Fin a la prisión política, libertad a todas y todos los presos por luchar
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Diferentes y numerosas organizaciones, grupos y colectivos han levantado una campaña urgente pra proteger la vida y la salud de los miles de jóvenes prisioneros y hacinados en las cárceles chilenas por haber protestado contra el gobierno. Esta carta de la Organización Comunista Revolucionaria es una más. Necesitamos agitar desde nuestro confinamiento todas las formas posibles para levantar la demanda del cambio de la injusta prisión preventiva por arresto domiciliario.
Desde el pasado 18 de octubre, cerca de 12.000 luchadoras y luchadores a lo largo y ancho del Chile popular, engruesan las nóminas de procesadas y procesados por el sistema judicial burgués, y cerca de 2.400 se encuentran en las prisiones del capitalismo monopólico, sufriendo al igual que el conjunto de la población carcelaria los embates de la vida diaria en los penales, y además la posibilidad real y potencial de adquirir el coronavirus COVID – 19 por las nulas condiciones de salubridad y hacinamiento de las cárceles de nuestro país.
La suspensión de visitas, entrega de encomiendas, falta de información y elementos de cuidado para la población penal ha significado que muchas y muchos estén obligados a tomar medidas que atentan contra su integridad.
Los intentos de motines, los barrotazos, las huelgas de rancho y de hambre total, han sido la herramienta que las presas y presos han tomado para hacer escuchar sus legítimas demandas y reivindicaciones.
Desde quienes militamos en la Organización Comunista Revolucionaria, OCR, saludamos a todas y todos quienes han entregado su libertad en la lucha por los derechos de la clase trabajadora y el pueblo, les enviamos toda la fuerza a sus familias quienes han tenido que soportar la injusticia del sistema policial, judicial y carcelario de los ricos y desde luego nos sumamos a la exigencia de su libertad inmediata.
Aprovechamos también de reconocer a todas aquellas organizaciones populares y sociales que han incorporado en su pliego de demandas la lucha por la libertad de las y los presos y reconocemos con humildad a quienes en las calles exigen la salida inmediata de ellos y ellas.
Al igual que ustedes hemos estado en la protesta popular, en las marchas y en las barricadas, en las asambleas y movilizaciones exigiendo y levantando el pliego del pueblo, sueldo mínimo de $500.000 pesos, pensión básica igual al sueldo mínimo, 40 horas de trabajo sin flexibilidad ni descuento en el salario, por el pago de locomoción y colación en todos los lugares de trabajo y estudio, fin al CAE y los créditos por estudiar, por el fin al lucro en la salud y su maquinaria privada de ISAPRES, concesiones hospitalarias y sociedades médicas, por viviendas dignas para el pueblo y un medioambiente libre de contaminación, por la nacionalización del agua y los recursos naturales, por aborto libre, gratuito y seguro y por la socialización del trabajo doméstico, entre otras justas demandas que como clase hemos impulsado desde las calles.
El capitalismo monopólico está en una crisis hace cerca de una década y ha adquirido una profundidad y expansión inimaginable. El alzamiento popular de octubre no desencadenó la crisis en Chile, sino más bien fue un efecto de esta. La recesión mundial está a la vuelta de la esquina y las economías del mundo crujen ante el avance sostenido del COVID-19. Esta pandemia ha golpeado a los ricos en sus ganancias pero sin lugar a dudas somos nosotros y nosotras, la clase trabajadora, quienes hemos ido colocando los muertos a escala global.
El Gobierno de Piñera y sus secuaces, como siempre han actuado asegurando las ganancias de las empresas y grandes compañías transnacionales a costa de la enfermedad, muerte, represión y cesantía de las grandes mayorías populares. A este gobierno patronal, solo le queda renunciar; Piñera y Mañalich son el ejemplo vivo de una burguesía sanguinaria y depredadora que está dispuesta a todo por la defensa de sus privilegios.
Declaramos que nuestra militancia está en disposición para humildemente aportar de acuerdo a nuestras fuerzas en seguir participando, agitando y organizándose en la lucha por la libertad de todas las y los presos políticos, no tan solo los que hoy habitan las mazmorras del capital desde el 18 de octubre, sino que también a quienes desde hace décadas vienen luchando por terminar con este orden injusto, inhumano y desigual, y que están en las cárceles del país, incluido las y los weichafes del pueblo nación Mapuche.
Reconocemos en ellos y ellas la continuidad de las y los revolucionarios que no conformes con la falsa democracia de ricos y poderosos enfrentaron al Estado desde que se instaló la Concertación en el poder, bajo condiciones adversas en el plano político y social. Hoy no los debemos dejar solas ni solos, debemos sumarlos a las listas de presas y presos políticos, pues ellos desde antes del alzamiento popular ya enfrentaban a la bestia capitalista y sus perros de presa defensores del viejo orden burgués.
Aprovechamos de denunciar el oportunismo de la derecha más recalcitrante que ha intentado instalar la libertad de los asesinos y torturadores por razones humanitarias, genocidas que hoy cumplen condenas en penales de élite y que al contrario debiesen estar en penales comunes para sentir la rabia y el escarmiento de nuestro pueblo.
Por último, exigimos condiciones sanitarias y utensilios de protección contra el COVID – 19 para toda la población carcelaria, exigimos la libertad inmediata de todas y todos los presos políticos del alzamiento, y de quienes previamente han caído en las mazmorras por acciones en contra del Estado y el capital.
Las y los queremos libres, luchando junto a su pueblo y la clase trabajadora
Libertad a las y los Presos del Alzamiento Popular