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La zona autónoma de Seattle que desata la ira de Trump

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Después de días de enfrentamientos violentos con manifestantes, la policía de Seattle se ha retirado en gran medida de un vecindario en el que los inconformes han creado una especie de festival que tiene al presidente Donald Trump furioso.

Trump se mofó en Twitter del gobernador Jay Inslee y de la alcaldesa Jenny Durkan por la situación y dijo que la ciudad había sido tomada por «anarquistas».

«Recuperen su ciudad ahora. Si ustedes no lo hacen, yo lo haré», tuiteó el mandatario.

La «Zona Autónoma de Capitol Hill» surgió luego de que la policía retiro el lunes unas barricadas cerca de la comisaría del Distrito Este y prácticamente abandonó la estructura después de que los agentes utilizaron gas lacrimógeno, aerosol irritante y granadas aturdidoras el fin de semana para dispersar a los manifestantes, de quienes dijeron que los estaban atacando con proyectiles.

El presidente ya ha tenido fricciones con Inslee y Durkan, ambos demócratas. Inslee había intentado obtener la candidatura presidencial de su partido.

El gobernador tuiteó el jueves que las autoridades estatales no permitirán amenazas de violencia militar por parte de la Casa Blanca.

«Las fuerzas armadas de Estados Unidos prestan servicio para proteger a los estadounidenses, no la fragilidad de un presidente inseguro», escribió.

La zona establecida por los manifestantes abarca varias cuadras del barrio Capitol Hill, donde docenas de personas acuden para escuchar a los oradores que piden una reforma policial, justicia racial y compensación para los grupos de indígenas norteamericanos en cuyas tierras se fundó la ciudad de Seattle.

Hay letreros en los que se lee: «Está ingresando al Capitol Hill libre» y «Sin cooperativa de policías». En las aceras, algunas personas venden agua y otros productos.

«Por lo que tengo entendido, estamos tratando de recuperar nuestra comunidad para que podamos vivir sin una enorme fuerza policial patrullando las calles», comentó Michael Taylor al diario The Seattle Times.

Durante el fin de semana, la policía fue muy criticada por los miembros del ayuntamiento y otros funcionarios electos. Desde que los agentes suavizaron sus tácticas, las manifestaciones han sido mayormente pacíficas.

La policía señaló que busca reabrir la comisaría. En una conferencia de prensa el miércoles, la subjefa Deanna Nollette dijo que las barreras fueron retiradas de la parte delantera del edificio luego de que se convirtió en un foco de tensión entre la policía y los manifestantes.

Nollette indicó que la comisaría ha sido cerrada con tablas por amenazas creíbles de que sería vandalizada o quemada. No ofreció detalles sobre las amenazas, y no se ha reportado ningún incendio en el sitio.

Agregó que los manifestantes han montado sus propias barricadas, las cuales intimidan a algunos residentes.

«Estamos dedicados a trabajar con manifestantes pacíficos para encontrar una forma de avanzar», comentó.

Los inconformes han dicho que quieren ver que la comisaría se convierta en un centro comunitario o que sea utilizada para fines distintos a los de la policía.

La concejal Kshama Sawant refutó el jueves las versiones de que los manifestantes están recurriendo a la violencia o la intimidación en el área de Capitol Hill, y dijo que era más como una especie de festival callejero con discusiones políticas y percusionistas.

«La derecha ha estado propagando rumores de que hay algún tipo de ilegalidad y crimen en la Zona Autónoma de Capitol Hill, pero es exactamente lo contrario a eso», dijo Sawant, socialista y crítica de Durkan y de la policía.

 

Agencia AP

 

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