El narco-paramilitar Álvaro Uribe Vélez ante la Corte Suprema de Colombia
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El ex Presidente – hoy senador – Álvaro Uribe había logrado evadir a la justicia valiéndose de mil ardides y, sobre todo, amparado en el fuero parlamentario.
Uribe es un delincuente amado por fachos pobres y ricos y odiado – con razón – por la gente decente de Colombia.
El 8 de octubre recién pasado declaró durante cuatro horas ante la Corte Suprema, como acusado de fraude procesal y de soborno. Uribe había pisado la trampa al inculpar al senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, de manipular testigos, intento que se revirtió contra él, pues los jueces descubrieron que el verdadero culpable era el mismo Uribe.
Los magistrados manejan un sinnúmero de conversaciones telefónicas de Uribe con distintos ex paramilitares, entre las cuales se destaca una de ellas en que se prueba su culpabilidad en la manipulación de testigos: le dice al ganadero Guillermo Villegas que intente el cambio de la declaración inicial en su contra, y ahora su favor por parte del ex paramilitar, Guillermo Monsalve, además, en el mismo mensaje advierte a su interlocutor que están siendo grabados por la fiscalía.
Ningún juez dio la orden de grabar las conversaciones de Uribe, es decir, él mismo cayó en su propia trampa al tener en su agenda telefónica a puros delincuentes que, en su totalidad, están “chuzados”, (intervenidos telefónicamente), por la justicia.
El delincuente Uribe se siente intocable, pero esta vez fue sorprendido por los jueces de la Corte Suprema al decidir investigarlo y hacerle correr el riesgo de ir a prisión.
En la Plaza de Bolívar se concentraron tanto los fanáticos partidarios de Uribe, como también quienes lo detestan, (la más encarnizada en sus dichos era una falsa monja carmelita, quien decía – poco menos – que Uribe “era el hijo predilecto de Dios”), y a pesar de las disputas entre los dos bandos, Uribe logró salir indemne de los Tribunales de la Corte Suprema.
Ya suman varios los testimonios de los paramilitares que sindican al ex Presidente y a su hermano, Santiago Uribe, como antiguos líderes de esta organización criminal: Salvador Mancuso, desde su prisión, en Estados Unidos, declaró que no sólo había sido colaborador en la campaña de Uribe a la presidencia de la república, sino también de varios parlamentarios uribistas, y gracias al terror implementado en las zonas campesinas, lograron acrecentar el número de elegidos en ambas Cámaras.
Baste revisar la biografía de algunos miembros de la familia Uribe para concluir que fueron aliados de los narcotraficantes y paramilitares: el jefe del clan Uribe, don Alberto, era amigo personal de Pablo Escobar; Álvaro Uribe logró el cargo de la aviación civil que, en los años 80 del siglo pasado, era fundamental para trasladar las drogas desde el norte de Colombia hacia Miami; la principal amante de Pablo Escobar, Virginia Vallejo, ha sostenido que Pablo Escobar era muy amigo también del joven, en ese entonces, Álvaro – según ella, tenía cara de piadoso seminarista -. Desde la hacienda, (fundo), de los Uribe se formó, en1997, el “bloque metro” (grupo paramilitar) que, al comienzo, se dedicaba a defender a los gamonales contra las arremetidas de la guerrilla, y en una de estas asonadas murió el padre de los Uribe.
Posteriormente, Álvaro Uribe fue elegido alcalde de Medellín y, a continuación, gobernador de Antioquia, donde comenzó a rodearse de delincuentes y, por su intermedio, chantajear a los alcaldes del ese Departamento.
Los hermanos Álvaro y Santiago Uribe tuvieron sobresaliente actuación en la formación de las CONVIVIR, grupo-base de las Autodefensas Unidas de Colombia, organizadas para masacrar a los campesinos e incendiar veredas completas a fin de intimidar a sus habitantes.
Santiago Uribe también formó el grupo denominado “los 12 apóstoles”, que se dedicaban defender a los terratenientes y ganaderos asesinando cruelmente a campesinos y desplazados, como también a los guerrilleros.
Otro de los personajes de esta red delictual es el abogado Diego Cadena, famoso en su defensa a los narcotraficantes, y ahora lo hace con Álvaro Uribe.
El ex paramilitar Juan Carlos Sierra ha entregado a la justicia importantes declaraciones, en las cuales sindica a los hermanos Uribe como jefes de las Milicias autónomas, además de copartícipes en crueles masacres, especialmente en los Departamentos de Antioquia y el Cesar.
En el año 2002 Álvaro Uribe fue elegido Presidente de la República, y logró entre algunas reformas a la Constitución la reelección del primer mandatario para el período inmediato. Su programa de gobierno, que él resumía como “los tres huevitos”: el desarrollo de la inversión privada, la “seguridad democrática” y la inserción social, consistía primordialmente en ganarle la guerra a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (FARC), por cualquier medio, fuera legítimo o no, (por ejemplo, no tuvo ningún empacho en invadir territorio ecuatoriano para perseguir y asesinar al comando guerrillero, dirigido por Raúl Reyes); Por otra parte, utilizó al Departamento Administrativo de Seguridad, (DAS), para llevar a cabo acciones ilegales y delictuales, entre las que figura el famoso caso de “los falsos positivos”, que consistía en asesinar campesinos inocentes y habitantes de los suburbios, vistiéndolos con uniformes camuflados, acción por la que militares y policías recibían 100 dólares por persona asesinada.
Álvaro Uribe encabeza el Partido Centro Democrático, cuyos líderes hacen todo lo posible para destruir los Acuerdos de Paz, de La Habana, por los cuales las FARC se incorporaron a la sociedad civil y a la competencia electoral.
El Presidente actual, Iván Duque, es el discípulo predilecto y títere del senador Uribe Vélez, quien se ha convertido en una de las cabecillas de la cruzada contra Venezuela, y haría muy bien en limpiar su casa antes de inmiscuirse en los asuntos del país vecino.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
11/10/2019