Columnistas

El Frente Amplio, ni el largo ni el ancho

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Se los comió el parlamento y su burocracia. Abandonaron la calle que es el lugar donde justamente nace y se escribe la historia.

 

El FA está viviendo un periodo extremadamente oscuro y al igual que sus pares en el parlamento, llegó tarde a todo. Muy rápido olvidaron a la calle y terminaron teniéndole miedo, no creyeron en la plaza pública.

 

Esa irrupción novedosamente rebelde en esos tiempos donde la corrupción había colocado precio a diputados, senadores y subsecretarios, cuando una gran mayoría estaba en liquidación permanente se pensó que la ética y la consecuencia estaban dando sus primeros pasos en el parlamento que aún olía a binominal.

 

No haremos pactos con partidos que hayan estado involucrados en casos de corrupción, y para quienes por años habían presenciado las escenas de la silla musical alentó una pequeña esperanza. Más allá de llegar sin corbata y camisa de colores recordó esos tiempos cuando los provincianos llegaban su primer día a la universidad.

 

No fueron pocos los que se sentaron en el Congreso y la suma de votos eran de varios millones de chilenos que le entregaban la confianza para que en algo se altere el violento y agresivo modelo que se administra desde 1990, cuando los militares entregaron el gobierno a la vieja concertación eternamente presente.

 

Muchos esperaron que desde aquella joven amplia bancada hubiera algún gesto de rebeldía, finalmente es desde la pancarta y la consigna el origen de sus días, pero nada. Palabras más entrevistas menos se han ido pasando los tiempos, algo así como entrar a las clases de matemáticas.

 

Sucede que es la calle, el lugar de los descamisados como dicen allende la frontera el lugar desde donde nacen los países, donde se construyen las ciudades y se colocan las piedras de la democracia.

 

La historia en los últimos decenios de nuestro país es un reguero de sacrificio de tantos y tantos que se fueron dejando su impronta, su herencia que habita en la patria entera y que ellos encarnan un proceso inconcluso. Se decía que la llegada de la nueva generación alimentaría la esperanza tanta veces traicionada por los de siempre, desde los golpistas hasta los que enviaban a la hoguera por fumar opio.

 

Sucede que la gente tiene razón.

 

Se es testigo de la caída de los dogmas instalados donde se sostiene que el modelo funciona perfecto y así se salió a vender como si Chile fuera el departamento piloto y todo era falso. La gente del barrio alto vive más años que los que habitan en los cordones marginales de las ciudades. La concertación vendió que la educación era movilidad social pero había que pagar peaje en los bancos  endeudando así a una generación completa. A esos vendedores de humo todo les salió gratis, ellos habían sido educados bajo el formato de la educación pública y gratuita.

 

Resulta justamente tan extraño que en los momentos más reclamados de la patria, cuando se pretende justamente dar inicio real a la transición hacia la democracia constatar cómo se caen a pedazos justamente aquellos en los cuales se les entregó la confianza a sabiendas que eran ellos los que jugarían para colocar los primeros cimientos de algo diferente.

 

Los errores cometidos por el FA justamente en momentos difíciles políticamente hablando hacen replantear las propuestas de cambios sencillamente porque se constata la falta de carácter y voluntad política para defender a los actores de la calle. No es aceptable colocarse al lado de quien criminaliza y legisla por la paz en las calles  para decir después que se equivocaron, que no leyeron la letra chica.

 

Es que en la calle la gente muere por balas a cargo del presupuesto fiscal.

 

Entonces quien levantará la voz para que los militares pasen al sistema previsional donde están todos los chilenos y no sean una casta privilegiada a costa del dinero de todos los chilenos.

 

Quien defenderá a los que viven en las zonas de sacrificio. Quien defenderá los recursos naturales. Quien apuntará con el dedo al presidente en cuyo gobierno se mutila a jóvenes hasta dejarlos ciegos.

 

Tarde llega aquello de entregar el cargo si no están las mujeres y los pueblos originarios en la tarea de redactar una nueva Constitución, mala foto tratar de abdicar como si del libertador se tratara, justamente se espera que en aquella tarea hay que quemar las naves, romper todas las lanzas.

 

Pero no todo está perdido como dice la canción. Deben volver a recuperar la confianza de los que les entregaron esa cuota de poder para cambiar algo. Queda tiempo para avanzar algo más rápido del ritmo que quiere imponer La Moneda.

 

No deben olvidar que es la derecha la que gobierna. Que es el generalísimo de Hernan Buchi se llamó Sebastián Piñera quien es el presidente y que votó por el SI.

 

No es tarde para volver a recuperar la confianza de millones de pobres del campo y la ciudad. No se coloquen en la fila de los que han traicionado la esperanza, no se hagan la sombra de los que salieron a salvar a Pinochet.

 

Cada paso que no se da es la postergación de los sueños, es una cuchillada a la indispensable utopía por la cual nos acordamos de los que no están, tan sencillo como eso.

 

   Por Pablo Varas

 

 

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  1. Landy Aurelio Grandón says:

    El F.A. es y ha sido una lista electoral que agrupa diferentes grupos que sólo se unen para ganar cargos parlamentarios.

    Suponerle principios políticos y base ideológica es confundir deseos personales con la realidad.

    La auténtica Izquierda chilena es una sola y tiene domicilio bien conocido.

  2. Pablo: Chile es un pais de Gueones y Gueonas.
    y, que son «histericos»…les gusta la vida facil, no sudar, no leer, no estudiar, no sacarse la cresta estudiando…p’aque gueon o mas bien «p’ak won»…
    El movimiento social hoy enfrenta una prueba de MADUREZ; viene la Pascua, después el Año Nuevo…y, después : VERANEO P’OS WON.
    Esperemos el resultado

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