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Y después de la pandemia…¿qué?

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El tiempo se acaba para este gobierno manejado cual marioneta por los hilos de titiriteros empresariales, como  aquellos que dirigen la SOFOFA y la CPC.  La gente no ha olvidado.

 

Se supone que los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas, y también aquellos que algunas tiendas políticas pudiesen tener, deben realizar análisis de la realidad nacional y determinar alternativas para aplicarlas según sean los acontecimientos que se vayan sucediendo. Se supone que es así, aunque la duda –siempre la hay- apunta exclusivamente a los partidos políticos de centroizquierda, pues en el pasado nunca tuvieron la más mínima intención de trazar posibilidades ante eventos negativos… y ya vimos qué sucedió un once de septiembre y los posteriores diecisiete años, cuando el totalitarismo derribó sus débiles estructuras partidistas luego de haber infiltrado sus cuadros directivos, sindicales, estudiantiles y poblacionales con consecuencias trágicas.

Tal vez no sea la intención del actual gobierno ni de la actual derecha chilena –aunque la verdad es que para ambos siempre ha sido un propósito objetivo- pero todo apunta a que caminan de manera lenta y progresiva hacia una especie de  totalitarismo ‘legal’, o una dictadura perfecta, si la administración derechista que hoy habita en la Moneda consigue replicar en Chile lo que Alberto Fujimori realizó en Perú. Además, émulos de Vladimiro Montesino no escasean en la casa de Toesca. No sé por qué, pero apellidos como  Larroulet, Mañalich, Chadwick, Espina, cruzan por mi memoria como un ramalazo de atención y alerta.

Si bien la pandemia provocada por el virus Covid-19 aún no afloja, no debería sorprender decir que una vez terminada la aventura del coronavirus en nuestro país la gente saldrá nuevamente a las calles y plazas exteriorizando su profundo descontento con las cofradías políticas y, muy especialmente, con el actual gobierno. Sabedor de ello, Piñera y sus ‘Montesinos’ dilatan la llegada de ese momento mediante el  estiramiento de los efectos de la pandemia a través de medidas inconducentes, destinadas a atemorizar a una parte significativa de la población que cree a pie juntillas en las mentira oficiales, aún si ellas provoquen más daño que beneficio, como ha sido dable comprobar. La cuestión es que desde el Ejecutivo se intenta que la mayoría de los chilenos olvide las manifestaciones, las protestas, los incumplimientos graves del gobierno, las traiciones de las cáfilas políticas y, también, el plebiscito de octubre.

Intento procaz y fallido, ya que la otra parte significativa de la población lleva escrita en las uñas el recuento de incumplimientos, torpezas, traiciones, mentiras y corruptelas habidas desde el 18O a esta parte. Además, es oportuno informarle al segundo piso de la Moneda que cuando el hambre aprieta, no hay bayoneta ni bala que detenga al hambriento. Si ello lo desconoce la ANI, bueno sería que lo consulte con los departamentos de inteligencia de las FFAA a objeto que pueda informar argumentadamente a sus patrones y detener estropicios que pueden evitarse si, y sólo si, el gobierno y las cáfilas políticas cumplen lo que firmaron (casi con el traste en la mano) una noche de noviembre en el año2019.

El tiempo se acaba para este gobierno manejado cual marioneta por los hilos de titiriteros empresariales, como  aquellos que dirigen la SOFOFA y la CPC.  La gente no ha olvidado. La gente no está dispuesta a bajar el moño ante las nuevas triquiñuelas y traiciones oficiales. El fracaso evidente e indesmentible del gobierno en el manejo de la pandemia, así como las reiteradas ‘bajadas de pantalones’ de una famélica oposición, han alimentado la ira del ‘respetable’. Quienes recorren calles, poblaciones y pueblos, lo saben. Lo que viene después de la pandemia será un estallido rumbeando a explosión.

Y no habrá planificación de “inteligencia” capaz de detenerlo.  Por ello, la solución es aquí y ahora, pero el gobierno y sus mandantes siguen prestando oídos sordos a las impetraciones populares de mejor previsión social, ayuda económica, suspensión de cobros de servicios básicos, mejoramiento profundo y eficaz en los servicios de salud pública, estructurar una justicia para todos con tabla rasa, recambio efectivo de ‘representantes’ del pueblo en el Legislativo y en los Municipios, retorno del ’tripartismo laboral’, una nueva Constitución Política redactada por una Comisión o Asamblea Constituyente (determinada mediante plebiscito) …entre otras exigencias que los firmantes de noviembre 2019 tienen claro…

…y las FFAA y la ANI y la Moneda y la oposición debilucha,  también.

 

Por Arturo Alejandro Muñoz

 

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