Salvado por la campana: Pandemia del coronavirus arroja imprevisto salvavidas a Piñera
Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 18 segundos
Salvado recientemente —en diciembre pasado— de una debatida Acusación Constitucional, ahora el Presidente Sebastián Piñera recibe un imprevisto salvavidas derivado de la pandemia del coronavirus. Ha sido un inesperado salvavidas —cual invitado de piedra—, que le permitió a Piñera tomar nuevos aires y sacar la voz intentando junto al ministro de Salud, Jaime Mañalich, conducir el país después de cinco intensos meses de convulsión social, en medio de duras imputaciones por violación a los Derechos Humanos tras el estallido social del 18 de octubre pasado.
Conocidos los graves estragos ocasionados por el coronavirus, tanto en China como en Europa —particularmente en países como Italia, España y Alemania—, en Chile se encendieron las luces de alarma cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció los trastornos sanitarios que ocasionaría la pandemia del coronavirus en la población mundial, ante lo cual habría que adoptar severas medidas sanitarias.
Entre tanto, arreciaba el debate en los medios de comunicación, respecto del verdadero origen del coronavirus, emergido en la localidad China de Wuhan en diciembre pasado, ocasionando miles de muertos en el país asiático. Vinculado a ancestrales virus existentes en los murciélagos, mutando luego a la especie humana, ciertas teorías parecen certeras. La investigadora estadounidense Sonia Shah propone que “la creciente vulnerabilidad humana frente a las pandemias no hay que buscarla en algún animal, sino en una causa más profunda: la destrucción y manipulación acelerada de la naturaleza”. Y agrega una frase lapidaria contra el homo sapiens: “En la medida en que la huella humana sobre el planeta aumenta, también lo hace la probabilidad de pandemias”.
La propia mano del hombre, su exacerbado y descontrolado desarrollo, —por no decir ambicioso—, ha arrasado con la naturaleza virgen, con la flora y la fauna, con todas las especies nativas que implican la perfecta armonía de nuestro planeta. Las persistentes guerras, con exorbitantes demostraciones de poderío bélico, la utilización de bombas atómicas (recuérdese Hiroshima y Nagasaki), además de un creciente capitalismo salvaje que, en vías del desarrollo, ha destruido sin misericordia el planeta Tierra. Ello ha acarreado pandemias igualmente letales, abusos sociales y económicos, lucro indiscriminado, explotación humana, avaricia y egoísmos desmesurados, desigualdad de oportunidades, así como privilegios históricos sostenidos mediante la represión y uso de fuerzas militarizadas.
PANDEMIA DE LA REPRESIÓN
La pandemia de la represión, en Chile, ha ocasionado cuantiosas víctimas, tanto recientemente tras el estallido social, como durante el obscuro capítulo de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet, que dejó en Chile más de tres mil muertos y cerca de dos mil detenidos-desaparecidos. Ninguna vacuna ha logrado curar las heridas ocasionadas a tantas familias chilenas atropelladas y violentadas por convicciones ideológicas.
Ahora, el virus de la represión se vuelve a repetir cuando efectivos del orden público (carabineros) han osado apretar el gatillo, una y otra vez, dejando sin ojos a centenares de jóvenes manifestantes que exigen un Chile más justo, más solidario, con igualdad de oportunidades para todos.
LA PRIMERA VÍCTIMA EN CHILE
Hace unos minutos, mientras escribo estas líneas, trasciende la información de la primera víctima en Chile del coronavirus: una humilde mujer de Renca, de 82 años, con patologías múltiples, con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, postrada, fallecida a las 12:20 horas, en el Hospital San Juan de Dios. Había participado, recientemente en un encuentro familiar, y al parecer, fue contagiada por un joven que venía del extranjero. Su pronóstico era muy delicado. Se convirtió en la primera víctima en Chile del coronavirus.
Este sábado 21 de marzo de 2020, se han registrado en Chile 537 casos de personas contagiadas con el coronavirus. Las autoridades sanitarias, sin embargo, consideran que el Covid-19 podría afectar a un gran número de chilenos, estimándose una cifra de muerte de varios miles de personas.
El estado de catástrofe decretado el jueves 19 por Piñera, ha permitido sacar a la calle a las fuerzas armadas para cuidar infraestructuras estratégicas del país, léase hospitales, plantas de agua potable, de energía eléctrica y de gas, medios de transportes, etc. Se determinaron, además, aduanas sanitarias, para controlar el flujo de individuos entre regiones del país. Por orden gubernamental, se han prohibido, hasta nuevo aviso, todas las actividades masivas, encuentros deportivos, cines, teatros, restaurantes, recitales, centros nocturnos y cierre de malls. Sólo se ha permitido el funcionamiento de servicios básicos, como supermercados y bancos. Los funcionarios públicos y privados, en su gran mayoría, están realizando sus actividades laborales vía internet desde sus respectivos hogares. Colegios, escuelas y universidades, sin actividades académicas en las aulas, hasta nuevo aviso. Profesores y académicos trabajan con sus alumnos mediante ejercicios y tareas virtuales.
No obstante ante tales medidas anunciadas por el gobierno, la mayoría de los alcaldes las han considerado insuficientes. Han jugado un papel relevante para contrarrestar los efectos del coronavirus, a lo largo del país. Una corriente edilicia han considerado la urgencia de imponer “cuarentena total” en el país, con la finalidad de evitar mayores estragos provocados por el coronavirus, aparte de que numerosos grupos familiares han tomado las semanas de cuarentena como un período vacacional, organizando salidas a playas y centros recreativos.
Sin embargo, ante la pertinaz exigencia de los alcaldes de imponer “cuarentena total”, el gobierno ha respondido que “será progresivo”, de acuerdo a la evolución de los acontecimientos. El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, desautorizó incluso las medidas adoptadas por algunos alcaldes. Los ediles, sin embargo, le han hecho poco caso al joven e inexperto ministro.
Desde este domingo 22 se efectuarán controles preventivos territoriales, a cargo de fuerzas militares, con la finalidad de controlar posibles violaciones de cuarentena.
FRONTERAS CERRADAS
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores, Teodoro Ribera —tras el cierre de fronteras decretado por Piñera—, ha debido enfrentar el rescate de cientos de chilenos repartidos por el mundo. El mayor número —unos 200 turistas—, quedaron atrapados en el Perú. Muchos de ellos visitaban el Cusco y Machu Picchu, aparte de Lima y Arequipa, los puntos más atractivos para los chilenos. Se anunció que este fin de semana, mediante gestiones diplomáticas, serían rescatados vía aérea desde el aeropuerto “Jorge Chávez” de Lima. En tanto, un número cercano al medio centenar quedaron varados en Ciudad de México; otro numeroso grupo en Ecuador y República Dominicana, además de viajeros chilenos procedentes de Estados Unidos y Europa. Trascendió que, en total, serían unos 3.700 chilenos en situaciones apremiantes para regresar al país.
DESTRUCCIÓN DEL HÁBITAT
Volviendo al origen del coronavirus —oficialmente llamado Covid-19, que a estas alturas ha dejado serios estragos en la Humanidad—, nuestra investigadora citada, Sonia Shah, reafirma que “estas especulaciones impiden ver que nuestra creciente vulnerabilidad frente a las pandemias tiene una causa más profunda: la destrucción acelerada de los hábitats”.
Concluye que “la destrucción de los hábitats amenaza de extinción a muchas especies, entre las cuales hay plantas medicinales y animales en los que siempre se apoyó nuestra farmacopea. En cuanto a aquellas que sobreviven, no tienen otra opción que la de conformarse con los pequeños espacios de hábitat que les dejan los asentamientos humanos. El resultado es una mayor probabilidad de contactos cercanos y repetidos con el hombre, los cuales permiten que los microbios que ellos albergan pasen a nuestro cuerpo donde dejan de ser benignos para convertirse en agentes patógenos mortíferos”.
Así, la irrupción desde diciembre del 2019 de la pandemia del coronavirus —desde la localidad de Wuhan, en China—, le proporcionó a Piñera “sin querer queriendo”, un imprevisto salvavidas en momentos en que se debatía en la cuerda floja, quién recobró el aliento presidencial tras una afiebrada cuarentena política…
Francisco Leal Díaz