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El Rechazo: la delirante respuesta de la derecha a las demandas sociales

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Con la consigna Rechazo, la derecha ha salido recientemente a la palestra a fin de contrarrestar la avalancha que se le viene en el plebiscito del 26 de abril y que, sin duda, constituirá el comienzo del derrumbe definitivo de un modelo de vida impuesto a los chilenos en tiempos de dictadura.

EL ESTALLIDO SOCIAL, es el cataclismo socio-político más grande que se tenga memoria en democracia y que inundó al país, justamente, como sinónimo de RECHAZO A UN MODELO DE VIDA que la ciudadanía se cansó de tolerar y decidió ponerle fecha de término.

La derecha adolece, desde siempre, de una patología que no le permite comprender el real significado de los fenómenos sociales. Su gran debilidad consiste en no percibir con claridad el origen, desarrollo y, menos aún, el curso que pueden tomar los acontecimientos sociales. Al punto que ha llegado a pensar que ciertos hechos que ocurren en el acontecer social del país se producen en respaldo a sus posiciones y también a sus imposiciones. Cabe recordar al presidente Piñera comiendo en una pizzería al momento del estallido social y, más tarde, agradeciendo públicamente el enorme respaldo recibido en ese multitudinario movimiento de protesta, el que estaba dirigido, justamente, en contra de lo que él y su gobierno representan dentro del modelo de sociedad que nos impusieron.

La incapacidad de la derecha para comprender la vida en sociedad, con sentido de justicia y equidad, reside en la premisa que algunos seres son “superiores” (por naturaleza) a la inmensa mayoría de la sociedad. Una suerte de negacionismo de los derechos del otro, les impulsa a excluir de los beneficios sociales a “los inferiores” y no le permite considerar a todos los seres humanos en igualdad de derechos.  Esa falsa premisa es lo que le impide a la derecha hacerse cargo de las causas que generan las diferencias entre los distintos grupos humanos, ignorando por completo los factores de orden económico y socio-cultural que favorecen a algunos y, postergan a muchos, creando odiosas diferencias que condenan a los sectores más desfavorecidos por el sistema a una reproducción permanente de la pobreza y sus múltiples consecuencias.




Por las razones expuestas, es que la derecha no pudo entender que el rechazo a la Nueva Constitución fue la peor postura y, a la vez, la peor consigna que pudo adoptar frente a la encrucijada que le presenta la demanda de la ciudadanía, que es, en lo inmediato, la aprobación de una Nueva Constitución.

EL RECHAZO generalizado que existe en el país es a un modelo injusto, que permite a unos pocos amasar grandes fortunas a costa de pagar bajos salarios a los trabajadores y de haber creado una verdadera maquinaria del despojo, en donde la actividad económica reside en un pequeño grupo que se apropió de las riquezas del país, después de ocurrido el golpe de Estado en 1973.

EL RECHAZO, es porque el 1% de la población se queda con un tercio del PIB (Producto Interno Bruto) que es la resultante del trabajo realizado por todos los chilenos.

EL RECHAZO, es a ese pequeño grupo de privilegiados que vive en condiciones similares a los ricos de los países ricos, mientras la gran mayoría vive en condiciones parecidas a los pobres de países de menor desarrollo. El rechazo es, también, al Chile que paga salarios del tercer mundo, mientras los precios de bienes y servicios transados en el país corresponde a precios del primer mundo.

EL RECHAZO, es a quienes han usurpado las riquezas básicas del país, explotando los suelos de manera irracional, movidos por la avaricia, y han sido verdaderos depredadores de los ecosistemas que regulan la vida de todas las especies.

EL RECHAZO, es a quienes se repartieron las riquezas marinas y que finalmente quedaron en manos de unas pocas familias del gran empresariado.

EL RECHAZO, es por la privatización del agua que fue entregada a particulares que la utilizan en la actividad de extracción minera y producción agrícola, dejando a una gran cantidad de personas sin el vital elemento para consumo humano. Mientras tanto el Estado, a través de los municipios, debe comprar agua a los privados “a precio de mercado” para entregar cuotas de supervivencia a muchos compatriotas.

EL RECHAZO, es por el sistema de pensiones indigno (AFP) que fue instaurado en dictadura para obligar a los trabajadores a entregar su dinero a las Administradoras de Pensiones y enriquecer al mismo grupo de privilegiados que maneja la economía en el país.

EL RECHAZO, es por la destrucción deliberada de la Educación Pública que el modelo neoliberal ha dejado establecido, transformando la Educación en una mercancía y solamente los que tienen mayor poder adquisitivo pueden acceder a buena Educación.

EL RECHAZO, es por el negocio de la Salud, también transformada en una mercancía y cuya lógica funciona bajo los mismos parámetros que la Educación. El que puede pagar, se salva. El que no tiene dinero queda abandonado a su suerte, muchas veces.

EL RECHAZO, es por la injusticia social y económica. Chile tiene un PIB per cápita de 26.000 dólares anuales. Eso significa que cada habitante del país debería recibir por mes: 2.166 dólares. Al cambio actual (840 pesos) algo así como 1.800.000 pesos chilenos. Para una familia de 4 personas, significa aproximadamente 7.280.000 pesos. Si calculamos sólo la cuarta parte de esa cifra ello alcanzaría a 1.820.000 pesos para 4 personas. Incluso, si se tratara de la décima parte del ingreso per cápita, para la misma familia de 4 personas, llegaría a: 728.000 pesos, sería una cantidad todavía por sobre los “límites de pobreza”. Es decir, le permitiría vivir con un mínimo de dignidad. Pero, ni siquiera esto último es posible en el Chile actual.

 

EL RECHAZO, es porque el salario mínimo bordea los 300.000 pesos. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (13/08/2019) más de un 70% de los chilenos gana menos de 500.000 por mes y más del 50% gana menos de 400.000 pesos.

EL RECHAZO, es por las pensiones de hambre que perciben quienes han trabajado toda una vida y se encuentran en condiciones intolerables para un país que exhibe índices macro-económicos que durante años sirvió para engañar al resto de las naciones en cuanto a que éramos el modelo a seguir.

EL RECHAZO, es por el endeudamiento de la gran mayoría de los chilenos que no les alcanza para subsistir con los ingresos que perciben por su trabajo. ¿Existirá algo más indigno que eso?

EL RECHAZO, es por el endeudamiento de familias que deben mandar a sus hijos a la Universidad, hipotecando el grupo familiar y muchas veces el futuro de jóvenes profesionales que, más tarde, no siempre encuentran ocupación en sus profesiones y terminan ejecutando otros trabajos mal pagados.

EL RECHAZO, es a un sistema al servicio de los dueños del poder económico que han comprado a un sector importante de parlamentarios que constituyen una suerte de operadores políticos que trabajan para los grandes empresarios.

EL RECHAZO más profundo e inmediato es por la Constitución espuria de 1980 que nos fuera impuesta por una dictadura que se mantuvo por 17 años, apoyada por la fuerza y donde el Terrorismo de Estado se constituyó en factor determinante de la opresión al pueblo.

EL ESTALLIDO SOCIAL ES, SIN LUGAR A DUDAS, LA EXPRESIÓN MÁS ROTUNDA DE RECHAZO A UN MODELO DE VIDA AL CUAL LOS CHILENOS LE DIJERON CLARAMENTE: ESTO SE ACABÓ.

 

Por Higinio Delgado

 

 

 



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