Medio Ambiente

Dos nuevos informes confirman que entre 2015 y 2019 se ha acelerado el cambio climático

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Los indicios del cambio climático y sus efectos, como el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los hielos y la aparición de fenómenos meteorológicos extremos, se intensificaron durante el período 2015-2019, que, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), será probablemente el quinquenio más cálido jamás registrado. La concentración de gases de efecto invernadero ha aumentado también a niveles sin precedentes, confirmando una tendencia al calentamiento en el futuro.

 

 

Según la Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2015-2019 —que servirá de base para los debates de la Cumbre sobre la Acción Climática organizada por el Secretario General de las Naciones Unidas—, la temperatura media mundial ha aumentado en 1,1 ºC desde la era preindustrial y en 0,2 ºC con respecto al período 2011-2015.

 

La Declaración sobre el estado del clima —que abarca hasta el mes de julio de 2019— se publica como parte del informe de síntesis de alto nivel titulado «United in Science«, que ha sido elaborado con las contribuciones de importantes instituciones científicas bajo los auspicios del Grupo Consultivo sobre Ciencia Climática de la Cumbre sobre el Clima de 2019 de las Naciones Unidas. En el informe se ofrece una evaluación conjunta del estado del sistema Tierra bajo la creciente influencia del cambio climático, la respuesta que el ser humano ha podido aportar hasta la fecha y los cambios previstos del clima mundial en el futuro. Asimismo, se destaca el potencial que ofrece la adopción de medidas climáticas ambiciosas para limitar efectos posiblemente irreversibles y la necesidad imperiosa de adoptarlas.

 

En un informe conexo sobre la concentración de gases de efecto invernadero elaborado por la OMM se indica que, durante el período 2015-2019, se ha observado un incremento continuo de los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros importantes gases de efecto invernadero en la atmósfera, que han alcanzado niveles récords: la tasa de aumento del CO2 fue casi un 20 % superior a la de los cinco años anteriores. Este gas permanece en la atmósfera durante siglos y aún más tiempo en los océanos. Según se desprende de datos preliminares correspondientes a 2019 y procedentes de un subconjunto de sitios de observación de gases de efecto invernadero, la concentración mundial de CO2 debería alcanzar, o incluso exceder, las 410 partes por millón (ppm) para finales de 2019.




 

 

«Las causas y los efectos del cambio climático se están multiplicando en lugar de reducirse», dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, que es también copresidente del Grupo Consultivo sobre Ciencia Climática de la Cumbre sobre el Clima de las Naciones Unidas.

 

Y añadió que «se ha acelerado el aumento del nivel del mar y que se teme que se produzca una reducción abrupta de la cubierta de hielo en la Antártida y en Groenlandia, que a su vez exacerbará el aumento del nivel del mar en el futuro. Como ha sucedido este año en las Bahamas y Mozambique, donde ha habido trágicas consecuencias, el aumento del nivel del mar y las tormentas tropicales intensas producen catástrofes humanas y económicas».

 

«Estamos frente a grandes desafíos. No se trata solo de mitigar los efectos del cambio climático, sino que cada vez es más necesario adaptarse a este fenómeno. Según un informe publicado recientemente por la Comisión Global de Adaptación, señaló el Secretario General, la forma de adaptación más eficaz es invertir en servicios de alerta temprana y prestar especial atención a las predicciones que tienen en cuenta los impactos».

 

Destacó que «es sumamente importante que reduzcamos las emisiones de gases de efecto invernadero, en especial las que proceden de la producción de energía, la industria y el transporte. Esto es decisivo para mitigar los efectos del cambio climático y alcanzar los objetivos definidos en el Acuerdo de París.»

 

«Para frenar un aumento de la temperatura mundial de más de 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, debemos triplicar el nivel de ambición. Y para limitar el aumento por debajo de 1,5 grados, es necesario multiplicarlo por cinco», explicó.

 

Aumento del nivel del mar

 

Durante el período 2014-2019, la tasa de aumento medio global del nivel del mar fue de 5 mm por año, frente a 4 mm por año durante el decenio 2007-2016. Este aumento es muy superior a la tasa media de 3,2 mm por año registrada anteriormente, desde 1993. La contribución de la fusión de los hielos continentales de los glaciares y de la cubierta de hielo al aumento del nivel del mar es cada vez mayor y actualmente esa fusión, y no la expansión térmica, es el elemento dominante en el presupuesto del nivel del mar.

 

Reducción de los hielos

 

Durante el período 2015-2018, la extensión mínima promedio de los hielos marinos en el Ártico para el mes de septiembre (verano) fue muy inferior al promedio registrado entre 1981 y 2010, y lo mismo puede decirse de la extensión promedio en invierno. Los cuatro valores invernales más bajos de los que se tienen datos se dieron durante ese período. El hielo multianual ha desaparecido prácticamente.

 

Antártida

Desde 2016 los valores mínimos de la extensión de los hielos marinos que se han venido observando para febrero (verano) y septiembre (invierno) son muy inferiores al promedio correspondiente al período 1981-2010. Estos valores contrastan con los del período anterior de 2011-2015 y los del período más extenso de 1979-2018. En la Antártida, la extensión de los hielos marinos durante el verano alcanzó su primer y segundo valor más bajo en 2017 y 2018 respectivamente, y en 2017 también se registró la segunda extensión más reducida durante el invierno.

 

El derretimiento anual de la cubierta de hielo de la Antártida ha aumentado al menos seis veces, pasando de 40 Gt por año en el período 1979-1990 a 252 Gt por año en el período 2009-2017.

 

El ritmo de derretimiento de la cubierta de hielo de Groenlandia también se ha acelerado considerablemente desde comienzos del milenio.

 

Según el Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares, la observación de los glaciares de referencia indica que se ha producido un cambio promedio de masa específica de −908 mm de equivalente en agua por año, valor superior al registrado para cada uno de los quinquenios desde 1950.

 

Calentamiento y acidificación de los océanos

Los océanos almacenan más del 90 % del exceso de calor provocado por el cambio climático. En 2018, sobre la base de mediciones realizadas hasta los 700 metros, se registraron los valores más elevados de contenido calorífico de los océanos, y los años 2017 y 2015 ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente.

 

Además, los océanos absorben aproximadamente el 30 % de las emisiones antropógenas anuales de CO2, evitando así un mayor calentamiento. Sin embargo, esto supone un alto costo ecológico para los océanos ya que el CO2 que absorben reacciona con el agua de mar modificando así la acidez de los océanos. El nivel de acidez de los océanos ha aumentado en un 26 % desde los comienzos de la Revolución Industrial.

 

Fenómenos meteorológicos extremos

Más del 90 % de los desastres naturales están relacionados con el tiempo. Los principales desastres son las tormentas y las inundaciones, que provocan las pérdidas económicas más cuantiosas. Las olas de calor y las sequías se cobran vidas humanas, avivan los incendios forestales y provocan pérdidas de cosechas. Las olas de calor, que fueron el peligro meteorológico más mortífero durante el período 2015-2019, afectaron a todos los continentes y contribuyeron a que se registrasen muchos nuevos récords de temperatura. Según un informe, en prácticamente todos los estudios que se han realizado desde 2015 sobre olas de calor significativas se hace referencia a la impronta del cambio climático.

 

Las pérdidas económicas más grandes están relacionadas con los ciclones tropicales. En el Atlántico, la temporada de huracanes de 2017 fue una de las más devastadoras que se haya conocido jamás y las pérdidas asociadas únicamente al paso del huracán Harvey se cifraron en más de 125 000 millones de dólares de los Estados Unidos. En el océano Índico, en marzo y abril de 2019, Mozambique se vio azotado por dos ciclones tropicales consecutivos sin precedentes que causaron gran devastación.

 

Incendios forestales

Los fenómenos meteorológicos y climáticos inciden sobremanera en los incendios forestales. La sequía aumenta en gran medida el riesgo de incendios forestales en la mayoría de las regiones de bosques, e influye particularmente en los incendios de larga duración. Los incendios forestales causantes de las tres mayores pérdidas económicas de las que se tiene registro han ocurrido durante los últimos cuatro años.

 

En muchos casos los incendios liberan grandes cantidades de CO2 en la atmósfera. Hacia mediados de 2019 se produjeron incendios forestales sin precedentes en el Ártico. Solo en el mes de junio esos incendios emitieron 50 megatoneladas (Mt) de CO2 en la atmósfera. Este valor supera la cantidad de CO2 que liberaron todos los incendios que se produjeron en la región ártica durante el mismo mes de 2010 a 2018. Asimismo, en 2018 se registraron grandes incendios forestales en el Canadá y Suecia. También se notificaron extensos incendios en selvas pluviales tropicales de Asia meridional y la Amazonia, donde se albergan recursos no renovables, que afectaron el presupuesto mundial del carbono.

 

Cambio climático y fenómenos extremos

Según el Boletín de la Sociedad Meteorológica de los Estados Unidos, durante el período 2015‑2017, en 62 de los 77 fenómenos que se estudiaron se apreció una significativa influencia antropógena en la génesis de estos fenómenos, y lo mismo revelaban prácticamente todos los estudios realizados sobre importantes olas de calor. De hecho, cada vez en más estudios se señala la influencia humana en relación con el riesgo de precipitaciones extremas.

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Informe titulado United in Science

 

Las principales organizaciones de climatología del mundo han unido fuerzas a fin de elaborar un nuevo informe emblemático para la Cumbre sobre la Acción Climática de las Naciones Unidas, en el que se destaca la evidente, y cada vez mayor, disparidad entre los objetivos acordados para resolver el problema del calentamiento global y la realidad.

 

En el informe titulado United in Science, se incluyen detalles sobre el estado del clima y se presentan tendencias de las emisiones y las concentraciones atmosféricas de los principales gases de efecto invernadero. Asimismo, se subraya la imperiosa necesidad de poner en marcha una transformación socioeconómica profunda en sectores fundamentales, como el uso de la tierra y la energía, a fin de evitar un aumento peligroso de la temperatura mundial con efectos posiblemente irreversibles. También se examinan algunas herramientas que prestan apoyo en materia de mitigación y adaptación.

 

«En el informe se brinda una evaluación unificada del estado del sistema Tierra bajo la influencia creciente del cambio climático antropógeno, de las medidas de respuesta adoptadas hasta el momento y de los cambios trascendentales que, según prevé la ciencia, el clima mundial experimentará en el futuro. Las conclusiones y los datos científicos incluidos en el informe representan la información fidedigna más reciente sobre estos temas», afirmó el Grupo Consultivo Científico de la Cumbre sobre la Acción Climática del Secretario General de las Naciones Unidas.

 

«Se pone de relieve la necesidad urgente de adoptar medidas concretas que detengan los efectos más graves del cambio climático».

 

El Grupo Consultivo Científico está copresidido por Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y Leena Srivastava, exvicerrectora de la Escuela de Estudios Avanzados del Instituto de Energía y Recursos (TERI). El Grupo está compuesto por científicos muy respetados y reconocidos del ámbito de las ciencias naturales y sociales, quienes poseen conocimientos especializados sobre los diferentes aspectos del cambio climático, entre los que se incluyen la mitigación y la adaptación.

 

El informe, coordinado por la OMM, tiene por objeto presentar un «conjunto transparente» de conocimientos científicos prácticos fidedignos y de vanguardia.

 

En el informe de síntesis se ofrecen resúmenes breves de los organismos colaboradores: la OMM, la Vigilancia de la Atmósfera Global, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Proyecto Carbono Global, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), Tierra Futura, Earth League y el Marco Mundial para los Servicios Climáticos. El informe de síntesis se complementa con informes más extensos que se presentan de forma conjunta en un acto científico de alto nivel el 22 de septiembre y, posteriormente, ante los dirigentes mundiales en la Cumbre sobre la Acción Climática, el 23 de septiembre.

 

 

 

Aspectos destacados del informe

El clima mundial en el período 2015-2019

Organización Meteorológica Mundial (OMM)

 

 

El quinquenio más cálido jamás registrado

La temperatura media mundial correspondiente al período 2015–2019 lleva camino de convertirse en la más alta de todos los quinquenios de los que se tiene registro. Actualmente se estima que supera en 1,1 °C (± 0,1 °C) la de la época preindustrial (1850–1900). Las olas de calor generalizadas y prolongadas, los incendios sin precedentes y otros fenómenos devastadores, como los ciclones tropicales, las crecidas y las sequías, han tenido importantes repercusiones en el desarrollo socioeconómico y el medioambiente.

 

La continua reducción del hielo marino y de la masa de hielo

La extensión estival del hielo marino del Ártico se ha reducido a una tasa del 12 % por decenio durante el período comprendido entre 1979 y 2018. Los cuatro valores mínimos de la extensión del hielo marino durante el invierno se registraron entre 2015 y 2019. En general, la cantidad de hielo que se pierde al año del manto de hielo de la Antártida se sextuplicó, como mínimo, entre 1979 y 2017. La pérdida de masa de los glaciares durante el período 2015-2019 es la más elevada de todos los quinquenios de los que se tienen datos.

 

El aumento del nivel del mar se está acelerando y el agua del mar es cada vez más ácida

La tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial se aceleró de 3,04 milímetros por año (mm/año) durante el período 1997–2006 a aproximadamente 4 mm/año durante el período 2007–2016, lo que obedece al mayor nivel de calentamiento del océano y al derretimiento de los mantos de hielo de Groenlandia y de la Antártida occidental. Desde el inicio de la era industrial, la acidez de los océanos ha registrado un incremento general del 26 %.

 

Concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera sin precedentes

 

Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM

Los niveles de los principales gases de efecto invernadero de larga duración, el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), han alcanzado nuevos valores máximos.

 

La última vez que la atmósfera terrestre tuvo 400 partes por millón (ppm) de CO2 fue hace entre 3 y 5 millones de años, aproximadamente, cuando las temperaturas medias globales en superficie eran entre 2 y 3 °C más cálidas que las actuales, las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida occidental se derritieron y partes del hielo de la Antártida oriental retrocedieron; todos estos factores provocaron un aumento del nivel del mar a escala mundial de entre 10 y 20 m en comparación con el actual.

 

En 2018, la concentración global de CO2 fue de 407,8 ppm, es decir, 2,2 ppm más alta que en 2017. Los datos preliminares de un subconjunto de emplazamientos de vigilancia de los gases de efecto invernadero correspondientes a 2019 indican que las concentraciones de CO2 llevan camino de alcanzar o incluso superar las 410 ppm a finales de 2019.

 

En 2017, la concentración atmosférica media mundial del CO2 fue de 405,6 ±0,1 ppm, la del CH4, 1 859 ±2 partes por mil millones, y la del N2O, 329,9 ±0,1 partes por mil millones. Estos valores constituyen, respectivamente, el 146 %, el 257 % y el 122 % de los niveles preindustriales (antes del año 1750).

 

El promedio del índice de aumento del CO2 de tres decenios consecutivos (1985–1995, 1995–2005 y 2005–2015) se incrementó de 1,42 ppm/año a 1,86 ppm/año y a 2,06 ppm/año.

 

 

El balance de carbono global

 

 

Proyecto Carbono Global

 

Las emisiones de dióxido de carbono aumentaron un 2 % y alcanzaron un nivel elevado sin precedentes de 37 000 millones de toneladas de CO2 en 2018. No se observan indicios de que las emisiones mundiales hayan alcanzado sus niveles máximos, a pesar de que crecen más lentamente que la economía mundial.

 

Las tendencias actuales en materia de economía y energía indican que las emisiones serán, al menos, tan elevadas en 2019 como en 2018. Se prevé que el producto interno bruto mundial crecerá a una tasa del 3,2 % en 2019, y si la economía mundial se descarbonizara al mismo ritmo que en los últimos 10 años, eso igualmente daría lugar a un incremento de las emisiones mundiales.

 

A pesar de que en el último decenio el crecimiento de los combustibles renovables fue extraordinario, las fuentes de combustibles fósiles siguen predominando en el sistema mundial de energía. El incremento anual del consumo de energía a escala mundial es superior al aumento de las energías renovables, lo que implica que el uso de combustibles fósiles continúa creciendo. Este crecimiento debe detenerse de inmediato.

 

A fin de lograr las emisiones netas iguales a cero que se necesitan para estabilizar el clima, es preciso intensificar el uso de fuentes de energía exentas de carbono y reducir rápidamente la proporción mundial de combustibles fósiles en el sistema energético. Esta doble exigencia refleja la magnitud del desafío.

 

Los sumideros naturales de CO2, como la vegetación y los océanos, que absorben aproximadamente la mitad de todas las emisiones derivadas de las actividades humanas, resultarán cada vez menos eficientes. Esto pone de manifiesto la necesidad de reducir la deforestación y ampliar los sumideros naturales de CO2, especialmente aquellos que se encuentran en bosques y suelos que pueden mejorarse mediante una gestión y una restauración de los hábitats más adecuadas.

 

La disparidad en las emisiones: dónde nos encontramos y adónde necesitamos llegar

 

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)

 

 

En el Informe sobre la disparidad en las emisiones del PNUMA, cuya décima edición se publicará en noviembre de este año, se evalúan los últimos estudios científicos sobre las emisiones actuales y futuras estimadas de gases de efecto invernadero, que se comparan con los niveles de emisiones admisibles para que el mundo progrese en la trayectoria de menor costo hacia la consecución de los objetivos del Acuerdo de París. Esta diferencia entre «dónde es probable que nos encontremos y adónde necesitamos llegar» se conoce como disparidad en las emisiones.

 

No se prevé que las emisiones mundiales alcancen su punto máximo antes de 2030, ni mucho menos en 2020, si se mantienen las políticas climáticas y los niveles de ambición actuales de las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN). Según se desprende de las conclusiones preliminares del Informe sobre la disparidad en las emisiones 2019, las emisiones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2018.

 

En 2030, la disparidad entre los niveles de emisiones que se obtienen tras la implementación plena de las CDN condicionales y aquellos acordes con las trayectorias de menor costo hacia la meta de los 2 °C es de 13 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e). Si solo se instrumentan las CDN incondicionales, la disparidad aumenta a 15 GtCO2e. En cuanto a la meta de 1,5 °C y de 2 °C, la disparidad es de 29 GtCO2e y 32 GtCO2e, respectivamente.

 

Se estima que, con las CDN actuales, las emisiones mundiales se reducirán en hasta 6 GtCO2e en 2030, en comparación con el mantenimiento de las políticas vigentes. Este nivel de ambición debe triplicarse, aproximadamente, para ajustarse al límite de 2 °C y quintuplicarse en el caso del límite de 1,5 °C.

 

La implementación de las CDN incondicionales, suponiendo que las medidas contra el cambio climático tienen continuidad a lo largo del siglo XXI, daría lugar a un aumento de la temperatura media mundial de entre 2,9 °C y 3,4 °C en 2100 con respecto a los niveles preindustriales.

 

Si las ambiciones de las CDN no se intensifican inmediatamente y se sustentan con las medidas pertinentes, ya no será posible evitar superar la meta de 1,5 °C. Si no se elimina la disparidad en las emisiones de aquí a 2030, es muy posible que el objetivo de mantener el incremento de la temperatura muy por debajo de los 2 °C también resulte inalcanzable.

 

Una parte sustantiva del potencial técnico puede desarrollarse mediante la ampliación y la reproducción de políticas vigentes y debidamente comprobadas, como la adopción de energías renovables y la reforestación, que al mismo tiempo contribuyen a la consecución de objetivos claves de desarrollo sostenible.

 

Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)

 

En los tres informes especiales del IPCC publicados en 2018 y 2019, con antelación al Sexto Informe de Evaluación, se analizan aspectos complementarios y específicos del cambio climático.

Según el informe especial del IPCC sobre el calentamiento global de 1,5 °C, limitar el calentamiento a 1,5 ºC no es físicamente imposible, pero se necesitarían transiciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad. Las ventajas de mantener el calentamiento en 1,5 ºC, en comparación con 2 ºC o más, son evidentes. Cada décima de grado importa.

 

La limitación del calentamiento a 1,5 ºC puede ir acompañada de la consecución de otros objetivos mundiales, por ejemplo, el logro del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.

 

En el informe especial del IPCC titulado «El cambio climático y la tierra», se hace hincapié en que la tierra ya se encuentra sujeta a una creciente presión del ser humano, que el cambio climático acentúa. Asimismo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluidos el de la tierra y el alimentario, es el único modo de mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 ºC.

 

En el informe se pone de manifiesto que, si bien una mejor gestión de la tierra puede contribuir a hacer frente al cambio climático, no es la única solución. Si se desea mantener el calentamiento global lo más cerca posible de 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, es fundamental que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluido el de la energía.

 

El 25 de septiembre de 2019, el IPCC publicará el informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante.

 

Información sobre el clima

 

Tierra Futura y Earth League

 

Los datos consolidados confirman que la influencia del ser humano es la principal causa de los cambios observados en el sistema Tierra, en una nueva época geológica, el Antropoceno.

 

Los crecientes impactos del clima aumentan el riesgo de cruzar puntos críticos fundamentales. Estos puntos críticos son umbrales que, si se superan, provocarán cambios profundos, y en algunos casos, abruptos o irreversibles.

 

Se reconoce cada vez más que los impactos del clima se están manifestando más pronto y con más gravedad de lo que las evaluaciones climáticas indicaban hace apenas 10 años.

 

Debido a la intensificación del cambio climático, las ciudades son especialmente vulnerables a impactos como la sobrecarga térmica y pueden desempeñar un papel fundamental en la reducción de las emisiones a escala local y mundial.

 

De cara al futuro, se necesitan estrategias de mitigación y de ampliación de la gestión adaptativa de los riesgos. Habida cuenta del ritmo del cambio climático y la magnitud de sus impactos, ninguna de estas estrategias es suficiente de manera aislada.

 

Solo mediante la aplicación de medidas inmediatas e integrales, que abarquen una descarbonización profunda complementada con políticas ambiciosas, la protección y la mejora de los sumideros de carbono y la biodiversidad, y los esfuerzos tendientes a absorber el CO2 de la atmósfera, será posible cumplir el Acuerdo de París.

 

Marco Mundial para los Servicios Climáticos

 

Los servicios de información climática y de alerta temprana deben respaldar la adopción de decisiones sobre la acción climática en materia de adaptación.

 



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