ONU: más de 10 millones de personas sin alimentos en América Latina
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El impacto socioeconómico de COVID-19 puede llevar a 10 millones adicionales de personas en América Latina y el Caribe a una grave inseguridad alimentaria este año.
La estimación, para países y subregiones donde el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) tiene presencia, representa el número de personas que sufren inseguridad alimentaria severa en América Latina y el Caribe, lo cual podría aumentar de 3.4 millones en 2019 a aproximadamente 14 millones en 2020, lo que exige atención urgente de la parte de la comunidad global.
“COVID-19 empeora una situación regional donde los shocks económicos, el clima errático, el desplazamiento y la inseguridad ya han cobrado un alto precio. La pandemia tiene el potencial de empujar a más personas a la pobreza y el hambre”, denuncia el PMA.
El PMA está particularmente preocupado por las personas vulnerables en Haití, el Corredor Seco Centroamericano (en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) y los migrantes venezolanos en Colombia, Ecuador y Perú.
“En emergencias como COVID-19, es vital que los programas nacionales de protección social se adapten y expandan para proteger a los más vulnerables, como los migrantes y las personas en la economía informal” afirma el PMA.
Cuando las escuelas cerraron, más de 80 millones de niños dejaron de recibir comidas escolares. Para muchos, ese plato de comida era su única comida del día. En algunos países, el PMA está ayudando con la distribución de raciones para llevar a casa a estos niños en edad escolar.
El centro del PMA en Panamá ha enviado suministros a 25 países de la región, incluidos los kits COVID-19 (guantes, máscaras, batas de hospital, etc.). Desde aquí, el PMA también planea organizar vuelos de pasajeros a diferentes puntos de la región, según sea necesario, para la comunidad humanitaria y de salud.
Además, el PMA está abriendo corredores humanitarios en la República Dominicana para apoyar a Haití, Honduras para América Central y Colombia para América del Sur. Aquí se colocarán las reservas de alimentos para apoyar las operaciones del PMA durante tres meses.
Acciones llevada actualmente por el PMA en América Latina.
Unos 400,000 migrantes vulnerables al mes en Colombia y Ecuador reciben transferencias en efectivo o raciones de alimentos para llevar a casa.
En Haití, el número de personas con inseguridad alimentaria podría aumentar de 700,000 a 1.6 millones. La distribución de efectivo y alimentos se realiza todas las semanas en el país. El PMA también presta servicios a la comunidad humanitaria con un helicóptero que transporta personal médico, suministros y equipos hospitalarios a zonas de difícil acceso por carretera.
En Honduras, 29,000 familias afectadas por COVID-19 recibirán asistencia alimentaria en 12 departamentos. En El Salvador, 3.000 familias vulnerables recibieron asistencia alimentaria durante dos meses en zonas rurales en ocho departamentos.
Se distribuyeron raciones a las familias en Colombia, Honduras y Haití para llevar a casa como alternativa a las comidas escolares de sus hijos. En Nicaragua, donde las escuelas están abiertas, el PMA entregó alimentos a escuelas en zonas rurales en dos departamentos.
En Bolivia, 1,500 personas con enfermedades crónicas en El Alto y La Paz recibieron tarjetas para comprar alimentos en tiendas locales.
El PMA entregó al Gobierno de la República Dominicana micronutrientes Super Cereal Plus y Chispitas que fueron distribuidos a 130,000 personas vulnerables. También ha apoyado al gobierno en diferentes áreas de sus programas de protección social.
En Ecuador, República Dominicana y otros países, se han desarrollado listas de compras, recetas y talleres nutricionales para que los beneficiarios de asistencia alimentaria compren productos saludables y nutritivos.
En Guatemala, el PMA comprará alimentos para el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Desarrollo Social para que el gobierno los distribuya a las personas necesitadas en las zonas urbanas y rurales, como parte de la respuesta nacional a COVID-19.
Por Elena Rusca (en Ginebra)