Donald Trump pone precio a la cabeza de Nicolás Maduro
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 21 segundos
No hay que ser muy perspicaz para captar que el único objetivo de Trump es ganar, a toda costa, en las elecciones de noviembre próximo.
A poco más de siete meses de los comicios presidenciales y parlamentarios en Estados Unidos, hemos visto que las estrategias de Trump están resultando un fracaso: en primer lugar, contaba con un éxito bursátil sin precedentes, sumado a una baja considerable en el desempleo; en segundo lugar, el Presidente quería mostrar su supremacía económica respecto a China; en tercer lugar, contaba con un electorado fiel – blanco, anglosajón y evangélico -.
Hoy, el Coronavirus se le atravesó en el camino, y se vio incapaz de enfrentar a tan potente virus. Al comienzo intentó castigarlo con el desprecio y la indolencia, calificándolo – igual que Bolsonaro – como una simple gripe, pero hoy sus políticas le están jugando en su contra. Los gobernadores de los estados más poblados de los Estados Unidos, en uso de sus atribuciones legales, decretaron sendas cuarentenas, pero desafortunadamente, bastante blandas.
Hasta hoy, 10 de abril, Estados Unidos está a la cabeza de los países más dañados por COVID-19, y las Bolsas de comercio se hunden, el desempleo llega a la más alta cifra en toda la historia de ese país, y la economía amenaza con superar la crisis de 1929; por otra parte, en la guerra que libra con China por la supremacía mundial, Estados Unidos está perdiéndola, pues China está superando la peste e, incluso, puede darse el lujo de ayudar a Italia y España, que forman parte de la OTAN.
Frente al negro panorama que afronta Donald Trump, está tratando de jugar una última trampa al intentar que Nicolás Maduro salga del poder, así sea sacrificando al inútil lacayo, Juan Guaidó quien además de no contar con territorio, ni gente que lo secunde – salvo algunos embajadores nombrados por él, pero que, a estas alturas, ningún país le hace caso -.
Actualmente, el ambicioso y corrupto Juan Guaidó, que pacta con paramilitares en las fronteras colombo-venezolanas, ni siquiera le alcanza para peón en el ajedrez mundial, y sería muy ridículo compararlo con el poder que aún detenta Maduro.
Mike Pompeo propone, en un posible gobierno de transición, la formación de un consejo de cinco personas, en el cual no estarían ni Guaidó, ni Maduro. Al estilo boliviano, el Partido Socialista de Venezuela podría participar en las eventuales elecciones, una vez apresados sus principales dirigentes, entre ellos Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, acusados de ser los líderes del poderoso cartel de Los Soles.
Donald Trump ha dado la orden a la V Flota, la más poderosa de la Marina de Estados Unidos, de apoderarse, a través de sus portaaviones, del Mar Caribe, so pretexto de combatir el narcotráfico, en que países como México y Colombia llevan la delantera. Sabemos que el objetivo de fondo es apoyar a Colombia en una posible invasión a Venezuela, (Trump ya ha ofrecido 15 millones de dólares por la cabeza de Maduro) y derrocar a su mandatario.
Juan Guaidó es tan inútil, incluso con gran apoyo internacional en sus comienzos, que no ha sido capaz de dividir al ejército venezolano. El ex comandante Alcalá confesó haber dirigido, desde Colombia, un intento de golpe de Estado contra el gobierno de Maduro, y al descubrirse el acarreo, por carreteras colombianas, de más de mil unidades de armas de guerra, con la firma de Juan Guaidó como presidente “interino” Alcalá no tuvo otro recurso que confesar esta acción que, según Alcalá, habían sido adquiridas por agentes del Pentágono).
Ahora, Donald Trump, el matón de barrio, que ha podido darse el lujo de amenazar a la Comunidad Europea y a la OTAN, no sólo con palabras, sino también restando su aporte económico a Europa, ahora pretende inmiscuirse en las políticas sanitarias de la OMS, perteneciente a la ONU, sólo porque su país está siendo derrotado por el virus, cuya responsabilidad recae en las propias políticas sanitarias de Estados Unidos.
Trump, en su vanidad y narcisismo, rayano en lo patológico, no comprende que Estados Unidos está perdiendo la hegemonía mundial y, en pocos años, será superado por China.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
10/04/2020