COVID-19: ¿Es la inmunidad de grupo (rebaño), parte inevitable del plan epidemiológico para frenar la epidemia en la RM?
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Las noticias de las últimas semanas y los pronósticos respecto de la evolución de la epidemia COVID-19 en Chile están rodeados de gran incertidumbre. La semana pasada el número de muertos (confirmados y sin confirmar por PCR) se elevó sobre los 11.000, la mayor parte de ellos en la Región Metropolitana.
Los pronósticos formulados para Chile por modelos computacionales de diversas instituciones son aún más sombríos: el del Instituto de Mediciones y Evaluaciones en Salud (IHEM en inglés) de la U. de Washington pronostica ahora a octubre se acumularían alrededor de 25.000 fallecidos. Estas aciagas proyecciones más o menos coinciden con las de otras instituciones, como COVID- Projections and COVID- Analytics. El empeoramiento de estos pronósticos es consecuencia de la disponibilidad de datos más fidedignos del número de infecciones y fallecimientos, que el gobierno ha debido entregar como resultado de la presión de científicos, expertos y periodistas, la cual fuera inicialmente ignorada. Desde el inicio de la epidemia en Chile, el gobierno presentó de manera fraudulenta estas cifras, ocultando el impacto real de la epidemia y postergando acciones que, realizadas más tempranamente, como lo pidió un gran número de sociedades, academias y alcaldes, podrían haber modificado la crisis actual evitando este elevado número de nuevas infecciones y de fallecimientos.
La propagación del virus que causa el COVID-19 puede ser frenada y eventualmente detenida, disminuyendo los contactos de una persona contagiada que elimina virus activos sometiéndolos a confinamiento para evitar la trasmisión viral a sus contactos. Cuando existen limitaciones en identificar a estos individuos se opta por disminuir todos los contactos de una manera general (entre individuos contagiados o no) por medio de las cuarentenas de la población como está ocurriendo ahora en la RM y otras regiones y en muchos lugares del mundo.
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En la RM del 4 de julio se informaron un total de 16,885 (Informe EPI No32, https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2020/07/InformeEpiDeis100720.pdf) casos activos de la enfermedad, y si a este número se agregan los asintomáticos y presintomáticos que no son detectados por estar en una etapa temprana de ella carente de síntomas o con síntomas leves, este número podría ser estimado de manera conservadora ser 10 veces mayor veces mayor, del orden de 160 885 casos. La identificación y confinamiento selectivo de estos individuos y sus contactos que corresponden por lo menos a otras 160.885 personas más, es aparentemente imposible en este momento y solo resta continuar con la cuarentena general. Si estas cuarentenas fallan en reducir apreciablemente los contactos, como al parecer está ocurriendo en la RM en las comunas más vulnerables económicamente, el freno a la epidemia es insuficiente para evitar la continua diseminación del virus.
Alternativamente la epidemia puede retardarse y aun detenerse a través de la disminución paulatina de los individuos susceptibles en la población y esto se logra para muchas enfermedades infecciosas con la inmunización de una fracción importante de ella, usando vacunas efectivas. Como aún no existe una vacuna para COVID-19, la única forma de lograr esto para este virus sería a través de la infección natural que genera algún tipo de inmunidad en las personas recuperadas. Cuando la epidemia se detiene de esta forma decimos que se alcanza la “inmunidad de grupo (rebaño, manada)”. El número de personas infectadas informadas hasta el 4 de Julio en la RM es del orden de 262.725, como estimamos anteriormente para los contagiados activos, considerando los asintomáticos y no detectados –o informados- por transcurrir la enfermedad con síntomas leves, este número puede haber llegado aproximadamente a los 2.6 millones de una población de 8 millones, la mayor parte ya probablemente individuos recuperados y por lo tanto esperamos resistentes a la enfermedad. Se podría considerar entonces que el número de susceptibles en la RM ha disminuido ya en un 30 a 33% y probablemente esta disminución ya estaría teniendo efecto en reducir el avance de la epidemia.
La alta mortalidad por COVID-19 y el exceso de mortalidad en las comunas de la RM con una mayoría de población económica y socialmente vulnerable le impartiría además a esta evolución de la epidemia un fuerte e indeseable contenido de planeada selección natural contra los más débiles (eugénesia), lo cual la hace éticamente inaceptable.
Si el aumento de casos nuevos informados continúa en el orden de 1.750 o más casos diarios, y que corresponden efectivamente a 17.500 casos diarios activos, en 100 días más habremos alcanzado cerca 1.750.000 de casos más, acercándonos a los 4.500.000 totales y bajado el número de susceptibles a un aproximado 55% en la RM, porcentaje que se ha estimado comenzaría a generar inmunidad de grupo enlenteciendo la propagación de COVID-19. Es importante destacar eso sí que este número de infectados produciría del orden de 25.000 fallecimientos o más, número que está dentro del rango de fallecimientos pronosticados por diferentes modelos para octubre de este año. Sería interesante investigar si los efectos moderados que se están viendo de disminución de la infección se deben totalmente a la cuarentena o a una disminución del número de susceptibles o a ambos factores actuando de manera sinérgica. Es importante también vigilar la respuesta inmune de los recuperados al virus ya que esta pareciera ser heterogénea, y en algunos casos de corta duración, lo que influenciaría negativamente el alcance de una inmunidad de grupo efectiva de acuerdo a estos cálculos.
Es necesario destacar que la evolución total de la epidemia a la inmunidad de grupo en la RM debiera ser de alguna manera evitada, ya que ella conlleva un alto número de fallecimientos y además si fracasa puede generar la permanencia y la trasmisión del virus en la población de manera crónica, con posteriores ondas epidémicas también de difícil control. Esto es especialmente así dado la alta presencia del virus en la población determinadas por RT-PCR, la presencia aun de susceptibles en ella y la potencialmente breve y heterogénea duración de la inmunidad. La alta mortalidad por COVID-19 y el exceso de mortalidad en las comunas de la RM con una mayoría de población económica y socialmente vulnerable le impartiría además a esta evolución de la epidemia un fuerte e indeseable contenido de planeada selección natural contra los más débiles (eugénesia), lo cual la hace éticamente inaceptable. Es por estas razones que la reciente propuesta del Colegio Médico para recuperar la trazabilidad y acelerar el aislamiento de los infectados en la población, usando los recursos de la atención primaria, aparece como una opción más razonable, ética y científica. Esto aplica especialmente también para aquellas regiones en que la propagación del virus está aún en sus etapas iniciales, con un número de contagiados activos mucho menor, pero con todavía con un gran número de susceptibles en la población.
Por Felipe Cabello