El paramilitarismo, el mayor riesgo en la Araucanía
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Un grupo de civiles llamó a carabineros para pedir su pasividad en una retoma violenta de municipios en la Araucanía. Aunque la petición fue verbalmente rechazada, la acción se produjo.
El gobierno no aplicó la ley a los que tomaban la eventual justicia en sus manos. Probablemente porque eran de su sector político.
La omisión es muy grave: la toma y la retoma estaban fuera de la ley. Pero la retoma es más grave, cualquier persona con la ley en sus manos defendiendo causa propia puede hacer cosas horribles.
Todos los Estados reservan para sí el monopolio en el uso de la fuerza, la disposición es sabia, la fuerza en manos de los particulares solo lleva a los peores estropicios.
El paramilitarismo partió en Colombia en 1979. La guerrilla cobraba impuestos e incautaba ganado. Ante la negativa incendiaban.
Un ganadero, padre de los tres hermanos Castaño que seran figuras estelares de las Autodefensas Unidas de Colombia, fue secuestrado y se comenta que aun con el pago del rescate fue asesinado.
Los tres hermanos Castaños fundadores de las autodefensas, han muerto producto de la violencia politica, matándose incluso entre ellos.
El padre del ex presidente Alvaro Uribe, otro hacendado, también fue asesinado.
Uribe está preso y sometido a investigación criminal al igual que su hermano bajo acusación de paramilitarismo y crímenes.
La cosa partió de a poco. La primera autodefensa fue un ganadero con 30 empleados con escopetas y fusiles viejos en 1979. La señora Naveillan en Chile también pedía 30 para retomar un municipio.
La policía les dejó actuar, colaboró con ellos y los gobiernos miraron al techo e incluso las legalizaron como empresas de seguridad privada.
El narcotráfico se mezcló con las autodefensas, las proveyeron de dinero y armas, y los capos mafiosos terminaron de comandantes de sus unidades. También recibían dinero de grandes empresas multinacionales.
El gobierno de Uribe exigió sangre, exterminar la guerrilla. El jefe del ejército general Montoya inventó o provocó los falsos positivos, matar a cualquiera, y decir que era guerrillero. Se cobraban ascensos y viáticos.
Efectivamente la sangre corrió a raudales.
En Colombia actuaban: el ejército regular, las autodefensas y la guerrilla, tres ejércitos. Y en medio del fuego cruzado, los ciudadanos.
Ahora, después de 40 años, se lleva adelante la pacificación con la Justicia Especial de Paz. Pena máxima de cinco años de cárcel por todo, bajo condición de contarlo todo. Si aparece otra imputación se le condena aparte. La verdad está fluyendo a raudales en estos tribunales especiales.
Salvatore Mancuso, ex jefe de paramilitares, está preocupado, pues le han condenado por 2.000 asesinatos. El cree que tiene responsabidad de mando en otros 78.000, lee bien, ¡78.000! Su interés es que quede todo incluido en los 5 años, si no paga aparte.
En la dictadura militar chilena los crímenes más masivos y brutales fueron aquellos en que intervinieron civiles.
El gobierno de Chile equivoca gravemente el camino si cree que la intervencion violenta de civiles ayuda al orden público.
Por Roberto Avila Toledo