Poder y Política

Solo como un sueño

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Con tanta información que cruza nuestra mente, desde Chile y el mundo; con tanto acontecimiento que deja huella en la memoria, la acumulación de cargas de muchos días ya  comienza a interferir los sueños.

Y es dable soñar, por ejemplo, que lo que parece impensado, comience a ser mentado; que lo que parece un cauce inevitable de las cosas, se pueda desviar a una no fatalidad encadenada.

Yo soñé una de estas noches que Chile, al entrar en la fase hipercrítica, por la Pandemia, obtenía respuestas insólitas, como que las Fuerzas Armadas voluntariamente ponían al servicio de las potenciales víctimas (los más vulnerables) todos sus espacios físicos que cuentan a lo largo del territorio, para albergar a los ancianos, a los enfermos crónicos, a los niños vulnerables, para ser usados como albergues  o como hospitales temporales. Incluso soñé que regalaban la idea de llamar a reservistas para cooperar como personal auxiliar en esta magna tarea nacional.

Es indudable que las Fuerzas Armadas ya colaboran en la vigilancia de las ciudades y otras actividades importantes para esta urgencia. Pero viendo que se avecina una tragedia hospitalaria y de espacios para desplazar personas en riesgo, se me ocurrió soñar que hay edificaciones que las Fuerzas Armadas destinan a actividades protocolares y de celebración que son tremendamente grandes y cómodas, como las que existen en Santa María de Manquehue y en La Reina Alta. Yo he ido a matrimonios y festejos a esas locaciones, tal vez por eso acudieron a mis sueños. Lo cierto es que “Espacio Riesco” es de un nivel similar a esas formidables estructuras y no costarían nada al erario nacional. Yo quiero creer que las Fuerzas Armadas no se negarían a un acto tan heroicamente nacional, como el que he soñado, pero es muy probable que la petición debería venir del sector político. Algo que es tan simple como un sueño, no ha transitado por la cabeza de nuestros dirigentes. Puede que, entonces, sean las mismas Fuerzas Armadas las que propongan este aporte tan patriótico y tan necesario en estos días de gran aflicción para la Patria.

Esto se puede repetir, como un simple sueño, en muchos ámbitos y lugares del país y creo que sería muy beneficioso para las Fuerzas Armadas y más bien visto por la sociedad que los cursos “premilitares” a los colegios. Esto sería una clase magistral de civismo, en cambio lo segundo puede llegar a ser una comedia mal montada y no muy aplaudida.

También se me ha cruzado en los sueños el tema racial. Lo que acontece en el mundo no lo veíamos desde las luchas de los derechos raciales en los 60 del siglo XX, pero ahora con alcance planetario. Esto me hizo reflexionar, al despertar, que las redes están siendo ahora mucho más potentes que las comunicaciones del siglo XX. Ahora tenemos un medio de acción política tremendamente civilizatorio. Hoy los derechos se pelean con músculo mundializado, lo que es muy bueno, pues los falsos líderes quedarán desnudados desde un inicio, antes que hagan el daño mayor, como sí ocurrió en el siglo XX.

Las redes lo dicen sin censura, hoy sacan a relucir la dramática historia de los escándalos de inhumanidad, como la del Rey de Bélgica, que asesinó y mutiló a diez millones de habitantes negros en el Congo, creo se llamó Leopoldo II. Hoy, los medios en red le siguen la pista de cerca a fulanos como Bolsonaro y Trump, a los neonazis de Alemania y a cuanto gánster de la política asoma la testa furibunda. También vigilan a los corruptos del mundo, que ya forman legiones y muchas veces-más de las aconsejables- alcanzan el poder, desde donde tejen sus ruinosas redes y aseguran sus escapes a los paraísos fiscales, donde han gozado de absoluta impunidad.

Esta vigilancia es democrática y  si es verdad que pueden, a veces, exagerar las cosas,  su beneficio-puesto en la balanza- es muy superior a sus daños colaterales.

Por eso, mis sueños sobre estas jornadas de protesta mundial por la injusticia racial, me conectan con el “despertar de Chile” el 18 de Octubre. Una corriente de malestar transita por el mundo entero y las causas están encarnadas en la conciencia de los pueblos. Eso habla que tendremos en adelante cambios señeros, cambios que deben ser positivos, pues si se apaga este sueño, entonces la obscuridad del despertar será tiránica, bélica y tan o más mortal como el Coronavirus, Covid19.

 

Por Hugo Latorre Fuenzalida

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