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De “un amigo en tu camino” a “un violador en tu camino”

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Con la evidente intención de desmitificar el pomposo lema de Carabineros de Chile, “Un amigo en tu camino”, las feministas del Colectivo Lastesis crearon la incisiva performance “Un violador en tu camino”, la cual tuvo una impensada repercusión internacional.

 

Sin duda, jamás imaginaron que tal performance surgida en las callejuelas de Valparaíso —ciudad emblemática durante el estallido social acaecido en Chile—, traspasaría las fronteras con tal vehemencia.

 

Así, diversas agrupaciones feministas de Latinoamérica y Europa se sintieron motivadas para replicar en disímiles entornos geográficos esta original performance, cuya letra alude al machismo y a la represión hacia las mujeres, en distintas latitudes del mundo.

 

La idea nació en Valparaíso —a 118,6 kilómetros de Santiago—, cuna de artistas, músicos y escritores, punto de encuentro turístico nacional e internacional, atractivo puerto donde desembarcan cada año cientos de viajeros ansiosos de conocer sus seductoras noches bohemias.




 

En este particular entorno se inspiraron las cuatro feministas del Colectivo Lastesis, convencidas de que “las artes son poderosas herramientas que deben estar al servicio del pueblo y de la contingencia”.

 

El pasado 20 de noviembre la performance “Un violador en tu camino”, se presentó por primera vez en las calles de Valparaíso. Mediante llamados a través de las redes sociales, Lastesis convocaron “a mujeres y disidencias” interesadas en participar en esta intervención callejera. Fueron 30 audaces feministas que, inicialmente, se interesaron en la performance. Se vendaron sus ojos e irrumpieron en las calles del puerto interrumpiendo el tráfico. Las organizadoras, sin embargo, advirtieron con asombro que el público comenzaba a aplaudirlas calurosamente, aparte de que algunos transeúntes asumieron la decisión de controlar el tránsito, permitiendo así que las artistas callejeras repitieran una y otra vez su aplaudida rutina.

 

“El violador eres tú”, gritaban las chicas, recitando en sus estribillos que “el patriarcado es un juez que nos juzga por nacer… Y nuestro castigo es la violencia que no ves”…

 

Entre aplausos eufóricos, emergía el grito desafiante: “El violador eres tú”. Las redes sociales se encargaron del resto. El movimiento trascendió y creció vertiginosamente: cientos de entusiastas jóvenes adhirieron a esta manifestación artística y, a la vez, de profunda protesta ante abusos y persistente violación contra el sexo femenino.

 

GRITO FEMENINO EN SANTIAGO

 

El 25 de noviembre ocurrió la exitosa presentación en la Plaza de Armas, de Santiago, ante una multitud que vitoreaba con inusitado entusiasmo.

 

A estas alturas, las más sorprendidas de tan resonante éxito, eran las propias creadoras de “Un violador en tu camino”, las cuatro activas feministas del Colectivo Lastesis: Sibila Sotomayor, Dafne Valdés, Paula Cometa y Lea Cáceres, todas unidas por una característica común, por tener 31 años. Afirman que con esta performance, además, denuncian que el capitalismo salvaje recrea “la esclavitud femenina, laboral, sexual y reproductiva”. Nadie duda que la masiva respuesta fue inmediata; y que la réplica que comenzó a gestarse en diversas agrupaciones a lo largo de Chile y del extranjero, fue instantánea.

 

Cientos, miles, millones de mujeres en todo el mundo se han sentido identificadas con esta performance que se atreve a denunciar aquellos temas que históricamente han perturbado a las mujeres, esencialmente temas vinculados a la violación, desaparición, reiterados abusos cotidianos, el rechazo al Estado opresor, denunciando la violencia político sexual ejercida por un Estado machista, contra mujeres y disidentes femeninas.

 

“La canción nos interpreta —argumentan las feministas—, considerando que todas, en cualquier parte del mundo, hemos sido abusadas de una u otra manera… Por años hemos sido abusadas cotidianamente y de manera sistemática”.

 

DOLOROSO GRITO CONTRA LOS FEMICIDIOS

 

Sin duda, en las multitudinarias protestas callejeras —de todo el mundo—, a través de esta singular performance, emerge el doloroso grito contra los femicidios, que cada año parecen incrementarse en Latinoamérica. Basta señalar que en Chile, por ejemplo, hace sólo unos días se registró el femicidio número 43 del año (2019), pese a los esfuerzos de organismos y autoridades pertinentes que intentan contrarrestar estas fatídicas estadísticas. No obstante, duele advertir que durante 53 días del estallido social, numerosas mujeres manifestantes han sido víctimas de violaciones sexuales y de acciones represivas por parte de fuerzas uniformadas. Jóvenes detenidas, en su gran mayoría, han sido obligadas a desnudarse y ejecutar “sentadillas”, las que se caracterizan irónicamente en la performance “Un violador en tu camino”.

 

La dramática realidad de los femicidios y los abusos sexuales de un “macho opresor”, se repite con semejante sensibilidad en países hermanos de Latinoamérica.

 

Según recientes reportes de la ONU, “México es el país más peligroso de Latinoamérica para las mujeres: seis de cada diez mexicanas han sufrido algún tipo de violencia”. Agrega el citado informe que “México es el octavo país con más femicidios en América Latina y el Caribe, registrando 898 casos el 2018, cifra que equivale a 1,4 por cada 100 mil habitantes”, según reporta el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe.

 

Durante el presente año se han registrado en México —de enero a septiembre—, 2.833 asesinatos de mujeres, de acuerdo con fuentes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El reporte agrega que, de ellos, 726 casos son investigados como femicidios —es decir, sólo 25,6 por ciento—; mientras que los otros 2.107 se tratan como homicidios dolosos, según señalan fuentes del Observatorio Ciudadano Nacional de Femicidios.

 

No obstante esta dramática realidad, las mujeres en México han alzado la voz con firmeza. El pasado 25 de noviembre se movilizaron protestando masivamente en Ciudad de México y diversas ciudades del país. Ellas, como el resto de las mujeres en Latinoamérica, están decididas a protestar enérgicamente, y con justa razón, contra la violencia de género. Posteriormente, el 29 de noviembre, miles de mexicanas llenaron el Zócalo de la Ciudad de México para replicar la performance “Un violador en tu camino”, suceso que trascendió igualmente a nivel internacional. “El violador eres tú… Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía…”, gritaron una y otra vez.

 

LAS MUJERES MAYORCITAS

 

En Santiago, a fines de noviembre se dieron cita en el frontis del Estadio Nacional entusiastas grupos de mujeres mayores de 40 años. La cita era específica para “damas mayorcitas”. El llamado provocó un inusitado interés y, esta vez, los hijos —muchachas y muchachos jóvenes— acompañaron a sus respectivas madres a vivir la experiencia de la aplaudida performance “Un violador en tu camino”.

 

La cita era frente al “Pilucho”, —estatua de un deportista desnudo, al estilo de los tradicionales atletas griegos—, situado en el frontis del Estadio Nacional.

 

La performance fue exitosísima, con cobertura de todos los medios televisivos, radiales y prensa, en general.

 

Esta vez, la iniciativa partió de ocho damas mayores de edad, entre ellas, Marcela Morillo, quién propuso realizar el llamado a través de las redes sociales. El éxito fue el esperado. Llegaron miles de mujeres mayores predispuestas a participar en la aplaudida performance. Interesante resulta destacar que ellas mismas eligieron como escenario propicio el frontis del Estadio Nacional.

 

¿Por qué este lugar? Ellas, la mayoría, no olvidan que aquí se torturó, violó y mató a muchas mujeres durante los tétricos años de la dictadura cívico-militar de Pinochet. Aquí se ultrajó a cientos de mujeres detenidas, reprimidas y abusadas por el régimen militar. Aquí, en este recinto deportivo, fueron detenidas y agredidas cientos de mujeres chilenas y extranjeras.

 

Este estadio deportivo, el más grande e importante del país, llegó a albergar a siete mil detenidos, tras el golpe militar de 1973, según aseveró la Cruz Roja Internacional. De ese número, cerca de 300 detenidos eran extranjeros. Entre ellos, los periodistas estadounidenses Charles Horman Lazar y Frank Teruggi Bombatch, ambos torturados y fusilados en este recinto deportivo, a fines de 1973.

 

En la dramática historia de Charles Horman se basó el film “Missing” (“Desaparecido”, 1982), dirigido por Costa-Gavras, e interpretado por John Shea, Jack Lemmon y Sissy Spacek.

 

Connotadas figuras femeninas, como las actrices Gloria Laso y la gestora cultural Alejandra Holzapel, así como la escritora Mónica Echeverría, confesaron haber sido víctimas de tortura física y violaciones sexuales, prisioneras políticas durante la dictadura. También presentaron querellas por violencia político sexual, Nieves Ayress, Soledad Castillo y Nora Brito, entre muchas otras.

 

Durante los siniestros años de Pinochet, se asesinó a muchas mujeres, como lo ocurrido a la periodista Diana Arón Svigilisky, perseguida en la clandestinidad tras el golpe de 1973; fue baleada por agentes de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), al ser detectada en una concurrida avenida el 18 de noviembre de 1974. Malherida, fue trasladada a Villa Grimaldi (centro de reclusión de detenidos políticos), y durante la noche trasladada a una clínica militar en Santa Lucía, en el centro de Santiago. Allí desapareció su rastro, definitivamente. No obstante, se sabe que murió cuando era torturada por el brigadier del ejército Miguel Krassnoff Martchenko.

 

Casos aberrantes como estos, se repitieron sistemáticamente con mujeres en otros campos de detenidos políticos, particularmente en Villa Grimaldi, Tres Álamos y Tejas Verdes, entre otros.

 

“El violador eres tú”, resuena en las calles de numerosas ciudades del mundo, donde voces de millones de mujeres denuncian mediante esta impactante performance los ultrajes cometidos por “un Estado opresor”, que es “un macho violador”.

 

Así se desplegó la inusitada performance que de “un amigo en tu camino” se convirtió en “un violador en tu camino”… ¡dando la vuelta al mundo!

 

Por Francisco Leal Díaz



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  1. Diego Barahona says:

    Las muchachas
    Desde que empezaron las evasiones, desde la primera, me llamo fuertemente la atención de lo que estaba sucediendo, al segundo día aparecieron unos pocos que no eran estudiantes y pensé que eran de aquellos habitúes que acostumbran a viajar gratis en el metro y Transantiago, pero había algo mas que no supe explicarme, a partir del segundo día ya era absolutamente claro que la mayoría eran gente de la calle normal y corriente y de ahí para adelante la cosa tomo una magnitud, que aunque esperada, nunca imaginamos que había llegado ese momento inevitable, la masificación de la protesta social.
    En el año 1985 viaje junto con mi familia a residir en Canadá, en aquella época me informaba por periódicos del país que compraba en librerías especializadas, tanto de México como de Chile, a los pocos años después llego al poder Aylwin y desde el principio fue fácil detectar que los cambios que se esperaban jamás se producirían, la traición había comenzado los años en que el presidente era golpista y su funeral se produjo con “justicia en la medida de lo posible”, después Frei, Lagos, Michelle, Piñera, Michell y Piñera otra vez para lo cual se preparó el ultimo por largos 8 años para cumplir su capricho y pasar a la historia. En el intertanto llego un Internet más o menos rudimentario el que se fue perfeccionando, pasando por el teléfono al sin cable de conexión y las noticias estaban al mismo tiempo en cualquiera parte del mundo, el eslabón perdido de nuestras vidas había sido reconectado.

    Para muchos, entre los que me encuentro, mi distancia aparte de ser física, desapareció, mi vida retorno intelectual y políticamente al terruño, mis maletas seguían cerradas y en Chile en el fondo todo seguía como en la dictadura pero sin dictador y con el ejercito tácito, y en el fondo pasamos a representar la cara más conocida del gatopardo, pasamos por consecuencias de las estadísticas con curvas no normales, a ser miembro de los países desarrollados y también a países con una desigualdad semejante a aquellos que están al final de la tabla. Sin embargo la pregunta era ¿Cómo la gente aguanta tanta desigualdad? Poco a poco mi ligazón al país que me vio nacer y crecer se fue perdiendo y llego el momento en que no solo abrí las maletas, sino que las mandé al reciclaje, sin embargo, mi contacto seguía presente a partir del coraje (rabia) que empezó a anidarse dentro de mí, leyendo sus periódicos, viendo la TV de toda Latinoamérica leyendo y analizando. Se rompió ese eslabón que había encontrado años atrás y al final supe que nunca volvería cuando regrese, después de 35 años, y comprendí que ya nunca volvería a vivir al lugar que me acogió los primeros 30 años de mi vida, que me educo y que a pesar de todo aun quiero. Pero yo ya no pertenecía al lugar. He viajado en tres oportunidades más visitando la numerosa de la familia que tuve que abandonar,

    En aquellos días de la adolescencia, el centro de la ciudad, la comprendida entre la Alameda, la estación Mapocho, el cerro Huelen y la plaza Brasil seguía siendo parte de mí, aunque todo ha cambiado, allí encuentro lo que quiero, libros y discos nuevos y viejos, oficinas, todo lo que pueda interesarme, y también está la Plaza de Armas la que empecé a visitar con mis abuelos desde mi más tierna infancia y donde cuando habían protestas partíamos desde ese lugar. Me gusta sentarme en algún banco y conversar con el que se encuentra a mi lada, tengo preferencia a los inmigrantes, será porque yo también lo he sido desde aquellos años del 73, y porque sé que la vida no es fácil para ellos.
    En mi última visita anduve por aquella tienda que escuchaba en la radio “donde golpea el monito” buscando un artículo, como andaba sin efectivo y los bancos allá se desquitan con las cuentas extranjeras, decidí ir a sacar a un banco y el más cercano estaba cerrado, lo cual me sorprendió porque acá los automáticos están abiertos a toda hora y, en todo caso, hay algunos bancos abiertos hasta los domingos, así es que en la esquina doble y a media calle había un carabinero y le pregunte por uno cerca y me mostro uno en la esquina, me iba a despedir y me pico el mosquito y le dije:

    ¿Qué opina eso de que si los ciudadanos tienen un problema vayan a un Starbucks y conversen con un policía? Porque había mucha propaganda y tomando en cuenta que esos cafés no se encuentran en barrios populares y era una idea que empezaría en un mes más adelante. La respuesta fue completamente inesperada, me dijo: perdone, pero eso no tiene sentido, si quiere hablar con alguno de ellos vaya a cualquiera comisaría y entre a la oficina de uno de ellos y los podrá ver sentados tomando café, en este país lo que necesitamos son más carabineros en los barrios, en las esquinas donde ronda la delincuencia y el narcotráfico no está en los cafés sino en las calles, en las esquinas. Honestamente me sorprendió su respuesta y solo le di las Gracias a mi manera (you make my day), en el sentido que le expliqué me hizo ver el día desde otra perspectiva. Al final lo de las conversaciones del Starbucks murió de muerte natural y nunca se hicieron. En general de los pacos mis recuerdos no son agradables, ahí estaba el grupo móvil siempre dispuestos a reprimirnos, mojarnos, golpearnos cuando hacíamos las protestas y si nos agarraban además de darnos lumazos, una vez que verificaban domicilio nos soltaban. En el año 1970, tal como fue prometido durante la campaña electoral, fue suprimido dicho grupo de choque, en todo caso nuestra lucha había cambiado y pensábamos inocentemente que podríamos hacerlo dentro de los límites que establecidos. En 1973 cambio todo y el grupo represor reapareció y hoy se llama Fuerzas Especiales.
    A partir de Octubre al comienzo del movimiento de evadir el pasaje del metro, se pueden ver día a día, a través de la TV, los periódicos en edicion digital (que se actualizan varias veces al día), en Facebook y Yahoo! cientos de videos tomados por los participantes donde se muestran las violaciones a los DDHH efectuado por esos carabineros, y lo más terrible es que ingresan a ese grupo por un misero 30% más de salario es decir, un poco más de dinero les permite desclasarse más, olvidar su origen y dejar suelta a la bestia que llevan oculta, desquitarse con la gente de los problemas que acarrean desde casa o desde el trabajo y golpean con furia a niños jóvenes, mujeres y cualquiera que proteste y cuando están las hordas fachas y delincuenciales robando son los primeros en esconderse porque la valentía les dura hasta que sienten miedo, lo mismo pasa en las poblaciones dominadas por el narcotráfico y la delincuencia lugares donde no se pueden enviar a trabajadores a chequear los medidores de luz y agua por el peligro de no volver, y los pacos brillan por su ausencia.
    Sin embargo dentro de toda la represión existente, del autismo de un presidente que ya no tiene nada que hacer más allá de tratar de salvar sus privilegios y que tendrá el honor, contrario de lo que esperaba, de pasar a la historia como un represor y violador de los DDHH, quien después de 5 años se cansó de echarle la culpa a los gobiernos anteriores (que si lo tienen y es grande) y que se erigía como un líder, tenga que terminar como un perro con la cola entre las piernas, hay algo que me da energía, ánimo y esperanza, aunque de la comisión de la nueva constitución este mal desde el inicio (leer Ciper) las voces claras y emotivas están allí recordándonos que si pueden venir tiempos mejores para todos basados en la empatía y solidaridad u no en cuantos millones ha crecido mi fortuna. Dentro de este caso debo de nombra a las muchachas del colectivo Lastesis, que, con su creación artística, por lo menos para mí, me han hecho pensar que no todo está perdido. A ellas dediqué un comentario en algún periódico el día en que lo conocí:

    “Sinceramente me emociona ver a todas esas niñas luchando por sus derechos e integridad. Después de 19 años el sistema monstruoso que nos ha gobernado dio a luz a la generación consiente de nuestros muchachos, algo en que los viejos de los 70 se nos negó, nos reprimió y nos desarraigo al extremo que solo ahora puedo ver la patria donde estuvo perdida.
    Adelante muchach@s, a luchar por sus derechos y su lugar en este país que alguna vez llame casa”
    Finalmente, quiero expresar que mi encuentro con aquel carabinero en el centro de Santiago me permite ver la diferencia entre aquellos que si nos cuida y los otros que el pueblo los llama cariñosamente “los Pacos QL” (que es lo que más claro y seguido se escucha en las protestas), o dicho de otra manera, los de las Fuerzas Especiales de Represión.
    Sin embargo, como punto final, después de ver varias representaciones de “el violador eres tu” en distintos idiomas, he llegado a la conclusión, de que, sin importar el idioma, ellas terminan con la palabra “carabineros” y me temo que terminara al final como un insulto al igual que la palabra “Pinochet”

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