Economía y Mercados en Marcha

No todos somos clase media

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Todo el mundo en Chile reconoce la existencia y habla de “la clase media”. La mencionan el gobierno, Chile Vamos y la oposición. La prensa y la TV. Ahí está el fracasado “Plan Protección Clase Media“ con el que el Presidente pretendía engañar a la galería. Toda la discusión parlamentaria que hubo sobre el retiro del 10% de las AFP solo mencionó la clase media. Pero, ¿es que no existen otras clases sociales en Chile?  Si existe una clase media es porque existen por lo menos otras clases sociales. Una arriba y otra abajo de esa clase media. Eso es lo que quiere decir media.  No tendría sentido hablar de clase media si solo existiese una clase. Curiosamente nadie en el “establishment” se refiere a esas otras clases. La clase burguesa dominante o rica arriba de la clase media. Y la clase obrera, trabajadora, popular o como usted prefiera abajo de la clase media. Esas otras clases sociales simplemente no existen en el discurso oficial. Sin embargo, ya Aristóteles dividía los ciudadanos en pobres, clase media y ricos. El primer gobierno de S. Piñera se autodenominó “el gobierno de los mejores”.  Esta es la definición que hace Aristóteles de la palabra Aristocracia[i].

En el Capitalismo las clases sociales son grandes conjuntos de personas que tienen intereses materiales distintos según sean dueños o no de los medios de producción y servicios y conforme el lugar que ocupan en la gestión de la producción. Unos son los propietarios de esos medios para producir  y contratan personas para obtener sus ganancias. Otros venden su trabajo profesional, técnico o manual. Algunos son propietarios de un gran holding (unos solos dueños de empresas y servicios de todo tipo). Otros son propietarios de un carro para vender sopaipillas a la salida del metro de Santiago. Trabajan, viven y estudian de manera diferente. Unos tienen salarios. Los otros sueldos, y otros menos distribución de dividendos y premios de fin de año. El patrimonio, el lugar que ocupan en la producción (gerentes, empleados, capataces, secretarios, etc.) y los sueldos y salarios contribuyen también a separar las clases y sub-clases al interior de cada clase social. El gerente de Concha y Toro es asalariado, igual que el obrero de la construcción. Pero están en clases sociales distintas no solo por su salario, sino por el lugar y las tareas que cumplen en su empresa. El propietario de un banco es tan empresario como la costurera de su barrio. Ambos son propietarios de un medio de servicio. Pero pertenecen a clases sociales distintas [ii].

Considerando que en el capitalismo productos y servicios han sido convertidos en mercancía, incluyendo el trabajo humano y dependiendo de su clase social las personas tienen acceso a distintos servicios de salud, educación, vivienda, recreación. Como efecto de distintos trabajos y una alimentación diferente sus expectativas de vida son también diferentes. Sus hijos e hijas van a colegios, escuelas o liceos distintos. Estos distintos nombres grafican perfectamente quienes van a unos y quienes a otros.  Y producto del relacionamiento escolar, familiar y social probablemente se casarán con otros miembros de su misma clase social.  Dificilmente las hijas e hijos de los miembros de una clase social cambiarán de clase social cuando adultos, independientemente de sus méritos, algo ya repetidamente demostrado[iii]. Viven en barrios distintos, tienen distintas costumbres y veranean en lugares diferentes. Y en Chile hasta hablamos con distinto acento.

La negativa de la clase dominante chilena y sus medios de comunicación a reconocer la existencia de otras clases sociales que no sea la clase media tiene que ver con razones ideológicas y políticas. A pesar que muchos cientistas sociales a través de la Historia han estudiado la existencia de las clases sociales en la sociedad, ha sido Marx quien ha explicado que toda la historia de la Humanidad es la historia de las luchas de estas clases sociales entre si. Abierta o encubiertamente. Negar esto sirve entonces para combatir Marx y a los demonios rojos que pretenden justamente un día eliminar las clases sociales, eliminando lo que las causa: la propiedad privada de todas las estructuras productivas de la sociedad y la consiguiente desigual distribución de la riqueza producida. Así, negando su existencia se niega que estas clases tengan intereses antagónicos. Y si no hay clases la lucha entre ellas por lo tanto desaparece.

Sin embargo, de que las clases existen y luchan unas contra otras no hay duda ninguna. La historia lo confirma trágicamente. Todas las matanzas en la historia de Chile, desde La Santa María de Iquique, Ranquil, la Coruña, El Salvador, Puerto Montt y muchas otras hasta los muertos y mutilados de la Plaza de la Dignidad en 2019-20 dan cuenta sin equívocos de la lucha antagónica entre el capital y el trabajo. La clase trabajadora ha sido asesinada cada vez que luchó por mejores condiciones de vida. El golpe de Estado de 1973 fue precisamente organizado por la clase dominante contra la clase trabajadora y su representación política a quienes asesinó a mansalva por la mano de las FFAA en defensa de sus intereses materiales: empresas e industrias expropiadas que pasaban a manos del conjunto de chilenas y chilenos y que esta clase no estaba dispuesta a perder.

Los dueños de bancos, empresas, fábricas, minas, pesqueras, compañias de seguro, AFPs, Isapres, Colegios, Universidades, canales de TV, etc. son la clase burguesa o dominante. De ella forman también parte sus cuadros altos y medios que en nombre del(os) dueño(s) de la empresa controlan el trabajo del resto y dirigen el proceso productivo. En la clase media predominan entre muchos otros los comerciantes, pequeños y medianos empresarios, medianos agricultores, profesionales universitarios de variadas profesiones, funcionarios públicos de puestos de alta y media dirección, etc. La clase trabajadora la forma ese 75% de chilenas, chilenos e inmigrantes cuyo único patrimonio es su fuerza de trabajo, la que venden a otros que los explotan por menos de 500 lucas al mes[iv]. Para que hayan unos pocos que lo tienen todo, tienen que existir muchos que no tienen nada.

La negativa de mencionar la existencia de otras clases sociales aparte de la clase media lleva a los comentaristas imbuídos de la ideología dominante a procurar expresiones que lo eviten. Así por ejemplo escuchamos “el sector empresarial”, “el sector más vulnerable”, “la elite”, “los patrones”. Otras expresiones de uso común incluyen elementos de la cultura dominante para referirse a las clases sociales. Y como mucha gente de la clase burguesa se siente superior al resto de la sociedad aparecen expresiones como “gente decente”, “personas de bien”, “gente de medio pelo”, “patipelados”, “rotos”, etc. Los mas pobres entre los pobres no son indigentes o mendigos, son “personas en situación de calle”. Otros sin embargo son más francos. El gran billonario estadounidense y cuarta fortuna mundial en la lista de los más ricos Warren Buffet, ha dicho públicamente que efectivamente la lucha de clases existe, pero que es su clase, la clase rica la que está ganando[v].

 

El problema para el neoliberalismo es que ha terminado con la clase media a pesar que se dijo que “somos todos clase media ahora” después del inicio de la globalización, la que supuestamente – no lo olvidemos – terminaría con las desigualdades extremas

 

Ha sido un objetivo de todos los gobiernos post-dictadura, reconociendo implícitamente la existencia de las clases sociales y sus luchas, de apaciguar estas, particularmente la lucha entre patrones y trabajadores. Para esto, han pretendido construir una clase media suficientemente grande, que le retire de la cabeza a la gente cualquier idea de cambios sociales. Así, muchos vivirían más o menos bien dejando la clase trabajadora convertida en un grupo pequeño y fácil de controlar. Es por esto que usted solo escucha hablar de clase media. Las otras no existen. El gran suceso de las socialdemocracias en el mundo desarrollado ha sido precisamente ese. Mantener el capitalismo por la vía de amortiguar la lucha de las clases sociales reduciendo los niveles de explotación del trabajo. Esto, gracias a un Estado social fuerte que apoyando las clases media y trabajadora en salud, educación, pensiones y otros, hace más aceptable el lugar que estas clases ocupan en la sociedad.

Hay que concluir entonces que la clase media chilena es bastante más pequeña que lo que nos cuentan. No más de un 8.5% de personas si incluimos en esta quienes ganan mas de 1 millón de pesos

 

El problema para el neoliberalismo es que ha terminado con la clase media a pesar que se dijo que “somos todos clase media ahora” después del inicio de la globalización, la que supuestamente – no lo olvidemos – terminaría con las desigualdades extremas[vi]. La famosa pirámide social que caracterizaba el capitalismo hasta los años 70 se ha convertido basicamente en dos clases. Esa del 1% de la que habla Warren Buffet y el 99% restante del cual  nos habla el movimiento Occupy Wall Street de EEUU. Las otras clases abajo del 1% son la clase media y clase trabajadora. En Chile, de acuerdo con la Encuesta Casen de 2017 el 74,3% de chilenas y chilenos que vivían con menos de 500 lucas al mes sufren miseria y hambre pertenecen sin duda a la clase trabajadora. Esos que pandemia o no, formales o informales, nacionales o extranjeros deben salir a trabajar para comer. Menos de un 8% de personas aproximadamente constituyen la clase más rica donde menos del 3% constituyen los super ricos[vii]. Hay que concluir entonces que la clase media chilena es bastante más pequeña que lo que nos cuentan. No más de un 8.5% de personas si incluimos en esta quienes ganan mas de 1 millón de pesos[viii]. Otras clasificaciones con distinta forma de clasificar estiman esta cifra en alrededor del 20%[ix], lo que a la luz de los salarios actuales nos parece exagerada. No puede ser clase media quien gana menos de 500 lucas al mes. En estos meses de pandemia muchos de sus miembros han descendido violentamente a la clase trabajadora. Es por lo tanto falso que la clase media chilena sea mayoritaria. Mayoritaria es la clase trabajadora.

De la misma manera que no somos todos iguales frente al virus, tampoco “somos todos clase media”. O mejor dicho, precisamente porque no somos todos clase media no somos iguales frente al virus. La posición en la escala social determina la manera con que el virus golpea a las personas. Esto lo comprueba cualquiera en estos días aciagos, los cuales han servido para demostrar hasta los más incrédulos que el actual gobierno representa los intereses de una sola clase social, la clase de los ricos, la cual apoya y defiende por todos los medios posibles: reforma laboral, reforma tributaria, 10% de retiro das AFP, negativa a tocar la nacionalización del agua, del litio o la ley de Pesca. Los apoyos en la pandemia y muchas otras. Basicamente, todo lo que tiene que ver con el gran dinero de los grupos económicos chilenos no se toca. Punto. Esta es la línea gruesa de su política.

La sociedad de clases en que vivimos está organizada hoy bajo la forma de las mal llamadas democracias representativas[x]. En ella cada clase tiene representantes suyos en el Parlamento. Estos pueden ser directamente miembros de una clase, o perteneciendo a una, se sienten miembros de otra clase social, normalmente la clase burguesa. Esta última destaca directamente muchos de sus miembros en la vida política. Los apellidos inconfundibles de las viejas familias de la oligarquía chilena los encontramos en muchos de sus representantes. Usted no verá nunca algún Errázuriz, Valdivieso, Chadwick, Larraín o Subercasaux como representantes de algún partido que diga representar a los trabajadores. Esto, porque como es sabido la Derecha política es la representante directa de la Derecha Económica, la clase dueña de Chile. Representando a su clase luchan por hacer aprobar leyes que favorezcan su clase social. Lo han conseguido en todos los dominios. Caso contrario no tendríamos hoy esta Constitución ni muchas y muchas leyes que favorecen a la clase burguesa.

La clase media está profusamente representada en el Parlamento, aunque muchos de sus parlamentarios en las votaciones decisivas votan conforme los intereses de la clase dominante. Incluso unos cuantos son miembros de los partidos de la clase burguesa. “Advenidizos” o “de medio pelo” como les llama la autodenominada “elite” que los desprecia a pesar de que militan en sus filas.

Los trabajadores han tenido sus representantes históricamente en los partidos Comunista y Socialista. Mirando la situación en que viven chilenas y chilenos vemos que sus políticas han sido derrotadas una y otra vez. Han terminado acomodándose al poder. Véase estos días la propuesta de que “por una única vez” se le pueda cobrar un impuesto a los más ricos. Nada más que por una única vez. Lo mismo pasa con el famoso 10% de las AFP. Solo una vez. Para que los más ricos de Chile no se preocupen mucho.

Todas las personas tienen una ideología. Ese conjunto de ideas, conceptos, doctrinas, prejuicios y creencias que forman nuestra imagen consciente e inconciente del mundo que nos rodea, incluyendo nuestras ideas religiosas, nuestra moral, nuestros gustos, etc. A veces esta conciencia se corresponde con los intereses materiales de la clase a la que se pertenece. La persona tiene conciencia de pertenecer a una determinada clase social. Muchas veces no. De la ideología vienen también las ideas políticas de cada cual. No existen personas sin ideología. Todos tenemos una, del color que sea [xi]. El(la) ministro del Tribunal Constitucional y el profesor, el empresario que hace encuestas de opinión y el carpintero, la periodista, los miembros de la Corte Suprema y los generales de las FFAA. El Presidente de la República, sus ministros y cada parlamentario(a). Usted y yo.

Nuestra ideología es de alguna manera importante el reflejo de la realidad material en que cada cual vive económica, social y culturalmente. Quien vive debajo de algún puente del Mapocho no piensa igual que quien almuerza cada día en el Club de la Unión. Sus creencias, preocupaciones, gustos y deseos son distintos. Es distinto su pasado, su presente y su futuro, sus expectativas de vida.

Las ideas también influencian nuestro comportamiento en la vida retroactivamente. Pero fundamentalmente nuestras ideas están asociadas con la vida material que llevamos.  Esto es, pensamos en general conforme la vida material que tenemos, y no vivimos tal como pensamos. La ideología por tanto tiene relación estrecha con las clases sociales[xii]. Esto no es siempre lineal, porque la influencia de la ideología dominante y sus valores en todos los dominios de la vida impregna el juicio de las personas en todas las clases. Hemos sido todas(os) educados de acuerdo con los valores de la clase dominante en el pensamiento, la cultura, la política. Cuantas(os) chilenas y chilenos creen todavía en la “teoría del goteo” o en la “meritocracia” por ejemplo?. Cuantos jueces vem un presunto delincuente en un trabajador antes que a un señor de cuello y corbata? Cuantos creen que siempre existirán ricos y pobres? O creer que la felicidad es tener mucho dinero y para obtenerlo cada cual tiene que rascarse con sus propias uñas? Todas esas son ideas de la clase dominante presentes en muchas personas.

El Plebiscito de Octubre próximo será otra oportunidad de ver nuevamente las clases sociales y sus representantes en la pugna por una nueva Constitución o la mantención de aquella del Dictador. Los miembros de la clase dominante y otros pertenecientes a otras clases que se sienten parte de esta no quieren por nada del mundo que cambie la Constitución. Para ganar eso fue hecho el Golpe de Estado. Ella es la expresión legal de su poder.  Y hoy en medio de la pandemia pueden descansar tranquilos en sus casas. Para conseguir este objetivo intentarán todo lo que nos podemos imaginar: desde postergar y postergar la fecha del Plebiscito hasta que la gente se olvide como pareció ser la estrategia para aguantar la insurrección popular del 18-O , o defender que cambiando la Constitución no cambia la pobreza ni los problemas. Desde declarar que los impulsores de una nueva Constitución son extremistas que pretenden la destrucción de nuestra forma de vida, hasta que esto se trata de la intervención de cubanos y venezolanos infiltrados. O que hay un poderoso enemigo exterior que nos quiere aniquilar (Piñera dixit). También habrá otros que argumentarán de manera mas práctica: hacer un Plebiscito tiene un gran costo y hoy el horno no está para bollos.

Las chilenas y chilenos  pertenecientes a la clase trabajadora, esa enorme mayoría de la población que sufre hoy cesantía, hambre y miseria más que otras veces en la historia nacional tienen en Octubre la gran oportunidad de reconocerce en la clase social a la que pertenecen. De tomar conciencia de sus propios intereses de clase social. De que Chile efectivamente despertó…en su conciencia. De saber distinguir quienes son sus amigos y sus enemigos, algo fundamental para la victoria y algo en que los poderosos nos engañan una y otra vez. De poder reconocer que sus intereses nada tienen que ver con aquellos de los ricos, porque la realidad de cada día lo demuestra con toda claridad y en todos los aspectos de la vida. Que son de lejos la clase mayoritaria en el país y que sin su trabajo no hay producción de riqueza posible tal como ahora ha quedado una vez más claramente demostrado. De que es necesario sacudirse el peso de la ideología de la clase dominante en nuestras cabezas que nos influencia a todos.  De que por lo tanto si se organizan tienen la posibilidad de luchar para comenzar a cambiar sus vidas.  Esperemos que tengan ese interés y conciencia de clase presente y la sabiduría para escoger las y los mejores de entre sus representantes para poder escribir una nueva Carta Fundamental que recoja lo mejor de las ideas de igualdad, fraternidad y solidaridad para comenzar a construir una sociedad mejor.

 

Por Patricio Serendero

 

 

[i]           Aristóteles, Política.

[ii]                     Para un estudio detallado de las clases sociales en Chile ver Maximiliano Rodriguez,  Estructura social, organización laboral-gremial y lucha de clases en el capitalismo chileno, Revista Punto Final, 17/5/2019

[iii]         6 generaciones demorarían los chilenos en subir en la escala social     . Ver estudio de la OCDE, A broken social elevator?. How to promote social mobility,. Ver figura 1.5,  2018

[iv]         G. Durán et M. Kremerman, Fundación Sol, Ideas para el Buen Vivir n.º 14, 2019. Los Bajos Salarios en Chile.

Según la Encuesta Casen de 2017 analizada por los autores ese valor era de 74,3%. Hoy debe ser mucho mayor.

[v]          Paul J. Bern, Occupying America: We Shall Overcome, 2012, Buffet dijo textualmente en 2011: “There is class warfare, all right, but it is my class, the rich class that is making war, and we’re winning”

[vi]                    El politico ingles John Prescott decia en 1997 antes de las elecciones en ese pais que llevaron al triunfo de Tony Blair, : “somos todos clase media ahora” BBC News, Noviembre 2012.

[vii]                          Maximiliano Rodriguez,  Estructura social, organización laboral-gremial y lucha de clases en el capitalismo chileno, , Revista Punto Final, 17/5/2019 , Cuadro n°1. El autor clasifica entre clases asalariadas y no asalariadas. Incluye un 19% de pequeña burguesia no tradicional entre las clases no asalariadas de las cuales una parte podría pertenecer a lo que aquí llamamos clase burguesa o capitalista que para nosotros son aquellos que contratan trabajadores para producir riqueza o plusvalía.

[viii]       G.Durán et . M. Kremerman op.cit.

[ix]         M. Rodriguez, op.cit. Cuadro n.º 1. Rodriguez identifica la sub-clase Clase Media como un 19.7% del total.

[x]                      Puesto que somos una sociedad de clases, esta no es democrática. Tampoco lo es representativa, si creemos todas las encuestas sobre lo que piensan chilenas y chilenos de sus representaciones políticas.

[xi]         El diputado Matías Walker acusaba al Presidente Piñera el 10/10/2020           de tener una “ visión ideologica” en sus propiuestas de políticas públicas.

[xii]        A este respecto ver el interesante estudio de Theotonio dos Santos en Concepto de Clases Sociales, Ed.Galerna, 1973.

La chilena Marta Harnecker ha escrito numerosos textos donde estudia las clases sociales y el movimiento popular.

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  1. Sr. «Patricio» : los «»miles»» ( ..??..) de lectores se lanzarán ávidos a esos artículos
    citados por un «»Patricio»» de lujo. Leerán y guardarán para siempre su «sabiduría»
    tan acabada con Marx a la cabeza. Ud, Sr. «patricio» puede estar seguro y confiado,
    pues su «sabiduría» es la de un verdadero Patricio romano moderno— Oh, lala..!

  2. Evidentemente un gran comentario, o ensayo, acerca de la forma como se dividen las clases sociales en el sistema capitalista. Para ser honesto, no leí todo el ensayo, simplemente porque no necestio leer tanto para entender toda esta majamama creada por la filosofía de vida de el captialismo para mantener apernados y sin causar problemas a ese grupito de gente que ha sobresalido de entre la mayoría del pueblo trabajador, y que este grupito, en esta nueva posición social, abajo, muy abajo de los patrones, ha adquirido el poder politico para mantener a los patrones permanentemente en el poder politico en esta democracia. Este grupito es, TATA TA TAM: LA CLASE MEDIA. PARA SER BREVE: En el capitalismo hay dos bloques sociales totalmente distinguibles: LOS DUEÑOS DE TODOS LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y LOS QUE SON DUEÑOS SOLAMENTE DE SI, COMO SERES HUMANOS Y QUE SOLO POSEEN LOS MEDIOS FISICOS Y OTROS, LOS MEDIOS INTELECTUALES, PARA TRABAJAR, PRODUCIR Y GENERAR GANANCIAS PARA LOS QUE POSEEN TODOS LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN, Y ESTOS SON: TA TATA TAM: «LOS PROLETARIOS, CON O SIN TÍTULOS», Y AQUÍ SE ACABA ESTE COMENTARIO. ADDENDUM: yo no necestio de filosfos griegos, personajes de la historia y demases, para distinguir correctamente la division que el sistema capitalista ha hecho de la sociedad y que a todas luces esta division es correcta para mantener esta sociedad capitalista en un sistema democrático. .

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