Crónicas de un país anormal

Las elecciones en Israel, un empate catastrófico

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El sistema electoral de Israel es estrictamente proporcional, por consiguiente, se hace muy difícil la formación de gobierno, y màs cuando existen varios partidos y ninguno de ellos es hegemónico.

 

En septiembre de presente mes, (repetición de las elecciones de abril), ningún partido alcanzó la mayoría de 60 escaños, de 120, para formar gobierno.

 

El Partido  Likud, que lidera Benjamín Netanyahu, obtuvo 31 escaños, tres menos de los logrados en el mes de abril. El nuevo conglomerado, Azul Blanco, cuyo jefe es Beni Gantz,  (ex general en jefe del Estado Mayor), alcanzó a 32 escaños; el tercer lugar fue ocupado por  Listas Árabes, con 12 escaños; en cuarto lugar, el ultraderechista laico, Israel Nuestra Casa, con nueve escaños, ( dirigido por Avigdor Lieberman, había formado parte del gobierno de Netanyahu, pero lo abandonó por considerarlo muy blando con los palestinos de la Franja de Gaza), podría inclinar la balanza por una  u otra combinación, y su propuesta principal es la formación de un gobierno unitario que excluya a los partidos ortodoxos.

 

Los partidos políticos religiosos, tanto el Asquenazi como el sefardí lograron 8 y 9 escaños respectivamente, es decir, 17.

 

En la campaña parlamentaria las acusaciones de corrupción contra Netanyahu y su esposa, así como los problemas económicos-sociales no jugaron ningún papel de importancia, lo que significa que el tema central de estas elecciones fue como un referendo   sobre la mantención de Netanyahu en el poder. El Primer Ministro lleva 10 años en el poder, y este sería el quinto mandato si logra formar gobierno.

 

Netanyahu  puede vanagloriarse por el apoyo de los principales líderes nacionalistas del mundo: se dice íntimo amigo de Donald Trump y, a su vez, tiene muy buenas relaciones con Vladimir Putin, y últimamente lo visitó el ultraderechista Presidente brasilero, Jair Bolsonaro.

 

El programa de gobierno de Netanyahu está centrado en permitir el enriquecimiento individual, dejando la tarea de seguridad nacional al gobierno, (enriquézcanse  mientras yo velo por su seguridad“). Políticamente, pretende formar una combinación sionista, presidida por un gobierno fuerte.

 

Si al Partido Likud le sumamos los nacionalistas de derecha y  los ortodoxos tendrían 56 escaños, y sólo le faltaría cuatro para formar gobierno.

 

Los Laboristas, que antes tuvieron por varios perìodos el gobierno, hoy están en plena decadencia, y apenas lograron 6 escaños en la última elección, probando que el electorado israelí va hacia la derecha nacionalista, (tipo Trump, en Estados Unidos).

 

Así  Netanyahu o Gantz puedan formar gobierno la política israelí no cambiaría mucho, y quizás el único  punto de diferencia sea quien atraiga a  Listas Árabes.

 

Para ganar votos de la derecha dura Netanyahu prometió legalizar los asentamientos judíos  en el Valle del Jordán, y además, los del oriente de Jerusalén.

 

En las colonias de  la Cisjordania, (cuyo nombre bíblico era Samaria), viven tres millones de palestinos y seiscientos mil israelíes. La idea de legalizar los asentamientos judíos y anexarlos a Israel  coincidió con la visita del yerno de Trump, Jared Kushner, quien está preparando un gran Acuerdo de paz entre palestinos e israelíes, que se firmaría en la casa de campo de los Presidentes, (Camp David), próximamente. Entre tanto, La ONU se ha negado a reconocer los territorios ocupados en Cisjordania y Gaza.

 

Varios países, entre ellos Estados Unidos y Brasil ya han trasladado sus embajadas a Jerusalén en señal de reconocimiento de la Ciudad Santa como su capital.

 

Israel,  junto a Arabia Saudita y Estados Unidos han designado a Irán como su enemigo principal: se trata de disputar la hegemonía del Medio Oriente. En una frontera con Líbano los israelíes   pretenden apropiarse de los Altos del Golán, que antes perteneciera a Siria. Esta zona, en parte protegida por Naciones Unidas, es la principal fuente de suministro de agua para abastecer al territorio israelí. Desde el Golán se puede contemplar gran parte del territorio sirio, además, es muy estratégico para el control  de la guardia revolucionaria, asentada en Siria. El Golán es muy rico en agricultura.

 

Los muros colocados en la actualidad son achacables a la extrema derecha: en Hungría, para impedir el acceso a los inmigrantes; en Cisjordania, para practicar el “apartheid” respecto a los palestinos; en Estados Unidos, para impedir la entrada de centroamericanos.

 

Netanyahu se ha dedicado a destruir las casas de los árabes, bajo el pretexto de que están muy cerca de la barrera de contención, sirviéndose de 700 soldados y de 200 policías.

 

Cada vez estamos más lejos de los acuerdos de paz, y cualquiera sea el que logre formar un nuevo gobierno en Israel, en esencia, nada cambiará.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

 

19/09/2019

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  1. Los dragones que acechan a la indefensa princesa Palestina son «inmatables» por ahora y salir a cazarlos es volver a la época pre medieval con mazas y espadas contra la parafernalia atómica.No importa quien gobierne Israel , los palestinos deberán aguardar otros siglos para crear su país , al igual que los kurdos , gitanos , vascos , barceloneses , mapuche y muchos más sometidos a la dictadura del capitalismo occidental.

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