Crónicas de un país anormal Pueblos Originarios

La huelga de hambre del machi Celestino Córdova

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El Estado de Chile no cumple o, maliciosamente, interpreta a su manera el Convenio 169 número 10 de la OIT, y tiene muy aprecio por los derechos de los pueblos originarios. La Constitución de la dictadura de Pinochet ni siquiera reconoce la existencia de etnias indígenas en el país, pues se refiere solamente a chilenos y chilenas y, por lo tanto, irrespeta la cosmovisión mapuche, por ejemplo.

La mayoría de los historiadores chilenos de derecha, (que se plagian entre sí), nos han dado una imagen miserable de la cultura e idiosincrasia mapuche – entre ellos figuran Sergio Villalobos, Juan Francisco Antonio Encina, entre otros -, Villalobos, por ejemplo, llama a los mapuches “araucanos”, desconociendo que Arauco es parte del Walmapu.

Los mapuches lucharon contra los españoles de igual a igual, y los obligaron a aceptar el Walmapu desde el río Bío Bío al sur. La Araucana es la gran epopeya latinoamericana, (y tal como la Ilíada y la Odisea lo fue para los griegos, la epopeya de Alonso de Ercilla lo fue para los pueblos latinoamericanos).

Héroes y heroínas, como Lautaro, Caupolicán, Galvarino, Colo Colo, Fresia, Guacolda…fueron utilizados por los mestizos, (que llamamos “chilenos y argentinos”), como sus héroes en la guerra civil que, a partir de 1810, pasó a llamarse “independencia”, cuando no fueron más que triunfos de agentes británicos contra realistas españoles. Con toda razón muchos mapuches pelearon a favor de Benavides y los Pincheira – pro-españoles – en San Fabián de Alico.




La Logia de San Martín y O´Higgins se hizo llamar la “logia Lautarina” en homenaje al héroe que venció a Pedro de Valdivia, (después de lo cual comieron un rico anticucho del corazón de Valdivia).

Como la historia de Chile se enseña sobre la base de falsedades, no fuimos los chilenos los que ganamos en Chacabuco y Maipú, sino los cuyanos, al mando de José de San Martín; O´Higgins, a quien se considera “padre de la patria”, sólo era un mal militar y peor agricultor, y después fue un tirano a quien no lo derrocó la aristocracia santiaguina, sino la rebelión de las provincias.

Los historiadores de derecha, muchos de ellos que no se han esforzado ni siquiera en consultar las fuentes, aprovechándose de la labor de José Toribio Medina, (un personaje muy hábil para robar documentos peruanos), entregaron a los lectores su particular interpretación de nuestra historia: Encina, por ejemplo, se inspiraba en “el pájaro azul de la historia”, escribiendo estupideces de tal calado, v.g. que la familia Portales descendía de los Borgia.

El que los gobernantes chilenos se creyeran descendientes de los europeos, (rubios, de ojos azules, tez blanca…), sabiendo que sólo eran mestizos, con fuertes rasgos mapuches, como Pedro y Manuel los Montt, por ejemplo, y hoy con apellidos con pocas vocales y explosión de consonantes, es fácil explicarse porque no entienden o no quieren explicarse la historia de ese pueblo, los únicos aborígenes que derrotaron a los españoles en América.

El Estado de Chile y los yanaconas que lo han gobernado durante dos siglos, (a excepción de Salvador Allende), se han identificado con el capitalismo más brutal y salvaje: en Chile gobiernan los políticos, pero los manipulan y compran los grandes empresarios.

Cuando los civiles, Rafael Sotomayor y Juan Francisco Vergara, ganaron la guerra del salitre, domesticando la estupidez de los militares y marinos, (Baquedano, entre ellos, que lo único que sabía se reducía a atacar con bayoneta calada al enemigo, llevando a la muerte a los soldados “rotos”, quienes generosamente se enrolaron movidos por ejemplo de Arturo Prat), Chile adquirió el veneno de Perú, es decir, la riqueza, fácilmente habida sembrando la anomia típica del dinero repartido a raudales entre los plutócratas.

Los sucesivos gobiernos chilenos, y a partir de José Joaquín Pérez, que propició la llamada “Pacificación de la Araucanía”, que no era más que un brutal genocidio contra los pueblos originarios, se han dedicado a perseguir a los mapuches. Los poderes de Estado chileno, entre ellos el poder judicial, se han encargado de tomar presos a mapuches y validar el robo de sus tierras.

Los últimos gobiernos de la transición a la democracia han entendido la crisis mapuche como el “hambre de los pobres” para recuperar sus tierras, o bien, ampliar su minifundio; para estos personajes plutócratas, los mapuches no son más chilenos empobrecidos y, siguiendo esta consecuencia, el gobierno de Sebastián Piñera ha propuesto el famoso “Plan Araucanía” que, en el fondo, consiste en una capitalización salvaje de la región, convirtiendo a los mapuches en “monos de un museo de cera”, (igual que el de Joaquín Lavín, en Los Domínicos, para que sea visitado por los turistas).

Las víctimas de esta pseudo-guerra de la Araucanía no son sólo los mapuches, sino también los colonos. El gobierno chileno hasta ahora, no ha comprendido que el Walmapu es el territorio de una gran nación mapuche, que tiene su propia cosmovisión, y Machis, (como Celestino Córdova), una historia ancestral y un gran respeto por la Madre Naturaleza, enmarcados en valores espirituales, que han sido atropellados por los plutócratas chilenos, amparados por los distintos gobiernos.

Las pruebas que acusan a Celestino Córdova de ser uno de los autores del incendio en que murió una pareja de ancianos suizos, son aún discutibles, y más parece una venganza del Estado Chileno contra un líder mapuche de alta valía espiritual moral.

La única petición de la defensa de Celestino Córdova se centra en que pueda cumplir el resto de su pena, en su comunidad natural y en su Rahue.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

17/08/2020

 



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  1. El principio de la democracia es la igualdad ante la ley…y los tribunales con todo lo rudimentario que puedan ser, están obligados a impartirla…por eso la sentencia de la Corte Suprema es categórica, en la República todos son iguales ante la ley….y no existen grupos privilegiados…por eso que el C169 inciso 10 es contrario a la ley y a nuestros Códigos Penales….pasa lo mismo con el violador de la Isla de Rapa Nui que abuso de una joven turista, se estaba invocando a una vieja ley del año 1966, que los habitantes de dicha isla estaban privilegiados sobre la ley o sobre ella, que hasta el alcalde tuvo que ratificar que esa ley ya no correspondía…pues esa misma ley es a la que aspira aplicar el izquierdismo basada en el C169 es contraria al espíritu de la igualdad ante la ley..si es asesino o criminal no se puede escudar en etnia o razas que es una forma de racismo o una treta de la izquierda de recrear el racismo de las Black Matter Live a Chile. En Chile casi todos somos mestizos…o tendremos nuestras leyes nazis de Nuremberg??

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