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Pisiga: sigue el dramático viaje de los bolivianos

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Pasaron unos días desde que los bolivianos que se encontraban bloqueados en la región de Huara, en la frontera entre Chile y Bolivia, pero vararon en el suelo nacional en Pisiga. 

 

“Denunciamos que las condiciones en la que nos encontramos son lamentables. Desde el momento en que ingresamos al campamento de Pisiga nos retuvieron el carnet de identidad. Las autoridades gubernamentales no pueden garantizarnos la alimentación. Las raciones que nos dan son muy escasas”, denuncian los bolivianos desde Pisiga.

“Producto del hambre, el dolor de cabeza y de estómago son los síntomas que más sufrimos y los que sufren aún más son los niños y niñas, las madres, las mujeres embarazadas. Si seguimos con esta situación, no vamos a poder aguantar”.

En esta región de Pisiga, el frío es insoportable, “es como si las autoridades del gobierno nos hubieran castigado por algún delito que hemos cometido”.

“Pese a que nos encontramos diez a doce personas durmiendo en carpas pequeñas, de aproximadamente tres por tres, resulta muy difícil entrar en calor. Los pequeños ya presentan síntomas de tos y resfrío. Los dolores de cabeza, falta de aire y síntomas de malestar, se pueden ver principalmente en las personas que son de Santa Cruz, Cochabamba y Beni. Pese a los esfuerzos del personal médico que nos acompaña, y que ayer mismo nos dio vitamina A, para ayudar un poco en nuestras defensas, defensas que cada vez se deterioran más, no pueden hacer mucho si no contamos con una alimentación que cubra nuestras necesidades”.

Hasta el momento, los bolivianos no benefician ni siquiera de lo básico.

“Los 16 baños que dispuso el Gobierno, para los más de 400 personas que nos encontramos en este lugar, están colapsando. En los baños no contamos con alcohol en gel, ni papel higiénico. Hasta el momento no tenemos duchas”.

“Asimismo queremos denunciar que personal policial nos amenaza con llevarnos a la frontera si no estamos de acuerdo e incluso a una madre de familia que no estaba de acuerdo con la cantidad de personas por carpa, le dijeron que ella no tenía derecho a opinar. Imploramos a las autoridades gubernamentales, a los organismos de derechos humanos nacional e internacional, a los medios de comunicación que puedan apersonarse a este lugar para que ustedes hablen con la gente y puedan corroborar con sus propios ojos lo que estamos viviendo”.

 

 

Por Elena Rusca

 

 

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