Chile al Día

Triunfo institucional o triunfo popular: ¿qué queremos?

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Fotos: Guillermo Correa Camiroaga

La elite política ha desarrollado todo su ingenio para buscar, dentro de los marcos de la Constitución dictatorial de 1980, una salida a la crisis provocada por la rebelión popular que se mantiene viva desde el 18 de octubre pasado.

 

El momento actual tiene muchas similitudes con aquellos vividos durante la decidida lucha llevada adelante por el pueblo chileno en contra de la dictadura cívico militar en los años ochenta que  puso en jaque todo el andamiaje  dictatorial, amenazando con derrotar a la tiranía, con un triunfo que permitiera la instauración de un gobierno democrático popular, que elaborara su propio camino institucional para construir una sociedad más justa y solidaria, en la búsqueda de recorrer el camino hacia el socialismo. Por esta razón, y ante el temor de que esto ocurriera, los poderes fácticos y las elites desplegaron todo su potencial para impedirlo, logrando atraer a sectores claudicantes de la oposición, quienes aceptaron participar en la cancha delimitada por la propia dictadura cívico militar, para después utilizar un impresionante aparataje comunicacional con el objeto de manipular y convencer a las chilenos y chilenos que la participación en el Plebiscito del SI y el NO era una gran triunfo popular, cuando lo que realmente ocurrió fue que se acataron las reglas escritas en la propia Constitución del 80 que el pueblo consideraba ilegítima, que dentro de  su articulado incluía el llamado a un Plebiscito para transitar hacia un gobierno civil que mantuviera las mismas reglas creadas para garantizar el modelo neoliberal sacramentado en dicha Carta Magna.  Quien efectivamente perdió en esa ocasión fue el dictador Pinochet, ya que estaba seguro de triunfar en el Plebiscito, lo que le habría permitido continuar como Presidente, pero su derrota no significó que quedara sin poder, ni menos que fuera juzgado por sus crímenes, sino que obtuvo como premio de consuelo el continuar como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y luego como Senador vitalicio.

 

Ayer de madrugada la “clase política” logró sacar un plato gourmet de la cocina institucional, presentando el “Acuerdo por la paz y la nueva Constitución”, que en su enunciado y punto N°1 expresa:

 

“Atendiendo la grave crisis política y social del país, atendiendo a la movilización de la ciudadanía y el llamado formulado por S.E. el Presidente Sebastián Piñera, los partidos abajo firmantes han acordado una salida institucional cuyo objetivo es buscar la paz y la justicia social a través de un procedimiento inobjetablemente democrático.




 

1.-Los partidos que suscriben este acuerdo vienen a garantizar su compromiso con el restablecimiento de la paz y el orden público en Chile y el total respeto a los derechos humanos y la institucionalidad democrática vigente.”

 

 

Es efectivo que esta rebelión popular dista mucho de ser un proceso revolucionario, pero lo que cada día se escucha enérgicamente en las calles es la exigencia de una Asamblea Constituyente con participación popular efectiva y la petición de renuncia de Sebastián Piñera y su gobierno, exigiendo  el juicio y castigo  de todos los responsables, tanto materiales como políticos, de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante  este período de rebelión popular, que ha significado cárcel, tortura, asesinatos, abusos sexuales y mutilaciones de chilenas y chilenos, exigencias que nada tienen que ver con el desabrido plato de charquicán presentado como filete de primer corte, preparado en la “cocina master chef”  de la institucionalidad que el propio pueblo movilizado rechaza.

 

 

 

El momento político es complejo, se buscará nuevamente dividir a las chilenas y chilenos rebeldes para que acepten nuevamente participar en la cancha delimitada por las elites  y los poderosos de siempre y bajo las mismas reglas de la Constitución que el pueblo chileno movilizado rechaza, retomar un camino de “paz y normalidad” que transite hacia una entelequia que denominan “justicia social”, precisamente aquellos que han legitimado y profundizado el modelo de sociedad abusivo  e injusto heredado por la propia dictadura. Nuevamente se está prometiendo “una alegría2.0”. 

 

En la manipulación mediática y el manejo de los medios de comunicación los detentores del poder son unos maestros y precisamente mediante ellos lograron adormecer durante 30 años a las chilenas y chilenos, manteniéndolos cautivos a través del consumo y el endeudamiento. Pero la gota de la evasión llevada adelante por los valientes estudiantes secundarios, se transformó en un aguacero y a partir de allí las chilenas y chilenos rebeldes han ido encauzando estas aguas poderosas, buscando transformarlas en un rio que busca recuperar su propio cauce, aquel de los derechos del pueblo y que se encuentra en plena construcción.

 

Las movilizaciones y la protesta rebelde se han transformado en una escuela de educación popular en plena ebullición que, utilizando su creatividad y sabiduría, continuará batallando por construir su propio camino, porque, como lo han expresado en sus propias pancartas “Ahora es Cuando”.

 

 

 

 

De lo observado en estas pletóricas jornadas de movilización permanente, es posible aventurar que las chilenas y chilenos se han dado cuenta de la potencia de su propia fuerza rebelde al estar unidos en la acción, y que ya no están tan dispuestos a aceptar “el mal menor” o las soluciones “en la medida de lo posible”, ya que de lo que se trata es avanzar para de verdad, esta vez, se pueda avanzar para alcanzar la alegría y la felicidad, comenzando a construir un país justo, solidario, sin abusos de ningún tipo, respetuoso de la naturaleza, del medio ambiente y de todos los seres vivos presentes en él, además del respeto integral del ser humano.

 

El buen vivir y la dignidad de las personas son dos conceptos que se han ido manifestando cada vez de manera más potente  en este proceso ininterrumpido de aprendizaje y creatividad,  que está presente en la lucha cotidiana que irrumpió con la fuerza de un volcán el 18 de octubre de este año, pero esto no sucedió por arte de magia, sino como consecuencia de un lento y progresivo proceso de descontento y acumulación de fuerzas que comenzó en el momento que las chilenas y chilenos se fueron dando cuenta de que la alegría prometida nunca llegó, y que el espejismo de un oasis de tranquilidad, prosperidad y riqueza con el que se vendió la imagen de Chile dentro y fuera de nuestro país, solo era realidad para un porcentaje ínfimo de grandes empresarios nacionales y extranjeros, protegidos por los poderes fácticos y la clase política que se acomodó y aprovechó el pedazo de la torta que los verdaderos dueños de las riquezas de Chile les ofrecieron.

 

 

 

 

 

“Ahora es cuándo”, aquellos políticos que dicen defender los intereses populares, deben tomar las decisiones y  opciones de lucha que acompañen a este movimiento popular emancipador en formación, sin medias tintas ni promesas de humo sacadas de una lámpara mágica. El desenlace es incierto, pero la ruta la está trazando el propio pueblo que busca mecanismos e instrumentos que le permitan conquistar sus derechos.

 

 

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 15 de noviembre 2019



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  1. Sergio Bustamante says:

    El fantasma de los Luksic se pasea por los pasillos del CONGRESO NACIONL donde, con las manos abiertas los esperan los POLITIMIERDAS PoST DICTADURA porque vienen repartiendo Dolares, o amenazando si no se estaba de acuerdo con el CONTUBERNIO PARLAMENTARIO SOCIO-LISTO DE LA TRAICION.
    !!ASAMBLEA CONSTITUYENTE DEL PUEBLO, AHORA!!

  2. Los estudiantes se la jugaron a fondo y gracias a ellos se ha ido configurando un gran proceso de rebelión que de otra manera todo seguiría igual esperando la ocasión para reventar.
    Sin embargo, a la petición de que se debe eliminar el binomial constituyente del 2/3 1/3 debemos agregar que es de una injusticia muy grande ademas que pensada concienzudamente por la derecha, el no aceptar que los que tienen entre 14 y 17 años no puedan votar, lo cual si se considera fríamente significa o puede significar que, los derechistas y concertacionistas neoliberales, se están disparando en el pie. Por otro lado ellos (los estudiantes quienes merecen mi mas amplio respeto) empezaron y participan activamente en las marchas y algunas veces mayoritariamente, deben y tienen el derecho de ser activos hasta el final cuando tengamos una constitución pensada por el 51% y no por el 33%

    Nunca olviden aquellos que luchamos por un país mas justo desde nuestra juventud recordemos aquella frase que como profesor me siguió y que siendo alumno se me grabo a fuego en mi corazón rebelde que dice que nunca caeremos dentro de los que (TODA VACA) SE OLVIDARON CUANDO FUERON TERNEROS y que ahora están del lado de las vacas camino al matadero, rasgando vestiduras, y como tantas que terminaron exactamente allí en el matadero durante la represión dictatorial y binomial

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