Poder y Política

El impacto del Covid 19 en la economía nacional y el llamado del gobierno. ¡Sálvese quién pueda!

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El COVID 19 es un virus que, en pocos meses, ha logrado hacerse en todos los continentes con una presencia mayor o menor. Incluso cuando se le mira en menos, cuando se decía que es un mero resfriado para las juventudes, sigue significando un problema mayor cuando entramos en los rangos etarios mayores, sobre todo pasados los 60 años. Y sí, es verdad que el COVID 19 no hace diferencias raciales, ni de clase, y sin duda que cualquiera se puede contagiar. No obstante, en Chile es indudable la existencia de una diferencia de clase, muestra de ello no solo fue la curiosa cita a Vladimir Lenin por parte del alcalde Carter de La Florida, también es la preocupación de Joaquín Lavín en Las Condes.

Y es que el COVID 19 no es un mero virus que te adolece y ya, sino que su capacidad de inoculación ha logrado parar el capitalismo, y a lo menos, lo ha ralentizado hasta niveles impensables. En la economía internacional, el COVID 19 ha paralizado a las grandes bolsas. Los datos de las grandes bolsas mundiales como Wall Street, Dow Jones, IBEX 35, Hong Kong, Shanghai Stock; también los intercambios de monedas más importantes como el dólar-euro (USD/EU), el dólar-yen (USD/JPY), el euro-yen (EU/JPY), entre otras; todas las anteriores han ido cayendo en sus índices, números rojos que ni los bancos centrales ni el Banco Central Europeo han podido parar. Si bien es cierto que existen momentos de subida, la débil estructura especulativa en la que se fundamenta este tipo de mercado bursátil hace que un simple virus no más contagioso que una bacteria pueda tambalearlo suficientemente como para que se rompa.

Claramente, cuando los mercados se han desarrollado bajo las bases y fundamentos liberales –en Occidente–, dándole prioridad a la acumulación de capital (dinero por dinero) más que el intercambio propio, a la vez que con leyes muy bien escritas (Tratados Internacionales, Cortes de Libre Competencia nacionales, Constituciones que refieren sobre la propiedad privada) logrando justificar la plusvalía de los trabajadores, y aun más acumulando la enajenación del trabajador. Pero, sin imaginar, que la acumulación de capital requiere precisamente que exista plusvalía y que existan trabajadores que generan este plusvalor.

Gracias a que el COVID 19 ha mandado a muchos trabajadores a la casa, el trabajador no debe únicamente lidiar con su trabajo virtual, sino que debe estar participando en las interacciones familiares, la presencia de sus hijas e hijos, sus parejas y el cuidado y mantención familiar es también parte del problema diario del trabajador. El plusvalor tiene el truco de originarse siempre del desfase temporal entre las horas necesarias de trabajo y las extras, mas el trabajo en casa crea una hendidura en la dinámica entre capitalista y trabajador.

Para muchos trabajadores, al tener un contrato formal que los protege ante estas nuevas circunstancias, seguirá siendo pagado por su trabajo virtual. Esta no será la suerte de los independientes que dependen de su fuerza de trabajo para sustentarse. El gobierno no ha dicho ninguna palabra sobre este último grupo de personas.

También el COVID 19 ha explicitado nuestro materialismo y la desconexión con toda necesidad de un bien común. Este virus logra materializar nuestro vacío republicano como sociedad, incluso entre quienes protestaban contra el gobierno. Primero, está quienes consumieron y adquirieron diversidad de productos de primera necesidad, dejando a otros con aquella necesidad, tal fue el caso del Alcohol Gel en los supermercados y farmacias (la necesidad de la acumulación por desposesión diría David Harvey). Segundo, está quienes se aprovecharon de la paranoia y el miedo para vender las mascarillas y vender, inclusive, alcoholes gel falsos. En este caso no hay peor mal que el usurero social, pues no únicamente le desvalija a quienes apalean miedo, sino que su existencia depende de que este miedo perdure; lo mismo se podría decir del rol de las farmacias, donde los precios de las mascarillas y los alcoholes gel subieron de forma inescrupulosa. Por último, quienes siguen saliendo, sabiendo que el contagio por COVID 19 es de 14 días en su período de incubación, despreocupación e irresponsabilidad que expresa aquel individualismo fomentado por el sistema político-económico de Chile.

Entonces, por el lado internacional Chile está débil económicamente por su dependencia con los grandes mercados internacionales, los cuales a su vez también están en situaciones complicadas. Luego se tiene que el gobierno internamente no toma correctamente un plan de medidas que sea suficiente para acolchonar la crisis que se viene, en tanto crisis exista un problema de la oferta y la demanda, conceptos básicos pero que igualmente se verán afectados.

Slavoj Zizek escribe una columna en el medio español CTXT donde propone la idea de que el COVID 19 será quien haga caer el capitalismo, en tanto requerimos de buscar un sistema económico alternativo que no esté ni dependiente de dinero ficticio y especulaciones, además que hay que agregar que el mercado se regula por sí mismo, dada la premisa liberal de la menor participación del Estado. Precisamente, es el Estado, establece Zizek, quien tendrá un rol decisivo en los próximos días para evitar que la crisis se agrave más aún. Tal como fuere el discurso del presidente Emmanuel Macron de Francia en cuanto a bienes sociales se refiere (agua, luz, gas…).

En conclusión, el COVID 19 no solo nos muestra lo inestable que es la economía basada en los preceptos liberales y austríacos, logra también mostrar una faceta del gobierno despreocupada por las mismas empresas, y no únicamente las PYMES. Ahora parece que estamos en un bote salvavidas donde «¡sálvese quien pueda!», pues tal es la imagen dantesca, cuan película de Titanic.

Diego Herrera Gre

Cientista Político con especialización en Relaciones Internacionales

Investigador

Universidad Alberto Hurtado

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  1. Hector Oyarce Espinoza says:

    excelente reflexión y análisis, un llamado a pensar y actuar solidariamente, a re-pensar el papel del Estado en sus funciones de redistribución y garante del interés general, es decir, de la mayoría de sus ciudadanos

  2. Gino Vallega says:

    De acuerdo a lo visto y la experiencia (colusión , acaparamiento , alzas abusadoras….) , el mercado NO se regula por si mismo y es necesario un gobierno contralor para evitar la codicia y deshonestidad de los grandes inversores contra la población inerme. La temeridad del gobierno de dejar en manos del ineficiente Piñera y su amigo íntimo Mañalich el proceso pandémico deviene en un mal servicio a la comunidad por la soberbia de no reconocer su ignorancia al respecto , a pesar de los pedidos de muchos profesionales que no han sido eschchados por este par de «no divertidos actores de TV».

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