Corrientes Culturales

Despedida al cantante popular Carlos Zamora

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Fotos: Guillermo Correa Camiroaga

Si se calla el cantor calla la vida        

                                                                                                          

porque la vida, la vida misma es todo un canto.      

                                                                                            

Si se calla el cantor, muere de espanto       

                                                                                                       

la esperanza, la luz y la alegría.      

                                                                                                                

(Horacio Guarany)

 

 

La música, junto a otras expresiones de arte popular, como el teatro o las arpilleras por ejemplo, fueron elementos importantes en la lucha de resistencia desarrollada a partir de los primeros años de la dictadura cívico-militar. Las peñas y los encuentros musicales permitieron a hombres y mujeres – golpeados brutalmente por la represión desatada y por la violenta interrupción del profundo proceso de cambios económicos, sociales y culturales representado por el gobierno de la Unidad Popular – comenzar a encontrarse, reconocerse y lentamente romper las desconfianzas y los traumas, para emprender juntos el camino de la sobrevivencia y de la lenta reconstrucción colectiva e identidad partidaria.

 

En nuestra región numerosos hombres y mujeres participaron de esta tarea de resistencia cultural en los limitados espacios de expresión musical, y entre ellos estaba el cantautor popular Carlos Zamora Varas, quien falleció el pasado martes 17 de septiembre a la edad de 70 años.             

 

 

                                 

Comprometido desde muy joven con el arte y la cultura popular, este cantautor volcó su talento desde joven al servicio del proceso de liberación iniciado durante el gobierno de Salvador Allende y posteriormente, en los oscuros tiempo que se iniciaron a partir del11 de septiembre de 1973, no dudo en seguir aportando un destello de luz en el duro y complejo camino de lucha y resistencia en contra de la dictadura. Su canto solidario siempre estuvo presente en peñas, encuentros poblacionales, actos y variadas actividades antidictatoriales.

 

Su cuerpo fue trasladado para ser velado hasta la Casa de la Memoria de Valparaíso, ubicada en el cerro Yungay, lugar hasta donde llegaron sus familiares, compañeros y compañeros de lucha, amigos y amigas, para despedirlo y homenajearlo de una manera alegre, pese al dolor de su partida, en donde el canto popular fue el protagonista, siendo mudo testigo de este merecido y hermoso homenaje su féretro cubierto por diferentes banderas de lucha y su guitarra enlutada y silenciosa colocada sobre una banca.

 

El Colectivo 19 de Noviembre, del cual Carlos Zamora fue fundador e integrante, junto al Colectivo Peña el Brasero, grupo con el que compartió escenarios y  tertulias musicales, organizaron, el día jueves 19 de septiembre a mediodía, la ceremonia de despedida del artista popular en la plaza Yungay, frente a la Casa de la Memoria, transformando su funeral en una verdadera peña vecinal, un acto político-cultural al aire libre.

 

 

 Fueron numerosos los y las cantantes que con su arte popular rindieron homenaje a Carlos Zamora, al mismo tiempo que familiares, amigos, amigas, compañeras y compañeros, entregaron testimonios que permitieron conocer su vida y compromiso político.                               

                           

 

Uno de los momentos más emotivos durante la realización de esta ceremonia se vivió durante la participación de Inti Zamora, uno de los hijos de Carlos, quien acompañó con su guitarra a su pequeña hija  Gabriela en la  interpretación de la canción “Run Run se fue pal norte”.

 

 

 

Mabel Zúñiga, a nombre del Colectivo 19 de Noviembre, al hacer uso de la palabra expresó:

 

“Carlos nació un primero de mayo y decíamos casi como una determinación del destino. Nació el día en que los trabajadores del mundo conmemoran su fecha, es su día, y él abrazó, durante toda su vida, la causa del internacionalismo proletario, la causa de los pobres del mundo. Y las hizo acción desde muy joven, durante los procesos de la Unidad Popular. Fue militante de la Juventud Comunista, luego del Partido Comunista; abrazó esa causa durante toda su vida, aún cuando dejara de militar en ese partido, sin embargo se declaró comunista hasta el último minuto, porque creía en la posibilidad de un mundo para los pobres, para los explotados y para los humillados. Eso lo convirtió en canto y lo llevó, como decía, en acción, y durante los procesos más terribles de este país Carlos fue determinante para Valparaíso, para Viña, para esta región y para este país. Junto a muchos de los compañeros que hoy día están acá cantando, convirtieron la guitarra en fusil y se fueron a organizar la resistencia recorriendo cerros, organizando a pobladores, a trabajadores, a estudiantes, convirtiendo su voz en la propaganda, en la educación popular. Si ellos, habría sido mucho más difícil organizar resistencia. Obviamente eso le significó también la cárcel, la represión, y en un minuto determinado quisieron llevárselo lejos e esta región y lo relegaron a Futrono, pensando que allí podrían acallar al cantor. No pudieron, allá en Futrono también organizó, allá en Futrono también activó, allá en Futrono llevó las causas que él abrazaba. Él así lo hizo siempre, los viajes de Carlos por Chile, y los viajes de Carlos al extranjero, nunca eran para hacer turismo, siempre eran para aprender y llegaba cantando y hablando de las culturas, de los otros pueblos, de los otros lugares, y lo trasmitía, en trasnochadas tertulias, en esa magnífica forma que tenía de decir “hay que seguir, tenemos que avanzar, hay que aprender de las derrotas, de las traiciones, de las caídas, para volverse a levantar, volver a cantar, volver a organizar”. Así abrazó la música, el canto, la poesía, la memoria y la defensa de los derechos humanos. Para nuestro Colectivo Carlos es tremendamente importante también, porque fue fundador del Colectivo 19 de Noviembre; porque quiso convertir la memoria en una acción; porque quiso decir que aquellos que cayeron lo hicieron combatiendo y lo hicieron por una causa, y esa causa había que volver a reivindicarla, y había que trasmitirla a las nuevas generaciones. No bastaba solo con llorar a los caídos, había que reivindicarlos; había que convertirlos en un espacio, un espacio público. Esta casa, la Casa Memoria, también es parte y un pedazo de la creación de este gran compañero. Hasta el último segundo, sus amigas, sus amigos, sus compañeros, nadie le dice solo amigo, todos le decimos hermano, porque en eso se convirtió, en el hermano de las causas, en el hermano en la lucha, el hermano en la necesidad de volver a levantarnos, reconstruirnos. Allí están todas las banderas sobre su féretro y eso no es casual, porque además entendía que no importaban las formas de lucha, todas eran válidas, siempre y cuando actuaran todas unidas. Compañero, hermano, maestro, aquí te quedas por siempre, porque los hombres como tú no mueren. A sus hijos, a su compañera, decirles que la luminosidad de Carlos Zamora no muere, se queda. Hombres como él nunca mueren. A sus compañeros, a sus amigos, del Brasero, del Francés, darles las gracias, porque también fueron parte de esa tremenda cadena humana que junto a este hombre construyeron tanto, hicieron tanto, por los jóvenes, los niños, por las futuras generaciones y lo siguen haciendo. Carlos Zamora, compañero ¡Hasta la victoria siempre!”

 

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 19 de noviembre 2019

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