunda papeleta, es lo más cercano a una Asamblea Constituyente. Pese a la limitación de lo no democrático, de los dos tercios, no podemos tener excesiva confianza en el resultado, ya que debemos tener una muy contundente votación para legitimar las aspiraciones del pueblo esperanzado.
El protagonismo de las organizaciones sociales del movimiento social y los que estamos por el Apruebo, hemos luchado históricamente para que en Chile, haya una Constitución democrática, para acabar con la de la dictadura. Estamos organizados y organizadas, para que triunfe el Apruebo y la Convención Constitucional, aunque no abandonaremos la lucha por una Asamblea Constituyente.
En gran empresariado, mediante algunos medios televisivos, pretende designar futuros candidatos, sobre todo presidenciables, incluso los disfrazan de socialdemócratas. En el campo popular, sólo enfrentaremos a la derecha con primarias, sin exclusiones y con un programa con sustento social.
Es fundamental, que las organizaciones sociales y la ciudadanía, hagamos nuestro este critico proceso y que las elites políticas, acepten las reformas necesarias, para que sea lo más representativa posible. Sólo así, se logrará la legitimidad social.
Por Ricardo Klapp Santa Cruz