Pueblos Originarios

Un poco de historia del pueblo mapuche

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Históricamente el pueblo Mapuche nunca ha intentado invadir otros territorios. Este pueblo originario no ha usurpado la propiedad de otros pueblos, sólo ha tenido que defenderse para que no le siguieran robando, primero contra los ladrones que marchaban detrás de la cruz cristiana, los imperialistas españoles, que finalmente al no conseguir derrotarles militarmente, tuvieron que respetar por lo menos parte del territorio.

Pero los principales ladrones (usurpadores) del territorio mapuche, el Wallmapu, fue la elite oligárquica y luego la burguesía del Estado chileno y argentino.

El gobierno de O’Higgins se comprometió a respetar el acuerdo firmado entre los españoles y mapuche en el Parlamento de Quilín, celebrado el 6 de enero de 1641, según el cual la zona entre el Bío-Bío y el Toltén era autónoma y perteneciente a las comunidades originarias, acuerdo ratificado el 13 de febrero de 1726 por el Parlamento de Negrete. Sin embargo,  los posteriores gobiernos republicanos violaron las propias resoluciones firmadas por el primer presidente de Chile.

El pueblo mapuche es el grupo indígena más numeroso del país. A la llegada de los españoles, habitaban gran parte del sur de Chile, dividiéndose en subgrupos según la zona geográfica. Los primeros investigadores reconocieron a los Picunches, que poblaban desde el río Maule hasta los ríos Itata y Bío Bío; los araucanos, desde estos últimos hasta el Toltén; los pehuenches en la zona cordillerana, desde Chillán hasta Antuco, y los huilliches entre el río Toltén y el golfo de Corcovado, incluida la isla de Chiloé. Es decir, los mapuches ocupaban ambientes y paisajes diversos, que iban desde la región sub andina hasta la costa y desde climas templados cálidos a climas fríos lluviosos, lo que implicaba diversas adaptaciones y consiguientes diferencias culturales. Los cambios ocurridos durante la Conquista y la Colonia española produjeron una notable unidad cultural y, sobre todo, política y social de este grupo. Luego del sometimiento a la República de Chile, una parte considerable de este pueblo migró a la ciudad. De hecho, actualmente, la mayoría vive en asentamientos urbanos y no en el campo, concentrándose en las ciudades de las regiones de la Araucanía y la Metropolitana, seguidas por la región de Los Lagos y la de Bío Bío.

La “Pacificación de la Araucanía” no es más que el asesinato de miles de Mapuche, mujeres, niños y ancianos, un genocidio que tenía como único objetivo la apropiación de las tierras Indígenas. El Ejército chileno efectuó un exterminio masivo de comunidades Mapuches, Pehuenches, Tehuelche y Selk´nam, en el proceso determinado como “pasificación de la Araucanía” decretado por el Estado  para  dominar  territorios  ubicados al sur del   Bio Bio, los cuales fueron entregados a Colonos Europeos.

El pueblo mapuche o (araucanos) es y ha sido siempre una de las etnias originarias más importante del país, tanto por su peso social y demográfico como por su fuerte sentido de identidad cultural, que ha encontrado históricamente formas de resistencia y de adaptación a la dinámica de contacto fronterizo con españoles y chilenos.

Desde el año 2001 comienza una oleada de asesinatos a comuneros mapuche a manos de agentes policiales y civiles. Estos crímenes se asocian a una política institucional en donde la responsabilidad de los gobiernos que se han sucedido desde el retorno a la democracia, han modificado los métodos represivos y criminalizadores contra el pueblo mapuche con las leyes que dejó la dictadura militar de Pinochet.

 

Hoy en día vemos nuevamente una gran amenaza desde el primer día que ingresó el Ministro del Interior, Víctor Pérez Varela, con su discurso incendiario, diciendo que una parte del pueblo Mapuche que opera en la Región es un grupo con capacidad militar, con financiamiento, con capacidad operativa y logística y que están decididos a que no exista paz y tranquilidad en la Araucanía; no debemos olvidar que fue Alcalde designado por Pinochet desde 1981 hasta 1987, colaborador y defensor de Colonia Dignidad, tuvo duras palabras durante el estallido social.

 

Por José Cerda H.

 

Presidente del Centro Cultural de DD.HH: Salvador Allende

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