Política Global

El negocio de la caridad en Barcelona

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En la ciudad de Barcelona, la pandemia de coronavirus ha agravado las condiciones de vida de la clase trabajadora, que antes de la crisis sanitaria ya se enfrentaba a una explotación laboral creciente y a precios abusivos en el alquiler y la compra de vivienda debido a la especulación capitalista.

Ahora, cada vez más familias se ven obligadas a recurrir a bancos de alimentos y a otro tipo de ayudas de vivienda ante una situación socio-económica muy delicada que está comportando despidos, reducciones de jornada, ERTEs o simplemente personas que hasta ahora trabajaban en negro y se han quedado sin empleo y sin acceso a ninguna prestación.

Hemos visto imágenes sobrecogedoras de colas de gente esperando para recibir comida, o en casos más graves, un techo bajo el que poder dormir.

¿Pero quién hay detrás de esta red caritativa? Un análisis de las principales entidades que operan en la ciudad de Barcelona evidencia que la Iglesia y círculos empresariales monopolizan la caridad y el asistencialismo de los sectores más vulnerables de la sociedad. Pero no lo hacen de manera altruista sino que mueven millones de euros de dinero público en subvenciones por parte de diferentes administraciones. Citaremos tres fundaciones privadas con largo recorrido en la capital catalana.

El Banco de Alimentos

El Banco de Alimentos de Barcelona se autodefine como una fundación privada “aconfesional y sin ánimo de lucro”. Pero cuando se analizan los perfiles de las personas que conforman el Patronato y la Dirección de la Fundación, se comprueba que hay vínculos con la Iglesia católica y que muchas de ellas vienen del mundo empresarial y han estado formadas en universidades abiertamente neoliberales.

De hecho, de los 11 miembros que conforman el Patronato del Banco de Alimentos, 5 de ellos, casi el 50%, han sido “forjados” en centros de negocio como IESE o ESADE. Algunos, incluso, ocupan cargos en la banca. Es el caso de Lluís Carulla Font, Vocal del Patronato, formado en IESE y miembro del Consejo Asesor del Banco Santander en Catalunya.

El mismo Director del Banco de Alimentos, Lluís Fatjó-Vilas, también se formó en ESADE y durante años ha ejercido como alto directivo en grandes multinacionales como TNS Global, Gallina Blanca o ANEIMO.

Otro perfil que claramente proviene del mundo de los negocios es el Subdirector, Ramon Talamàs, Presidente de la Cámara de Comercio de Terrassa, ex-Consejero Delegado de la empresa de juego, casinos y bingos Cirsa, Consejero Delegado de la compañía de congelados “La Sirena” y apoderado del Banco Sabadell. También se formó en ESADE y IESE.

Pero la Iglesia también tiene representación dentro del Banco de Alimentos. El Vicepresidente, Ramon Guàrdia i Massó, es también Presidente del Patronato de la Fundación Pere Tarrés, otra entidad caritativa de la Archidiócesis de Barcelona.

La Administración pública, lejos de asumir su responsabilidad en erradicar la pobreza, delega tareas caritativas en este tipo de entidades privadas y las subvenciona mediante los presupuestos públicos.

El año 2019 el Banco de Alimentos recibió más de medio millón de euros (595.100 euros) de dinero público. 110.000 euros por parte del Ayuntamiento de Barcelona y 485.000 euros de los Departamentos de Bienestar Social y Agricultura de la Generalitat de Catalunya [1].

La Fundación Arrels

Esta entidad privada que se dedica a ayudar a personas sin techo en Barcelona nació el año 1986 en el barrio del Raval y se encuentra ligada a la Iglesia desde sus inicios. Su fundador, Josep Maria Pañella, era un sacerdote jesuita, rector de la parroquia de Sant Pere Claver en Poble Sec y de la Mare de Déu de Bellvitge.

El Presidente del Patronato de la Fundación es el abogado José Javier Ordoñez Echeverría, quien anteriormente había trabajado durante casi 7 años en el Área Social de “Cristianismo y Justicia”, un centro de estudios creado por la Compañía de Jesús [2].

De hecho, si se investiga la actividad de este centro de estudios, vemos como hay un fenómeno que se repite: el fuerte nexo entre la Iglesia y el mundo empresarial. En el equipo de “Cristianismo y Justicia” encontramos a Joan Carrera, jesuita y profesor de ESADE, y a Xavier Casanovas Combalia, actual director del centro y máster en Administración y Dirección de Empresas en ESADE [3].

Pero volviendo al Patronato de la Fundación Arrels, tenemos también a la Secretaria Maria Iglesias, quien trabaja paralelamente en la Fundación jesuita Nous Cims. Y otro miembro del Patronato, Eduard Sala, es también Jefe del Área Social de Cáritas Barcelona, organización controlada por el arzobispado de Barcelona [4].

La Fundación Arrels recibe también una inyección importante de capital por parte de la Administración. Según los datos publicados en la página web de la Fundación, en el año 2019 esta entidad recibió más de un millón de euros (1.180,430 euros) en ayudas públicas. El Ayuntamiento de Barcelona aportó 629.563 euros y la Generalitat de Catalunya 550.867 euros [5].

Cabe destacar, además, el patrimonio de esta Fundación jesuita, que ya suma más de dos millones de euros (2.334,337 euros). Cuenta con tres edificios, dos locales y dos pisos [6].

Cáritas Barcelona

Esta entidad es quizás la más conocida en la ciudad. El Presidente de la organización es el arzobispo de Barcelona Juan José Omella.

Un fenómeno que se puede identificar es la duplicidad de cargos y la rotación de personal dentro de estas mismas organizaciones privadas. Ya hemos citado anteriormente el caso de Eduard Sala, miembro del Patronato de la Fundación Arrels y también Jefe del Área Social de Cáritas Barcelona. Pues el actual Director de Cáritas, el jesuita Salvador Busquets, coordinó y dirigió la Fundación Arrels durante 17 años.

Esta entidad es la que se lleva la porción más grande del pastel de subvenciones. El año 2018, Cáritas Barcelona recibió casi 4 millones de euros de dinero público (3.737.378 euros). La Generalitat de Catalunya destinó 2.517.834 euros, la Diputación de Barcelona 16.571 euros y el Ayuntamiento de Barcelona 1.202.973 euros [7].

En cuanto al patrimonio, no hay suficiente transparencia para saber realmente su dimensión, pero según reconoce el Director Salvador Busquets reciben cada año herencias por valor de entre 1,5 y 2 millones de euros de personas que cuando mueren deciden dejar su patrimonio a la entidad privada [8].

A esto habría que sumar que a través de la fundación privada Foment de l’Habitatge Social, Cáritas Barcelona gestiona 408 viviendas en Barcelona y el área metropolitana. Es considerada la mayor gestora de pisos sociales de Catalunya [9].

Así, podemos afirmar que estas tres entidades privadas vinculadas a un entramado de la Iglesia y el mundo empresarial, acumulan cada año un total de más de 5,5 millones de euros de dinero público. La Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona han renunciado a erradicar la pobreza y se limitan a subvencionar fundaciones que bajo la fachada de la solidaridad, hacen negocio y engordan su patrimonio a través de la caridad y de seguir perpetuando la miseria en la ciudad.

Oriol Sabata

Notas:

[1] https://www.bancdelsaliments.org/es/transparencia/

[2] https://es.linkedin.com/in/jos%C3%A9-javier-ord%C3%B3%C3%B1ez-echeverr%C3%ADa-96728629

[3] https://www.cristianismeijusticia.net/es/el-equipo

[4] https://eines.arrelsfundacio.org/confluence/display/TRANSPARENCIA/Patronat

[5] https://www.arrelsfundacio.org/es/quienes-somos/cuentas-claras/

[6] https://eines.arrelsfundacio.org/confluence/display/TRANSPARENCIA/Patrimoni

[7] https://caritas.barcelona/wp-content/uploads/2019/06/convenis_i_subvencions_2018.pdf

[8] https://www.lavanguardia.com/20150531/54431989945/caritas-barcelona-recibe-cada-ano-herencias-por-valor-de-mas-de-1-5-millones.html

[9] http://www.habitatgesocial.org/?page_id=989

 

 

Fuente: Gaceta Popular

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