La pandemia: la sociedad, sus gobiernos y los paradigmas de la ciencia
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Es claro que el gobierno abandonó el tono triunfalista con el cual anunciaba lo que estaba haciendo para enfrentar la pandemia. De la noche a la mañana sus planes fueron superados por los duros hechos. Entonces ya no se puede hablar como si tuviéramos certezas. El mundo cambió cuando la ciencia mostró que había otros paradigmas para relacionarse con el mundo que nos obligaban a abandonar las certezas.
Einstein cerró el camino a la búsqueda de certezas en el mundo moderno En los cien años desde su formulación la teoría de la relatividad abrió una revolución científica que hace surgir la mecánica cuántica e inaugura la era de las ciencias cibernéticas. El nuevo modelo de lo que llamamos realidad que nos trae la relatividad cuestiona los dos absolutos newtonianos y nos muestra que tiempo y espacio forman una sola entidad y que plásticamente se conforma de manera tetradimensional
El broche de oro a la búsqueda de certezas absolutas lo viene a poner la mecánica cuántica, que nos muestra que aquello en lo que creímos ver como cadenas de causa y efecto que nos daba la sensación de vivir en un mundo ordenado y previsible, no es tal, sino solo una apariencia macrofísica de un inconcebible micromundo donde reina el azar.
Toda esta tradición de pensamiento nuevo dará origen al estudio de los sistemas como fenómenos complejos. Los sistemas complejos, señalan sus sostenedores, tienen dos características básicas, primero son sistemas emergente y segundo, son auto- organizados. Fue el premio nobel de física 1977, Philip Warren Anderson (2018) quien definió la complejidad como la ciencia de lo emergente.
La segunda característica de los sistemas complejos es su auto-organización. Sostienen los científicos de la complejidad que se trata de la idea según la cual, el denominador común entre el estudio de los embriones y las neuronas en biología, como los huracanes en meteorología o materiales magnético en electromagnetismo, operando como sistemas que se originan bajo unas condiciones, tanto homogéneas como aleatorias, nos muestra que terminarán invariablemente dando lugar a sistemas de gran tamaño de una manera espontánea.
Estas nuevas visiones científicas han generado una crisis de paradigma en las ciencias. En particular su repercusión es enorme, pero poco conocida y aceptada en al terreno de la ciencias sociales. En estas los influjos por revisar sus paradigmas vienen de la biología. Son biólogos cibernéticos, particularmente Francisco Varela, que en sus investigaciones concluye que la cognición, esto es los procesos de conocimiento, son «enactivamente» emergentes. Este aspecto es fundamental para comprender la producción de sistemas distribuidos entretejidas por líneas que abarcan la relación cerebro-cuerpo-ambiente. Esto implica tener modelos de observación y acción frente a fenómenos que en su operar cruzan procesos micro con procesos macro y relaciones sistémicas sincrónicas, (coordinadas y simultáneas), con relaciones sistémicas diacrónicas. (discretas, aleatorias y no simultáneas)
Esas últimas observaciones sobre sistemas autónomos y autoorganizados, están dirigidas a fenómenos que ocurren cuando un sistema de “elementos relativamente simples se organiza espontáneamente y sin leyes explícitas hasta dan lugar a un comportamiento inteligente”. Por su parte, Paul Krugman, (1996) , profesor de la Princeton University, y de la London School of Economics, además, Premio en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel 2008 , planteá en su crítica a los teóricos de la economía de mercado, junto con asumir el concepto de emergencia sistémica, también asume la idea “según la cual el denominador común entre el estudio de los embriones, huracanes, materiales magnéticos y conjuntos de neuronas es que todos son sistemas de autoorganización” que darán lugar a sistemas de gran tamaño de una manera espontánea y autoorganizada,
Como ejemplo Krugman muestra que un día cualquiera el aire que cubre un espacio de océano tropical no se distingue en nada del resto del océano, solo que la presión puede ser algo inferior. Sin embargo en los días siguientes, esa inapreciable baja de presión se acentúa como resultado de un proceso de autoconsolidación: el aire que asciende arrastra consigo vapor de agua que, al alcanzar cierta altura, se condensa, liberando con ello calor el cual a su vez reduce la presión aún más y provoca la ascensión de masas de aire, hasta convertir esa determinada zona de la atmosfera en un vórtice gigantesco de movimiento centrifugo. Se ha dado nacimiento a un tornado y consiguientemente a un huracán.
Esta interesante descripción de este autor para mostrar el fenómeno de la emergencia y autoorganización de los sistemas, nos permite observar como emerge un fenómeno que puede resultar en una catástrofe como es el caso de la pandemia. Su inicio es un proceso micro que se cruza con procesos macro atmosféricos y surge una nueva realidad. La humanidad vive hoy una catástrofe sanitaria que ha tenido el mismo patrón de comportamiento que da origen a un huracán. Se inició en una comarca de China y se ha expandido a todo el planeta, usando las condiciones macro que la sociedad global actual facilita. Por lo tanto, su abordaje debe considerar la presencia de procesos micro y macro sociales en su expansión.
No es así lamentablemente la forma en que se enfrenta. Las autoridades políticas a nivel mundial operan con el paradigma positivista causalista. Además, su interés está dirigido a mantener el funcionamiento y equilibrio del sistema… Las autoridades sanitarias cuidan que el sistema de salud no colapse, riesgo que es real, más que las personas no sean contagiadas. Enfrentar esta pandemia desde un enfoque biocibernético social, requiere asumir que la responsabilidad debe estar en los sujetos susceptibles de contagio y facilitar en ellos un proceso de autoorganización, para que evitar la reproducción del virus. Lamentablemente las medidas de aislamiento social que se toman, respondiendo a otro paradigma, impiden que sean los propios sujetos lo que activamente asuman la defensa de la vida.
No es casual que las autoridad políticas y sanitarias metafóricamente hablen de librar una guerra contra la epidemia, esto es, contra el virus Covid 19 concretamente. Pero ¿cómo librar una guerra contra un enemigo que es invisible?
Primero hay que observar el fenómeno micro donde ese origina la pandemia que es donde se inicia el contagio. . Se requiere detectar dónde está instalado físicamente el virus más que estadísticas proporcionales sobre su avance que observan cuan amplias son las zonas de su desplazamiento, qué es lo que se hace hoy día. La búsqueda de esta visión espacial persigue como propósito aislar la zona mediante cuarentenas. La estrategia es el aislamiento del contagiado dentro de su medio. Esta estrategia sigue las líneas de tratamiento médico que se aplica hoy a nivel mundial de tratar al enfermo en su ambiente o medio. Esto conlleva una disminución de costos del tratamiento, pero es muy complejo aplicarlo en enfermedades altanamente contagiosas que producen epidemias. Máxime cuando no hay vacunas profilácticas que se puedan aplicar a la población afectada.
Puede ser que el carácter de pandemia haga que este sea el único camino que se puede seguir, pero ello debe ir acompañado de un proceso de identificación de los espacios físicos concretos en que se instala el virus. Ésto pasa por el diseño de un sistema de diagnóstico que permita lograr esto. Para ello existen metodologías que se pueden aplicar a bajos costos, como la es el llamado” diagnostico de rebaño”, sugerido por un especialista en virología en un medio informativo. .
El problema de seguir este camino es el que tiene que ver con el cambio de paradigma. Esta estrategia requiere aplicar metodologías y procesos “buttom up” de intervención, propios del trabajo con sistemas emergentes, como es el caso de la pandemia. Esto implica un cambio de paradigma, ya que el que aplica el Estado es el reducir complejidad mediante temas que privilegian primero su funcionamiento equilibrado. En estos las preocupaciones son por la operación del sistema, esto es, por los costos, la no saturación de la capacidad de los servicios, etc., en suma evitar los colapsos. Esta estrategia deja fuera a la personas que son las necesarias para llevar adelante proceso “buttom up” de intervención en sistemas emergentes. De hecho esto implica aplanar la organización y descentralizar su abordaje, entregando más protagonismo a las estructuras de base local, como son los gobiernos locales y las organizaciones sociales de base.
Ya que parecer ser que las metáforas bélicas son las privilegiadas por los líderes del Estado hoy, no está demás recordales un ejemplo histórico de fracaso de la estrategia que aplican inspirados en esas figuras retoricás… Estados Unidos perdió la guerra de Vietnam porque su enemigo se invisibilizaba… Se ocultaba debajo de la tierra y de nada servía sacrificar población civil inocente en los ataques lanzando bombas napalm. La pandemia no se pueda combatir con bombas de napalm, hay que primero tener al enemigo físicamente ubicado para combatirlo con la ayuda y participación activa de la población afectada.-Eso supone otro modelo de acción social y otro paradigma que lo sustente.
Jorge Leiva Cabanillas
Psicólogo Ph.D.