Corrientes Culturales

Lo bueno, lo malo y lo feo del Festival de la Canción de Viña del Mar 2020

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Concluida la versión 61 del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, corresponde hacer un balance —lo bueno, lo malo y lo feo—, de lo ocurrido en este tradicional certamen musical, este año en un contexto inédito tras el estallido social acaecido el 18 de octubre de 2019, cuyas demandas de equidad social se mantienen inalterables, pese a las lamentables muertes y heridos registrados en enfrentamientos con Carabineros de Chile que ha reprimido violentamente las marchas pacíficas de los manifestantes que exigen un Chile nuevo.

En este tenso contexto social arrancó el domingo 23 de febrero el Festival de la Canción de Viña del Mar. Horas antes del inicio, sin embargo, se suscitaron serios incidentes en las inmediaciones de la Quinta Vergara —escenario del evento musical—, y en el frontis del Hotel O‘Higgins, donde se registraron serios destrozos en el lobby en instantes en que deambulaban artistas, músicos, bailarines y periodistas, además de curiosos y caza-autógrafos. Atrapados entre barricadas, automóviles incendiados y el caos reinante debido a las bombas lacrimógenas lanzadas por carabineros, varios músicos y el grupo de ballet encargado de la obertura, no pudieron arribar a la Quinta Vergara. Los conductores —María Luisa Godoy y Martín Cárcamo—, para no alarmar a los asistentes sólo dieron explicaciones coherentes al finalizar el espectáculo.

 

Comentaremos brevemente, a continuación, el desarrollo de las jornadas artísticas donde, sin duda, el “monstruo” fue un protagonista relevante, constatando que la mayoría de los artistas manifestó su solidario apoyo al movimiento social chileno. Aquí, lo bueno, lo malo y lo feo de las seis jornadas musicales del Festival de Viña del Mar:

 

DOMINGO 23:

Ricky Martin fue la primera figura internacional en subir al escenario de la Quinta Vergara. Talentoso, versátil, conquistó al “monstruo” desde un comienzo. No impidieron su magnífica actuación algunos problemas de sonido de su micrófono, desperfecto que deslució algunas de sus interpretaciones, aunque el entusiasta “monstruo” tal vez no se percató de ello. Al final de su intervención, el cantante puertorriqueño lanzó un encendido mensaje al “monstruo”: “Nunca callados; exijan lo que ustedes merecen… Siempre con la paz, pero nunca callados”. Obtuvo Gaviotas de Plata y de Oro. Horas antes, Ricky Martin había publicado en Instagram: “Chile, estoy contigo… Ni un paso atrás”. Y en un claro mensaje a Piñera, posteó: “La palabra de un pueblo se respeta”. Concluyó, advirtiendo que “la lucha, la resistencia en paz y hermandad es un derecho de los pueblos que los gobiernos no van a impedir; no dudo que estos momentos de transformación que viven servirán para construir un Chile mejor”.

 

Luego llegó el esperado momento de Stefan Kramer, comediante chileno que había despertado expectación por su rutina con evidentes matices políticos. Y así fue. Con su particular estilo imitando a personajes contingentes, lanzó su mensaje social: “Chile se cansó; basta de tanta injusticia… Transformemos las diferencias en conciencia”. El “monstruo” lo vitoreó con algarabía. “Empaticemos con la gente que sufre las desigualdades, salgamos de la burbuja”, agregó Kramer. Y concluyó con un potente llamado: “No a la indiferencia; escuchemos la voz del pueblo». Su rutina resultó impecable: obtuvo Gaviotas de Plata y de Oro.

 

La primera noche finalizó con la actuación de otro puertorriqueño, Pedro Capó, ganador de un Latin Grammy a la mejor canción del año, con “Calma”, y quien se presentó por primera vez en el Festival de Viña del Mar. Expresó su total solidaridad con el movimiento social chileno.

 

LUNES 24:

La estrella indiscutible de la noche fue Mon Laferte. Con absoluto dominio escénico, una voz privilegiada, grata, armónica. Presentó un espectacular show vitoreado por el “monstruo”. Su genial presentación quedará, sin duda, en los anales de la historia del Festival de Viña del Mar. Interpretó temas nuevos y canciones ya conocidas, coreadas profusamente por los espectadores. Trascendieron sus mensajes políticos y confesó sus intenciones de rechazar el contrato para presentarse en Viña del Mar, considerando que las condiciones socio-políticas no eran apropiadas en el país. Confesó haber vivido la pobreza en carne propia: “No todo el mundo —dijo—, sabe lo que es morirse de hambre, de verdad; y sé que ahora tengo ciertos privilegios… Yo no iba a poder estudiar nada, y me puse a trabajar cantando desde muy joven”. Mon comentó el conflicto suscitado con Carabineros, a raíz de sus declaraciones: “A nadie se le puede condenar por expresar una opinión”, sentenció. Agregó, además, haber sentido miedo al regresar a Chile —aunque es oriunda de Viña del Mar, radica en la actualidad en Ciudad de México—, debido a insultos y amenazas en las redes sociales. El “monstruo” gritó al unísono: “No estás sola; no estás sola”. Mon Laferte recibió las dos Gaviotas, de Plata y de Oro, pero las rechazó, ofreciendo donarlas a alguna Fundación de interés social. El “monstruo” la aplaudió generosamente.

 

Acto seguido, subió al escenario de la Quinta Vergara la actriz y comediante Javiera Contador. Era su primera experiencia frente al “monstruo” de Viña del Mar. Relató una crónica humorística de su vida familiar, basado en las vicisitudes con sus hijos. Bien elaborada, bien actuada —como buena actriz que es—, pero nos pareció algo reiterativa y agobiante en su tratamiento escénico. Tal vez mejore en las próximas rutinas de este tipo. Aun así, obtuvo igualmente las Gaviotas, de Plata y de Oro. Y recibió prolongados aplausos cuando manifestó apoyar incondicionalmente al movimiento social que lucha por un Chile más justo y solidario.

 

La noche del lunes 24 la cerró Francisca Valenzuela, impecable, certera, grata voz y grata presencia escénica. Adheridos a su chaquetón, lució mensajes feministas: “Abajo el patriarcado”; “Feminismo revolución”; “No + impunidad”; y, en clara alusión a quienes han sufrido traumas oculares —debido a perdigones disparados por carabineros—, la artista exhibió en su espalda un ojo lesionado con la leyenda “No +”… Fran Valenzuela fue ovacionada tanto por sus bellas canciones como por su postura política progresista. La noche femenina fue, en definitiva, brillante.

 

MARTES 25:

La cantante mexicana Ana Gabriel fue la encargada de iniciar el espectáculo de la noche. Regresó al escenario de la Quinta Vergara por cuarta ocasión, pero esta vez lució una voz más gastada, incluso desafinando en algunos compases. Pero se defendió con sus canciones más populares y conocidas por el “monstruo”, conformado en su mayoría por fans de la artista mexicana. Ana Gabriel actuó durante más de hora y media, obtuvo las Gaviotas de Plata y de Oro y lanzó un discurso bastante ininteligible: “Viendo la situación de mi país —dijo—, viendo la situación que continúa en países como Venezuela, Nicaragua y Honduras, se me llenó el alma de una tristeza tan grande de ver a Chile de esta manera, cómo está. Espero que las cosas vuelvan a establecerse como antes… No me gusta la política, pero tampoco acepto que le hagan daño a los pueblos… Vamos a orar todos para que se arregle Latinoamérica. El último país que pensé que iba a caer en las manos de algunos pocos, cayó… Así que, amigos chilenos, no se dejen… ¡Recemos por este país!”.

 

Llegó el turno del segmento humorístico. Ernesto Belloni apareció en escena, reconocido comediante de humor bastante burdo, al límite de lo grotesco, con el típico chiste vulgar de los teatros burlesques. Durante 35 años fue ignorado por el Festival de Viña del Mar. Esta vez, sin embargo, le llegó su oportunidad. Subió al escenario jurando haber “cambiado”; y prometió una rutina digna, sin mofarse de ningún ser humano. No obstante, terminó cayendo en un sketch sin ton ni son, personificando a su tradicional personaje borrachín “Ché” Copete: “Esta noche he cambiado, soy otro… He escuchado a la gente, a las mujeres, a las pifias…”, repitió. El público fue muy benevolente. El humorista lloró de emoción al recibir las Gaviotas de Plata y de Oro. ¿Merecidas?

 

Finalmente, correspondió la actuación del dúo argentino “Pimpinela”, conformado por dos hermanos cuyas canciones más populares canturreó el público con entusiasmo, cercana ya las 03:00 hrs de la madrugada. Los hermanos cantores homenajearon a su madre —fallecida poco más de un mes—, con un emotivo tema que conmovió al “monstruo”. Gaviotas de Plata y de Oro para “Pimpinela”.

 

MIÉRCOLES 26:

Esta fue la noche que despertó el “monstruo”, hasta este momento muy condescendiente. Ocurrió tras la presentación de cuatro humoristas denominados “Fusión Humor”, grupo callejero, formado en el rigor de la vida, espontáneos y perseverantes. Durante diez años trabajaron con la ilusión de subir algún día al escenario de la Quinta Vergara. Y lo lograron. Conquistaron al “monstruo” con una rutina ágil y crítica. No se les escapó la crisis social que se vive en Chile. Al cabo de 70 minutos, los conductores del Festival, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo, les entregaron las respectivas Gaviotas de Plata y de Oro, ante un público efervescente. Y los despidieron olímpicamente del escenario. Aquí estalló el “monstruo”, exigiendo el tradicional “bis” concedido a todos los artistas. Pero ello no ocurrió y los conductores —presumiblemente guiados por instrucciones a través de sus audífonos—, mandaron la transmisión a comerciales, anunciando el desfile de los concursantes en los géneros Internacional y Folklore. La rechifla duró una hora. El “monstruo” consideró que habían sido censurados por sus infalibles críticas al gobierno y, en general, a los políticos y a las desafortunadas decisiones generadas en el Congreso.

 

Previamente se había presentado el meloso cantante español, Pablo Alborán, con empalagosas canciones románticas, muy simplonas la mayoría —excepto un par de ellas—, quien agradeció al Festival de Viña del Mar  por haberlo “lanzado a la fama”, destacando que esta era su tercera participación en el escenario de la Quinta Vergara.

 

Cerró la noche el intérprete argentino Luciano Pereyra. Su presencia y sus armoniosas canciones calmaron la efervescencia del “monstruo”. Sólo entonces cesaron las rechiflas. Tanto Alborán como Pereyra recibieron Gaviotas de Plata y de Oro. No obstante, Luciano Pereyra, antes de concluir su estupenda actuación, dijo una frase que destacamos: “Celebro cuando un pueblo sale a hablar por lo que necesita”.

 

JUEVES 27:

Con 25 minutos de retraso subió al escenario de la Quinta Vergara la banda californiana “Maroon 5”. Su actuación fue catalogada de “mediocre” por la prensa nacional e internacional. Trascendió que el vocalista, Adam Levine, habría protestado por la transmisión del show vía TV internacional, cosa que estaba estipulada debidamente en el contrato. Levine, además, adoptó actitudes de “divo”, solicitando que nadie le mirase al rostro al desplazarse por los pasillos de la Quinta Vergara. Por cierto, nadie le hizo caso. Para colmo, Levine demostró su petulancia, pues al parecer no sabía ni en qué país estaba. Subió al escenario amurrado, taimado, luciendo una polera rota con vestigios de pintura. Sus interpretaciones, sin gracia, estático, evidenciaron un excesivo abuso del falsete. La banda actuó durante 65 minutos y, prácticamente sin despedirse del “monstruo”, los músicos abandonaron el escenario, rehusando recibir públicamente las apetecidas Gaviotas. La actuación de Maroon 5 fue calificada, en definitiva, de “mediocre” y “bochornosa”.

 

Luego apareció en escena El Flaco (Paul Vásquez), humorista ya conocido por el “monstruo” como integrante del festivo dúo “Dinamita Show”. Por tanto, debutaba ahora como solista. El “monstruo” lo recibió con cariño, pese a que Paul ofreció una rutina más reflexiva antes que graciosa, denominada “El Flaco y yo”. Así, alternó el personaje con el autor. La idea es buena, pero requiere un trabajo más acabado. Recibió las dos Gaviotas y en el “bis” exhibió su mejor rutina. Con un rating de 51 puntos —el más alto de la noche—, El Flaco se regocijó con el chiste del loro que le pide la renuncia al presidente… Y lanzó luego mensajes alusivos a su azarosa vida de comediante y al estallido social, aparte de destacar su rol como voluntario de bomberos. Se quejó de que no hay plata para apoyar la labor de los bomberos, pero si hay para comprar más “güanacos”, (carros lanza-agua contra manifestantes)… Respecto de acusaciones oficialistas de “violencia ejercida a raíz del estallido social”, El Flaco respondió, directamente: «Violento es que se muera la gente en los pasillos de los hospitales; violentos son los sueldos miserables; violento es la jubilación de mi abuelo… ¿Hay plata para los bomberos? No, no hay. Hay plata para comprar más carros ‘güanacos’ y zorrillos». El Flaco se despidió en medio de efusivos aplausos del “monstruo”, luciendo una polera donde se leía “Nada borrará la sangre derramada”.

 

Finalmente, cerró la noche el cantante brasileño Alexandre Pires. Soberbia actuación, voz melodiosa, grato de escuchar y observar. Una clase musical magistral, certera para olvidar los indolentes falsetes del vocalista de la banda Maroon 5. Alexandre Pires obtuvo las dos Gaviotas, de Plata y de Oro, las que recibió con notoria complacencia.

 

VIERNES 28:

Y llegó la noche de clausura. La versión 61 del tradicional Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, llegaba a su término. Tras diversos incidentes registrados en sectores aledaños del evento, el puertorriqueño Ozuna, “el negrito de los ojos claros”, actuó para un “monstruo” reguetonero. Para quienes no son tan asiduos a este género musical, tales canciones pueden resultar un tanto monótonas. No obstante, Ozuna conquistó al “monstruo” por el carisma que derrochó en el escenario en todo momento. Ozuna, cantautor y actor, inició su carrera musical el 2012. Con su voz aguda, popularizó baladas y rap, aunque el reguetón es su género musical prioritario. “Que se sienta Chile”, fue su frase favorita. El intérprete de música urbana recibió Gaviotas de Plata y de Oro y, al concluir su presentación, sentenció: “Yo estoy con el pueblo chileno”.

 

El segmento humorístico de la noche estuvo a cargo de Pedro Ruminot. Presentó un irreverente stand up, sacándole la foto a los chilenos en diversas actividades, una certera óptica contingente del humor. Así, Ruminot entró al área chica sin pérdida de tiempo. En alusión a palabras de Sebastián Piñera de que “este es el último día de festival y van a querer incendiar la Quinta Vergara”, el humorista calmó al “monstruo” replicando que “no hay que preocuparse, porque todo lo que dice no se cumple”. Acto seguido, sentenció que “los políticos son los culpables de todo, pues no saben lo que es pasar necesidades… No saben lo que es bañarse sin jabón… Los políticos no tienen calle; porque las calles ahora son nuestras y no hay que soltarlas…” Luego bromeó que, increíblemente, “cuico que muere, tiene una calle con su nombre”. Advirtió en su rutina que “La Moneda parece negocio familiar”, jugando, además, con la popular frase de que “el que no salta es paco”… Enfatizó, sin embargo, que “en Chile, las cosas están cambiando, por ustedes”, dirigiéndose a los jóvenes del “monstruo”… Con una magistral soltura escénica, Pedro Ruminot le tomó el pelo a las familias de chilenos que viajan al Caribe, usufructuando de los tour “all inclusive”; así como se rió de sí mismo, respecto a la infertilidad de las parejas. También desenmascaró a los usureros de este país, quienes lucran de manera descarada, “son los que nos cagan con la letra chica”. Su genial rutina culminó con la sorpresiva presencia del futbolista Marcelo Barticciotto, con quien interpretó una canción popularizada por el crack del balompié. Al finalizar su rutina, con un “monstruo” efervescente, Ruminot clamó: “Aguante Chile y su gente. Dedico este triunfo a Gustavo Gatica y Fabiola Campillay —ambos con pérdida total de visión debido a disparos de perdigones por carabineros—. Y también a todos los que han estado luchando en las calles”. Remató con una frase magistral: “Todos saben lo que quiere la morena: una nueva Constitución”.

 

En seguida subió al escenario de la Quinta Vergara la juvenil Denise Rosenthal para poner el toque femenino con una dulce y grata voz, con melodiosos temas que fueron aplaudidos con especial reconocimiento de parte del “monstruo”. Denise también emitió un mensaje relacionado con la coyuntura social del país: “En abril tenemos la posibilidad de cambiar; vayan a votar para hacer y contribuir con un mundo mejor… ¡un Chile mejor!”.

 

Finalmente, y como cierre del fin de la fiesta festivalera de Viña del Mar 2020, se apropió del escenario el grupo Noche de Brujas, con la voz de Canela. Las cumbias resonaron en el recinto haciendo bailar rítmicamente al “monstruo”, todos prendidos a altas horas de la madrugada. El fin de fiesta estuvo muy animado, sin duda. “Devuelvan las tierras mapuche” y “libertad para los presos políticos” exigieron —entre cumbias—, los integrantes de Noche de Brujas. Gaviotas de Plata y de Oro, ésta última entregada a las 03:50 hrs de la madrugada.

 

TEMAS EN COMPETENCIA

 

Respecto de las competencias musicales, en el segmento Internacional triunfó Chile, con el tema “Chillán”, interpretado por Vicente Cifuentes: ganó 25 mil dólares. El premio al Mejor Intérprete fue para el representante de Ecuador, Johann Vera, con el tema “Perdón”: ganó ocho mil dólares. En el segmento Folklórico, la canción triunfadora fue “Avanzar”, de Argentina, interpretada por Nahuel Pennisi: ganó 25 mil dólares. El premio al Mejor Intérprete Folklórico fue, igualmente, para Nahuel Pennisi: ganó ocho mil dólares.

 

Concluía así la versión 61 del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2020, esta vez un tradicional evento musical inmerso en una contingencia política y social inédita en el país, contingencia con la cual solidarizó la gran mayoría de los artistas participantes. A las 04:00 hrs se bajó el telón, definitivamente…

 

Francisco Leal Díaz

 

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