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Agencias internacionales llaman a los gobiernos a tomar medidas económicas urgentes ante los «estragos devastadores» de la pandemia

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De acuerdo con un nuevo reporte del Grupo Interagencial sobre Financiamiento para el Desarrollo, liderado por las Naciones Unidas, los gobiernos deben tomar medidas inmediatas para hacer frente a los estragos económicos y financieros causados por la pandemia del COVID-19, y prevenir una crisis de deuda con efectos potencialmente devastadores.

 

El Informe del Financiamiento para el Desarrollo Sostenible 2020 propone una serie de medidas para paliar los efectos de la recesión global y la crisis financiera, en particular para los países de menores ingresos. Las recomendaciones se basan en la investigación y análisis del Sistema de Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y más de 60 agencias de las Naciones Unidas y organismos internacionales.

 

Incluso previo al brote del COVID-19, uno de cada cinco países – donde residen miles de millones de personas viviendo en pobreza – enfrentaban la perspectiva de ver su ingreso por habitante estancarse o reducirse en 2020. Ahora, miles de millones adicionales se verán afectados mientras los gobiernos se esfuerzan por hacer frente a la pandemia.

 

Debido a la crisis ocasionada por la COVID-19, los mercados financieros han sufrido importantes pérdidas, así como una intensa volatilidad a lo largo del mes pasado. Los inversionistas han retirado cerca de 90 mil millones de dólares desde mercados emergentes, la corrida financiera más grande que haya sido registrada.

 

La perspectiva de una nueva crisis de deuda, agravada por el colapso de precios internacionales de petróleo y otros productos básicos, es particularmente alarmante. Muchos de los países menos adelantados ya eran proclives a enfrentar problemas de deuda. La actual crisis podría agravar esta situación.

 

La edición 2020 del Informe del Financiamiento para el Desarrollo Sostenible hace un llamado urgente para tomar las siguientes medidas:

 

  • Prevenir una crisis de deuda suspendiendo de manera inmediata los pagos correspondientes a la deuda de países menos adelantados y otros países de bajos ingresos que lo soliciten. Lo anterior demanda el liderazgo de los acreedores bilaterales oficiales, así como iniciativas similares que permitan orientar recursos adicionales a los países de menores ingresos.
  • Velar por mantener la estabilidad financiera a través de la dotación de liquidez suficiente, y el fortalecimiento de la red mundial de seguridad financiera.
  • Paliar la aguda contracción de la actividad económica y apoyar a los países más necesitados a través de una respuesta coordinada a nivel global que contemple la ampliación del gasto público en salud, licencias médicas pagadas, transferencias públicas, alivio de deuda y otras medidas a nivel nacional. Lo anterior debe ser complementado con un incremento significativo a financiamiento concesional de fuentes internacionales.
  • Eliminación de barreras a comercio que afectan las cadenas de suministro, para incentivar el comercio internacional y estimular el crecimiento incluyente.

 

A pesar de las demandas existentes a nivel nacional, los donantes deben revertir inmediatamente la tendencia negativa de la ayuda oficial para el desarrollo (AOD), en particular la destinada a países menos adelantados, que serán profundamente afectados económica y socialmente por la pandemia, y para quienes la AOD es fundamental. En 2018, la AOD se redujo en un 4,3%, mientras que la AOD para los países menos desarrollados se contrajo 2,2% en términos reales.

 

En el marco del lanzamiento del Reporte sobre los Impactos Socio-económicos de la Pandemia, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, indicó que la comunidad internacional aún no ha sido capaz de formular una estrategia global que permita que el mundo en desarrollo cree las condiciones para hacer frente a la COVID-19, y atender sus consecuencias en el bienestar de sus poblaciones.

 

Asimismo enfatizó que se requiere una respuesta multilateral integral, coordinada, y de gran escala equivalente a por lo menos el 10% del PIB global.

 

Más allá de la respuesta inmediata, el enfrentamiento de la pandemia debería catalizar la implementación de medidas pendientes que permitan al mundo ubicarse en una senda de desarrollo sostenible y que resulte en una economía global resistente a futuros choques.

 

El Informe 2020 sobre Financiamiento para el Desarrollo Sostenible identifica acciones claves para dicho fin:

 

  • Acelerar inversiones de largo plazo en infraestructura resistente para el desarrollo sostenible.
  • Incrementar la inversión en gestión y preparación ante riesgos.
  • Fortalecer la protección social.
  • Mejorar los marcos regulatorios del sistema financiero, con la finalidad de por ejemplo, desincentivar el endeudamiento privado excesivo que no esté destinado a inversiones productivas.
  • Afianzar la red de seguridad financiera internacional y el marco para la sostenibilidad de deuda.

 

El reporte también incluye propuestas de política pública para aprovechar el potencial de tecnologías digitales, las cuales se han colocado en la vanguardia ante el brote de la COVID-19, donde el confinamiento y el distanciamiento social se han vuelto la norma. Las herramientas de comunicación digital han hecho posible el teletrabajo y han permitido dar continuidad a diversas actividades económicas y educativas. Sin embargo, el acceso a tecnologías digitales sigue adoleciendo de importantes brechas tanto a interior de países, como entre ellos. Se estima que cerca de la mitad de la población global (46,6%) no tiene acceso a internet.

 

La crisis desatada por la pandemia ha puesto de manifiesto el potencial de las tecnologías digitales, al tiempo que ha evidenciado brechas existentes, nuevos retos y riesgos. Muchos trabajadores empleados por plataformas de provisión de servicios como transporte de pasajeros o entrega de bienes, se encuentran desprotegidos ante pérdidas de ingreso en una recesión, y los sistemas de protección social tienen pocas herramientas para atenderlos. El reporte analiza estos retos, así como otras oportunidades y desafíos planteados por las herramientas digitales de financiamiento.

 

Las medidas planteadas necesitan ser equitativas, sostenibles y sostenidas en el tiempo para evitar una recuperación lenta y prolongada, como la experimentada después de la crisis financiera de 2008, así como garantizar la implementación del Plan de Acción de Addis Abeba, y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 

El Vicesecretario General de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, Liu Zhenmin, quien también funge como presidente del grupo interagencial responsable del informe, subrayó que solo una respuesta colectiva, inspirada por el sentido de solidaridad y responsabilidad compartida, será suficiente para los retos sin precedente planteados por la pandemia.

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  1. Gino Vallega says:

    Los gobiernos deben hacerse fuertes y usar lo particular (nacionalizar) si es necesario para evitar la pandemia de hambre y necesidades vitales por pobreza que seguirá a la crisis de salud.Llegó el momento que los ricachones abran sus gordas billeteras y provean alimentos , medicinas y socorros a los más necesitados.Vamos Delincuente Piñera ,para tí 50 millones de dólares es un moco de tus 3 mil millones y ni hablar de Luksic y otros bandoleros……..

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